Un blog desde la diáspora y para la diáspora

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Un Adiós a Quino

Granma ha publicado este artículo dedicado al gran legado que nos ha dejado el caricaturista argentino Joaquín Salvador Lavado, mejor conocido como Quino.

Para muchos militantes de izquierda latinoamericanos leer las viñetas de Mafalda significó dar sus primeros pasos en la filosofía emancipadora ya desde la mismísima infancia, filosofía que años después se consolidaría con la lectura de textos más acordes.

Así pues, despedimos a Quino pasando por alto el lavado de rostro que le hizo al régimen español en un par de ocasiones.

Lean:

 

Falleció Quino, el creador de Mafalda

A lo largo de su carrera recibió reconocimientos como la Orden Oficial de la Legión de Honor, la honra más importante que el gobierno francés le concede a un extranjero. El 2014 recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades e inauguró la 40° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

El artista gráfico Joaquín Salvador Lavado, universalmente conocido como Quino, falleció a los 88 años. Saltó a la fama por sus tiras cómicas y por su personaje más difundido a nivel global: la pequeña Mafalda.

«Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará», informó el editor Daniel Divinsky, quien estuvo al frente de Ediciones La Flor.

Hijo de inmigrantes andaluces, Joaquín Salvador Lavado nació en la ciudad de Mendoza el 17 de julio (aunque en los registros oficiales conste nacido el 17 de agosto). Desde su nacimiento fue nombrado Quino para distinguirlo de su tío Joaquín Tejón, pintor y diseñador gráfico.

A los trece años se matriculó en la Escuela de Bellas Artes, pero en 1949 abandonó esa carrera «cansado de dibujar ánforas y yesos». Desde entonces comenzó su carrera como dibujante de historieta y humor y a los 18 años se trasladó a Buenos Aires. En 1954 publicó su primera tira en el semanario "Esto es".

En 1963, aparece su primer libro de humor, “Mundo Quino” y en 1964 la revista Primera Plana presentó en sociedad la tira cómica de Mafalda. La pequeña de ideas progresistas y sus amigos se convirtió en un símbolo de los años 60 en la Argentina y su fama llegó a todo el mundo iberoamericano.

A lo largo de su carrera recibió reconocimientos como la Orden Oficial de la Legión de Honor, la honra más importante que el gobierno francés le concede a un extranjero. El 2014 recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades e inauguró la 40° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

En una extensa entrevista que brindó a Página/12 en 2004, Quino explicó de qué se tratan sus tiras y por qué seguía dibujando: «De la relación entre los débiles y los poderosos. Eso siempre me ha obsesionado. Esa sensación de impotencia que tienen los pobres frente a los ricos, de los mandados frente a los amos, no sé, a veces pienso que debería dejar de dibujar por un tiempo, para no vivir la angustia o el miedo a repetirme. Pero cuando pienso en que voy a abrir el periódico y no van a estar mis dibujos, me da más angustia y sigo dibujando. Es como ese jefe de estación que se jubila, pero vuelve todos los días para ver si los trenes pasan a horario. No me puedo imaginar esperando pasar los trenes. Además, en mi oficio no hay trenes».

 















 

 

 

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Pueblos Insumisos en Europa

La "inhabilitación" del president de la Generalitat Quim Torra no ha sido, como era de esperarse, bien recibida en Euskal Herria.

Naiz ha publicado esta nota en la que se resume lo que Arnaldo Otegi ha expresado al respecto de este despropósito represivo.


Aquí la tienen:


Tras los últimos acontecimientos en Catalunya con la inhabilitación de su president, el coordinador general de EH Bildu ha hecho hincapié este martes en que hay pueblos en Europa que van a votar estos próximos años y «el Estado español será cada vez más autoritario si no reconoce su plurinacionalidad ni el derecho a decidir».

Entrevistado este martes en ETB, el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha situado la inhabilitación de Quim Torra como otro elemento de «la crisis enorme del Estado español, del Régimen del 78. El que fuera jefe de Estado está exiliado. La guerra entre los poderes fácticos es evidente. Y con Torra no hay que hacer un debate jurídico, hay una decisión política, una incapacidad de dar soluciones políticas a los problemas políticos», ha enumerado.

«El proceso catalán es irreversible. Los partidos independentistas catalanes están ahora inmersos en un debate, pero se pondrán de acuerdo porque el Estado español les obligará a ello –ha dicho Otegi–. Escocia votará en los próximos años, también las Islas Feroe. En Europa los pueblos votarán. Veremos y demostraremos si un ‘Gobierno progresista de izquierdas’ permite que en el Estado español los pueblos puedan votar para poder decidir su futuro».

Desde esta tesis, Otegi considera que si no reconoce la plurinacionalidad y el derecho a decidir de Euskal Herria o Catalunya, «el Estado español será cada vez más autoritario».

Sobre la situación en Euskal Herria, ha apuntado el líder de EH Bildu que su formación es independentista pero el PNV se ha decantado por la dependencia. Y ha añadido que si finalmente el socio jeltzale, el PSE, está en el acuerdo de la ponencia de autogobierno del Parlamento de Gasteiz «no habrá derecho a decidir ahí. Tampoco avances en materia de derechos. Y nosotros no vamos a apoyar ningún texto que no recoja el derecho a decidir».





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Coronavirus y Centralismo Españolista

Madrid busca expandir el 155 sanitario y en la CAV tanto la derecha folclórica como la izquierda abertzale han cerrado filas en contra del enésimo intento de intromisión en la soberanía de las CCAA.

Aquí lo que se reporta desde Naiz:


El ministro español de Sanidad propondrá este miércoles criterios pactados con Madrid para proceder a confinamientos, que en este momento no procederían en Euskal Herria y sí en la capital. No obstante, tanto el lehendakari Urkullu como EH Bildu han mostrado su rechazo por el centralismo que conlleva.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha anunciado que este miércoles va a proponer una acción coordinada de salud pública al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) para que se limite la movilidad en todos los municipios de más de 100.000 habitantes donde se cumplan estos criterios: que haya más de 500 casos de covid-19 en los últimos 14 días, que la positividad de las pruebas PCR sea superior al 10% y que el índice de ocupación de las UCI sea superior al 35%.

Estos criterios se cumplen en la actualidad en la ciudad de Madrid y decenas de zonas sanitarias de la Comunidad, pero no en Iruñea, donde –como remarcó el martes la presidenta navarra, María Chivite– la positividad no está tan disparada, tampoco se superan en la actualidad los 500 y la capacidad hospitalaria es puntera.

Entre los municipios vascos con más de 100.000 habitantes, a fecha del 1 de enero de 2019, se encuentran Barakaldo, Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea, aunque en este momento en ninguno de ellos se cumplen los criterios que llevarían al confinamiento.

En cualquier caso, en los prolegómenos del Consejo Interterritorial tampoco se da por seguro que se vaya a imponer el confinamiento de Madrid, sino que se abre la posibilidad de esperar a la efectividad de las restricciones que ya están en marcha.

Volviendo a lo anunciado por el ministro español, en esas zonas además de la movilidad se limitarán los contactos sociales y se tomarán medidas de reducción horarios y aforos y de refuerzo de sus capacidades asistenciales.

Illa ha anunciado esta medida tras una reunión mantenida con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, en el segundo encuentro mantenido esta semana, después de las discrepancias que han tenido ambas administraciones por los criterios a aplicar para frenar la transmisión del coronavirus en la región.

Madrid había exigido que otras comunidades aplicaran las mismas restricciones que se veía obligada a adoptar por la expansión del virus en esta comunidad.

«He visto una ambiente propicio en las conversaciones que he mantenido con el resto de consejeros de Sanidad para que en el resto de las comunidades autónomas, si se den las condiciones propicias, se adopte lo mismo que hemos acordado con la Comunidad de Madrid», ha aseverado el ministro de Sanidad.

Illa ha admitido que esta medida extendida a todo el Estado español, que espera que entren en vigor lo antes posible, hace posible que las recomendaciones hechas por el Gobierno sean efectivas en Madrid.

El acuerdo alcanzado con Madrid va a ser analizado por la mañana en la ponencia técnica y en la Comisión de Salud Pública y, posteriormente y por la tarde, se discutirá en el pleno del CISNS, en el que participan los consejeros de Sanidad de todas las comunidades autónomas.

Asimismo, el ministro de Sanidad ha recordado que la situación de la pandemia en la Comunidad de Madrid es «muy preocupante» y exige actuar con «mucha determinación», ya que se sitúa en los 780 casos de covid-19 por los 100.000 habitantes, con una tasa de hospitalización y de ocupación en UCI alrededor del 40%, así como de positividad en las pruebas PCR superior al 20%.

También ha reseñado que el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) fijó los umbrales de actuación en los 60 casos por 100.000 habitantes y señaló como situaciones «muy preocupantes» cuando se produjeran incidencias acumuladas de 200 casos por 100.000 habitantes.

Urkullu y EH Bildu, disconformes

Tras anunciar Illa el martes noche este plan que ha presentado como consensuado con Madrid, el lehendakari de la CAV, Iñigo Urkullu, se ha mostrado disconforme: «No lo conocíamos con detalle y no es nada grato el juego que estamos viendo. Durante el fin de semana hablamos con el ministro de Sanidad y otros representantes sobre las medidas a adoptar, y ayer nos enteramos por los medios de las intenciones del Gobierno español. Nosotros les solicitamos por escrito el fin de semana cuáles iban a ser esas propuestas y no hemos recibido nada. Ayer nos enteramos por los medios de sus intenciones», ha lamentado en entrevista a Euskadi Irratia.

En este sentido, ha señalado que la decisión se ha tomado «para que ceda la comunidad autónoma en esa disputa que mantienen», un comportamiento que «para nosotros no es nada grata».

Desde Nafarroa, también EH Bildu ha alzado su voz contra este planteamiento estatal, instando a la presidenta Chivite a no dejarse condicionar. Muestra su «más firme rechazo» al acuerdo alcanzado entre el Gobierno español y la presidenta de Madrid, Díaz Ayuso. «Navarra no puede aceptar tutelajes que no hacen sino anular las competencias propias e imponer unas directrices únicas cuyo fin es uniformizar territorios», dice en una nota.

EH Bildu considera que dicho acuerdo «surge de la necesidad de ocultar la mala gestión de Díaz Ayuso en Madrid y al que Sánchez ha accedido por mera conveniencia política. Se trata de un mando único encubierto con el que el Gobierno de Sánchez pretende aplicar criterios homogéneos sin tener en cuenta la realidad y la capacidad de decisión de cada territorio».

En esa línea, EH Bildu emplaza al Ejecutivo foral a «no aceptar bajo ninguna circunstancia ningún chantaje político». Según defiende, «Navarra tiene la competencia y capacidad más que suficiente para habilitar los recursos y establecer las medidas necesarias para hacer frente a la situación de pandemia en Navarra».

«Desde EH Bildu consideramos inaceptable que sea Ayuso quien determine lo que habría que hacer en Navarra en un momento dado», añade, para apostillar finalmente que «exigimos que Chivite, como presidenta del Gobierno de Navarra, tampoco ceda al chantaje y trabaje desde aquí en una planificación estratégica y dotación de recursos eficiente que reconduzca la situación cuanto antes».

