Un blog desde la diáspora y para la diáspora

sábado, 25 de febrero de 2023

Egaña | La Policía de la Moral

Les compartimos este texto de Iñaki Egaña inspirado en la mordaza que hoy en día a todo se aplica:


La policía de la moral

Iñaki Egaña

Durante siglos hemos estado acogotados por los límites morales que imponía la Iglesia Católica, con la excepción de aquellas reinas navarras protestantes que nos llevaron, intransigentes unos y otros, a una guerra de religión en la Euskal Herria continental. A ambos lados de la muga, quemaron a nuestras herboleras, torturaron a sus hijas y nos introdujeron la “santidad” hasta el tuétano. Placer, alegría y humor eran pecado y el miedo al fuego eterno nos obligó a esconder públicamente nuestras tendencias de vida, aligeradas por una confesión de arrepentimiento que nos volvía al punto cero de una supuesta depravación natural.

Hasta que, con el tiempo, la modernidad nos sembró de dudas. Un papa fascista descabalgó a una generación de misa diaria, la exposición del Big-Bang se cargó la Biblia al completo, mientras que con Darwin y el destripe de la cadena del ADN llegamos al convencimiento de que éramos de la misma naturaleza que los escarabajos y apenas nos diferenciábamos de los chimpancés en el espesor de las cejas. En este punto, la moralidad católica se desmoronó, también tras denunciar (lo sabíamos desde siempre), que sus divulgadores de sotana eran los más pecadores del recinto. Aquella policía de la moral estricta religiosa sigue existiendo, pero su recorrido social se ha reducido a los propios de una secta más.

Sin embargo, esa misma modernidad ha provocado nuevos policías moralistas. Algunos cargados de galones, embozados gracias a leyes que, como la Mordaza, dan carta blanca a interpretaciones tan subjetivas que la mayoría de las veces estamos a merced de lo que decidan cuatro canallas. Otros, en cambio, sustitutos de aquellos sacerdotes que nos mandaban al infierno a las primeras de cambio. Estos últimos, alentados por el caos de las redes sociales, donde los cowboys son legión, nos pretenden contaminar de una supuesta moralina del “políticamente correcto”.

Los primeros, los del orden, el uniforme, levita, turuta y teleberri, son un hilo que nos ha recorrido desde que tenemos memoria. La razón siempre está del lado del fuerte. Es una moral podía decir que estrictamente política. Pero no sería cierto, porque desde que se inventó la escritura, se gestionaron los silos para los cereales y surgieron las jefaturas de los valles, todo es política. Desde el riego de saborizantes artificiales para endulzar nuestros postres hasta la elección de la sede finalista del próximo mundial de pádel.

Esta pirámide construida desde la cúspide del poder político y económico, va descendiendo de forma autónoma hasta alcanzar los niveles más bajos. No hacen falta cursos de instrucción, ni de perfeccionamiento. La transmisión es perfecta. Hace poco, Oriol Junqueras, que fue antes de su inhabilitación profesor, intentó alfabetizar e ilustrar a los internos de Extremera, en los tiempos que sufrió prisión por avalar un referéndum democrático para Catalunya.

Como es normativo, los presos deben presentar miles de instancias para intentar normalizar su existencia en el interior de los muros penitenciarios. Junqueras, que ya había establecido un grupo de internos a los que enseñar cuatro cosas, fue señalado por un funcionario que lo corrigió. Para educar, como para solicitar más papel higiénico, también hay que rellenar una instancia. Así que el líder catalán completó el papel timbrado especifico señalando que iba a impartir clases de historia. Su especialidad. Un anónimo funcionario, que conocía perfectamente las reglas del juego global, le contestó por escrito que “no se pueden dar clases de historia porque la historia es un arma de manipulación masiva”. Así que Junqueras lo intentó de nuevo, esta vez añadiendo que las clases serían de filosofía. La respuesta de manual: “no se puede dar clases de filosofía porque la filosofía ayuda a cuestionar el orden existente”.

Hombre, Junqueras. Te lo podías haber imaginado, le dijeron los presos. Elige algo neutral, que ya sabemos cómo se las gasta el sistema. Así que Oriol fue a lo sencillo, matemáticas. Pero el régimen que dicta las normas morales, y por tanto políticas, halló la respuesta: “no se pueden dar clases de matemáticas porque las matemáticas pueden usarse para delinquir”.

Si los de uniforme y sotana han marcado durante siglos la moralidad oficial, un sector de la sociedad civil se ha venido arriba para acompañar a la policía de la moral de siempre, repartiendo carnés entre sus colegas y ejerciendo labores de corrección social. De manera gratuita, pero con la intención de modificar a su antojo las normas sociales no escritas. Lo que antes era un simple comentario de taberna, ahora se ha convertido en una sesuda reflexión gracias a la visibilidad de las redes sociales. Antes, esa reflexión no era sino una majadería más. Hoy, sin embargo, gracias a las aplicaciones del teléfono y su repercusión inmediata, lo que sigue siendo una majadería se puede convertir en un ataque contra la libertad de alguien que ni siquiera se ha enterado de que ha sido nombrado.

La pandemia ya creó una nueva categoría, con la policía de los balcones, capaz de incriminar a un perro por bajar a mear dos veces al día cuando la norma sanitaria imponía una. Desde entonces, los policías de la moral han ido creciendo, aupados en esa ñoñería que nos va a convertir en seres insulsos, desapasionados. Desde que Jon Maia escribió la letra que musicó Ken Zazpi, aquella de “Itsasoa gara”, (que me perdonen Maia y Elorrieta por el recurso) nos quieren equiparar al agua: incoloros, inodoros e insípidos.

La última a propósito del carnaval. En aras a esa corrección moralista, que me recuerda a la que imponía la religión, no hemos podido disfrazarnos de negros, chinos o esquimales. ¿Andaluces o toreros? ¡Por Dios! Tampoco de animales, porque se les “cosificaba”. ¿Mujeres por hombres, hombres por mujeres? Ni me atrevo a comentarlo. Al final, únicamente serán políticamente correctos los bomberos (policías) del distópico “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury. Al tiempo.

 

 

 

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lunes, 20 de febrero de 2023

Más de 1,700 Víctimas en Pico Reja

Siguiendo la estela de muerte dejada por el españolismo pasamos de Nafarroa a Andalucía, en específico a Sevilla en donde se dan por terminados los trabajos en la fosa común de Pico Reja, trabajos que han arrojado una cifra de víctimas simplemente espeluznante; 1,700.

1,700 víctimas del nacionalismo español solo en Sevilla, en una de las tantas fosas. Ese nacionalismo del cual nunca hablaron ni Carlos Monsiváis ni su homónimo de apellido Fuentes. Ese españolismo que añora las glorias del pasado y tiene a su casta divina anclada en el siglo XV. Casta proclive a la violencia para imponer su intolerante visión de lo que es ser español. Esos 1,700 de esa fosa eran 'españoles fallidos' según quienes les asesinaron y que a la fecha son quienes ordenan y mandan en el estado español. Ese españolismo al que incluso hoy le cantan alabanzas lo mismo Fernando Savater que Mario Vargas Llosa o Arturo Pérez Reverte.

Aquí lo que nos informa Público:


Sevilla recupera los restos de más de 1.700 víctimas del franquismo en una de las mayores fosas de Europa

El Ayuntamiento de la capital andaluza pone fin a los trabajos de exhumación de Pico Reja después de tres años de excavaciones.

Raúl Bocanegra

Sevilla ha completado la exhumación de la fosa de Pico Reja, que comenzó a excavarse hace tres años y de la que se han extraído más de 1.700 cadáveres de represaliados tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Así lo recoge el último trabajo hecho público por Aranzadi, la sociedad que se ocupa de los trabajos técnicos, que fueron impulsados por el Ayuntamiento de Sevilla y apoyados por el Gobierno de España, la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla.

El Ayuntamiento organiza este martes un acto con el que rematar las tareas, que culminan así un trabajo concienzudo y que supone, según Aranzadi, "la mayor fosa común abierta en Europa occidental desde Srebrenica (Bosnia y Herzegovina)". "No queda ni un hueso de víctima. Las familias en un acto simbólico cerrarán con una pala el último espacio que queda", aseguran a Público los responsables de la excavación. El 28 de marzo está previsto que se haga un entierro.

"Se libera la mayor parte del terreno de la fosa en un 99,56%, salvo una zona con restos quemados de víctimas, espacio que permanecerá hábil hasta los primeros días de febrero, momento en el que se completará la exhumación de la última víctima", se recoge en el último informe –aún provisional– de principios de mes. Este trabajo ya se ha culminado.

En ese informe, se explican los últimos pasos que se han dado en estos días en la fosa: recuperar los últimos cuerpos, con indicios de que fueron quemados. "Se alcanza el piso de la fosa en todas las partes del espacio de intervención salvo en los dos o tres metros cuadrados donde quedan los últimos restos de víctimas. Aparecen diversos cuerpos afectados por el fuego, sin que el sedimento se muestre torrefactado, de modo que cabe deducir que estos cuerpos, en algunos casos con daños al nivel del hueso, sufrieron esta exposición a altas temperaturas en algún otro emplazamiento", prosigue.

"Tanto las últimas evidencias de víctimas exhumadas en este mes como la revisión de materiales aportan claras pruebas criminales", se lee en el trabajo. Los expertos aportan fotografías de orificios de entrada y de salida de proyectiles en cráneos, de roturas antes de muerte de hueso –un fémur izquierdo por impacto de proyectil–, además de fracturas de húmero "por el impacto de un proyectil a alta velocidad" y de alambres de cordada de presos. Este tipo de pruebas –y otras registradas mes a mes en los demás informes– permiten a Aranzadi afirmar que hay "evidencias de represaliados" en 1.786 cuerpos.

La exhumación superó ampliamente las cifras esperadas y el Ayuntamiento tuvo que poner más dinero para completar los trabajos en el verano de 2022. Así lo explican los científicos: "Se culmina la exhumación de todas las evidencias vinculadas a la actividad funeraria, cuya presencia ha provocado una importante distorsión en el planeamiento de los trabajos desde el primer día. A falta de flecos mínimos casi puede decirse lo mismo de las víctimas". La expectativa era hallar en torno a 850 víctimas del franquismo –han sido 1.786– y otros 250 restos propios de enterramientos "legales".

