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lunes, 31 de diciembre de 2018

Òmnium Cultural | La cel·la

Les compartimos este video solidario con los presos políticos catalanes, cuyas familias están pasando las fiestas decembrinas sin ellos, mismo que Òmnium Cultural ha compartido en su canal de YouTube:

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Si aquests 25 se t'han fet llargs, imagina passar-te 25 anys aquí per haver permès un debat, convocat una manifestació o defensat una votació. I ara imagina sortir-ne amb els ideals intactes. I havent guanyat.






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El '68 Vasco

2018 llega a su fin y el recuerdo del mítico 1968 cierra su cincuenta aniversario con la sociedad francesa en movimiento, harta de los recortes sociales que traía consigo el Caballo de Troya neoliberal.

Europa entera se convulsiona y en la antesala de un 2019 de por sí confuso dado que el Brexit entrará en su última etapa hoy se preocupa más de un efecto contagio de los gilets jaunes que se manifieste en un acelerado desgaste de una estructura que debió haber apostado por una confederación de naciones en lugar de una férrea federación de estados. 

Los ecos de todo esto por supuesto se hacen oír en Euskal Herria y el ejercicio de memoria histórica es inevitable, como nos muestra este reportaje aparecido en las páginas de Deia:


El año 1968 fue testigo de numerosos acontecimientos que marcaron la aparición de nuevos escenarios en diversos ámbitos en todo el planeta. Euskadi no fue una excepción y vivió su particular 68, para bien y para mal

Jon Artabe

Despedimos 2018 y con él un año de aniversarios y recuerdos de los diferentes sucesos que marcaron aquel mítico 1968. Diversos artículos, libros y reportajes han traído de vuelta aquel año en el que todo parecía posible y cuya herencia aún perdura en muchos ámbitos de nuestra vida, con sus luces y sus sombras.

Muchos fueron los lugares en los que el terremoto de aquel 68 provocó grandes sacudidas y muchos también los episodios históricos que lo propiciaron. El Mayo Francés, la masacre de Tlatelolco, las protestas contra la guerra de Vietnam, Berlín, la Primavera de Praga, Martin Luther King o la Conferencia de Medellín, entre otros, cambiaron un mundo que ya no volvería a ser el mismo.

Euskadi no fue una excepción. El 68 trajo enormes cambios que marcarían nuestra historia hasta hoy. Un año en el que culminaron muchas transformaciones que venían gestando y produciéndose desde hacía tiempo, cambiando la fisonomía social, política, económica y religiosa de nuestro territorio. Muchos fueron los acontecimientos de aquel año, imposible retenerlos todos en pocas líneas, pero la sombra de algunos de ellos llega hasta nuestros días.

La Euskadi del 68 poco tenía que ver con la de décadas anteriores en algunos aspectos. La intensa industrialización y el desarrollo económico no sólo habían alterado el paisaje y el urbanismo, también había atraído a un gran número de inmigrantes que venían a trabajar a nuestra tierra. Esto supuso un aumento importante de la población y la consiguiente transformación completa de nuestros pueblos y ciudades, en especial las capitales.

El aumento del número de jóvenes y el desarrollo económico implicó la necesidad de más educación universitaria, motivo de la creación de la Universidad de Bilbao. Se localizó en la antigua Escuela Náutica de la villa, comenzando su actividad con cuatro facultades y 3.000 alumnos. Su creación facilitó un mayor acceso a un gran número de jóvenes a los estudios universitarios y posteriormente hizo posible la fundación de la Universidad del País Vasco en 1980.

La profunda industrialización implicó también otros cambios, como el aumento del peso de los trabajadores industriales, lo que aumentó la conflictividad laboral y la pujanza del movimiento obrero. Aquellos años fueron testigos de intensas luchas obreras con grandes manifestaciones y huelgas. En 1966 comenzó la mítica huelga de Bandas de Etxebarri, en el que sus 564 trabajadores resistieron 163 días en huelga, siendo un ejemplo de organización y resistencia en Euskadi, convirtiéndose en el ejemplo a seguir en las luchas fabriles del 68. Pero la conflictividad no se limitó al mundo obrero. La sociedad vasca de aquellos días seguía sufriendo una dictadura que cada año parecía estar más cerca de su desmoronamiento. La oposición al régimen empezaba a ser cada vez más intensa, desde el ámbito político, laboral, sindical o cultural. Una nueva generación de jóvenes comenzaba a coger el relevo de sus padres en la lucha contra el franquismo y surgían movimientos políticos de todo signo e ideología.