Nafarroa, a la espera

¿Y qué ha dicho el Gobierno navarro? Tras la reunión semanal de este miércoles, básicamente se ha situado a la expectativas de las citas de hoy en Madrid.

Así, el portavoz del Ejecutivo, Javier Remírez, ha apuntado que «no vamos a hablar de cuestiones que se no se han concretado en lo que afecta a Navarra». «Lo que ayer se trató entre el Ministerio y la Comunidad de Madrid afecta a la Comunidad de Madrid. Hoy se concretarán, si llega el caso, los criterios que afectan al conjunto del Estado, y vamos con ánimo propositivo y de poner encima de la mesa otras cuestiones y desde luego de cara a colaborar con el Ministerio de Sanidad para solucionar esta cuestión».

Así, ha señalado que el contenido del acuerdo «ni nos preocupa ni nos deja de preocupar». «Nos hemos anticipado en muchas de las medidas que se han ido tomando a otras comunidades, con medidas como reducción de aforos y limitación de reuniones a 6 personas. Tenemos un horizonte muy claro, que es el testeo, el rastreo y el seguimiento», ha dicho.

Remírez ha considerado que este trabajo «va a ser positivo en el medio y largo plazo» y ha valorado la situación de Nafarroa en cuanto a presión hospitalaria destacando que el número de camas ocupadas por covid-19 está en el 9,89% y las de UCI en el 22%.




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martes, 29 de septiembre de 2020

Nueva Política Penitenciaria Necesaria

La ONU contempla que un proceso de DDR únicamente puede ser del todo efectivo si es bilateral. Ni Madrid ni París han querido abordar dicha bilateralidad en lo que respecta al DDR de ETA, organización antifascista vasca que ha sido sumamente escrupulosa en lo que respecta a los componentes del desarme y la desmovilización, fiel a su filosofía revolucionaria.

El resultado más evidente de esta negativa por parte de dos estados supuestamente democráticos es, sin lugar a dudas, su tratamiento del tema de los presos políticos, clave para que la reintegración, tercer componente del DDR, se pueda dar.

Ambas metrópolis, con su documentado pasado genocida, han hecho caso omiso a los llamados a la implementación del modelo de justicia transicional, pieza clave para resolver los puntos más delicados en la aplicación de una política penitenciaria más acorde a los tiempos, dirigida a la resolución definitiva del conflicto y no a la actual, que se identifica por su carácter vengativo en contra de los militantes del independentismo vasco que han caído en la represiva telaraña judicial, tanto la española cm la francesa.

En ese sentido, celebramos cualquier iniciativa destinada a destrabar ese último obstáculo y por eso desde el portal de Cuarto Poder traemos a ustedes este artículo:

 

De las 206 personas vascas presas por delitos de motivación política en el Estado español, solo 11 están en cárceles del País Vasco y Navarra

Agus Hernan, coordinador del Foro Social Permanente y Juan Moreno, Foro Abogados/as de Izquierdas

El pasado jueves, superando todas las dificultades surgidas de la Covid-19 y las medidas excepcionales, se desarrolló en Madrid una interesante Jornada sobre País Vasco: Una nueva política penitenciaria para una nueva normalidad, organizada por el Foro de Abogad@s de Izquierdas y el Foro Social Permanente para impulsar un proceso de paz en el País Vasco. Contó también con la colaboración del SISEJ y del Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas de la UC3M.

Abrió las sesiones José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo, a quien, como a todas las personas que participaron y colaboraron (cuyos nombres figuran al final de este artículo) agradecemos de corazón sus intervenciones; todas aportaron reflexiones diversas, válidas y enriquecedoras a una cuestión clave en el proceso hacia una convivencia democrática en Euskadi y Navarra.

¿Cuál era el objetivo de la Jornada? Por un lado, dar a conocer y analizar la situación actual de las 206 personas vascas presas por delitos de motivación política en el Estado español (otras 34 se encuentran en prisiones francesas). Por otro, debatir sobre la legislación penal y penitenciaria, su aplicación actual y las posibilidades que la misma abre de interpretarla en un sentido diferente, más acorde con la nueva situación creada tras la disolución de ETA.

De las mencionadas 206 personas presas, solo 11 están en cárceles del País Vasco y Navarra;  141 están en prisiones alejadas entre 500 y 1.200 kms de sus lugares de origen y arraigo familiar y social (cárceles de Andalucía, Galicia y Levante). El resto algo más cerca, pero demasiado lejos de sus entornos familiares.

A todas ellas se les continúa aplicando una legislación y una política penitenciaria de excepción, diseñada en clave de lucha antiterrorista en tiempos ya superados. Una política no acorde con la etapa abierta desde el fin de la actividad armada de ETA, su desarme civil y su disolución, ni con la realidad socio política y el sentir de la sociedad vasca y navarra actual. Por tanto, hora es ya de poner fin al alejamiento y de aplicar la legislación ordinaria que posibilita los itinerarios de reintegración de las personas presas, medidas que -recordemos- incluso el Gobierno del PP contemplaba para cuando ETA pusiera fin a su actividad.

En 2018, el Gobierno de Pedro Sánchez empezó a marcar un nuevo rumbo, con algunos  acercamientos a prisiones del País Vasco y Navarra, manifestando su intención de cambiar la política penitenciaria. Han pasado más de dos años, y se han dado algunos -pocos- pasos, que son sin duda positivos pero demasiado tímidos y cortos, condicionados por una oposición política hostil y la actitud de algunas entidades y corrientes de opinión situadas en una lógica de vencedores y vencidos.

En este tiempo, sin embargo, se ha ido construyendo el más amplio y extenso consenso posible entre diversos agentes de la sociedad vasca y la navarra sobre la necesidad del cambio en la actual política penitenciaria de excepcionalidad, entendiéndolo, además, como una aportación a una nueva convivencia democrática. Los ejemplos son muy, muy numerosos: Pronunciamiento claro del Gobierno Vasco la pasada primavera sobre la necesidad de acercamiento de todas las personas vascas presas a cárceles de Euskadi; múltiples acuerdos institucionales (del Parlamento Vasco y del Navarro, Juntas Generales, Ayuntamientos..., respaldados por muy amplias mayorías cuando no unánimes); centenares de acuerdos e iniciativas que abarcan todo el espectro sindical vasco y navarro; acuerdos entre organismos sociales, y dinámicas movilizadoras muy diversas.

Construidos ya todos los consensos posibles, toca ahora poner en marcha, de manera urgente, un plan de ejecución para dar solución integral a esta cuestión, y más en momentos en que el Covid 19 trae nuevas restricciones en las visitas en las cárceles.

Pero es un hecho que fuera de Euskadi, de Navarra y de Catalunya, no existen tan amplios consensos y una parte importante de la opinión política y mediática es favorable al mantenimiento de la política aún vigente. En consecuencia, tampoco la opinión pública cuenta con todos los datos para conocer la situación real y las soluciones propuestas, así como el perfecto encaje de éstas en la legislación penitenciaria ordinaria vigente.

En la Jornada hubo amplia coincidencia en que, aunque pudiera ser lo más deseable, no es previsible una derogación de los aspectos más restrictivos de la legislación, pero sí que la propia legislación y normativa ofrecen suficiente margen de flexibilidad como para interpretarlas y aplicarlas con otra orientación, en un sentido más humanitario y acorde con los principios democráticos, del Estado de Derecho y de los convenios y reglas internacionales.

Para garantizar que esos primeros indicios de cambio se consoliden y se generalicen, hay que generar una corriente de opinión democrática en su favor. De hecho, son cada vez más las voces autorizadas que abogan ya por la aplicación de la legalidad ordinaria, por el acercamiento de las personas presas a sus lugares de origen; personas de convicciones democráticas que piensan que ha llegado el momento de superar dinámicas heredadas en el pasado. Hace falta que se vean reforzadas por una corriente de opinión informada y poderosa que acompañe las decisiones administrativas, judiciales y políticas que se vayan tomando.

De todo eso se trató en las dos mesas redondas en Madrid. Se subrayó la urgencia de acercar a todas las personas vascas presas en el Estado español a las cárceles más cercanas a sus entornos familiares y sociales (Zaballa, en Araba; Basauri en Bizkaia, Martutene en Gipuzkoa y Pamplona-Iruñea), aliviando así la gran carga material, emocional y psicológica que supone para las familias la inesperada prolongación de una situación que viene desde hace 31 años. Y, yendo más al fondo, se desmenuzaron los aspectos más profundos del entramado legal construido sobre la “lucha antiterrorista”, se insistió en su desactivación mediante la aplicación de la norma ordinaria, se extendió la mirada al conjunto de la población presa en el Estado, y se apuntaron otras cuestiones de enorme relevancia, como la justicia restaurativa o las enormes carencias materiales en juzgados y cárceles.

Deseamos sinceramente que esta primera iniciativa de contraste y reflexión públicas desbroce el camino para otros encuentros similares en distintos lugares, que estimule el debate y contribuya a difundir otra perspectiva sobre esta cuestión. Su resolución en clave de convivencia, así como el reconocimiento de todos los derechos de todas las víctimas y el horizonte hacia una memoria crítica inclusiva, son tres elementos fundamentales para no cerrar en falso el tremendo sufrimiento y las consecuencias de las décadas de violencias, y avanzar hacia una sociedad democrática, sana, no sólo en Euskadi y Navarra sino en el conjunto del Estado español, mirando al futuro aprendiendo de lo que se ha sufrido.

En la primera Mesa Redonda participaron: Javier Mira (profesor de Derecho Penal, Universidad de Valencia),  Amaia Izko (abogada), Silvina Ribotta (Instituto de DDHH de la UC3M), Xabier Etxebarria (abogado y profesor asociado UCM). Moderó Agus Hernán, del Foro Social. En la segunda: Marta Vicente (Jueces para la Democracia), Daniel Amelang (Asociación Libre de Abogados), Marta Urbano (SISEJ). Moderó Juan Moreno, de FAI.

 

 

 

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Unai Jugará en Valencia

Desde Naiz damos seguimiento al caso del guardamenta solidario con los chavales de Altsasu, Unai Etxebarria, con esta nota:
 


El Valencia ha fichado para su filial a Unai Etxebarria, que fue despedido del Granada tras el expediente por portar la camiseta de «Altsasukoak aske» durante la celebración de la clasificación a la Europa League, lo que desató una campaña de Vox y derivó en un expediente del club y su despido.

El guardameta vizcaino Unai Etxebarria ya tiene nuevo equipo. El Valencia se ha hecho con sus servicios por una temporada y jugará en el filial valencianista en Segunda B, donde pugnará con el valenciano Cristian Rivero por un puesto en el once del Valencia Mestalla.

El portero llega libre, tras ser despedido del Granada hace varias semanas, lo que ha creó una gran polémica. Y es que Etxebarria fue despedido del conjunto nazarí después de que durante la celebración por la clasificación del equipo para la Europa League posó con una camiseta de «Altsasukoak aske», lo que desató una campaña de Vox y derivó en un expediente del club.

La respuesta del consejo de administración no se hizo esperar y le envió una notificación en la que le despedía por no cumplir el régimen interno del club por lucir lemas considerados políticos sobre el campo.

