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sábado, 12 de marzo de 2022

El No Vasco a la OTAN

Ahora que a la OTAN se le ha complicado un poco el sitio a Moscú, conviene recordar que en su momento, el pueblo vasco dijo no a este conglomerado armamentístico imperialista.

Así nos lo relata Naiz:


Así dijo Euskal Herria no a la OTAN, hace hoy justo 36 años

Hace 36 años, el 12 de marzo de 1986, Hego Euskal Herria votó en contra de la OTAN, una organización militar que, de momento, ha rechazado intervenir en Ucrania, pero cuya ampliación al este explica, en parte, la actual guerra iniciada por Rusia.

Ion Salgado

El 12 de marzo de 1986, hace hoy precisamente 36 años, Hego Euskal Herria dijo «no» a la OTAN. El 60% de los ciudadanos vascos que votaron en el referéndum rechazaron el ingreso, o mejor dicho la permanencia, en una organización militar que ha participado en buena parte de los conflictos armados que han azotado el planeta desde 1950. En Ucrania de momento ha optado por no actuar, pero su ampliación al este explica, en parte, la actual guerra iniciada por Rusia.

El ingreso de los cuatro herrialdes vascos situados al sur del Bidasoa en la OTAN se produjo, de forma oficial en 1982, meses después de que el Congreso y el Senado español aprobaran la adhesión al Tratado de Washington. La votación evidenció la división existente entre los partidos políticos. Los diputados situados a la derecha del arco parlamentario, entre los que figuraban los representantes del PNV, votaron a favor, mientras que PSOE, PCE, PSA, y la mayor parte del grupos mixto lo hizo en contra.

El PSOE, por boca de Felipe González, convocó en aquel entonces una manifestación por la paz, que tenía por objeto mostrar su oposición a la OTAN, de la que hizo gala durante la campaña electoral del año 82, prometiendo la celebración de una consulta ciudadana y presentando un lema todavía debe resonar en los oídos de muchos militantes veteranos: "OTAN de entrada NO".

Ese «no» se convirtió en un «sí» tras la llegada al poder, y el referéndum tardó en celebrarse tres años y medio. Y probablemente se hubiera demorado más, o no se habría celebrado, si no hubiera sido por la presión de la sociedad civil, que durante aquellos años tomó las calles para mostrar su desacuerdo con la participación en un club que auspició la puesta en marcha de la Operación Gladio, cuya sombra planea sobre el atentado contra la estación de tren de Bolonia, donde murieron 85 personas en 1980.

Movilización y represión

En Hego Euskal Herria el rechazo a la OTAN se dio desde diferentes ámbitos, tal como recordó el director de Fundación Iratzar, Floren Aoiz, en un artículo publicado en GARA el 12 de marzo de 2016. Estaban los firmantes del 'Manifiesto del pueblo vasco', que reclamaban soberanía, y la Movida Anti-OTAN, así como el Colectivo por la Paz y el Desarme. Sin olvidar el papel que desempeñaron agentes vinculados al movimiento juvenil y ecologista, que durante años ha mantenido viva la lucha contra el campo de tiro de las Bardenas, donde puntualmente han entrenado las fuerzas de la OTAN, empleando fuego real. Una maniobras que se han saldado con la muerte de más de una docena de personas, la mayoría tripulantes de sus aviones en accidentes, pero también un pastor de Arguedas.

Las movilizaciones contra el polígono, abierto en 1951, comenzaron en 1978, con una carga antinuclear en respuesta a la central prevista en el soto de Vergara, entre Castejón y Tutera. En esta última localidad la Guardia Civil mató en 1979 a Gladys del Estal, una joven donostiarra de 23 años que participan en una sentada pacífica. Como denunció Ecologistas en Acción, «el guardia civil José Martínez Salas -condecorado en 1982 con la Cruz del Mérito con distintivo blanco– golpeó con su arma por detrás y una bala atravesó su cabeza».

En opinión de Aoiz, las movilizaciones organizadas en Bardenas tuvieron «un lugar destacado en las iniciativas de sensibilización», algo que «reforzó la dimensión nacional en un momento en el que las fuerzas de la Reforma estaban potenciando la partición con todas sus fuerzas». «Lo que triunfó en 1986 fue la apuesta por una articulación hegemónica, es decir, una interrelación entre demandas y críticas que delimitaba el campo político en dos espacios», añadió.

Y recordó que «en aquella articulación quedaron alineadas de un lado la soberanía, el desarme, el antimilitarismo y las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población, mientras al otro se encadenaban el elitismo, el militarismo, la crisis, la negación de la soberanía, el terrorismo de estado y un régimen que cada vez generaba más indignación. El 'no' A LA OTAN era el lema principal de la articulación, si bien tenía significados diferentes para unas y otros».

División en el seno del PNV

Pero hubo una formación que no supo muy bien en qué lado del tablero situarse: el PNV. En un vídeo grabado hace ya cinco años por Iratzar, Iñaki Ruiz de Pinedo, integrante de HASI en 1986 y diputado de EH Bildu en el Congreso a día de hoy, señaló que en las filas jeltzales no había «homogeneidad» en torno a la OTAN. «De hecho fue uno de los elementos que más contribuyó a romper la unidad en el PNV», indicó antes de apuntar que Carlos Garaikoetxea defendía el «no» mientras Xabier Arzallus abogaba por el «sí».

En este sentido, Ruiz de Pinedo aseveró que «dentro del PNV había una amplia base que estaba en contra de la OTAN». Tal vez por ello los jeltzales optaron dar libertad de voto a sus bases en el referéndum, que finalmente dejó en evidencia el rechazo a la OTAN en naciones sin Estado como Euskal Herria, Catalunya o Canarias.

 

 

 

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