Aberri Eguna en Donostia

Aquel año se dieron grandes choques en las calles entre las fuerzas del orden y una oposición que procedía de todos los ámbitos de la sociedad. El 14 de abril se celebró el Aberri Eguna en Donostia. La ciudad amaneció ocupada por la policía. La represión fue enorme y constante durante toda la jornada, con cargas y detenciones continuas, que hicieron que algunos corresponsales extranjeros titulasen aquella jornada como La batalla de Donostia.

Desenlace idéntico tuvo el Primero de Mayo, en el que el movimiento obrero trató de desafiar al régimen con manifestaciones callejeras. La respuesta del régimen fue también brutal, pero esta vez los choques no se limitaron a las capitales vascas, sino que se generalizaron a muchas localidades de toda Euskadi. El movimiento obrero demostró su gran potencial para enfrentarse al régimen, convirtiéndose en uno de los principales agentes de oposición al franquismo.

Pero quizás, el acontecimiento político que más profundamente marcaría el futuro se dio el 7 de junio en Aduna. El guardia civil José Pardines detuvo un coche sospechoso en un control policial. Mientras inspeccionaba el número de bastidor del motor, fue tiroteado. Se trataba de la primera víctima de ETA. En la huida posterior, también murió quien lo tiroteó, Txabi Etxebarrieta, convirtiéndose en el primer miembro de ETA que fallecía en un enfrentamiento.

Después de Pardines, el 2 de agosto, se cometió el primer atentado premeditado de ETA, el de Melitón Manzanas. ETA certificaba así su opción por la lucha revolucionaria, en auge en aquella época, y por el uso de la violencia. Comenzaría así un ciclo trágico de muerte y terror que no acabaría definitivamente hasta la disolución de ETA este 2018 que acaba.

Pero no sólo el ámbito político marcó aquel año, el ámbito cultural también fue muy activo. El euskera tuvo un papel importante aquel 68. En el santuario de Arantzazu, Euskaltzaindia reunió a figuras clave de la lengua vasca para convertir en realidad uno de los históricos anhelos de la academia, la creación de un euskera unificado que sirviese para superar el fraccionamiento entre dialectos, y la creación de una herramienta que permitiese al euskera llegar a nuevos ámbitos de uso. Surgía así el euskera batua.

El renacimiento del euskera y la cultura vasca llegó también al arte. Aquel 68 se estrenó en el Festival de Cine de Donostia el documental Ama Lur, de Nestor Basterretxea y Fernando Larruquert, en el que se reivindicaba el euskera y la cultura tradicional vasca. Ama Lur, a pesar de la censura franquista, sirvió como referente y catalizador para la cultura y el arte vasco, siendo el precursor del cine contemporáneo vasco, e influyó en múltiples disciplinas artísticas.

La música

La música fue una de las artes a las que llegaron aires renovadores. Desde los primeros 60 se comenzaba a ver en la música el instrumento de expresión de la conciencia de un pueblo que buscaba nuevas formas de expresión de sus ansias de libertad. En el 66 comenzó su trayectoria artística el colectivo Ez dok amairu, que trataba de enlazar la música tradicional con las nuevas corrientes musicales europeas, reivindicando la cultura vasca, revitalizándola y, a la vez, sirviendo de cauce de expresión y denuncia contra la dictadura franquista. Una trayectoria que terminaría en 1972, pero que aquel 68 tuvo gran importancia, creando la banda sonora de una generación de jóvenes con ansias de libertad.