El portero denunció lo sucedido ante la AFE y el caso lleva varias semanas esperando a que un tribunal de Trabajo resuelva si el despido es procedente o no.

Su caso tuvo mucho recorrido en las redes sociales y llegó hasta las Cortes españolas. El guardameta tuvo numerosos apoyos tanto en el Estado español como en Euskal Herria. Para muestra, la numerosa concentración que se llevó a cabo en Algorta, su localidad natal.

La junta de portavoces del Ayuntamiento de Getxo también firmó una declaración institucional mostrando su solidaridad con Unai Etxebarria y reivindicando la libertad de expresión.





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AEK Ante el Coronavirus

La lucha por revitalizar y normalizar el euskera continúa sin descanso.

Les invitamos a leer este comunicado de AEK dado a conocer en las páginas de Gara:

Euskaltegis abiertos para construir el futuro en euskara

Alizia Iribarren Andueza | Coordinadora general de AEK

En los últimos meses, a pesar de tener la sensación de que el mundo se nos ha venido encima, en AEK, como en muchos otros organismos, estamos trabajando intensamente para conseguir los objetivos de siempre: euskaldunizar a la ciudadanía y ayudarla a convertirse en hablante activa. Y en ello seguiremos trabajando, ya que el euskara debe avanzar hacia su normalización; la presencia del euskara se ha visto mermada, por lo que es hora de comenzar a revertir la situación. Así pues, en esta campaña de matriculación, consideramos imprescindible remarcar que las miles de personas que estáis dispuestas a aprender euskara podréis hacerlo en nuestros euskaltegis.

En toda Euskal Herria, las puertas de los euskaltegis de AEK están abiertas. Ha llegado el momento de aprender euskara, de mejorar el nivel y de seguir utilizándolo en el trabajo, con las amistades y en las relaciones familiares; en ese camino, estamos totalmente dispuestos y dispuestas a ayudaros. Si tenéis ganas o necesidad de aprender euskara, informaos en el euskaltegi más cercano.

En AEK ya nos hemos adaptado a esta situación excepcional que ha puesto patas arriba la vida de toda la sociedad y estamos deseando dar comienzo al nuevo curso trabajando en la mejor solución a todo lo que pueda venir, así como para dotarnos de los recursos necesarios en esta situación y tener todo preparado en los más de cien euskaltegis que tenemos en toda Euskal Herria. Teniendo en cuenta las medidas establecidas por las autoridades sanitarias, adaptadas a la situación de cada lugar, cada euskaltegi está elaborando su propio plan.

Ya tenemos abierta la matriculación en todos los euskaltegis y en el nuevo curso que comenzará en octubre encontraréis una oferta adaptada a vuestras necesidades: cursos presenciales, autoaprendizaje y cursos online, barnetegis... Además, sea cual sea la situación, nos estamos organizando para que vuestro proceso de aprendizaje no se interrumpa en ningún momento. Un profesor o profesora de AEK vale por dos, porque quiere que aprendáis y en ese camino dispondréis de un aliado cercano.

Además, tanto el profesorado como el personal dinamizador y técnico estamos recibiendo una formación especial con el fin de adaptar la forma de impartir clases y de organizar otras actividades a la nueva situación que estamos viviendo. Los alumnos y alumnas estaréis cerca del profesorado, y nos encargaremos de que avancéis en el proceso de aprendizaje, ya que deseamos que aprendáis y viváis en euskara. Así pues, contaréis con la experiencia, la pasión y las ganas de todas las personas que formamos parte de AEK.

Por otro lado, muchas entidades conceden subvenciones para aprender euskara; en muchos casos, el proceso de aprendizaje incluso puede llegar a ser gratuito. Hoy día, al acercaros al euskaltegi, obtendréis un apoyo económico más amplio que nunca.

En los últimos días, estamos constatando la gran ilusión que existe por volver al euskaltegi. Ya lo habíamos notado antes del verano, también en el periodo de prematriculación del nuevo curso, y en verano se ha mantenido la matriculación. ¡Sigamos impulsando entre todas y todos el camino del euskara!

Para finalizar, queremos animaros a todas las personas y organismos que amáis nuestra lengua a promover la campaña de matriculación de los euskaltegis. Actuemos como comunidad e impulsemos una oleada de gente a aprender euskara, porque el futuro viene en euskara.




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Cronopiando | Agradecimientos


Con ustedes el demoledor comentario con el que nuestro amigo Koldo Campos responde a la febril balandronada perpetrada ayer por el Tribunal Borbónico Franquista Supremo no en contra de Quim Torra, sino del pueblo catalán.

Lean:

Agradecimientos

Koldo Campos Sagaseta | Cronopiando

A la infinita torpeza del Estado español inhabilitando el derecho del pueblo catalán a elegir sus presidentes habrá que agradecer que la independencia a la que aspira ese pueblo recobre fuerzas y sentido, volviendo a aunar voluntades por encima de sus diferencias, porque la independencia, también en el País Vasco, no solo es necesaria sino imprescindible.

A la prevaricadora arrogancia de las cloacas supremas y generales del poder judicial español habrá que agradecer que termine de caerse la venda de los ojos de quienes, hasta ahora, todavía creían que justicia es un principio moral que sirve para dar a cada quien lo que le corresponda y pertenezca.

A la delictiva ambición de la patronal y sus representantes españoles o vascos, Garamendi o Zubiaurre, habrá que agradecer la toma de conciencia de una clase trabajadora a la que se propone la resignación de sus condiciones de vida, la reducción de sus derechos y salarios y que, además, aplauda agradecida.

A la congénita estupidez y codicia de la monarquía y sus Voxbones habrá que agradecer el auge republicano, al igual que a las grandes letrinas de desinformación agradecemos nuestra pasión por encontrar espacios que no nos avergüencen y medios honestos y veraces.

Y a la madre naturaleza, cómo no, también habrá que agradecerle que nos siga proveyendo de piedras.

(Preso politikoak aske)

 

 

 

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lunes, 28 de septiembre de 2020

La "Panacea" del Sector Privado


Cubainformación pone al descubierto la más reciente andanada mediática en contra de la Isla:

Sector privado: la varita mágica para Cuba

José Manzaneda | Coordinador de Cubainformación

Desabastecimiento y carestía de alimentos, falta de ciertos medicamentos y grandes colas: en tiempos de pandemia, Cuba vive, como otros países de su entorno, una dura situación económica.

El gobierno de EEUU, que ha aplicado, en dos años, más de 80 nuevas sanciones contra la Isla, intenta aprovechar el descontento y llevarlo hacia una explosión social.

Cada una de las carencias, el incidente en una cola, la polémica por las declaraciones de un ministro o un cantante… Lo que es anécdota de ocurrir en cualquier otro país, en Cuba pasa a ser noticia.

Primero, en la red de medios digitales de la Contrarrevolución cubana, subvencionados como nunca por las agencias de EEUU y priorizados por el sistema de búsquedas de Google. Supuestas “noticias” que, después, pasarán a la prensa de Miami y, finalmente, al sistema internacional de medios.

“La pandemia agrava la situación económica en Cuba”, titulaba The New York Times, que reconocía que la Isla “fue capaz de controlar rápidamente el coronavirus” y que tiene “una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo”. Pero ¿saben por qué? Porque Cuba es –leemos- “un estado policial con un fuerte sistema de salud pública”. Y claro, ¡así cualquiera salva la vida a la gente!

El Times reconocía que la economía cubana ha sido “afectada por las sanciones de EEUU”. Pero, sobre todo, por “la mala gestión gubernamental”. Igual que la agencia EFE, que apuntaba, como causa de la crisis, “la tardanza en aplicar reformas que palien las ineficiencias de su sistema centralizado”.

La solución –leemos en su nota, reproducida en medios como Clarín o La Vanguardia- pasa por “las reformas económicas (que) estimulen al sector privado” para “poner en marcha la economía” y “que Cuba funcione”.

Ahora la gran pregunta: si el bloqueo de EEUU cercena los ingresos de Cuba por turismo, impide sus exportaciones, bloquea sus transferencias, tapona la entrada de combustible, prohíbe los créditos al desarrollo, destruye sus acuerdos médicos internacionales y persigue toda inversión extranjera, ¿habrá que creer que el “sector privado” sea la varita mágica que “ponga en marcha la economía” de este país?

Aunque estos medios no lo digan, el gobierno cubano está acelerando “reformas” que amplían el margen de actuación del sector privado. Pero ¿no será más bien que este “sector privado” cubano de particulares y cooperativas, ahora ampliado y estimulado, pero subordinado a la estrategia y dirección del Estado, no tiene nada que ver con el sector privado (capitalista y con poder político) por el que abogan los medios?

Análisis de muy diverso signo coinciden en que los problemas económicos de Cuba tienen cuatro causas: la pandemia, que ha dejado en cero la entrada de ingresos por turismo y menguadas las remesas; el bloqueo y las sanciones de EEUU; la situación de su principal socio estratégico, Venezuela; y también los propios errores del modelo económico, necesitado de cambios y modernización.

Sin embargo, la prensa corporativa, que reivindica la pluralidad de enfoques pero no se la aplica, se centra –como mensaje único- en la última: el “predominio de la planificación central (…) sobre el mercado” es “un modelo que ha fracasado en todo el mundo”, sentenciaba el analista oficial sobre economía cubana de la prensa corporativa, Carmelo Mesa-Lago.

El 23 de septiembre, Donald Trump anunciaba el enésimo paquete de sanciones: las contadas personas de EEUU que consiguen un viaje autorizado a Cuba, no podrán quedarse en hoteles ni comprar productos del Estado cubano.

Un ingreso menos para este Estado y, por lo tanto, para el presupuesto nacional que sostiene la salud y educación gratuitas, o la canasta básica y vivienda subvencionadas.

Pero nada, repitan conmigo: la culpa es de la “mala gestión” en un “modelo fracasado”.

Edición gráfica y de video: Esther Jávega


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 Sector privado: la varita mágica para Cuba

 

 

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Gudari Eguna en Zarautz

Se ha llevado a cabo la conmemoración del Gudari Eguna en varias localidades de Euskal Herria en un año marcado por la dolorosa muerte de Igor González Sola.

Hasta Zarautz se han acercado representantes de la izquierda abertzale a hacer lo propio y Naiz nos trae la crónica:


Ante el panteón de Jon Paredes «Txiki» se ha desarrollado este mediodía en el cementerio de Zarautz el acto de homenaje a Txiki y Otaegi en el 45 aniversario de su fusilamiento. Sortu ha hecho extensivo el recuerdo a quienes «desde 1936 han dado su vida por la paz y la libertad de Euskal Herria» y ha reclamado que no se imponga un relato ni cómo pensar o qué sentir.

Un acto organizado por la asociación Ahaztuak 1936-1977 ante la tumba de Jon Paredes «Txiki» ha conmemorado este mediodía en el cementerio de Zarautz el 45 aniversario de la muerte de los militantes de ETA Jon Paredes «Txiki» y Ángel Otaegi, fusilados en setiembre de 1975 junto a los miembros del FRAP Xosé Hummberto Baena, Ramon García Sanz y José Luis Sánchez Bravo.