Finalmente, en total, de la fosa se habían intervenido a finales de enero 10.075 "sujetos" de los que, además de los asesinados tras el golpe, 4.781 eran personas "en ataúdes" –de las que se han descontado 60 víctimas–, 3.343 "restos en desconexión anatómica" y la "actividad funeraria", es decir, en osarios, y otros 165 restos aislados extraídos en las prospecciones de los primeros meses.

Sobre los trabajos en la fosa, Remedios Málvarez y Arturo Andújar han elaborado el documental Pico Reja, la verdad que la tierra esconde.

"Ha sido una tarea muy dificultosa. Sevilla fue una de las provincias donde más se mató. En torno a las 13.000 personas [unas 3.300 en Sevilla]. De ahí viene la fama de Queipo. Los estudios que se han hecho han ido sacando lentamente, muy lentamente las cifras, que son estimaciones. El franquismo tuvo 40 años, en los que fueron destruyendo documentos. Falta documentación, hay una carencia documental", asegura a Público el historiador Francisco Espinosa, autor, entre otros trabajos, de La Justicia de Queipo.

¿Dónde está Blas Infante, considerado padre de la Patria Andaluza, fusilado en agosto de 1936? "Vete a saber dónde. Ese es un terreno que es muy difícil penetrar en él. Es un ejercicio muy difícil de saber y más en una ciudad como Sevilla donde se mató tanto y durante tanto tiempo", reflexiona Espinosa.

Entre las víctimas enterradas en la fosa de Pico Reja, se ha especulado con que, además de Infante, podría estar el último alcalde republicano de Sevilla, Horacio Hermoso, y se ha escrito que acogería los restos de varios miembros de la columna minera de Riotinto.

Para Espinosa es muy relevante haber terminado la exhumación: "Para los familiares es muy importante identificar, pero en muchos casos, eso es imposible", afirma. Después, añade que también deben completarse las investigaciones y "explicar por qué están ahí los muertos: Que se cuente lo que sucedió".

El golpe en Sevilla

De la lectura de los trabajos de los historiadores se puede elaborar un relato de cómo se vivió en Sevilla el golpe del 18 de julio de 1936 y la represión posterior. Así describe Hugh Thomas en La Guerra Civil Española la toma del control de Sevilla por Queipo de Llano: "No tenía relación con la ciudad […] había llegado allí el 17 de julio en su coche oficial (un Hispano Suiza) […] Se instaló durante la mañana del 18 de julio en un despacho del cuartel general que había sido abandonado por el calor. […] Luego cruzó el pasillo y fue a ver al general Fernández Villa-Abrile, […] jefe de Andalucía".

Al ver que este no se decidía a apoyarlo, Queipo lo arrestó y tomó el control del regimiento, que era "una fuerza muy pequeña para apoderarse" de una ciudad del tamaño de Sevilla. Pero el comandante del cuartel de Artillería y sus oficiales apoyaron el golpe. Prosigue Thomas: "Se llevaron cañones de grueso calibre a la plaza de San Fernando y se cercó el gobierno civil. […] Una bomba alcanzó el gobierno y el gobernador civil telefoneó a Queipo y se rindió. […] Entonces la guardia civil de Sevilla se sumó a la sublevación. A última hora de la mañana, el centro de la ciudad estaba en manos de Queipo". "Luego, Queipo se apoderó de la emisora de radio. A las ocho de la tarde transmitió la primera de su famosa serie de arengas".

Antes de que sucumbiera al golpe, Radio Sevilla, según Thomas, había hecho "un llamamiento a la huelga general y pidió a los campesinos de los pueblos vecinos que acudieran a recibir armas". Pero el número de armas era "muy reducido". "Durante la tarde, los obreros construyeron barricadas en los suburbios", escribe Thomas.

Aquí, su relato entronca con la escalofriante investigación que hizo el historiador José María García Márquez, publicada en la web Todos los nombres,  sobre la represión militar en El Cerro del Águila y Amate, dos barrios obreros –los "suburbios" de Thomas– de Sevilla. Los datos del padrón de 1935 arrojan 6.179 habitantes en Amate y 5.915 en El Cerro, con tasas de analfabetismo del 67,8 en El Cerro y del 35,7 en Amate.

Escribe García Márquez: "Los vecinos […] se enteraron muy pronto. Muchos vecinos que en esos momentos salían de trabajar llevaron a sus barrios de primera mano las noticias de los tiroteos que se estaban produciendo en el centro de la ciudad […] Incluso se pudieron escuchar en la lejanía […] los disparos que la artillería hizo para forzar la rendición del Gobierno Civil".

"Los militantes –prosigue García Márquez– más jóvenes y destacados de las organizaciones políticas y sindicales de la izquierda sevillana en ambos barrios, empezaron a reunirse y agruparse. […] La primera decisión que tomaron fue la búsqueda de armas. Solamente algunos tenían pistolas y en algún caso escopetas de caza. Y aunque sobraban brazos para empuñarlas, la falta de armas se convirtió en la tarea más urgente. […] Para evitar que las fuerzas del ejército cruzaran con facilidad el Tamarguillo, cortaron árboles a modo de barricadas. […] El número total de hombres que se consiguió armar en los dos barrios no pasó en ningún momento de unos cuarenta componentes aproximadamente, y la mayoría de ellos con escopetas, algunas inservibles y otras obsoletas".

Al principio, los golpistas se ocuparon de tomar otras zonas de Sevilla, pero al cabo de unos días, "quedaría claro que los deseos de defensa de El Cerro y Amate […] iban a resultar irrealizables ante las fuerzas del ejército". "Salvo una pequeña resistencia […], todo terminaría muy pronto. En la mañana del 23 de julio las fuerzas [golpistas] entraron en el barrio sin resistencia alguna y se empezaron a practicar numerosas detenciones. […] No conocemos detalles de la forma en que se llevó a cabo la ocupación de ambos barrios. Algún testimonio oral indicaba que en Amate se prendió fuego", escribe García Márquez.

Oleada de detenciones

Una vez que la ciudad y sus barrios quedaron en poder de los golpistas "se desató una enorme oleada de detenciones de hombres y mujeres, para lo que bastó una simple sospecha de izquierdista, un carnet de afiliado a un sindicato o una delación oportuna de un vecino. […] El terror que producían estas detenciones, sobretodo de madrugada, se extendió con rapidez a medida que iban llegando noticias por doquier de la desaparición de numerosos vecinos y el asesinato de varios de ellos que se fueron conociendo por sus familias", escribe García Márquez.

El primer caso fue el de Juan Mancebo Almendro, factor ferroviario que trabajaba en la estación de Camas y que vivía en El Cerro con su mujer Eugenia y tres hijos en la calle Julio Verne. "Su cadáver apareció el 24 de julio de 1936 en las tapias de la piscina de Los Remedios, según le dijeron dos testigos a su mujer. Unos días después, el día 1 de agosto, se conoció la muerte de Antonio Camacho López, conocido en el barrio por Camacho y poco después, la de Joaquín González Nuevo, que tenía una imprenta. […] No sabemos si Antonio Muñoz Codina, sepulturero en el cementerio de Sevilla, llevaría noticias al barrio de lo que allí estaba ocurriendo, pero dos compañeros suyos de trabajo, Sebastián Tejido Holgado, portero del cementerio, y Antonio Molina Merchán, sepulturero como él, informaron de su muerte en agosto de 1936, después de haber sido detenido", escribe García Márquez.

La fosa de Pico Reja fue abierta en 1925 y, según el Ayuntamiento de Sevilla, "estaba en uso el 18 de julio de 1936". Fue allí "donde se empezaron a depositar las primeras víctimas de la represión y de los combates en el centro de la ciudad. El 6 de agosto el administrador del Cementerio informó que estaba a punto de llenarse, suponiendo que se colmataría a finales de ese mes". Una vez colmatada, ante la falta de espacio se abrieron otras dos fosas en el costado contrario, conocidas como Antigua y Monumento y años después en el lateral derecho de nuevo otras dos –una reutilizada-, Antigua 1940, Rotonda de los Fusilados 1942.

Este periodo de represión duró varios meses, en los que se sucedieron los asesinatos. "Las detenciones prosiguieron sin cesar y con ellas las desapariciones", escribe García Márquez, que va desgranando en su escrito nombre tras nombre. Por fin, en noviembre de 1936 "parecía que la represión disminuía y cada vez eran más esporádicos los registros y detenciones de madrugada".

Espinosa explica que hubo dos fases en la represión, una primera basada en los bandos de guerra, que, en resumen, "permitía acabar con la vida de cualquiera en el momento que se quisiera: ese al paredón". "Esa primera fase es durísima. Hacen lo que les da la gana, avanzan y van matando gente. En esa etapa cae la mayor parte de la gente y no quedan huellas, vamos sacando cifras y cantidades, pero son todas aproximadas siempre. El mapa de las fosas comunes coincide con la violencia y terror de esos primeros meses", asegura Espinosa.

Después, en noviembre, como identifica García Márquez, le sucede una segunda fase en la represión, que arranca en noviembre del 36. "Ya se habían consolidado, ya tenían ayuda de Alemania y de Italia, deciden meterse en una estructura represiva judicial-militar, y organizar consejos de guerra. Se monta entre noviembre del 36 y febrero del 37 y se consolida después. Para saber lo que fue la represión, la segunda fase ofrece más información, a la mayor parte los inscriben en los registros civiles. Esta fase dura hasta el 45. El terror aminora hacia los años 50. Sevilla en el proyecto de los golpistas era el punto de llegada del ejército de África, tenían que tomarlo. Era un punto estratégico".

Así, "cuando muchos creían que la represión ya había pasado, se pusieron en marcha los consejos de guerra sumarísimos". Uno de sus víctimas fue Antonio Pérez Gutiérrez, de 28 años, casado y también vecino de Amate, donde se dedicaba al cuidado de una piara de cabras que tenía. "Había sido –escribe García Márquez– secretario de la sociedad de Cabreros y Vaqueros adherida a la CNT. Su detención se llevó a cabo el 29 de agosto de 1936 y pasó en comisaría y en prisión los terribles meses del verano y otoño, librándose de las numerosas sacas que se produjeron […]".