Ni siquiera el ámbito religioso se escapó a los aires de cambio del 68. Eran los años del posconcilio y la conferencia de Medellín y la Iglesia comenzaba a preocuparse más por los problemas sociales que sufría el mundo. La Iglesia vasca sufría un relevo generacional y a partir de los años 60 comenzó a mostrarse más crítica con el régimen. En Euskadi, los movimientos cristianos fueron cada vez más activos en el ámbito político y sindical y parte del propio clero comenzó a posicionarse en contra del régimen. En agosto, cuarenta sacerdotes ocuparon el obispado de Bilbao para exigir al obispo Gurpide que se posicionase en contra de la represión, tal como lo había hecho el obispo de Donostia. En noviembre, 63 sacerdotes se encerraron en el seminario de Derio durante 24 días. Sería el preludio de una lucha que continuaría hasta el final del franquismo y que condujo a algunos sacerdotes vascos incluso a la cárcel.

Un año frenético que no tuvo respiro, pero del que queramos o no, en parte somos hijos. Pero no solo de sus éxitos, también de sus trágicos fracasos. Aquel 68 en Euskadi, como en el resto del mundo, significó una ruptura con el pasado y la búsqueda de un porvenir mejor que parecía que estaba al alcance de la mano de una nueva generación. Nuevos caminos se abrieron en todos los ámbitos, pero no todos transformaron el futuro en un lugar mejor. Quizás esa sea la gran lección del 68. Aquel año significó grandes avances en muchas luchas, pero también grandes errores y retrocesos. Un año que cambió el mundo, a través de grandes éxitos y victorias, pero también a través de grandes y trágicos errores.






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La Amenaza Llamada Vox

Cerramos el año y en el estado español el 2019 trae consigo la amenaza del fortalecimiento, tras lo sucedido en Andalucía, de la formación política de nombre Vox.

En ese sentido les presentamos este reportaje publicado por Noticias de Gipuzkoa:


El partido ultra acaparó los titulares en las elecciones de Andalucía con sus doce escaños. De cara a los comicios de 2019, sus expectativas en Euskadi chocan con las diferencias notables respecto a la inmigración, el ‘procés’ y la corrupción.

Carlos C. Borra

La ultraderecha española, representada en el partido de Santiago Abascal, Vox, dio en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre un golpe sobre el tablero político. No solo obtuvo un resultado insospechado con sus doce escaños y 10,83% de votos, sino que su concurso resulta fundamental para que PP y Ciudadanos puedan sumar de cara a desalojar al PSOE de la Junta de Andalucía tras permanecer cerca de 40 años en el poder. La formación extremista, que acumulaba media docena de fracasos electorales, se ha marcado ahora las próximas citas con las urnas para demostrar que su repentino éxito no es flor de un día sino que ha llegado para quedarse. Comenzando con las municipales, forales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo, también en Euskadi, que afrontará el desafío de Vox en un contexto a priori muy diferente del que marcó el 2-D.

El director del Euskobarómetro, Francisco Llera, apunta una primera dificultad para Vox. “Es un partido sin estructura, sedes, personal conocido o presencia cotidiana”, asegura, y muy basado en su actividad en “las redes sociales”. “Salvo que nos sorprenda, no le veo a Vox con una capacidad de organización suficiente para presentar en tan pocos meses candidatos en la mayor parte de los municipios del territorio”.

Otros dos expertos en estudios demoscópicos coinciden en señalar esta teórica falta de infraestructura. “No sé qué va a hacer con las ciudades pero no se va a poder presentar a los diferentes municipios vascos, todavía no tiene suficiente presencia y organización para apostar por unas municipales”, opina la directora del Deustobarómetro, María Silvestre. El director de Investigaciones de Gizaker, Jon Urresti, pone en duda que “sean capaces de llegar a un 3% para poder tener algún juntero, en Gasteiz podrían acercarse pero no será fácil”.

“Mucho más difícil” será que aspire a alcanzar un 5% de representación para arañar concejalías, asevera Urresti. “Para las europeas sacarán votos, pero será una de las zonas, por no decir la zona del Estado donde menos votos obtenga”, añade. Prosigue con esta estimación porcentual y admite que “va a haber voto a Vox en Euskadi pero en ningún caso va a ser masivo y es muy difícil que pase del 2-3%. En Navarra puede sacar un poco más por su sociología, sobre todo en la zona sur. Porcentualmente seremos de los territorios del Estado donde peores resultados saque”, zanja.