Cubierto con kurriñas y banderas republicanas, ante el panteón se ha realizado la tradicional ofrenda floral y se ha bailado el aurresku, en un acto marcado por las medidas de seguridad ante la pandemia, en el que han participado familiares el militante independentista y que ha contado con la asistencia de cargos de EH Bildu, como la diputada de la coalición en el Congreso español Mertxe Aizpurua, así como representantes de Sortu.

Desde la formación independentista han hecho extensivo el recuerdo deTxiki y Otaegi a todas las personas «que desde 1936 han dado su vida por la paz y por la libertad de Euskal Herria».

En declaraciones a los medios, el miembro del Consejo Nacional de Sortu Haimar Altuna ha denunciado, asimismo, «la insistencia de algunos y algunas» por que haya «un relato impuesto, un relato de vencedores y vencidos, que no corresponde con lo que ha pasado en este pueblo y qiue además es un obstáculo para la construcción de una paz justa y duradera».

Ha agregado que «todas las partes tienen derecho a crear su relato». «Nosotros no vamos a imponer el nuestro, no, pero tampoco vamos a aceptar que nadie nos diga lo que tenemos que pensar, decir y mucho menos sentir», ha manifestado.

La memoria, es también «futuro»

Con ocasión del homenaje, la asociación Ahaztuak 1936-1977 ha destacado la necesidad de recordar a los cinco luchadores antifascistas ejecutados hace 45 años y ha manifestado que la memoria histórica «no es una cosa del pasado, sino algo muy del presente y también muy del futuro», en la medida que está ligada al modelo social y político que se construye y «a la calidad democrática con la que queramos dotarle».

La asociación memorialista se ha referido al debate en torno al Anteproyecto de Ley de Memoria Democrática en el Estado español y ha denunciado «la vergonzante vigencia del modelo español de impunidad» de los crímenes del franquismo».









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Una Cinta Sonora para 'Patria'

Son muy pero muy pocas las expectativas positivas alrededor de la serie televisiva Patria inspirada en el panfleto literario del mismo nombre perpetrado por Fernando Aramburu.

Tan pocas que incluso desde el ámbito musical no le conceden crédito alguno, tal como pone de relieve esta publicación en el sitio web de dod magazine: 

 


Poco se puede contar a estas alturas de Patria, la novela del donostiarra Fernando Aramburu, y de su adaptación en forma de serie que ha sido estrenada hoy en HBO. No obstante, a escasas horas para que medio país esté viendo su primer episodio, no tenemos del todo claro parte del enfoque musical de la serie.

Por un lado, sabemos que la música de esta esperada serie corre a cargo de Fernando Velázquez, el conocido compositor vasco que anteriormente ha firmado bandas sonoras de películas de lo más exitosas como El orfanato, Lo imposible, Ocho apellidos vascos, Superlópez o La cumbre escarlata. No obstante, poco se sabe hasta el momento si la serie también nos permitirá descubrir la música que se escuchaba en Euskadi en esos momentos.

A juzgar por lo que se puede ver en los dos primeros episodios de Patria, la serie se queda un poco corta en mostrarnos parte de la escena y cultura musical que se recorría el Euskadi allá por la década de los 80 y hasta 2011. Básicamente, los años en los que transcurre los diferentes episodios de la serie.

Así pues, como uno es conocedor de parte de aquella época, hemos decidido recopilar en una playlist un buen número de canciones de grupos vascos de 1980 a 2011 que no escucharás en la serie Patria.

100 canciones de grupos vascos de 1980 a 2011

La escena musical de Euskadi de los 80-90 siempre estuvo marcada por el rock. Siempre nos gustaron las guitarras, el punk y la distorsión. Eskorbuto, Vulpes, La Polla Records... la lista es interminable.

No obstante, en la década de los ochenta también existieron grupos como Negu Gorriak o Hertzainak, por poner sólo un par de ejemplos, que además del rock también supieron abrazar estilos y sonido que, precisamente, no tenían sus raíces en el casco viejo de Bilbao o Donostia.  Por otro lado, no sólo de rock vivía uno y en la playlist encontraréis nombres como Potato, Maixa Ta Ixiar, Oskorri, Mocedades, Niko Etxart o Mikel Laboa, entre otros.

Años después, la cosa también pasaría por el pop y la apertura hacía otros sonidos (recuerden el Donostia Sound, Getxo Sound...), así que también hemos incluido canciones grupos como La Buena Vida, Le Mans, McEnroe, Delorean, WAS, Audience, y un montón de grupos más.

En definitiva, una lista de canciones para echar la vista atrás y recordar lo que musicalmente pasó a lo largo de 30 años. ¡Ah! La memoria no es infalible y os invitamos a que nos dejéis vuestras canciones favoritas de aquellos años, entre 1980 y 2011, para completar la playlist.


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La Tragedia Evitable del Rebrote

Desde Gara les compartimos esta editorial dedicada al gran fracaso que significa el que el rebrote del SARS CoV-2 en la CAV se haya cebado especialmente en las residencias para ancianos.

Aquí lo dejamos para la reflexión y para de ahí pasar a la acción:


La segunda ola en residencias, un fracaso comunitario

Este fin de semana se habrán superado las cien personas muertas en residencias de mayores en Euskal Herria, dentro de la segunda ola de la pandemia del coronavirus. Es una tristeza terrible para las familias, una impotencia absoluta para los y las trabajadoras y una tragedia para la sociedad vasca. No hemos sido capaces de prepararnos como debíamos y se ha permitido que se repita esta situación. Sin escándalo, sin apenas más denuncia que la de las familias afectadas, sin que nadie rinda cuentas por algo que, si bien no se podía haber evitado del todo, se podía haber mitigado.

Cien son un 10% de las muertes que hubo en primavera. Pero en porcentaje también son en torno a la mitad de las muertes actuales por covid. Una de cada dos personas que ha muerto en estos dos meses en Euskal Herria estaba en una residencia. Y no se puede olvidar que de las en torno a mil personas que murieron por covid en primavera, muchas lo hicieron sin diagnóstico ni autopsia. Y sin poder despedirse de sus seres queridos, con un duelo difícil de arrancar. Están por ver las consecuencias psicosociales de semejante trauma, tanto entre familiares como entre los y las trabajadoras.

El primer envite fue una escabechina en esos centros, impotentes ante un virus del que no se sabía cómo se expandía y al que no se podía combatir con los recursos habituales. Un virus que es particularmente implacable con las personas mayores. Sigue habiendo incertidumbre, pero los contagios de ahora se dan en condiciones reconocibles. Estas muertes indican claramente errores en la gestión y las instituciones vascas deben rendir cuentas, empezando por las diputaciones.

En un futuro, al hacer un balance más serio y sin la presión de estar conteniendo al mismo tiempo la virulencia del covid-19, solo se sabrán estimaciones. En parte por la dificultad de tener datos reales, pero también porque se manejan las cifras para limitar daños políticos. Las instituciones vascas tienen un serio problema con la falta de transparencia. La desconfianza social que provocan abre la puerta a escenarios peligrosos.

No dar debates o que la realidad los supere

La miniserie “L'effondrement” (“El colapso”), que narra la vivencia de un escenario apocalíptico del que se desconoce el origen, tiene precisamente un capítulo dedicado a las residencias. Cuenta el abandono de las personas mayores y dependientes, el compromiso de uno de los cuidadores y los dilemas a los que se enfrenta cuando la esperanza desaparece: los cuidados, el dolor, la soledad, la supervivencia, el egoísmo, la muerte, las voluntades, la eutanasia… Son temas vitales para el desarrollo humano y social en el mundo que viene.

Quizá no sea el momento de dar estos debates transcendentes. Quizá la sociedad no esté preparada para resistir y avanzar a la vez, y solo eso ya debería ser objeto de reflexión. Pero lo que no se puede es asumir los hechos consumados como consensos. Las excusas de «son viejos» o «iban a morir de todas formas» son despiadadas e irresponsables. Si el escenario priorizado es asumir un número de muertes, hay que ser honesto y ponerlo encima de la mesa. Euskal Herria no es España, pero tampoco debería renunciar a ser un país avanzado. Ni en gasto sanitario y social, ni culturalmente.

Un último apunte. Esta pieza editorial no es un reproche. Es una autocrítica comunitaria. Los medios tampoco hemos señalado como debiéramos el riesgo de repetir errores. En ocasiones, hemos seguido o propiciado debates necios, en vez de concentrarnos en temas importantes como este. Por pudor, por pereza, por incredulidad, por lo que sea, a diferencia de con otros temas, no hemos logrado poner las residencias en la agenda.

Aquellos que han actuado bien, en algunos casos con grandes sacrificios, lo mismo entre familiares que entre trabajadores o gestores, deben felicitarse por ello. Ese orgullo, tan presente entre los profesionales esenciales, ha permitido «llegar hasta aquí», como decían el viernes los y las sanitarias. Incluso quienes no han acertado, deben ser justos y no culpabilizarse más de lo humanamente asumible, porque era muy difícil.

Pero los datos dan poco margen al consuelo: muchas cosas se hicieron mal en relación a las residencias en primavera y, pese a estar escrito en todos los informes, se han vuelto a cometer errores. No es una cuestión personal, ni tiene salida individual, por mucho que este sistema propicie esa perspectiva. Estas muertes interpelan a la sociedad vasca y a sus instituciones para actuar.




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Cubiertas de Agua

Con el sello característico de la etiqueta Kurlansky y de Euskal Herria para el mundo... una propuesta arquitectónica muy particular.

El Diario Vasco nos explica de qué se trata:

El encanto de las cubiertas de agua

Un estudio reivindica el carácter autóctono y los valores arquitectónicos y ambientales de las cubiertas de agua que se construyeron en el S. XX

Kepa Oliden

Las cubiertas de agua que tanto se prodigaron en construcciones grandes y pequeñas a mediados del siglo XX no están exentas de un encanto que Ramón Ugalde ha querido poner de relieve. En un trabajo recién presentado, este profesor de historia jubilado reivindica los valores arquitectónicos de estos elementos que pueblan nuestra geografía urbana y que sin embargo pasan inadvertidos cuando no abiertamente menospreciados.

Al modelo de cubierta plana preconizada por los 'padres' de la arquitectura moderna durante el periodo de entreguerras, como Le Corbusier o la Bauhaus, los vascos le añadimos una lámina de agua. Este modelo floreció aquí durante el franquismo. Dice Ugalde que la leyenda urbana atribuye la paternidad del 'invento' a los vascos, pero, cierto o no, la «realidad es que se desarrolló sobre todo en el valle de Deba», y en Mondragón afortunadamente se conserva un buen número de interesantes ejemplos en fábricas, caseríos, casas, laboratorios, salas de cine, depósitos de agua...

Pabellones industriales aún en activo como el de Amat y otros muchos ya desocupados, como el de Iraola en Axeri o varios más en Zalduspe, caseríos como Muxibar, el antiguo lavadero de Intxausti o incluso algunas casetas para almacenar aperos de labranza, se inscriben en lo que a mediados del siglo pasado se vino en denominar construcciones de estilo racionalista.

Sus cubiertas planas rompían con la tradición arquitectónica anterior. Y permitían aprovechar todo el espacio interior del edificio, sin desperdiciar volúmenes y alturas bajo cubiertas inclinadas. En las zonas industriales de Euskal Herria se hizo una «interpretación propia» de la cubierta plana y «así surgieron las cubiertas de agua», afirma Ugalde.