"Cuando parecía que su calvario había terminado fue procesado. El informe de la Guardia Civil que se envió al juez militar decía que asaltaba los trabajos de los cortijos próximos a esta capital y con sus cabras causaba toda clase de daños en las fincas. Estas canalladas escritas por el benemérito cuerpo de la Guardia Civil, sin pruebas de ninguna clase, eran suficientes para condenar a un hombre", remacha el historiador. Pidió clemencia al auditor de guerra Bohórquez –sacado de la Basílica de la Macarena, donde estaba enterrado, junto con Queipo hace unos meses–, pero, según García Márquez, "evidentemente Antonio Pérez desconocía qué clase de sujeto era".

 

 

 

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domingo, 19 de febrero de 2023

Ley de Secretos Españolistas

Continuamos con el tema de la muy  franquista y españolista Ley de Secretos Oficiales con este artículo de Naiz:


Rubio, investigador de los GAL: «Lo publicado no ha servido para instaurar una verdad jurídica»

El periodista Antonio Rubio, autor entre otros de un podcast que detalla toda su investigación sobre los GAL, ha acudido este miércoles a Bilbo para hablar sobre la Ley de Secretos Oficiales y, de paso, contar algunas anécdotas sobre varios casos que nunca han contado para la judicatura.

Marcel Pena

Si alguien conoce bien algunos de los episodios más turbios de la política española del último medio siglo es Antonio Rubio, conocido por su labor como periodista de investigación y galardonado con el premio Ondas Globales al Mejor Podcast de No Ficción ‘GAL: el triángulo’.

Bajo el título ‘España, un país sin memoria’, y moderada por el periodista Juan Carlos de Julián, Rubio ha protagonizado una charla este miércoles en Bilbo en la que ha analizado los pormenores de la Ley de Secretos Oficiales, que data de 1968, y que podría arrojar luz, ha dicho, desde sobre el atentado contra Carrero Blanco en 1973 hasta las implicaciones en la muerte de Ignacio Ellacuría, pasando por el intento de golpe de Estado del 23F o la guerra sucia contra el independentismo vasco.

Según Rubio, los 50 años –65 en algunos casos– que deben pasar en el Estado español para la desclasificación de documentos oficiales según el último borrador filtrado desde el Gobierno son una cantidad desmesurada, muy lejana de los 25 años que aconseja la OTAN y contemplan las leyes de la mayoría de países occidentales.

Estos son algunos de los episodios que Rubio ha recordado este jueves y que, según él, podrían esclarecerse de no ser por la Ley de Secretos Oficiales:

Aznar, en 1996: investigar los GAL subvertiría la democracia

«Cuando se pidió la desclasificación de algunos documentos del CSID con el tema de los GAL, que publicamos en mayo de 1996, el que ya era presidente José María Aznar dijo que ‘si investigara los GAL, se subvertiría la democracia’».

Juez del caso Lasa y Zabala: «Razón de justicia»

«Haciendo el podcast de ‘GAL:el triángulo’, hace un año, entrevistamos a Javier Gómez de Liaño, que fue el juez del caso Lasa y Zabala, del que sabemos los autores materiales pero no los autores intelectuales. Gómez de Liaño, para mí uno de los jueces con más dignidad que ha habido en la judicatura española. Cuando le planteé el tema de los GAL me dijo que a él le pidieron que no actuara ‘por razón de Estado’, pero que para él estaba por delante ‘la razón de justicia’».

Cinta de Gómez Nieto con Perote: «No se oye bien»

«Recuerdo que en la cinta de Gómez Nieto, miembro del CSID que estaba en Intxaurrondo, con Alberto Perote, jefe de Misiones Especiales del CSID, se escuchaba perfectamente cómo Gómez Nieto le contaba a Perote que a Lasa y Zabala les habían hecho hacer ‘dos agujeros’ y les pegaron ‘dos tiros’. Cuando entregamos esa cinta en la Audiencia Nacional, dijo el magistrado que no se oía bien. Cuando entregamos la transcripción manuscrita, que es muy importante para un estudio grafológico, que Gómez Nieto le graba a Rodríguez Galindo, jefe del cuartel de Intxaurrondo, manuscrita, no se aportó a la instrucción. El problema es que todo lo que hemos publicado, que es la verdad periodística, no ha servido para establecer una verdad jurídica».

«Si me siguen tocando los cojones saco hasta lo de Carrero Blanco»

«Sobre el 23F publicamos cómo López Montero, abogado de [Antonio] Tejero, escuchó al señor [José Luis] Cortina, después de tener una presión importante en la vista oral con el fiscal detrás de él, decirle a alguien por teléfono: ‘Si me siguen tocando los cojones saco hasta lo de Carrero Blanco’. El señor Cortina no ha sido llamado a declarar, porque teóricamente el 23F ha prescrito».

Barrionuevo y Sancristóbal: «Hay que actuar como Thatcher»

«Recuerdo una conversación entre José Barrionuevo, exministro del Interior, en la calle, y Julián Sancristóbal, director de Seguridad del Estado, en la cárcel. Tuve suerte –o supe moverme– y conseguí la grabación de esa conversación, que publiqué, y que entre otras cosas se oía que había que decirle ‘al número uno’ que en el tema de los GAL se tenía que actuar como Margaret Thatcher. ¿A qué se refería? Pues a que en Gibraltar, las Fuerzas de Seguridad británicas se habían cargado a tres miembros del IRA y Margaret Thatcher, primer ministra en aquel momento, salió y lo asumió. Esa grabación, que se escuchaba perfectamente, la llevamos al Supremo, pero no la tuvo en cuenta. Con esto quiero decir que los otros documentos, que han estado en mil manos con las microfichas y demás, han hecho lo mismo».

Sobre estos casos, Rubio ha apuntado que están documentados periodísticamente, pero la falta de transparencia dificulta el trabajo de los investigadores, y sobre todo de la Justicia. «Hay tres verdades: la periodística, la judicial y la filosófica. La judicial, hasta ahora, no ha actuado con los elementos fundamentales», ha valorado el veterano periodista, quien ha afirmado que todo lo que ha publicado está «documentado, acreditado y verificado», pero que, por ello, en periodismo «saber no es publicar, es demostrar».

 

 

 

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sábado, 18 de febrero de 2023

Los Hermanos Zabalza Elorga

Al españolismo matar a sangre fría le viene fácil. Si en el proceso se tortura, aún mejor. De ahí su afición a "la fiesta brava".

En Nafarroa el españolismo fusiló incluso a quienes veían un estado español diferente, más centrado en las causas sociales, sin un atisbo de consonancia con el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco.

Para que se entienda, independientemente de que se identificaran como vascos o no, muchos navarros fueron cruelmente ultrajados y asesinados por trabajar en pos a un estado español más progresista... más europea, en su concepción.

Naiz nos cuenta la historia de dos de ellos:


Ricardo y Javier Zabalza, dos erratzuarras fusilados por su defensa de la justicia social

El próximo 26 de febrero, la localidad navarra de Erratzu homenajeará a Ricardo y Javier Zabalza Elorga, que fueron fusilados por los franquistas por su defensa de la justicia social. Esta es la historia de dos hermanos comprometidos con mejorar el mundo a los oprimidos.

Pello Guerra

Ricardo y Javier Zabalza Elorga serán recordados el próximo sábado 26 de febrero en su localidad natal de Erratzu con un homenaje que honra la memoria de dos hermanos que fueron fusilados por los franquistas por su defensa de la justicia social.

Durante el homenaje, organizado por la propia localidad y el Ayuntamiento de Baztan a las 12.00 horas en la plaza del pueblo, se plantará un cerezo, tal y como indicó en su carta de despedida poco antes de ser ejecutado Ricardo, el mayor de los hermanos.

¿Pero quiénes fueron Ricardo y Javier Zabalza Elorga? De los dos hermanos, el más destacado en el panorama político y sindical de comienzos del pasado siglo fue el mayor.

Ricardo nació en Erratzu el 29 de enero de 1898 y tras estudiar magisterio, emigró a Argentina, donde, entre otro trabajos, ejerció de maestro en escuelas rurales. En esa república latinoamericana, «se gestó su experiencia militante a través del sindicalismo, que era una potente corriente de protesta, organización y lucha obrera ubicada entre el anarquismo y el Partido Socialista», señala el historiador y profesor de la UPNA Emilio Majuelo, autor del libro ‘La generación del sacrificio. Ricardo Zabalza 1898-1940’, editado por Txalaparta.

Regresó en 1930 y tras la proclamación de la Segunda República española, se convirtió en vicepresidente de la Federación de Nafarroa del PSOE y secretario de la Federación Provincial de Sociedades Obreras de la UGT. En marzo de 1933, fue elegido secretario provincial de la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT) del sindicato.

En las elecciones a Cortes de noviembre de ese último año, fue uno de los candidatos de Nafarroa por el PSOE y aunque resultó el más votado de esa formación, no obtuvo acta de diputado.

En el campo sindical continuó su ascenso al ser elegido secretario general de la FTT en febrero de 1934 y unos pocos meses más tarde, el 5 de junio, coordinó la huelga general campesina, que buscaba mejorar las condiciones del proletariado agrícola.

Sin embargo, «la derrota de esa movilización supuso el desmantelamiento organizativo de esa enorme federación sindical», explica Majuelo. Entonces se produjo «la desorganización, la censura, el cierre de locales y prensa, y la detención de miles de afiliados y militantes campesinos de la FTT-UGT».

Ricardo Zabalza intentó refugiarse en Ipar Euskal Herria, de donde era originaria su madre, pero en octubre de 1934 fue detenido y entregado por la Gendarmería a las autoridades españolas, que lo encarcelaron en enero de 1935, aunque salió de prisión meses después.

Retomó su labor al frente de la FTT y viajó por Andalucía y Extremadura, creando unos vínculos que hicieron que en las elecciones estatales de 1936 se presentara como candidato del Frente Popular por Badajoz. Consiguió el acta de diputado y desde esa responsabilidad, intervino activamente en el debate en torno al proyecto de ley sobre el rescate de las tierras comunales.

La sublevación militar de julio de 1936 le sorprendió en Madrid, donde los generales golpistas encargados de tomarla se resistieron al Gobierno republicano en el Cuartel de la Montaña. Ante el inminente ataque a esa instalación del Ejército, «fue enviado por la ejecutiva del PSOE para tratar de que no hubiera desmanes por parte de los asaltantes, enardecidos ante las noticias del triunfo del golpe de Estado en Marruecos», señala el historiador especialista en su vida.