Además de la infraestructura, el ideario de Vox también supondrá una dificultad añadida de cara a su implantación en Euskadi en las múltiples citas electorales de mayo -con permiso del presidente español, Pedro Sánchez, que por ahora apuesta por agotar la legislatura-. María Silvestre apunta al “modelo de Estado que defiende” la formación ultra, que “cuestiona el modelo autonómico y, por supuesto, el modelo de los fueros”. Se trata, añade, de “la razón por la que Ciudadanos no ha tenido mucho apoyo electoral en Euskadi y no ha sustituido al PP, porque ha cuestionado el Concierto, el Cupo y demás”.

Jon Urresti apostilla que “en Euskadi sí hay nacionalistas españoles, que hoy en día están en la órbita del PP, pero nunca han tenido mucha fuerza porque están muy cómodos con el Estatuto y con el Concierto Económico, aspectos que Vox quiere tumbar”. Llera realiza por su parte una comparación con “cuáles han sido los apoyos electorales de UPyD y Ciudadanos”. Respecto al partido que lideró Rosa Díez dice que “ha sido muy residual pero en su momento pudo ser determinante en la formación de mayorías y no lo fue por un escaño”.

En cuanto a la formación presidida a nivel estatal por Albert Rivera, el máximo responsable del Euskobarómetro pone de manifiesto que “tampoco está teniendo una gran implantación o apoyo en Euskadi, por lo que lo más probable es que Vox camine por los mismos derroteros”. “Con esto no quiero identificar a UPyD y a C’s con Vox”, aclara, “digo que opciones residuales en el País Vasco tienen mucho menor margen de apoyo por las características del electorado vasco”.

Voto del desencanto

Fuentes de la Ejecutiva del PNV, uno de los partidos más preocupados por el auge de Vox, apuntaron cuatro claves que explican su buen resultado en Andalucía y que tienen una difícil traslación al escenario vasco. Se trata de la inmigración, que en Euskadi no concita un rechazo tan grande y que en localidades como El Ejido auparon a Vox a la primera posición; el nivel socioeconómico, con el elevado índice de paro en Andalucía y el rechazo que ello conlleva; el procés, que frente al sentimiento de solidaridad que despierta en la CAV ha reactivado el españolismo en el sur; y la corrupción institucionalizada del caso ERE.

Pese a que Silvestre recuerda que el tema de la inmigración también estuvo presente “hace unos años con Javier Maroto y la RGI, lo que provocó una contestación social muy fuerte en Álava y Vitoria”, Urresti considera que “aquí no tenemos una sensación en contra del inmigrante, no existe ese ambiente que hay en otras zonas de España, ni mucho menos”. La directora del Deustobarómetro coincide, eso sí, en que “nosotros tenemos un 9% de inmigración, no somos Andalucía ni tenemos pueblos como El Ejido con un 32%, con lo que el discurso más xenófobo tiene menos donde apoyarse y ser aceptado”.

Según Paco Llera, “en el País Vasco hay escándalos y juicios por corrupción pero no tenemos esa presencia en el tejido político tan potente como en Catalunya, Andalucía, Madrid o Valencia. Luego, el impacto de la crisis en el País Vasco no es tan potente, basta con ver las tasas de desempleo, y los sectores económicos son distintos”. Concluye por ello que, en el caso vasco, “hay elementos que no facilitarían un voto residual por desencanto, frustración o marginación de una parte del electorado”, como sí ocurrió en los comicios del pasado día 2.

Silvestre zanja que “entre que el PP aquí es minoritario, que no tenemos un porcentaje importante de inmigración y que la unidad de España tampoco moviliza mucho voto, quiero pensar que Vox no va a tener una presencia tan grande como en Andalucía”. Ya hay sondeos electorales que apuntan en esta dirección, como el que EITB Focus difundió el pasado domingo, que otorgaba a Vox un pírrico 0,2% de apoyos de cara a las elecciones forales en la CAV, muy lejos por tanto de obtener representación institucional.