Rebate así las opiniones que desdeñan por 'exótica' esta característica arquitectónica. Fuera de nuestra geografía este tipo de estructuras «apenas se ven», según este investigador, lo que lleva a reivindicar su carácter «autóctono» y a añadir «una razón más para subrayar su interés arquitectónico-patrimonial».

Ya los nazis, al llegar al poder en Alemania, decretaron que las cubiertas planas no eran 'arias'. «Desgraciadamente entre nosotros este tipo de cubiertas tampoco han sido reconocidas como 'autóctonas' y la «mayoría de este tipo de edificios se hallan actualmente fuera de ordenación», asegura Ugalde.

Además, sobre estos edificios ha pesado el histórico menosprecio de que han sido objeto las construcciones de hormigón, su espartano diseño y su asociación con las obras sucias y ruidosas de las antiguas fábricas.

Sostenible

Sin embargo, Ugalde dice que la mayor parte de los materiales o recursos que se empleaban para la construcción de este tipo de edificios eran de la zona: arena, varillas de hierro, hormigón, tablones para los encofrados, clavos y, por supuesto, el agua, y los tubos y bombas para llevar el agua hasta el edificio, todo era de producción local, lo que a día de hoy se denomina 'Kilómetro 0'.

La cubierta de agua es además un ejemplo de sostenibilidad y eficiencia energética. «El aislamiento térmico y acústico son muy buenos. En invierno almacenan muy bien el calor y en verano no dejan pasar el calor excesivo del sol. En consecuencia, las condiciones climáticas en el interior del edificio son muy buenas y reducen considerablemente el consumo de energía».

Huella ecológica baja

Por si todo esto fuera poco, Ugalde atribuye a las cubiertas de agua una baja huella ecológica. Afirma que son «elementos vivos que compensan en cierta medida el suelo perdido con el edificio». En estas 'piscinas' se introducían carpas, unos peces que se «adaptan bien a las aguas bajas en oxígeno y que evitan el crecimiento de algas, mosquitos y demás insectos». En la vegetación que crecía en las esquinas anidaban aves, como un martín pescador que habitaba en Gamei.

Muxibar, el único caserío vasco con cubierta de agua

Otra característica que reseña Ramón Ugalde sobre las cubiertas de agua es que, «a menudo era una arquitectura sin arquitectos». Muchas veces se levantaban sin plano, otras trabajaban con planos realizados por un maestro industrial o un perito ingeniero. Cita por ejemplo el caso del caserío Muxibar, del barrio de San Andrés, cuya cubierta fue pasto de las llamas en incendio en el año 1943. La nueva fue levantada en auzolan, sin arquitectos ni planos. Se le añadió un piso más y se construyó una cubierta plana de agua. Es el único ejemplo en toda Euskal Herria con esta característica. Único caserío adaptado a la arquitectura racionalista. Deshabitado desde hace pocos años, se halla fuera de ordenación y será demolido.

Los planos de la fábrica de Iraola, junto al río Deba en el barrio de San Andrés, fueron elaborados por el perito José Mari Ormaetxea y los de la primera fábrica de Amat –actualmente Fagor Ederlan en Uribarri– por el maestro industrial Bixente Urzelai.




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Tardofranquismo "Inhabilita" a Torra

Traemos a ustedes una actualización del proceso de desconexión catalán, actualización que nos viene a demostrar que los españolazos simple y sencillamente no entienden que el pueblo catalán hace mucho que ha invalidado todas y cada una de las acciones que las instituciones de la metrópoli han ejecutado en contra de Catalunya.

Preocupado debieran de estar eso sí, los españoles de bien, pues una vez más queda demostrado que en la Españistán borbónico franquista la división de poderes simplemente no existe y que por lo tanto el ejecutivo -radicado en La Zarzuela y no en La Moncloa- no duda nunca en usar al judicial como mera herramienta conculcadora de los derechos políticos de los catalanes, sin también de los vascos e incluso... de los propios españoles.

Aquí la información dada a conocer por Público:


La Sala formada por cinco magistrados destaca la obligación que tenía como autoridad de obedecer a la Junta Electoral Central y retirar pancartas y lazos amarillos de los edificios oficiales en periodo de elecciones.

J. P.

Por unanimidad. El Tribunal Supremo ha confirmado la inhabilitación para ejercer cargo público del presidente de la Generalitat de Catalunya, Joaquim Torra, durante 15 meses por desobedecer a la Junta Electoral Central durante las elecciones de 2019.

La Sala de lo Penal ha resuelto que no es una cuestión relacionada con la libertad de expresión sino que Torra, como autoridad, debió de obedecer a la JEC cuando ordenó retirar pancartas y lazos amarillos de los edificios oficiales durante dichos comicios.

El Supremo comunicará ahora este fallo al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJCat), que ha sido avanzado por El Español. La sentencia es firme, por lo que, partir de ahora, deberán ejecutarse los 15 meses de inhabilitación del president, con su salida de la Presidencia de la Generalitat, así como la pérdida de su escaño.

Torra fue condenado por el TSJCat a 15 meses de inhabilitación para ejercer cargo público por desobedecer a la Junta Electoral Central cuando se negó a retirar "símbolos partidistas" de las fachadas principales de los edificios públicos de la Generalitat durante la campaña de las elecciones de 2019.

La defensa de Torra pidió su absolución en la vista celebrada el pasado 17 de septiembre por "falta de imparcialidad" del Tribunal Supremo en la revisión de la condena y porque consideraba que la Junta Electoral Central no estaba legitimada para darle órdenes.

Su abogado, Gonzalo Boyé, esgrimió ante el Supremo que Torra fue condenado por un "acto político" enmarcado en la libertad de expresión, ya que no se presentaba a las elecciones generales y el mensaje que aparecía en la pancarta es algo que el president de la Generalitat ha reivindicado en muchos de sus discursos.

El tribunal ha estado formado por cinco magistrados de la Sala de lo Penal: Andrés Martínez Arrieta, Juan Ramón Berdugo, Antonio del Moral, Vicente Magro y Susana Polo. Los tres primeros integraron la Sala que dictó la sentencia sobre el 1-O y el 'procés' independentista en Catalunya.

Dentro de su estrategia encaminada a alcanzar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Torra recusó a 11 de los 13 magistrados de la Sala de lo Penal, entre los que se encuentran cuatro de los jueces que van a revisar su condena. A todos ellos los consideró que adolecían de falta de imparcialidad por haber intervenido en algunas de las resoluciones vinculadas al 'procés' y pidió al Supremo que lo elevara el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea tiene establecido que no basta para apartar a un juez el mero hecho de haber intervenido en casos similares.




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domingo, 27 de septiembre de 2020

Gil de San Vicente | Estrategias Políticos-Militares

Desde el portal de inSurGente tenemos para ustedes esta entrevista a Iñaki Gil de San Vicente que creemos viene como anillo al dedo en una fecha como hoy, el Gudari Eguna.

Lean:

«La palabra “terrorismo” se utiliza en la mayoría de los casos para describir la violencia revolucionaria. Ésta es una pequeña victoria para los campeones del orden, en cuyas filas, de ningún modo resultan desconocidos los usos del terror […] Sin duda, hay momentos históricos en los que la lucha armada es necesaria para lograr la libertad de los seres humanos»

Michael Walzer: Guerras justas e injustas. Paidós. Barcelona 2001. pp. 269 y 280.

 «De este modo abordamos, ya en 1949, el tema del “terrorismo” (1949), y luego hemos insistido tanto en él como en la tortura; y esto tanto en la literatura como en el teatro; y así mismo en nuestra vida social y política. Por cierto, que en algún momento de tantos, yo dije algo que muy bien se puede recordar hoy, y que siempre viene a cuento cuando oímos las opiniones bien-pensantes “contra el terrorismo”; y es que se llama terrorismo a la guerra de los débiles, y guerra –y hasta “guerra limpia” — al terrorismo de los fuertes».

Alfonso Sastre: Los intelectuales y la utopía. Debate. Madrid 2002, p. 39.

 «Tomado en el más estricto sentido del término, el pacifismo es sumamente inmoral. Casi todo el mundo está de acuerdo con la necesidad de emplear la violencia en circunstancias extremas y excepcionales. La Carta de las Naciones Unidas autoriza la resistencia armada contra una potencia ocupante»

Terry Eagleton: Por qué Marx tenía razón. Península. Barcelona 2011, p. 177.

1.- Ze baldintzetan sortzen da borroka armatua EHn? Beste hauturik zegoen? | ¿En qué condiciones surge la lucha armada en Euskal Herria? ¿Había alguna otra opción?

En la mitad de la década de 1950 se habían esfumado definitivamente varias esperanzas sobre la posible democratización política: el imperialismo y la Iglesia apoyaban la dictadura; el PNV no la combatía y la burguesía «nacionalista» sobrexplotaba salvajemente al proletariado amparada por la dictadura; la izquierda estatalista estaba desmantelada; las grandes huelgas iniciadas en 1947 habían sido derrotadas; la opresión lingüístico-cultural era implacable y el euskara retrocedía rápidamente; la autarquía era un fracaso y la pobreza crecía…

A finales de esa década la dictadura acató las órdenes de los tecnócratas del FMI con el Plan de Estabilización; para comienzos de los ’60 el franquismo respiraba de nuevo pero para entonces se habían producido profundos cambios sociales: una «nueva» clase obrera comenzó a resistir y con ella se fue creando un «nuevo» pueblo trabajador; la vieja izquierda que había luchado entre 1936-45 perdía su escasa fuerza y empezaba a ser desplazada por una juventud combativa; las caóticas barriadas populares, pegadas a las fábricas, se coordinaban y surgían embriones de movimientos populares, entre ellos los de la recuperación lingüístico-cultural; algunos pocos curas se comprometieron con el pueblo…

Internacionalmente las guerras de liberación nacional antiimperialista ofrecían una visión fresca muy superior al cetrino dogmatismo del PCE y de otros grupitos. La crisis capitalista de 1967, el mayo’68, etc., fueron el desencadenante del proceso. Durante este devenir, los debates sobre la lucha armada, sobre sus múltiples métodos, sobre sus relaciones con otras formas de lucha, etc., fueron permanentes, pero siempre se mantuvo el principio del derecho/necesidad del recuso a la violencia defensiva contra la dictadura y, más profundamente, contra el capital, aunque otra cosa era cómo y cuándo se practicase. Los debates eran inseparables de otros sobre socialismo, independencia, lengua y cultura, etc. ¿Había otras opciones? Sí, desde luego. Muchas organizaciones de izquierda rechazaban la práctica armada, aunque no caían en la aberración moral del pacifismo, pero en aquellas condiciones históricas los grupos armados proliferaron en los países imperialistas, desde los EEUU hasta Japón, pasando por Europa.