Con una misión bastante parecida, en septiembre de 1936, Zabalza fue nombrado gobernador de Valencia por el presidente del Ejecutivo español, Francisco Largo Caballero. Se trataba, «como así hizo, de controlar las acciones e iniciativas de grupos revolucionarios que, más allá de las directrices gubernamentales, actuaban mediante acciones violentas que el gobierno obrero de Largo Caballero repudiaba», explica Majuelo.

Pero cuando este Ejecutivo fue sustituido en mayo de 1937 por el comandado por otro socialista, Juan Negrín, Zabalza dejó de ser gobernador de Valencia. Entonces se centró en los problemas a los que debía hacer frente la FTT en plena guerra para impulsar la organización de cooperativas agrícolas.

Como detalla el profesor de la UPNA, «el cooperativismo fue una herramienta en la resolución de problemas socio-económicos puesta en práctica a lo largo de la época contemporánea y que Ricardo Zabalza tuvo muy presente siempre en su actividad político-sindical, particularmente cuando, iniciada la Guerra Civil, se puso en marcha en la zona leal a la República».

Explica que se trató de un «profundo proceso de transformación social que tuvo en las colectivizaciones y en la extensión de la experiencia colectivista su máxima expresión. Desde su secretaría general de la FTT de la UGT, fue el máximo impulsor de dicha experiencia colectiva en un momento en el que la zona republicana necesitaba recursos para mantener el nivel de abastecimiento de subsistencias tanto en el frente como en la retaguardia».

En marzo de 1939, trabajó con denuedo en organizar la evacuación de militantes socialistas y de sus familias en Alicante ante la llegada de la tropas franquistas. Se trataba de «una ‘bolsa’ repleta de civiles, militares, militantes y cargos políticos republicanos esperando poder huir de aquella encerrona», detalla Emilio Majuelo. «A pesar de la imprecisión que ronda sobre lo acaecido durante los sucesos de aquellos días, sabemos que Ricardo Zabalza pudo huir, pero ahuyentó esa decisión tras ayudar a reorganizar aquel marasmo de gente impotente», añade el historiador.

«Un hombre con temple» ante la muerte

Finalmente, «fue detenido, encarcelado, trasladado a Madrid, torturado y juzgado por un tribunal militar fascista» el 2 de febrero de 1940. En ese proceso, su presencia en el asalto al Cuartel de la Montaña de Madrid en 1936 «le pasó factura», ya que «fue directamente acusado dirigir dicho asalto al reducto golpista». Ricardo Zabalza terminó siendo condenado a muerte.

A pesar de que sabía lo que le aguardaba, demostró una vez más ser «un hombre con temple» y «siempre estuvo tranquilo, como lo atestigua la numerosa correspondencia mantenida durante el tiempo que media desde abril de 1939 hasta febrero de 1940, con compañeros, familiares y amigos», indica Majuelo.

La noche anterior a su fusilamiento, ya en capilla, «escribió un buen número de cartas entrañables, particularmente la dedicada a su hijo Abel, que, con poco más de un año, había podido llegar hasta Orán junto a su madre».

Esa misiva es «un texto que define ajustadamente la personalidad de Zabalza. Siguió siendo pedagogo, amable, comprensivo y razonable con su único hijo, del que se despidió con la emoción de saber que había defendido la justicia social y un mundo mejor para los oprimidos. Un texto realmente inolvidable que debiera leerse recurrentemente para entender las razones políticas y morales de aquellos luchadores por un mundo mejor», añade el experto en su vida. El destinatario de esa carta, su hijo Abel, estará presente en el homenaje de Erratzu.

Ricardo Zabalza fue fusilado el 24 de febrero de 1940 en la prisión de Porlier en Madrid. Así se ponía fin «a la enorme experiencia de lucha social y política que mantuvo en su vida promoviendo organización social, estudio y lucha allá donde estuvo», concluye el profesor de la UPNA.

La represión franquista se cebó con Zabalza incluso después de muerto. El 3 de marzo de 1940, una semana después de haber sido ejecutado, fue condenado por el Tribunal de Responsabilidades Políticas de Iruñea por el papel que había desempeñado durante la Segunda República.

En una sentencia en la que, curiosamente, se señala que se encuentra «en ignorado paradero» y que no ha comparecido ante el tribunal a pesar de haber sido citado a través del Boletín Oficial de Nafarroa, se le sanciona a pagar al Estado «por vía de indemnización de perjuicios» la cantidad de 25.000 pesetas. Asimismo, se le impone «la sanción de relegación a las posesiones africanas por tiempo de doce años».

Su hermano Javier, también fusilado

Con su ejecución, Ricardo seguía el destino de su hermano Javier, que «fue asesinado al poco de iniciarse el golpe de Estado por unos conocidos jaqueses en Escó, muy pocos días antes de que contrajera matrimonio en París con Dominique Langlois», comenta el historiador.

Majuelo considera que el caso de Javier Zabalza Elorga, nacido el 26 de junio de 1903, resulta «paradigmático de lo que fue la generación de las décadas de 1920 y 1930 del siglo pasado». Realizó estudios de odontología, pero, «como el resto de sus hermanos, tuvo una enorme dedicación a su formación personal en contacto con la realidad del momento».

También era militante socialista y además, «pintaba, tocaba el piano, fue radioaficionado y logró con otros amigos de Jaca (donde residían varios Zabalza en los años 30) ver imágenes de televisión, que lograron instalar de manera artesanal», desgrana el historiador.

Asimismo, Javier era «amante de los rallys automovilísticos, entusiasta por el progreso técnico, particularmente con el relacionado con su profesión; organizador de sociedades deportivas como Ícaro de vuelos sin motor, impulsor de cooperativas de casas baratas…».

Una inquietudes que le terminaron costando la vida, como a su hermano Ricardo. Dos historias vitales que Emilio Majuelo repasará el día 24 en la charla que ofrecerá en la sociedad Etxelert de Erratzu a partir de las 20.00 horas.

Será dos días antes de que un cerezo se convierta en memoria viva del compromiso con los oprimidos de Ricardo y Javier Zabalza Elorga.

 

 

 

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Egaña | La Cuestión

El terrorismo de estado en su modalidad de tortura fue el arma predilecta utilizada sistemáticamente por el españolismo para combatir el derecho del pueblo vasco a su autodeterminación. Han recurrido a ella todos los gobiernos "democráticos", en especial, los de Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. También recurrieron a ella Baltasar Garzón, Fernando Grande Marlaska, Juan del Olmo, Ángela Murillo, Concepción Espejel y Ángel Gil. Ellos son los autores intelectuales de la tortura, autores materiales se cuentan por cientos. Por supuesto que decimos lo anterior sin obviar que los hilos conductores llegan a La Zarzuela, con Juan Carlos I como máximo responsable por todo lo ocurrido.

Habiendo dicho lo anterior, les compartimos este texto de Iñaki Egaña acerca de esta lacra:


La cuestión

Iñaki Egaña

Hay un silencio atronador en torno a un tema que escuece y mucho. No hay estado de derecho, no hay actitud democrática por mucho que ondeen sus banderas, no hay interés alguno en alcanzar la convivencia, mientras se siga negando el gran escándalo que ha supuesto el hecho de se hayan documentado recientemente 5657 casos de tortura en Euskal Herria.

Una cifra escandalosa que implica, hasta hoy, a policías, jueces, políticos, medios de comunicación y otros agentes, en una atrocidad que ha permitido, no me queda duda alguna, que el conflicto armado se haya prolongado hasta hace una década. La tortura, y sobre todo su impunidad, ha ejercido de argumento para que generaciones que se sucedieron desde el franquismo, no supieran o no pudieran parar la rueda de la violencia. Había un debe no escrito hacia quienes habían sufrido picana.

El reconocimiento de los torturados, a la par que el resto de víctimas y al igual que sucede en los recuentos de violaciones de derechos humanos en Chile o Argentina, es una de las tareas que las instituciones no han sabido abordar. Es más, lo aprobado hasta ahora ha sido papel mojado. El pasado 19 de octubre, el presidente Pedro Sánchez y el Borbón rey Felipe firmaban la llamada “Ley de Memoria Democrática”. Una ley que en su disposición final sexta afirmaba textualmente: “En el plazo de un año a partir de la entrada en vigor de la presente ley, el Gobierno presentará a las Cortes Generales un proyecto de ley de modificación de la Ley 9/1968, de 5 de abril, sobre Secretos Oficiales, con el objetivo de garantizar el derecho de acceso a la información pública de todos los archivos pertenecientes a la Administración General del Estado”.

Esta semana, el Gobierno de España ha anunciado que rehúsa modificar la ley de Secretos Oficiales, que quizás en la siguiente legislatura. Es decir, que esa cacareada Memoria Democrática es un invalido al que no permiten cruzar la calle, ni siquiera por el paso de peatones. Porque la razón de Estado, que diría aquel ministro del Interior francés de infausto recuerdo, es suficiente para anular cualquier intento de conocer la verdad.

Y uno de los argumentos, no digo que sea el principal, pero sí que está en el top, se encuentra precisamente en seguir encapuchando la tortura. Porque estoy convencido que han existido normas, protocolos e incluso libros de estilo de cómo torturar. Durante la dictadura, durante la transición y durante esta democracia de pata de palo. Los hubo en Chile, en Argentina, en EEUU, en Sudáfrica y también en la Francia republicana que refinó sus métodos en la Argelia colonizada.

Fue en este escenario que Henri Alleg escribió en su cautiverio unas notas microscópicas que, camufladas en ropas y zapatillas, pudo sacar al exterior. Una editorial parisina editó su relato: “La cuestión”. Cuando se llevaban 65.000 ejemplares vendidos, Francia lo prohibió. Porque denunciaba los métodos de torturas que le habían aplicado y que llevaron a la muerte a miles de argelinos. Alleg, quizás por ser blanco, o porque su caso trascendió al exterior, se salvó. Un juez entró en el lugar donde estuvo detenido y descubrió una “cocina” preparada para torturar. Tal y como otros torturados denunciaron años más tarde una “carpintería” en el cuartel de la Guardia Civil de Donostia, dotada de medios también para torturar.

François Mitterrand era ministro de Justicia cuando Alleg fue machacado y todo un sistema francés bien democrático, torturaba a mansalva en Argelia. Gran amigo de Felipe González que en 1982 llegó a la presidencia del Gobierno español. Durante el mandato de González, ya lo corroboró el Informe de IVAC para el Gobierno vasco, se produjo la mayor cantidad de casos de tortura denunciados. Arregi había muerto año y medio antes de la llegada de González a La Moncloa. Como en el caso de Mikel Zabalza (1985), la muerte de Arregi en picana fue negada por los medios. Esta perla fue de ABC: “Coincidencia total en que Arregi no murió por torturas”.

Y ¿saben por qué no modifican, siquiera debaten la Ley de Secretos Oficiales, que pertenece a la época franquista (1968)? Porque se encontrarían con relatos que evidenciarían no sólo la impunidad, sino el premio que han recibido los torturadores por ejecutar bien su trabajo. Un ejemplo, siguiendo la muerte de Joxe Arregi. Marín Ríos, uno de los condenados, fue enviado como agregado a Ecuador donde años más tarde se produciría precisamente el secuestro y tortura de Miguel Ángel Aldana y Alfonso Etxegarai. Marín Ríos había estado destinado desde 1976 en Donostia como agente de los servicios secretos españoles en la época en la que comenzaron los atentados contra refugiados vascos en Ipar Euskal Herria.

La invisibilidad de la tortura es el truco que se guardan quienes construyen el relato desde posiciones excluyentes. Exigir al diferente que haga su propia reflexión debería llevar a una equivalencia que no se da ni de lejos. Estamos a años luz de ese reconocimiento. No hay más que observar el eco mediático de los estudios sobre la tortura, el silencio a los testimonios de los torturados, el negacionismo sistemático de los sindicatos policiales, el ascenso a ministro del Interior a un juez al que desde Estrasburgo han estirado de la oreja repetidamente y el matonismo anónimo en las redes animando a los agentes a torturar a la disidencia.

La tortura ha sido uno de los ejes centrales de la violencia del Estado. Javier Rodrigo, uno de los historiadores referencia de la dictadura, afirmaba que “si la tortura no pasa a formar parte del centro discursivo y se mantiene en un margen periférico, casi molesto para nuestro macro relato y nuestra cosmovisión del período, la condenamos a su incomprensibilidad”. Y esa incomprensibilidad viene manifestada por el silencio. Mitterrand censuró “La cuestión”, la difusión de la tortura en 1958. Pedro Sánchez refresca su compromiso de ocultar la tortura, en 2023, con el incumplimiento del compromiso de modificar la ley fascista de Secretos Oficiales.

 

 

 

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viernes, 17 de febrero de 2023

El Renacer de la Cesta Punta

Una publicación que se merece la etiqueta Kurlansky.

Así es, resulta que La Vanguardia nos informa que la cesta punta ha renacido de sus cenizas colocando este deporte vasco de vuelta en su lugar de privilegio.

Adelante con la lectura:


El 'boom' de la cesta punta: La segunda vida del deporte vasco que triunfó desde Miami hasta Yakarta

El cierre del último frontón en Estados Unidos parecía condenar al declive a este deporte, “rápido, vistoso y alegre”, en palabras de Hemingway, pero hoy renace en su lugar de origen

Ander Goyoaga

La modalidad de pelota vasca que llenó frontones en Barcelona, Madrid, La Habana, México D.F., Yakarta, Manila o Florida, donde alcanzó mayor fama, vive un nuevo auge en su tierra de origen. La cesta punta se despidió en noviembre de 2021 de su sueño americano, con el cierre del último frontón profesional en Estados Unidos. Esta disciplina parecía condenada a un inexorable declive, hasta que un grupo de personas, convencidas del potencial de este deporte, han reordenado las piezas que están permitiendo su renacer.

Este resurgimiento de la cesta punta, o jai alai, ha exigido hilar muy fino a los actores que lo han favorecido, aunque la primera clave que lo ha propiciado es la propia vistosidad de este deporte. Ernest Hemingway lo definió como su “espectáculo predilecto”, un deporte que genera “una emoción constante”. “Es rápido, vistoso, alegre y encierra además mucho peligro para los que lo practican”, declaró el célebre escritor. También es la modalidad que ha alcanzado el récord de velocidad en sus lanzamientos: 313 km/h, de la mano de Iñaki Goikoetxea, una leyenda que hace un par de años retó la velocidad de la moto de Dani Pedrosa.

Zigor Etxebarria es uno de los actores que ha participado en este nuevo auge de la cesta punta. Productor audiovisual y muy vinculado al frontón de Gernika, siempre ha apreciado el potencial de esta disciplina: “No es casualidad que haya tenido éxito en Florida, México, Cuba o Filipinas. Es por algo. Visualmente es un juego muy potente, por su plasticidad, su elegancia y, en general, por el espectáculo que ofrece”.

El mapamundi de la cesta

El mapamundi de la cesta punta llegó a cuatro continentes, con frontones profesionales en España, Francia, Italia y Bélgica, en Europa; Marruecos o Egipto, en África; Filipinas, Indonesia o China, en Asia; y en 12 países del continente americano. En Brasil se llegaron a celebrar partidos profesionales en una veintena de frontones, y los de La Habana o México D.F. alcanzaron el estatus de templos de la pelota. Sin embargo, fue en Estados Unidos donde esta especialidad de pelota vasca alcanzó su mayor relevancia, con frontones profesionales de costa a costa y millones de dólares en torno a las apuestas.

Entre el primer partido recogido por la prensa estadounidense, en 1901 en el Eder Jai de San Franciso, y el cierre de Dania pasaron 120 años de presencia ininterrumpida. Un tiempo en el que se llegó a crear un modo de vida ligado a la pelota, tanto para deportistas como para otros profesionales ligados a esta disciplina.

“En su momento de mayor apogeo unas 4.000 personas vivían de la cesta punta en el mundo de manera simultánea. Había unos 1.000 pelotaris y otros 3.000 profesionales, entre cesteros, tejedores, peloteros y jueces”, explica Gonzalo Beaskoetxea, pelotari profesional durante la edad de oro de la cesta punta y autor de varios libros sobre la historia de este deporte.

Su hijo Diego, de 41 años, forma parte de la última generación que ha saboreado este modo de vida. Nació y se crió en Estados Unidos, viendo jugar a su padre. Regresó a Gernika con 8 años y con 21 volvió a poner rumbo a Florida, para jugar de forma profesional.

“Para muchos de nosotros ha sido una elección natural. Es lo que habíamos visto en casa y el deporte que más habíamos practicado”, explica Beaskoetxea. Hace un par de años decidió regresar a Gernika, junto a su mujer y sus hijos: “Habíamos sido muy felices allí durante los últimos 20 años y no queríamos vivir ese declive”.

Regreso al origen

Beaskoetxea será este domingo protagonista en el partido más importante de la temporada. Junto a Imanol López, se ha clasificado para la final del torneo Eusko Label Winter Series y se medirán, en el frontón de Gernika, a la pareja formada por Xabier Barandika y Unai Lekerika. Gane o pierda, Diego Beaskoetxea se despedirá de los frontones. Será la despedida soñada: en casa y en plena efervescencia de la disciplina, con el frontón a reventar.

Los otros tres contendientes este domingo también han vivido los últimos coletazos del sueño americano de la cesta punta y paladean ahora este nuevo auge. Unai Lekerika, de 28 años, es uno de los últimos jóvenes que ha disfrutado del profesionalismo en Florida. “Mi sueño siempre había sido debutar en Estados Unidos, y lo conseguí con 21 años. Estuve casi siete años, hasta el cierre de Dania. Antes, mi padre había sido profesional durante 20 años, en los frontones de Orlando, durante 12 años, y también Yakarta -en Indonesia-, Palma de Mallorca o Madrid”, explica.

El trauma de Dania

El cierre del frontón de Dania supuso un pequeño trauma para la comunidad ligada a la cesta punta, que en los últimos años había menguado y eran alrededor de 50 familias. Algunos pelotaris han podido coger la ola de los nuevos formatos de campeonatos que se están gestando en los frontones vascos, lo que les ha dado cierto oxígeno. La mayoría, no obstante, está apostando por reinventarse, poniendo en marcha negocios, reciclándose a nivel profesional o combinando su desempeño deportivo con trabajos como formadores en escuelas de pelotaris.

En todo caso, 15 meses después del cierre de Dania, el estado de ánimo es otro. Existe una ilusión y un entusiasmo solo contenidos por la prudencia que exige el hecho de que el plan para relanzar la cesta punta aún esté en ciernes.

El plan para revitalizar la cesta

“Las entradas para la final del domingo se agotaron en 10 minutos, y si hubiéramos vendido el doble habría pasado lo mismo”, explica Zigor Etxebarria. Este productor audiovisual habla desde la fe ciega en las posibilidades de este deporte.

En 2015 estrenó en el Festival de Cine de San Sebastián Jai Alai Blues, un documental sobre la increíble historia de este deporte. De manera paralela, inició junto a otros profesionales una labor de dinamización del frontón de Gernika. En los partidos de cesta del verano, cuando los pelotaris regresaban temporalmente a casa, comenzaron a aparecer djs, juegos de luces, speakers y, en general, un ambiente de fiesta y espectáculo. Las entradas volaban, y se empezaba a intuir el camino a seguir.

De manera paralela, desde las instituciones vascas y el Consejo Mundial de la Pelota se trataba de relanzar este deporte a través del circuito Jai Alai World Tour.

El golpe encima de la mesa, no obstante, llegó cuando la noticia del cierre del último frontón profesional de Florida sobrevoló los frontones vascos. Joseba Urkiola, director de Deportes de EiTB, la radiotelevisión pública vasca, ha jugado un papel importante en este renacer de la cesta punta. “Un viernes de noviembre me junté con un amigo de Gernika y pensamos: ¿Qué hacemos con la cesta punta? Veíamos una oportunidad donde otros veían la muerte de la cesta punta”, indica.

El plan para resucitar la cesta punta exigía un escenario, que sería el frontón Jai Alai de Gernika, y unos actores, los pelotaris que regresaban a casa tras su periplo americano. Y necesitaba también el impulso público a través de EiTB.

El apoyo de la televisión pública vasca ha sido crucial en el desarrollo en las últimas décadas de deportes como las regatas de traineras o, muy especialmente, la pelota mano, con diferencia la modalidad de pelota vasca más popular en este tiempo. La apuesta de EiTB por esa especialidad llevó incluso a cambiar el color de los frontones para que el juego se pudiese seguir con mayor nitidez. El éxito es hoy innegable, con un star system consolidado, notables datos de audiencia y miles de licencias federativas. Ha sido la referencia donde mirar dentro del plan de rescate de la cesta punta. La hoja de ruta para rescatar el jai alai también contaba con un planteamiento dirigido a “alfabetizar” a la audiencia potencial, a través de contenido audiovisual específico dirigido a rescatar la sorprendente historia de este deporte en el mundo.