Centrándonos en Euskal Herria, una razón fundamental por la que la lucha armada arraigó –en realidad, reapareció– hay que buscarla en el desarrollo histórico del capitalismo en cuanto modo de producción dominante en lo político, que no sólo en lo económico. Como toda burguesía, la vasca supo al menos desde el siglo XV que necesitaba del poder político-militar para acelerar su expansión económica. Ese poder solo podía obtenerlo aceptando la dominación político-militar española y francesa, y así lo hizo, sobre todo desde el siglo XVI cuando el ejército español invadió lo que quedaba de Estado navarro. Desde entonces el capitalismo en tierras vascas ha dependido y depende de la fuerza político-militar franco-española, y ahora de la OTAN, además de las burocracias socioeconómicas y culturales de esos Estados y de la Unión Europea, que garantizan de algún modo, mal que bien, las condiciones de reproducción ampliada del capital tanto contra las resistencias del proletariado vasco, es decir, contra la lucha de clases interna, como contra la competencia mundial.

Como veremos en las respuestas que siguen, este punto es crítico porque, junto a la lógica misma de la explotación asalariada y del fetichismo de la mercancía que, en lo básico, aseguran la vida del capital gracias a su sorda coerción cotidiana, invisible pero real, junto a esto, la audible y visible coerción, las violencias múltiples que apuntalan la civilización burguesa, están centralizadas estratégicamente por el aparato político-militar franco-español. Más aún, este aparato también centraliza muchas de las tácticas relativamente autónomas de sojuzgamiento y explotación, cuya autonomía relativa funcional a la necesidad de la ganancia capitalista se reduce casi del todo según la gravedad de las crisis socioeconómicas y políticas mostrando su dependencia estructural del Estado

2.- Testoinguru esberdin bat egon da EHn erresistentzia armatua gehiago irahuteko? Zelakoa izan da hau? | 2.- ¿Hubo algún contexto diferente en EH para que la lucha armada se practicase durante más tiempo? ¿Cómo fue?

Es la ley del desarrollo desigual y combinado la que explica por qué la lucha armada ha durado tanto, llegando en un momento a ser practicada por cuatro organizaciones diferentes, hasta el punto de que no ha sido vencida policialmente. El desarrollo del capitalismo vasco ha sido extremadamente convulso, violento, tenso, porque tuvo que vencer militar y políticamente las tenaces resistencias de la inmensa mayoría de la sociedad a la liquidación del llamado Sistema Foral. Éste era una forma de dominación y explotación tardofeudal patriarcal y católico, frecuentemente feroz en sus represiones, pero que atemorizada por las revueltas populares no tenía más remedio que garantizar de alguna manera las necesidades básicas del pueblo trabajador del período, centradas en defensa de las tierras comunales, de los bienes municipales y provinciales, de la fijación de precios máximos, de obligaciones de asistencia oficial por hambrunas, de la no conscripción militar, de la no tortura, etcétera.

La historia vasca no es excepcional ni única. Las resistencias de los pueblos en defensa de sus tierras y regulaciones propias, determinadas en cada época por el poder de las clases dominantes, ha sido una constante ante el avance exterminador del capitalismo. De entre las muchas referencias que Marx y Engels dejaron sobre estas resistencias, ahora destacamos la del Libro III de El Capital, en su capítulo XX dedicado a la expansión del capital comercial, donde se analiza la gran capacidad de resistencia de los «sistemas nacionales de producción precapitalista», basados mayormente en las comunas, en las interacciones entre la pequeña producción doméstica y local, etc. Marx cita a India y China como grandes ejemplos. Luego vino el debate de Marx sobre el potencial revolucionario de la comuna campesina rusa…

Sus diferencias con Euskal Herria son obvias, pero aun así la sociedad vasca tuvo una gran extensión de diversas formas de propiedad comunal y pública, que inevitablemente dejaron su huella profunda en el complejo lingüístico-cultural y en las relaciones sociales cotidianas. Salvando todas las distancias, de la misma forma en la que el colonialismo europeo empleó toda clase de violencias atroces para intentar destruir a India y China, y dominar a Rusia, del mismo modo, pero a una escala infinitamente más pequeña, la alianza entre la burguesía vasca y el poder franco-español militarizó la sociedad para imponerse políticamente desde finales del siglo XVIII, habiéndolo intentado con anterioridad.

La lucha de clases en Euskal Herria desde al menos el siglo XV ha mostrado una y otra vez la existencia de dos grandes modelos antagónicos de nación: uno, muy poco desarrollado, impreciso, borroso en sus contornos por las limitaciones sociohistóricas; y otro mucho más preciso y concreto debido a que dispone de la propiedad, del poder y del monopolio de la violencia. El primero podemos definirlo como «nacional-popular» según la terminología gramsciana, aunque es más enriquecedor el término usado por Marx de «nación trabajadora». El segundo, como burgués. Naturalmente, entre ambos extremos fluctúan modelos cuyas demarcaciones dependen de la misma evolución de esa la lucha interna y, en segundo lugar, externa, es decir, de las contradicciones del capitalismo tal cual existía en cada fase sociohistórica en la que encuadraba esa pugna.

Es fundamental decir que la defensa y recuperación del complejo lingüístico-cultural euskaldun también ha dependido y depende en su raíz del devenir de ese conflicto siempre vivo a pesar de sus períodos de aparente extinción, que vertebra de mil modos la totalidad de la civilización del capital. Otro tanto debemos decir de la lucha contra el sistema patriarco-feudal primero y luego patriarco-burgués, clave para la acumulación ampliada de capital y la eficacia del aparato político-militar. Las resistencias de la mujer trabajadora han sido constantes en estas luchas marcando sus formas y contenidos. Mujer trabajadora, lengua y cultura popular, y defensa de lo común, forman una constante de resistencia a lo largo de las machinadas desde el siglo XV hasta el presente.

Teniendo esto en cuenta, no le resultó fácil en la parte bajo dominación española, en la que durante todo el siglo XIX se sucedieron tensiones extremas y guerras de resistencia nacional que la historiografía española ha intentado negar como tales con el ardid de llamarlas «guerras carlistas» o dinásticas. En realidad, eran guerras de clases en las que el bloque burgués contaba con el ejército español, masivamente extranjero en tierras vascas. La derrota político-militar del Sistema Foral fue definitiva en el último cuarto del siglo XIX, pero aun así era tal la resistencia pasiva popular y la diferencia administrativa entre Hegoalde y el Estado español que éste no tuvo más remedio que ceder parte de su poder impuesto por las armas a las Diputaciones para lograr administrar el País: eran el Régimen Foral y los Conciertos Económicos mediante los cuales la burguesía ya vasco-española integraba en su estructura de poder a sectores burgueses foralistas y carlistas.

Surgía así una nueva unidad de clase burguesa –con sus diferencias internas- decisiva para mantener el capitalismo hasta hoy gracias sobre todo a la sorda coerción inherente al fetichismo del capital, a la aplastante presencia militar actuante contra la lucha nacional de clases, y a la tarea diaria del reformismo político-sindical y cultural defensor del franco-españolismo impuesto al pueblo vasco. Destruido el Sistema Foral, la burguesía empleó estos y otros métodos para abrir una senda a la expansión industrial caótica y atroz, en un régimen que no tenía nada de democrático en un contexto largo de protestas, marchas y manifestaciones, huelgas, huelgas generales e insurrecciones, intervenciones militares, dictaduras y semi-dictaduras, contrarrevoluciones y golpes de Estado que impusieron el contexto en el que, como hemos visto más arriba, surgieron diversas luchas armadas, así como otras formas de violencia defensiva, desobediencia y boicot pacífico, etc.

Un pueblo pequeño, con una lengua preindoeuropea, con una cultura popular y hábitos sociales muy influenciados aún por los restos simbólicos y referenciales del auzolan y de la batzarra, del trabajo colectivo en tareas comunes, etc., este pueblo se encontró en menos de un siglo, desde la última derrota «carlista» en 1876, lanzado brutalmente al torbellino de la industrialización salvaje, sin derechos ni defensas legales. La ley del desarrollo desigual y combinado permite comprender cómo lo nuevo insufla vida a lo antiguo, cómo la industrialización puede reactivar formas autoorganizativas del pueblo trabajador que, en lo básico, se emplearon en pasados conflictos: en las dos guerras llamadas «carlistas», en las huelgas e insurrecciones entre 1890-1923, en las luchas bajo la dictadura de 1923-31, en los años anteriores a 1936 y en varias fases desde 1945: Se estaba gestando una crisis explosiva que, tras la nueva derrota en la guerra de 1936-45, dio paso a diversas experiencias armadas hasta la aparición de ETA en 1959, una década antes de la re-creación del IRA.

Muchas izquierdas revolucionarias se sorprenden cuando, estudiando Euskal Herria, descubren la raigambre de la autoorganización, profundamente anclada en los hábitos culturales cotidianos del pueblo obrero, que terminaron imponiéndose al verticalismo dirigista de las organizaciones de izquierda estatales. Este verticalismo fue dominante en los primeros años de la lucha de proletariado industrial entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, pero fue desplazado por la capacidad de respuesta autoorganizada palpable desde 1931 y decisiva en el verano de 1936 para aplastar el fascismo en las grandes barriadas industriales.

Tampoco aquí hay algo exclusivo del proletariado vasco: ya en 1902 Lenin admiraba en el ¿Qué Hacer? la experiencia de lucha del campesinado ruso contra el zarismo; la teoría de la espontaneidad de Rosa Luxemburg, por ejemplo, partía de esa misma admiración, y prácticamente la totalidad de revolucionarias y revolucionarios de las luchas anticoloniales y antiimperialistas reconocen la eficacia de la autoorganización popular. Nada de esto anula la función de las organizaciones militantes, de las llamadas «vanguardias» que se han ganado su influencia a pulso, con heroísmo fascinante, reforzando la autoorganización desde ella misma.

Debemos insistir en que la síntesis concreta en el caso vasco de la ley del desarrollo desigual y combinado es la formada por en el antagonismo entre la conciencia nacional de clase de amplios sectores obreros y populares, y el imperialismo franco-español en un contexto estructuralmente militarizado, en el que las violencias del imperialismo franco-español también tienen materialidad simbólico-cultural que llega incluso al chauvinismo despectivo cuando no al racismo.

La naturaleza inconciliable de este antagonismo surge de la intolerancia esencial del imperialismo franco-español a todo reconocimiento de derechos cualitativos de Euskal Herria. Tal intolerancia adquiere sus expresiones más violentas en lo relacionado con el contenido liberador inherente a la cultura popular vasca tan cargada de hábitos autoorganizativos esencialmente unidos a la práctica popular cotidiana del complejo lingüístico-cultural. No es por tanto extraño que conforme la opresión nacional se endurece, a la vez se incrementan las resistencias que pueden saltar de la cantidad de protestas múltiples a la cualidad de algunas expresiones de lucha armada.

Esta es la razón fundamental por la que, por un lado, hay tantas expresiones diferentes de respuestas y propuesta políticas y culturales masivas y polifacéticas; por otro lado, se mantiene una lucha de clases en su sentido obrero y popular fluctuante pero innegable; y por último, aunque ha concluido la forma de lucha armada practicada en los últimos años, aparecen autodefensas en manifestaciones reprimidas, protestas activas contra la impunidad fascista, contra la estrategia carcelaria de exterminio, contra la prepotencia cínica de la gran banca…

3.- Zerk eman dio EHko askapen prozesuari estrategia politiko-militarrak? | ¿Qué le ha dado al proceso de liberación vasco la estrategia político-militar?

Es muy correcto que la pregunta sea sobre la estrategia político-militar en vez de sobre la lucha armada a secas, porque de este modo se ofrece una perspectiva totalizante y dialéctica de las contradicciones de la realidad, no cayendo en la trampa de focalizarlo todo en el término tan manipulable de lucha armada. Toda, absolutamente toda estrategia política tiene un contenido militar que aparecerá más o menos explícito según los casos, pero que está en su núcleo al margen de que se practique o no. Una de dos: o miente quien sostenga que su estrategia política no tiene nada que ver con lo militar, o sólo tiene una táctica reformista que oculta detrás de su supina ignorancia de la historia humana. Ni una, la mentira, ni otra, la ignorancia, son argumentos.

Para finales del siglo XIX se habían concretado las cuatro grandes diferencias que separan absolutamente la estrategia político-militar revolucionaria de la táctica reformista: aceptar o rechazar la teoría de la explotación asalariada, de la ley del valor y de la plusvalía, etc.; aceptar o rechazar la teoría del Estado y de la democracia burguesa como garantes de esa explotación; aceptar o rechazar la visión materialista de la historia que entre otras cosas es atea e inmanente; y aceptar o rechazar la dialéctica como arma revolucionaria basada en la unidad y lucha de contrarios y el principio de negatividad. Las cuatro diferencias tienen sus respectivas conexiones particulares con violencias específicas, y en su conjunto con lo militar en cuanto antagonismo con el capital como relación social de explotación.

Ahora no podemos explicar las relaciones entre el capitalismo militarizado vasco y la cuádruple demarcación absoluta entre revolución y reformismo, o más exactamente entre independentismo socialista y opresión nacional. La síntesis de las cuatro se plasma en dos cuestiones vitales: ¿se puede o no se puede conquistar la independencia socialista solo y exclusivamente por métodos legales?, y ¿qué hacer si la respuesta es negativa, es decir, si se tiene la certidumbre de que el capital jamás se va a suicidar mansamente? Es claro que queda la tercera opción: excluir el contenido socialista de la independencia, y reducir ésta a una soberanía burguesa sujeta al dictado del imperialismo. Pero aquí no contemplamos esta huida hacia la nada.

Desde esta perspectiva, la estrategia abertzale reforzó la praxis del pueblo trabajador en cuatro cuestiones decisivas: una, la lucha contra la explotación asalariada demostrada con hechos como el alto números de luchas y huelgas, de delegados sindicales no integrados en el sistema, las relaciones entre la lucha obrera y la de los movimientos populares, etc. Este avance fue desplazando a la mayoría sindical reformista, creando las condiciones para la radicalización de sectores obreros, ampliando el sindicalismo de confrontación y lucha a franjas trabajadoras no sindicalizadas, etc. A pesar del giro interclasista de la dirección abertzale buscando acuerdos con la burguesía autonomista y la reciente ampliación de ese giro hacia la socialdemocracia y el eurocomunismo y sus correas sindicales, a pesar de esto, es incuestionable que la estrategia político-militar ayudó a crear una vanguardia proletaria dentro del pueblo trabajador que hoy, ahora, empieza a mostrar su fuerza.

Dos, la estrategia abertzale logró deslegitimar el Estado y la monarquía militar como ninguna otra fuerza en la península: en Hego Euskal Herria el Estado español y su tramoya parlamentaria no se han mantenido gracias a la decreciente legitimación que tenía en los sectores unionistas de la población vasca, claramente en retroceso, sino a la presencia palpable y a la vez difusa de sus fuerzas militares, incluidas en ellas las policías regionales y la industria de la seguridad, y al apoyo incondicional y permanente de la burguesía local y sus medios de alienación y cooptación. No debemos olvidar la tarea legitimadora del Estado realizada por la industria cultural, la universitaria, la del deporte asalariado, etc. Desde hace unos años sufrimos una contraofensiva que busca relegitimar al Estado y su democracia por todos los medios, también aprovechándose de los llamados a la paz, la normalización, la convivencia, etc., del soberanismo abertzale. La paz como absoluto kantiano es imposible en el capitalismo, todo lo más que puede lograr el reformismo es que la burguesía reduzca un poco la intensidad y alcance de algunas de sus violencias en formas de explotación que no son imprescindibles para el aumento de su tasa de ganancia, nada más.

Tres, la estrategia abertzale destrozó el esencialismo reaccionario de la burguesía autonomista y regionalista, sacando a la luz su naturaleza capitalista, obligándole a reconocerlo explícitamente a pesar de las liturgias de masas creyentes del Alderdi Eguna y de los sermones de EITB. También ha ayudado sobremanera al descrédito de la Iglesia, organización político-empresarial a las órdenes de un Estado extranjero, el Vaticano, aliado estratégico del imperialismo franco-español. Unido a los dos méritos anteriores, ha ayudado a la emergencia de un potente movimiento revolucionario de mujeres que avanza en la destrucción práctica del terror sexo-patriarcal sostenido en el esencialismo y en la religión, con efectos liberadores casi incalculables. La recuperación de colectivos de izquierda abertzale también tiene que ver que con la inmanencia del materialismo histórico aplicado hasta hace unos años: es la lucha de clases interna a Euskal Herria y, a escala más amplia, interna al capitalismo mundial, la que decide el presente y el futuro de nuestro pueblo.

Cuatro, la estrategia abertzale facilitó que la militancia y los sectores conscientes empleasen la ley de la contradicción en su vida cotidiana, superando la metafísica y el positivismo. Mientras que el intelectualismo progre deambulaba como un pato mareado alrededor de los autores encumbrados por la industria cultural, la militancia abertzale impulsaba la autoorganización popular, denunciaba la contrainsurgencia del Plan ZEN, derrotaba la nuclearización, rechazaba la OTAN y su base de tiro, humillaba la trampa constitucional, derrotaba a las narco mafias protegidas por el Estado, recuperaba el euskara, creaba medios de prensa crítica, luchaba por la Amnistía y denunciaba la tortura, frenaba a la patronal, mejoraba las infraestructuras, llevaba la contradicción a instituciones y parlamentos, era internacionalista y antiimperialista, creó contrapoder en problemas estructurales… La dialéctica son las masas en acción, y por eso no hay que popularizarla, porque asusta a la burguesía. Desde mediados de los ’90 la dialéctica de la unidad y lucha de contrarios fue desapareciendo para terminar imponiéndose el sentido común, el pragmatismo y la mortaja de la no contradicción.

4.- Noizbait askapen prozesuan borroka molde ez errangikorra bihurtu zen? Zergatik? | 4.- ¿En algún momento se convirtió en una forma de lucha no efectiva, dentro del proceso de liberación? ¿Por qué?

La pregunta no precisa si se refiere a los supuestos efectos negativos que ha podido tener la estrategia político-militar o a la lucha armada sobre el proceso de liberación vasco, si bien habla de modo de lucha, pudiendo dar a entender que se refiere a la lucha armada. Teniendo esto en cuenta, la mejor manera de responder a la pregunta es analizar qué repercusiones negativas han tenido las sucesivas doctrinas, sistemas, estrategias y tácticas de contrainsurgencia aplicadas por el Estado contra la cuádruple característica de la izquierda abertzale. Tengamos en cuenta que la «derrota del terrorismo» era el primer objetivo oficial de estas doctrinas, fachada cierta que ocultaba el verdadero fin: acabar con el independentismo socialista como paso para borrar la conciencia nacional de clase.

Hay que decir que ninguna de las sucesivas contrainsurgencias aplicadas fue –sigue siendo– creación exclusiva de los aparatos represivos de los Estados español y francés, sino que todas ellas recibieron «consejos» de otros servicios imperialistas: creación de «gestos por la paz», «madres por la paz», «manos blancas», «asociaciones de víctimas», «prensa libre», fundaciones «sin ánimo de lucro» en pos de la «convivencia», centros de «resolución de conflictos»…; ayudas en métodos de interrogatorios y torturas, seguimientos, control y vigilancia, infiltración, provocación, guerra sucia…; formas de guerra cultural, manipulación psicológica, mentiras, bulos y rumores… Todo vale.

Centrándonos en los cuatro puntos vistos, hemos de decir que no empezaron a tener problemas debido a los golpes del capital todos a la vez, en bloque y al unísono, sino por separado y con ritmos diferentes porque empezaron a recibir de manera desigual los diferentes zarpazos y dentelladas lanzados por la contraofensiva general del capitalismo mundial y sus materializaciones concretas en los Estados francés y español. Como sabemos esa contraofensiva que vulgarizamos con el nombre de neoliberalismo empezó con el golpe militar de Pinochet en Chile en 1973, dentro del Plan Cóndor que exterminó físicamente el grueso de la izquierda revolucionaria en Nuestramérica. Poco después, desde 1975 el proletariado de Alemania Federal empezó a sufrir golpes similares –el monetarismo– pero adaptados a la «democracia occidental», luego le seguirían la reducción de derechos sindicales en los EEUU, Gran Bretaña y resto del mundo capitalista.

Desde antes de la muerte del dictador Franco, el reformismo político-sindical empezó a denunciar la radicalidad del movimiento obrero vasco, diciendo que la lucha armada debilitaba su fuerza. En la historia de ETA se había debatido que la represión dificultaba la creación de un potente sindicalismo abertzale y se tomaron medidas al respecto. Los ataques al proletariado vasco vinieron desde todos los frentes: desmantelamiento industrial, intentos de acabar con el marco vasco de relaciones laborales, defensa de los Estados español y francés como únicos garantes de mejoras sociales, rechazo casi total de cualquier lucha o huelga larga y de casi todas las huelgas generales, indiferencia o rechazo de la lengua y cultura vasca en la lucha obrera, negativa a estrechar lazos con el movimiento popular y vecinal, lucha contra el «terrorismo», etc. Aun así, en Hegoalde el sindicalismo español sigue retrocediendo y se recompone también en Iparralde un «nuevo» sindicalismo abertzale que se autoorganiza para combatir las nuevas formas de explotación.

Si el capital no ha logrado todos sus objetivos en el ataque al proletariado, tampoco el Estado ha conseguido dotarse de una legitimidad «democrática» a pesar de los sucesivos planes de contrainsurgencia que comenzó a aplicar desde finales de los ’70, antes del gobierno del PSOE. Es cierto que ahora no se ven en las calles tantos controles de las fuerzas armadas españolas, pero su presencia es innegable. La vigilancia física, que no ha desaparecido, ha sido reforzada masivamente por las nuevas tecnologías de control que llegan a lo más íntimo de la cotidianeidad. El endurecimiento de las «represiones blandas» –ley Mordaza, etc.–, tiene efecto-rebote contra la débil legitimidad estatal y contra la cada vez más cuestionada omnipotencia de las policías autonómicas y forales. Si bien es cierto que el apoyo de EH Bildu al gobierno español mitiga en algo la profunda ilegitimidad del Estado en el pueblo trabajador, no es menos cierto que el imparable empeoramiento de las condiciones de vida, trabajo, derechos y libertades vuelve a debilitarlo.