El reto pasa ahora, en opinión de Urkiola, por lograr la autogestión de este deporte. “El Gobierno vasco apoya a nuestros deportes, pero se ha demostrado que la viabilidad a medio plazo exige lograr una autogestión. La cesta punta está en ese camino”, indica.

La última novedad ha sido la creación de la Jai Alai League, una alianza transfronteriza entre los frontones de Gernika, San Juan de Luz, Biarritz y Pau para crear un sistema de puntuación similar al de la ATP de tenis y cerrar la temporada con una final a cuatro. Se busca consolidar el exitoso regreso a casa de la cesta punta.

Este deporte, sin embargo, no ha conocido fronteras y los más aventurados se atreven a soñar con el Beti Jai de Madrid o el Vall d’Hebron barcelonés. En la contracancha del Jai Alai de Gernika, Zigor Etxebarria recoge el guante: “Estoy convencido de que, si se trabaja bien, este deporte reune condiciones para triunfar allá donde vaya. Lo ha demostrado en el pasado”.

En la cultura popular | De Orson Welles a Los Simpson

La pelota vasca llegó a Estados Unidos de la mano de la inmigración vasca, que construyó los primeros frontones en torno a los Basque Hotels. Se trataba de hostales regentados por inmigrantes vascos y dirigidos sobre todo a paisanos procedentes del otro lado del Atlántico. En 1901 se jugó en el Eder Jai de San Francisco el primer partido del que haya constancia en la prensa estadounidense, y en 1904, con motivo de la Exposición Universal de Saint Louis (Missouri), se construyó un frontón de grandes dimensiones. Unos años antes, la pelota vasca fue deporte olímpico en los Juegos de París de 1900 y, de hecho, España ganó allí y en la modalidad de cesta punta la primera medalla de oro de su historia.

Aunque llegó a cuatro continentes, en ningún sitio cuajó como en Estados Unidos, en parte gracias a las apuestas que acompañaban el espectacular juego de los pelotaris. Se interesaron por este deporte estrellas del cine como Jane Mansfield, Cantinflas, Ava Gardner, Errol Flynn, Paul Newman, Steve McQueen, o John Travolta. Cuentan que el mafioso Al Capone era otro habitual en los frontones y que incluso trato de intentó sin éxito de sobornar a los pelotaris.

El director Orson Welles se acercó a esta disciplina en su visita, en 1955, a tierras vasca para grabar el documental 'The Land of Basques', para la BBC, dentro de la mini-serie documental 'Around the World'.

Dentro de la cultura popular, la cesta punta apareció en capítulos de 'Corrupción en Miami', 'Los Simpson' o 'Mad Men', por citar solo algunas producciones audiovisuales.

El mayor auge de este deporte tuvo lugar en los años 70 y en Florida. “En 1974-1975 se llegaron a meter 15.000 personas en un partido, pero es que un sábado por la mañana igual había 9.000 personas y un viernes por la noche 10.000. Cualquier día de la semana había 6.000 personas viendo cesta punta”, explica Gonzalo Beaskoetxea.


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jueves, 16 de febrero de 2023

Erromo Defiende su Patrimonio

La CAV continúa poniendo el patrimonio cultural vasco en peligro.

Desde Naiz traemos a ustedes información acerca de lo que está ocurriendo en Getxo:


«No entendemos que se tenga que derribar un edificio histórico»
 
Joseba Lekunberri | Plataforma Romo: No al derribo | Erromo se ha volcado contra el derribo del edificio del número 12 de la calle Lope de Vega, sede desde hace 35 años de Nagusien Etxea. Joseba Lekunberri, de la plataforma Romo: No al derribo, lo califica como un símbolo para el barrio y considera que echarlo por tierra sería una pérdida irreparable.

Marcel Pena

¿Qué importancia tiene el edificio de Nagusien Etxea para el barrio de Erromo?

El edificio que hoy día ocupa Nagusien Etxea, con su anexo, antiguo Euskaltegi municipal, tiene una historia muy larga detrás. En su momento, albergaron una casa-convento de monjas y unas escuelas. Más tarde, las monjas vendieron el edificio con el objetivo de construir viviendas, pero el barrio se opuso fuertemente y consiguió detener el proyecto, con la posterior compra de los edificios por parte del Ayuntamiento.

Por un lado, la antigua casa-convento y la capilla se convirtió en Nagusien Etxea, y el anexo en Kultur Etxea y biblioteca municipal. Estos servicios los llevaron más tarde a otro punto, y ese espacio se usó para albergar el Euskaltegi municipal. En 2018 se inauguró Romoko Kultur Etxea (RKE), y durante su construcción ya se rumoreó que era para trasladar esos servicios y echar abajo el antiguo edificio para construir viviendas. De hecho, vaciaron el edificio del Euskaltegi pero los jóvenes del barrio aprovecharon para ocuparlo y abrir el gaztetxe Itzubaltzeta III. A su vez, la junta de Nagusien Etxea decidió no trasladarse a RKE y comenzó una lucha que dura hasta hoy.

Pero hay más. Antes de las últimas elecciones locales, el Ayuntamiento descartó la idea de construir viviendas, porque quería edificar un nuevo «centro intergeneracional» con fondos europeos.

¿Tiene sentido derribar un inmueble para volver a construir encima?

Nosotros no entendemos que para construir el centro intergeneracional se tenga que derribar un edificio histórico. Un informe del Colegio de Arquitectos resaltaba su valor arquitectónico y destacaba su salud y los materiales de los que estaba hecho. Por eso defendemos que no hay ninguna excusa para derribarlo. Además, el centro intergeneracional está pensado para dar cobertura a toda Bizkaia, por lo que creemos que en el territorio debería haber otro sitio más apropiado para levantarlo.

¿Qué iniciativas han tomado contra el derribo?

En el pueblo hicimos una consulta popular con la participación de más de 1.600 vecinos, hemos reunido 4.000 firmas contra el derribo, hemos presentado mociones y preguntas dirigidas a la alcaldía… pero no nos han hecho caso.

¿Cuál es el interés del Ayuntamiento para derribar un edificio funcional y que mantenía una actividad diaria?

Lo que hay es una voluntad de dar un «pelotazo» urbanístico importante. Otra cosa sería que fuera un edificio antiguo, pero es que además de estar perfectamente, tiene una función social importante que vas más allá en el tiempo de ser sede de Nagusien Etxea. Junto a las Casas Baratas, es un símbolo de Erromo, ambos conforman el núcleo fundacional del barrio.

En mayo habrá elecciones municipales. ¿Esperan que las movilizaciones contra el derribo pasen factura a PNV y PSE, los partidos del equipo de Gobierno?

Nosotros creemos que sí, pero también esperamos llegar a mayo con el edificio en pie. En las elecciones el conflicto debería seguir vivo, a ver si tiene consecuencias en los resultados y es el impulso a un cambio político. Ese es nuestro objetivo. El problema es que el Ayuntamiento tiene prisa, porque necesitan justificar la ayuda recibida desde Europa de los fondos Next Generation para la financiación del centro intergeneracional.



En el portal de Resumen Latinoamericano se ha publicado esta nota acerca de la brutal represión sufrida a manos de la Ertzaintza por parte de quienes defendían el predio:


La policía del capital (en este caso la Ertzaintza) golpeó de manera brutal a jóvenes y a mayores

La Ertzaintza, siempre tan deshumanizada, golpeó sin miramientos a jóvenes y a mayores, provocando heridas a no pocas personas y llevándose detenida a una de ellas

Sucedió el pasado martes en Erromo, Getxo (Bizkaia). Las instituciones públicas querían demoler el Ibar Nagusien Etxea y el Itzubaltzeta III Gaztetxea, para ubicar allí el “centro intergeneracional”. El pasado 7 de febrero, el Ayuntamiento de Getxo dejó los dos edificios en manos de la Diputación Foral de Bizkaia, que será la encargada de las obras de realización del centro.

Los vecinos, sin embargo, convocaron una protesta para impedir estas obras. Un nutrido grupo de personas jóvenes y mayores se concentró en Lope de Vega por la mañana para protestar contra el derribo e impedir las obras. Pero la policía de la burguesía vasca (Ertzaintza) se encargó de desalojar al personal que legítimamente y de manera pacífica trataba de impedir la demolición de los mencionados edificios.

Añadir que la EITB (radio y televisión pública vasca controlada por PNV) obvió lo sucedido con un estruendoso silencio.

 

 

 

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Félix Esparza García

El terror ha sido la marca de la casa durante mucho tiempo para el españolismo.

Desde Naiz traemos a ustedes este ejercicio de memoria que deja en claro nuestra anterior declaración.

Adelante con la lectura:


El crimen de Félix Esparza en Beraskoain, adelanto de lo que se avecinaba con el golpe del 36

Hace 87 años, dos disparos de escopeta acababan con la vida de Félix Esparza García en Beraskoain cuando fue a recoger a un interventor que iba a supervisar las elecciones que ganó el Frente Popular. Este crimen fue un adelanto de la oleada de fusilamientos desatada en Nafarroa cinco meses después.

El 16 de febrero de 1936, día en el que se celebraron las elecciones que dieron el triunfo al Frente Popular, el militante de Izquierda Republicana Félix Esparza García perdía la vida tras recibir dos disparos de escopeta cuando fue a Beraskoain a recoger a un interventor que iba a supervisar esos comicios.

De esa trágica manera tenía un abrupto final la vida de un hombre que había nacido 37 años antes en Andosilla. De esta localidad se trasladó a Iruñea con 18 años para realizar el servicio militar sustituyendo a ‘un mozo señorito’ por 6.000 pesetas de la época, según explica su nieto Félix Esparza Fernández, que se ha preocupado de rescatar la historia de su abuelo.

Esparza era un emprendedor y creó en la capital navarra el que está considerado como primer cabaret de la ciudad, llamado la Florida, junto a su esposa Ricarda Goñi Lamberto, con la que tuvo cuatro hijos: Esther, Marino, Félix y Carmen.