Por ejemplo, también se produce un efecto-rebote al conocerse la tramoya político-económica interna que sostiene a ese bodrio maniqueo, intelectualmente plano y con trozos plagiados, que es la novela Patria. Estamos ante otro de tantos métodos de guerra cultural que repite los mismos errores de aquel montaje que fue la declaración de Donostia como capital de la supuesta «cultura europea» en 2016, por citar un solo caso del empleo de la ideología imperialista como arma de contrainsurgencia.

A los fracasos relativos del imperialismo franco-español contra el movimiento obrero y contra la legitimidad del independentismo socialista, hay que unirle también su fracaso en el intento de acabar con la (re)construcción a modo de ave Fénix de la izquierda abertzale tras el bajón sufrido entre 2011 y 2016. La orfandad teórica que minó la solidez de la militancia desde finales de los ’90 está siendo superada gracias a que el arraigo del materialismo histórico pudo dar respuestas básicas a los nuevos ataques burgueses arriba vistos. Fue una tarea ardua, sistemática y paciente llevada a cabo por grupos de militancia crítica que ahora, bajo el impacto terrible de la Covid-19, está demostrando sus méritos y eficacia en los debates para concretar la aún imprecisa estrategia revolucionaria que dirija la lucha contra el «nuevo» capitalismo.

Semejante labor también está facilitada por la pervivencia en sectores concienciados de la ley de la unidad y lucha de contrarios, que en lo social explica la objetividad de la lucha de clases al margen de la subjetividad fetichizada. La Covid-119 confirma la emergencia de lo nuevo, el salto cualitativo, el principio de concatenación universal, etc., elementos sustanciales de la dialéctica, y por ello mismo la interpenetración entre la crisis socioeconómica y la crisis sanitaria como elementos definitorios de la crisis política de legitimidad del capitalismo. Así se comprende mejor el valor crucial de la praxis como momento de opción revolucionaria organizada después años de bombardeo ideológico sobre la «paz».

Este repaso rápido de los cuatro componentes esenciales de la estrategia revolucionaria desde finales del siglo XIX –teoría de la explotación, teoría del Estado, materialismo histórico y dialéctica–, muestra que las movilizaciones y reivindicaciones que el pueblo trabajador ha sostenido con su compromiso diario no han sufrido un fuerte desgaste por la sistemática campaña «anti-terrorista». Más bien, han sido los cambios introducidos por el capital desde hace más de tres décadas, y el mismo agotamiento de las formas de lucha contra el Estado keynesiano y Taylor-fordista, los que han pulverizado a las izquierdas ancladas en dogmatismos mecanicistas y metafísicos que daban y dan más importancia a los resultados electorales generales, a la presencia en las instituciones burguesas, que a la fuerza real de la clase trabajadora, con sus altibajos, demostrada durante décadas a pesar del bombardeo represivo.

5.- Gaur egun, borroka armaturako baldintzarik ote dago? | ¿Existen hoy en día condiciones para la lucha armada?

La respuesta depende de lo que entendamos por «condiciones». En abstracto, algunas veces pueden darse «condiciones» para que surja algo parecido a la lucha armada si por tal cosa se entiende la aparición de grupúsculos guiados por un voluntarismo subjetivista extremo con nulo o muy débil arraigo en el pueblo trabajador, y menos aún en el proletariado. Es más fácil que surjan grupos que no practiquen la lucha armada sino formas de sabotaje no violento, boicots, pintadas, concentraciones y escraches, etc., pero esto nos lleva a cuestiones que no podemos desarrollar ahora.

En concreto, hoy no hay condiciones para iniciar una lucha armada como la mantenida en los últimos tiempos por dos razones básicas: una, porque el grueso de la izquierda vasca no conoce con la suficiente precisión teórica y ductilidad práctica todos los recovecos de las nuevas formas de explotación, todas las violencias por ellas generadas, todas las ramificaciones sociales que surgen de ellas y cuyo conocimiento es necesario para iniciar una estrategia larga de enfrentamiento. Aunque en las dos últimas décadas y sobre todo desde 2007 el proletariado y el pueblo trabajador venimos sufriendo el nuevo salvajismo, y aunque los avances teóricos son innegables, todavía el promedio social interpreta la situación sociopolítica en buena medida según de los códigos anteriores.

Recordemos los años de preparación clandestina que mantuvo EKIN desde 1952 para dar el salto a ETA, y el tiempo que esta organización tardó en recorrer los niveles más bajos de acciones, desde pintadas y regadas de propaganda, hasta unas pocas bombas sin buscar daños, pasando por banderas y requisas a la burguesía desde 1965 antes de dar el salto decisivo en 1968. Durante este tiempo, la militancia se fue preparando, estudiando la realidad vasca, debatiendo y escindiéndose. Muchos tuvieron que aprender o mejorar la lengua, y todos, la verdadera historia popular de Euskal Herria. Trece años de estudio transcurren desde EKIN hasta la asunción de un socialismo sui generis por ETA en su IV Asamblea de 1965. La dictadura franquista y la extrema debilidad organizativa de las izquierdas, así como su descarado españolismo, dificultaron ese estudio, pero aquella juventud tenía voluntad de aprender, estaba cerca de la frontera con Iparralde lo que facilitaba el acceso al conocimiento, y disponía de una excelente y dura memoria militar heredada de tantas guerras.

Y dos, porque la apología de la «paz», el abandono de la ética de la resistencia y del derecho a la rebelión, así como el desmantelamiento de las estructuras que se ha llevado a cabo en la última década, unido al debilitamiento teórico anterior, han enfriado casi por completo el clima psico político necesario para un cuestionamiento radical de la obediencia inconsciente de las masas. Si bien, como hemos visto arriba, el Estado no ha logrado victorias estables que le garanticen un largo período de «normalidad social» con la que explotar tranquilamente al pueblo trabajador, no es menos cierto que por ahora se ha debilitado la disposición psicológica de sectores para, al menos, apoyar de algún modo a quienes podrían seguir resistiendo. Si bien, como hemos visto, todo parece indicar la tendencia al alza de la radicalización autoorganizada fuera de los partidos que acatan la ley burguesa como único medio de acción política, todavía quedan sectores encadenados por la obediencia irracional, por el pragmatismo oportunista o por el sentido común como expresión del pensamiento dócil.

Hoy por hoy, apenas se teoriza sobre la esencia definitoria de la especie humana genérica: en el principio fue la acción para defender o conquistar la libertad, y no el verbo para implorar perdón y dádivas.

6.- Zertan eragin die beste herri zapalduei EHn egondako estrategiak? | ¿Cómo ha incidido en otros pueblos oprimidos la estrategia que había en EH?

Dicho rápidamente, podemos discernir al menos cinco grandes influencias muy positivas:

La primera, el soplo de esperanza que alegró a las organizaciones clandestinas y a los sectores sociales que empezaban a enfrentarse al franquismo desde la década de 1960, cuando las todavía escasas pero heroicas luchas obreras en el Estado, como la de los mineros asturianos de 1962, eran reprimidas salvajemente y silenciadas por la dictadura. En este mismo año, las huelgas se extendieron por Catalunya, Andalucía, Madrid, Galiza… La declaración de Estado de Excepción en ese 1962 en Bizkaia y Gipuzkoa fue un aviso de que las cosas empezaban a cambiar. La huelga de casi seis meses en la empresa vizcaína Laminaciones de Bandas en 1966-67, fue seguida con gran interés por las clases explotadas. También. En aquellos años de plomo, las buenas noticias eran como lluvia en el desierto. La resistencia antifranquista empezaba a dejar de ser subterránea, difusa, para ir tomando consistencia, como se demostró con la huelga de SEAT en 1971 o en la del Ferrol en 1972.

La segunda, la militancia que por medidas de seguridad tenía que dejar Euskal Herria trasladándose a otros pueblos del Estado. Mucha de ella provenía de las escisiones sucesivas de ETA, lo que ayudaba a organizar la lucha en el Estado y a divulgar la causa vasca. Pero más importante fueron las relaciones y las alianzas que ETA-berri y ETA VI establecieron con organizaciones del Estado español y de Europa para crear partidos revolucionarios que tras una decantación terminaron asumiendo líneas maoístas y trotskistas que llegaron a tener bastante implantación en medios estudiantiles, populares e intelectuales. Con el tiempo, buena parte del apoyo que tuvo Herri Batasuna en las elecciones europeas provino del internacionalismo de estas organizaciones.

La tercera, el internacionalismo de ETA V en el Estado no sólo para crear redes de apoyo para su estrategia político-militar sino contactar y relacionarse con personas y grupos revolucionarios, culturales, obreros y populares, con ejemplos muy conocidos. Estas relaciones, unidas a las anteriores, crearon las redes de solidaridad vitales para la lucha contra la represión, contra los consejos de guerra y los juicios en la Audiencia en Madrid, las redes de ayuda a las visitas a las cárceles de familiares de presos y presas, etc. Estas redes también se extendieron al Estado francés. Todo ello facilitó de algún modo los contactos con movimientos sociales, sindicatos y partidos, grupos culturales, etc., sobre todo en las naciones oprimidas.

La cuarta, sobre lo anterior más el aporte de las luchas obreras y populares en Euskal Herria, surgieron muchas relaciones internacionalistas para enfrentarse a opresiones comunes, como la larga lucha contra la nuclearización en la que el movimiento antinuclear vasco era referencial; otro tanto en la defensa de los derechos democráticos, laborales, sociales, contra la opresión nacional, contra la tortura, y los inicios de la solidaridad antipatriarcal etc.; recordemos el apoyo electoral a Herri Batasuna, pero no olvidemos la solidaridad teórica con debates sobre las diferencias político-organizativas entre la forma-partido verticalista y la forma-movimiento del MLNV, forma que fue uno de los secretos de sus victorias que ahora se olvidan o se niegan; relacionado con esto, recordamos la enorme aportación que supuso para muchos grupos del Estado la larga lucha vasca contra la heroína como arma de destrucción biológica; también reivindicamos los lazos político-culturales formados al calor del rock radical vasco y de la recuperación de la cultura popular…

La quinta, a otra escala estas relaciones u otras similares se establecieron con partidos y organizaciones revolucionarias de Nuestramérica, incluso con la participación de vascas y vascos en guerrillas con ejemplos admirables que honramos. También las hubo con grupos culturales y prensa de izquierda. En Europa la acción internacional del MLNV fue surtiendo efecto como se comprobó primero durante el consejo de guerra de Burgos de finales de 1971 y sobre todo contra los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975.

Uno de los objetivos centrales de la llamada «transición democrática» fue debilitar en la medida de lo posible las relaciones internacionales de la izquierda abertzale, relaciones legales en el marco democrático del momento. Como casi la totalidad de las relaciones eran con grupos obreros y populares, organizaciones de izquierda, etc., la burocracia dirigente del PCE presionaba mucho a sus bases para que no se relacionasen con la izquierda vasca, presiones despreciadas por la militancia. Para debilitar la presencia internacionalista de la izquierda abertzale hizo falta: la criminalización y las sucesivas represiones e ilegalizaciones que golpearon a la izquierda vasca; el debilitamiento de los colectivos solidarios por la desindustrialización dirigida por el PSOE; el reflujo de la lucha de clases que ello acarreó y por efectos desmovilizadores del reformismo político-sindical; la reactivación del nacionalismo imperialista español…

 

 

 

 

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