Se trataba de un local situado en la calle Santo Andia, en las inmediaciones de la plaza de la O, y que era «un sitio moderno, distinto a lo que había en la ciudad, en la línea de lo que existía en América y ciudades más abiertas, y con actuaciones como la de Amelia la Gitana».
En ese ámbito, Esparza habría entrado en contacto con otras personas que también buscaban dar «un impulso a una sociedad que se estaba abriendo. Era gente que estaba haciendo cosas por la sociedad creando el Club Natación, Osasuna... Eran iniciativas de corte social».

Esos aires modernos iban a ser abortados por la fuerza de las armas en julio de 1936, con la muerte de Félix Esparza García en febrero de ese año como un dramático adelanto de lo que estaba por venir.

Un «linchamiento como del Oeste»

El día 16 de ese último mes se celebraban elecciones a nivel del Estado y a las que, integrado en el Frente Popular, concurría Izquierda Republicana, partido del que era militante Esparza.

Comprobar el correcto desarrollo de los comicios exigía disponer de interventores en muchos lugares y a Esparza, que disponía de coche gracias a su situación económica, se le pidió que fuera a Beraskoain a recoger a un interventor llamado Víctor Pascual.

En compañía de otra persona, se presentó en el pueblo con su vehículo, aunque aparcándolo en la afueras. Una vez en Beraskoain, descubrieron que el interventor no estaba y en su lugar había un grupo de personas que empezaron a increparles. Según explica su nieto, «se quedaron parados y con los brazos en alto» en un primer momento y a continuación, decidieron regresar al coche para marcharse. Pero en el trayecto, Esparza «recibió dos disparos en la cabeza a corta distancia y cayó de bruces».

Las circunstancias le llevan a calificar lo ocurrido de «linchamiento, como si fuera el Oeste americano», con una multitud en la que «hasta los chicos del pueblo presenciaron los hechos», según se recoge en la documentación judicial del caso que el nieto del fallecido ha localizado en el Archivo General de Nafarroa.

En la misma se detalla que el cuerpo de Félix Esparza García fue localizado a corta distancia del pueblo de Beraskoain, «en la carretera que del mismo conduce a Arraiza». Estaba en la carretera y vestía «trinchera, chaleco con cremallera, pantalón y calcetines negros, boina y calza zapatos rojos. Tiene los pies dando al pueblo y la cabeza en la dirección que sin duda llevaba al salir del mismo».

En la diligencias también se especifica que un testigo declaró que «les perseguía el pueblo tirándoles piedras y tiros de escopeta».

Como responsable de dar muerte a Félix Esparza García fue detenido y encarcelado en la prisión de Iruñea Felipe Erro Erice, de 23 años y vecino de la localidad, quien declaró que «no tiene ni llevaba escopeta». Sin embargo, el chaval de 14 años Paulino Azanza declaró que «bajaba por la calle con una escopeta y se ha asomado a la casa del declarante, sin entrar, marchando seguidamente con los demás hacia la carretera, y al cabo de poco tiempo he oído por la parte baja del pueblo algunos tiros, que iban también otros tres o cuatro más con escopetas, pero no sabe quiénes eran».

Sin embargo, días más tarde, Erro firmó una declaración manuscrita dirigida al gobernador civil en la que señalaba que, «no estando dispuesto el que suscribe a sufrir por más tiempo, no ya solo la privación de libertad, sino también las difamaciones y amenazas que parece ser me hacen objeto amigos o camaradas del difunto Esparza, creídos sin duda de que soy el autor de esa muerte, he decidido dar a conocer el nombre del verdadero autor».

Responsabilizaba del crimen a Antonio Lazcano, de 25 años, soltero y vecino también de Beraskoain, «quien cometió el hecho no solo en mi presencia, sino también en la de muchos». Tras informar de las afirmaciones de Erro al juez instructor del caso, el gobernador civil de Nafarroa ordenó la detención de Lazcano, quien ingresó en la prisión de Iruñea el 24 de marzo.

Pero entonces se iba a producir un acontecimiento que iba a dar un giro absoluto al caso. El 21 de febrero se aprobó un Decreto de Amnistía y «al hallarse comprendido el delito» en el mismo, el 21 de marzo se dictó «auto de sobreseimiento libre, mandando alzar el procesamiento y demás responsabilidades decretadas».

Por lo tanto, se decretó la puesta en libertad de Erro y como el caso se encontraba sobreseído, la siguiente consecuencia fue que «no puede admitirse a disposición del juzgado al detenido Antonio Lazcano, el que, por tanto, quedará en libertad».

Asimismo, se devolvió las escopetas que habían sido incautadas a otros siete vecinos de la localidad.

De esta manera se zanjaba el crimen político de Félix Esparza García, cuya despedida congregó a una multitud en Iruñea el 19 de febrero, como recoge una fotografía publicada en la prensa de la época y que terminó en manos de la familia. En la misma se ve el «enorme gentío» que siguió al coche fúnebre camino del cementerio desde el portal de la Taconera.

Su nieto señala que ese acto multitudinario supone «una cuestión diferencial» respecto de las personas que unos meses más tarde, a partir de julio de ese mismo año, iban a ser fusiladas por motivos políticos en las cunetas y montes del herrialde.

Fusilarlo después de muerto

Sin embargo, si Félix Esparza García no hubiera muerto en febrero, ese destino le pudo llegar poco después, como le terminó sucediendo al interventor Víctor Pascual. Según le explicó su tía Esther a Félix Esparza Fernández, «casi un año después de su muerte, se presentaron en casa de mi abuela varias personas para llevarse a mi abuelo». Aparecieron «pistola en mano. A uno de ellos se le cayó una bala y mi padre Félix (que entonces era un niño) se la dio».

Como posible explicación, el nieto recuerda que «de nuestra familia de los García de Andosilla, dos o tres más fueron asesinados. Y puede que, desde ahí, terminaran llegando a mi abuelo».

Evidentemente, ya no podían fusilarle, pero la represión siguió su curso hasta el punto de que «a mi abuela la metieron presa. Estuvo encarcelada 14 meses acusada de pertenecer a Auxilio Rojo, aunque al final la dejaron libre por falta de pruebas, al parecer, por la intermediación de Esteban Ezcurra».

Además, «le quitaron todo, incluyendo el Florida. Un tal Santesteban (puede que el requeté Benito Santesteban) pidió las llaves del cabaret», del que se pierde la pista de lo que terminó sucediendo con él.

Al cumplirse exactamente 87 años de la muerte de su abuelo y en relación a las personas que fueron fusiladas por sus ideales políticos en esa época, Félix Esparza Fernández señala que «todos estos hombres y mujeres eran parte de una forma de vida que se iba alejando de los principios y creencias tradicionales, que apuntalaban a las clases sociales existentes y las prácticas más reaccionarias de la Iglesia católica de la época» y había gente que pensaba que «todo eso había que cortarlo de raíz».

Finaliza señalando que «ha sido un bálsamo conocer que mi abuelo fue uno de esos hombres y mujeres amantes de las libertades y del bien común. Allá donde estén, les doy las gracias a él y a mi padre».

 

 

 

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sábado, 11 de febrero de 2023

Egaña | La Guerra del Fin del Mundo (yII)

Traemos a ustedes la segunda parte del texto que Iñaki Egaña ha dedicado al análisis de la guerra en el este europeo:


La guerra del fin del mundo (y II)

Iñaki Egaña

Concluyó la Guerra Fría, cayó el Muro de Berlín en 1989, pero la saga bélica no desapareció. Es más, los gastos militares de hoy dejan en entredicho a los de aquella época. El planeta avanza a marchas forzadas hacia su destrucción. No existen armas disuasorias, sino armas letales, diseñadas con el objetivo de ser utilizadas si el contendiente aspira a la hegemonía. Un gigante que lleva desmoronándose cierto tiempo, incapaz siquiera de debatir la tesis de que pueda dejar de ser el “number one” del planeta, nos condiciona el futuro.

Hoy, la OTAN ha recuperado, si es que alguna vez decreció su interés, el carácter agresivo para el que nació. Ideas como el “derecho intangible a las fronteras” o el repudio del agresor, esconden el declarado avance hacia el Este de una organización militar que debió desaparecer, como su homónima, el Pacto de Varsovia, con el final de los bloques militares, políticos y económicos.

Han derrotado a las palomas y han vencido los halcones. No hay interés alguno en que el conflicto se resuelva en una mesa negociadora. ¿Sí? Entonces, ¿por qué y para qué alargar un conflicto sin victoria posible, con equipos artillados Caesar y Himars, tanques Challenger, Leopards y Abrams, o con aviones F16...? Esos aparatos, a la larga, no ayudarán a Ucrania, pero si a los dueños del complejo armamentístico y a los países exportadores (Francia, Alemania, Reino Unido y EEUU) si la contienda no acaba en el fin del mundo que profetizaba Euclides da Cunha y plagió, según Saramago, Vargas Llosa.

¿A quién pudo interesar que se desencadenara una guerra y a quién interesa que la misma se prolongue? A los halcones. El año previo a la guerra de Ucrania, las ventas de armas aumentaron un 2% y las cien mayores empresas armamentísticas del mundo obtuvieron unos beneficios récord de 564.000 millones de euros. De esas empresas, 40 son de Estados Unidos y dominan claramente el mercado mundial representando el 51% de todas las ventas de armas. Prolongar la guerra es un mercado para estas compañías que financian y eligen presidentes.

La guerra de Ucrania ha llevado a máximos históricos las cotizaciones de Lockheed Martin (fabricante de los F16 y misiles varios), de Raytheon Technologies (el mayor productor mundial de misiles, drones y sistemas de defensa aérea), de General Dynamics (productor entre otros del carro de combate M1 Abrams), de Northrop Grumman... La primera empresa europea y la segunda mayor contratista militar del mundo, la británica BAE Systems fabricante de los tanques Challenger, municiones y otros sistemas, se encuentra en máximos históricos, lo mismo que hacen en el resto de bolsas europeas las principales empresas alemanas MTU Aero Engines o Rheinmetall, las francesas Thales o Dassault Aviation, la italiana Leonardo y a un nivel más modesto la española Indra.

Mientras, la carestía de la vida se multiplica exponencialmente. Las industrias bélicas, bancos, grupos alimentarios, empresas energéticas, petroleras... están teniendo ganancias históricas. Hace una semana, Chevron presentó los beneficios de 2022 (35.500 millones de dólares), el doble que en 2021 que ya fue un buen año y más que su récord histórico de beneficios. La otra gran petrolera estadounidense, Exxon Mobil, que ha captado aún más (55.700 millones de dólares), ha superado con creces el doble de lo ganado en 2021 (23.000 millones) obteniendo también los mayores beneficios de su historia. ¿Quién dijo crisis del petróleo y carencia de carburantes por la guerra?

Está por ver lo ganado por las europeas Petronor-Repsol, Total, Shell o BP que ya tuvieron beneficios milmillonarios en 2021 gracias al colosal alza de los precios. Serán nuevamente fabulosos, según los resultados del segundo y tercer trimestre de 2022, superando todos los récords anteriores y duplicando los beneficios del año precedente. También, así lo apuntaban los analistas financieros que aconsejaban a estas cuatro petroleras para triunfar en bolsa en 2023. ¿A ellos han ido las ayudas de 20 céntimos por litro?

Otro tanto sucede con las empresas energéticas, aquellas que suministran servicios básicos como Iberdrola que ganó un 29% más en 2022, y va a obtener un beneficio récord de más de 4.000 millones de euros. Endesa también prevé un 28% más que el año anterior, unos 2.250 millones de euros de los que repartirá 1.600 entre sus accionistas. El alza de los precisos del petróleo, el gas y la electricidad, se ha repercutido en el transporte, la producción y por extensión en todo otro tipo de precios además de la factura de los hogares. Los beneficios de estas empresas, por muy “nacionales” que sean, no son los beneficios de la gente común. Al contrario, conllevan el empeoramiento de las condiciones de trabajo y de vida de la mayoría y la miseria para no pocos. Cuando alguien gana mucho algunos otros tienen que perder.

En la relación facturación/beneficio, la guinda la ponen los bancos que duplican a eléctricas y petroleras. Según van anunciando, los bancos españoles han cerrado 2022 con beneficios superiores a los 25.000 millones de euros. Son, por cierto, los que se sienten agraviados por el tributo a las grandes empresas. Estas cifras dejan una constancia: la banca española ha logrado los mayores beneficios de su historia, las grandes empresas del petróleo, gas o electricidad duplican beneficios, e incluso este 2022 marcado por una crisis bélica de grandes proporciones, también arrojará los mejores de su historia para la siderúrgica Acerinox. Una burla mayúscula.

La guerra es también refugio de especuladores y, siguiendo la idea de David Harvey, de acumulación por desposesión. Primero nos han ido esquilmando y despojando de las empresas públicas, de las cajas de ahorros y de todo lo que podía considerarse propiedad colectiva, pública o bien común y luego manipulan y gestionan las crisis (2008) o la guerra (2022) haciendo repercutir su costo y consecuencias a los trabajadores y a los sectores empobrecidos.

 

 

 

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lunes, 6 de febrero de 2023

Los Vascos del 'Far West'

Les presentamos este reportaje de Naiz acerca de la migración vasca a los Estados Unidos y la conformación de la diáspora vasca en el oeste estadounidense.

Disfruten la lectura:


La huella de los pastores vascos en el Far West americano

Pello Guerra

Como un «álbum de recuerdos especial» es presentado el libro ‘La huella navarra en el Far West. Historias gráficas de pastores vascos en América’, publicado por el Gobierno de Nafarroa y que pretende ser un «homenaje a la figura del migrante».

Jóvenes vascos procedentes de zonas que montaña que durante al menos tres años llevaban una vida de soledad y ciertos riesgos dedicada al cuidado de ovejas en el Oeste de Estados Unidos, procurando mantenerse ligados al idioma y las costumbres de su tierra. Esas personas y su recuerdo son el eje de este libro, que recopila más de 150 imágenes, acompañadas de breves textos explicativos que dan cuenta del fenómeno migratorio de los pastores vascos.

La emigración vasca a Estados Unidos vivió un importante flujo en la segunda mitad del siglo XIX, con más de 4.000 emigrantes entre 1840 y 1874 solo en la zona noroccidental de Nafarroa. Los vascos acudían a California al reclamo de la llamada ‘fiebre del oro’. Uno de ellos, Domingo Etcharren, carnicero bajonavarro de Baigorri, tuvo la fortuna de descubrir en 1904 una gran veta de oro en Death Valley, en el desierto de Mojave, junto al minero irlandés Jack Keane.

Otro momento destacado del fenómeno migratorio se produjo tras la Segunda Guerra Mundial, cuando California vivió una época de intenso desarrollo económico, junto a un proceso de traslado de trabajadores agrícolas a las ciudades y el consiguiente aumento de la demanda de productos, entre ellos los derivados del sector ovino. Esta circunstancia abrió un nuevo periodo de llamadas a trabajadores de Euskal Herria para dedicarse al pastoreo, según se señala en ‘La huella navarra en el Far West. Historias gráficas de pastores vascos en América’.

A esas llamadas se sumaban otros motivos que empujaban a los vascos a emigrar a EEUU, como el servicio militar obligatorio, las escasas oportunidades laborales, la figura del mayorazgo, la represión política y el ejemplo de los que regresaban a casa enriquecidos tras su experiencia americana.

Esa atracción por emigrar a Estados Unidos se hizo especialmente patente en valles navarros como Aezkoa, Baztan-Malerreka, Erroibar, Bortziriak y Artzibar. Por su parte, el 79% de los migrantes de Ipar Euskal Herria procedían de Nafarroa Beherea y el resto eran mayoritariamente vizcainos. A todos ellos se les conocía en EEUU como ‘basques’.

Ese doble momento migratorio hizo que a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX en torno a 68.000 personas emigraran de Nafarroa y más de 100.000 lo hicieran en las seis primeras décadas del siglo XX, lo que representaba más de la mitad del crecimiento natural y lo que provocó que algunos valles se vieran afectados por la despoblación.

Sistema de contratación

En la fase migratoria de la segunda mitad del siglo XX, la Western Range Association de Fresno era la principal agencia de contratación de los pastores vascos. Comenzó su actividad en los años 50 y entre 1957 y 1970, el 95% de las solicitudes de trabajo que gestionó procedían de Nafarroa y Bizkaia.

Por su parte, tres empresas se encargaban de gestionar los billetes, trámites y demás papeleo para realizar el viaje. Entre ellas destacaba la agencia de las hermanas Ana María y María José Marín en Iruñea y Elizondo. A través de ella se hacía llegar la demanda de pastores desde EEUU y se gestionaba la contratación, que solía ser por un periodo mínimo de tres años, y el viaje. E incluso mantenían el contacto entre familias de uno y otro lado del Atlántico.

¿Cuál era el destino de estos emigrantes? Principalmente terminaban recalando en California, Nevada e Idaho, y en menor medida en Arizona, por ejemplo en Casa Grande, y Wyoming, en Rock Springs. En el primero de esos estados, se asentaron en la ciudad de San Francisco y pequeñas localidades como Bakersfield, Chino, Fresno o San Joaquín. En Nevada, se instalaron en lugares como Reno, Carson City, Gardnerville, Winnemucca o Elko.

Una vez en su destino, iniciaban una vida que no era nada fácil. Desarrollaban su labor en un espacio vital a la intemperie y sin presencia humana en kilómetros a la redonda. Solían vivir en el llamado carrocampo o ‘sheep wagon’, una especie de caravana para pastores, y sobre el terreno se solían mover a caballo o en moto.

Se tenían que enfrentar a peligros como el oso, el coyote y las serpientes de cascabel. Por ejemplo, Ignacio Marmaun, de Oronditz, en su primer año como pastor, mató 17 serpientes de cascabel con un palo.

Aunque lo más duro era la soledad, ya que pasaban semanas sin ver a nadie hasta que llegaba el campero, la persona que se encargaba de llevarles vituallas y suministros. Algunos no lo pudieron soportar y, según asegura Pedro Mari Murillo, tres pastores se suicidaron en un año.

Una manera de sobrellevar esa existencia era intentar mantener algún tipo de vínculo con su tierra de origen a través de otras personas que también habían emigrado a Estados Unidos. Así, a través de las Euskal Etxeak buscaban conservar un sentido de identidad y pertenencia a una colectividad. De hecho, los que terminaron asentándose en tierras americanas se esforzaron por transmitir el euskara y el folclore a sus descendientes.

En inculcar la cultura vasca a las siguientes generaciones, destacó el papel de la mujer, que tenía un papel específico en el fenómeno migratorio de los pastores vascos, según se recoge en el libro. Era habitual verla regentando pensiones y hoteles específicos para emigrantes vascos. Aprendían inglés con más frecuencia que los hombres, eran claves en la transmisión del euskara y dinamizaban las asociaciones vascas en EEUU.

Si se realizaba ese esfuerzo por mantener en América los vínculos con Euskal Herria, los vascos que regresaron de Estados Unidos también procuraron preservar las relaciones forjadas en el Far West, de tal manera que han perpetuado la memoria de esas vivencias en asociaciones como Euskal Artzainak Ameriketan, con sede en Lesaka; Elutseder, radicada en Erro, o Iratiko Bortuak, asociación vinculada a Aezkoako Kultura Elkartea.

Algunos de los que volvieron, posteriormente regresaron a tierras americanas, aunque, al igual que los que se habían quedado, procuraban buscar oficios con unas condiciones menos duras que la vida del pastor. Así, muchos terminaban en la construcción, la carpintería, la jardinería, el transporte de mercancías, la agricultura, el sector lácteo o la hostelería.

A muchas de esas personas que vivieron la experiencia americana de manera pasajera o incluso definitiva se les puede ver en las más de 230 páginas del libro ‘La huella navarra en el Far West. Historias gráficas de pastores vascos en América’, escrito en castellano y euskara, y que cuenta con un apéndice en inglés.

Incluye además un anexo con más de 1.300 registros de personas navarras emigradas a Estados Unidos procedente de la base de datos que utiliza Laia Ikerketa Taldea, que ha aportado el material que ofrece la obra y que procede de un trabajo más amplio, todavía en curso de realización, que está llevando a cabo ese grupo de investigación sobre la emigración navarra a EEUU a partir de la segunda mitad del siglo XX.
El libro, que cuenta con una edición especialmente cuidada y que se puede adquirir por 20 euros en la tienda del Fondo de Publicaciones del Gobierno de Nafarroa, permite acercarse a aquellos vascos que «emprendieron la búsqueda de un mundo mejor lejos de su tierra, en aquel árido Far West convertido en mito por la literatura y el cine».

 

 

 

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