Europa, más propicia

Hasta su despegue en las elecciones andaluzas, Vox había logrado su mejor resultado en las europeas del 25 de mayo de 2014, donde amarró 244.929 votos, un 1,56%, y se quedó a un suspiro de acceder a Bruselas. Los tres analistas consultados coinciden en que, del conjunto de convocatorias de mayo, las europeas son las más propicias para los de Abascal, por ser “de circunscripción única, un voto una persona”. “Hemos comprobado que formaciones sin ninguna implantación obtienen un buen bocado porque participa mucha menos gente, sobre todo de los grandes partidos, en comparación con la movilización de las pequeñas opciones”, según Llera.

Advierte, eso sí, de que al coincidir con otras citas electorales, “es muy probable que la papeleta europea replique a las otras papeletas”, lo que derivará en una “contaminación” por la que “las expectativas de los pequeños no serán tan buenas”. Al contrario que Llera, María Silvestre no cree que esta irrupción de Vox se enmarque en el auge de los partidos de ultraderecha en Europa, ya que “la extrema derecha en España no desapareció, estaba votando al PP. Solo hay que escuchar a Aznar, que se siente muy cómodo con algunas partes del discurso de Abascal, más que Rajoy, por ejemplo”.

A nivel territorial, Jon Urresti considera que “el mercado de Vox puede estar en La Rioja alavesa, algo en Vitoria, algo en Iruñea y algo en la Margen Derecha, pero no tiene una sociología clara dentro de la CAV y Nafarroa”. Como punto fuerte de esta formación respecto a C’s, María Silvestre destaca que “radicaliza el discurso de la derecha, lo hace mucho más directo, llano y sin fisuras, lo que es un foco de atracción potente sobre todo para el votante con una opinión parecida”. Llera concluye que “si Vox tuviese alguna opción, no me cabe ninguna duda de que estaría en Álava, no olvidemos que es el origen de su líder”.

Trayectoria

Su primer hito. Antes de las elecciones andaluzas del 2-D, Vox cosechó sus mejores resultados en las europeas del 25 de mayo de 2014, pocos meses después de su fundación. En aquella cita, que supuso la irrupción de Podemos y Ciudadanos, la formación de Santiago Abascal logró el apoyo de 244.929 votantes, el 1,5%. Se quedó a un paso de llegar a Bruselas ya que fue el partido más votado de los que no lograron escaño.

Generales. El porcentaje bajó notablemente en las dos elecciones generales de diciembre de 2015 y junio de 2016. En las primeras tuvo el respaldo de 57.753 personas, es decir el 0,23%, mientras que en las segundas todavía descendió más, hasta el 0,20% con 46.781 votos.

Autonómicas. Vox también se ha enfrentado a unas municipales y autonómicas en 2015. En las primeras logró 63.345 votos, que se tradujeron en 22 ediles y dos pequeñas alcaldías en Burgos y Valladolid. En las autonómicas, con algo más de 75.000 votos, no logró ningún representante.






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«Kanpaien Eguna»

Inspirado por la gesta de los vecinos de Altsasu, Iñaki Uriarte nos comparte este texto de cierre de año en las páginas de Gara:

Iñaki Uriarte | Arquitecto


En esta época en la que la televisión es para muchísimas personas la pauta que condiciona sus actividades, gestos y gastos, ETB acude la última noche del año a transmitir el inicio del nuevo con las doce campanadas. Anualmente la primera cadena de TVE es la preferida en Euskal Herria para despedir el año. ETB2 y especialmente ETB1 tienen muy poca audiencia, cosa que, en esta ocasión sería comprensible si el pueblo vasco prescindiera de estos imitativos rituales alóctonos rutinariamente asumidos. Si los rectores de esta decadente cadena tuviesen una elemental idea de país y sensibilidad humanitaria este año deberían haber emitido desde Altsasu por obvias razones.

Al parecer desde ya décadas demasiados vascos, incomprensiblemente, conectan más para las campanadas con un reportaje que emiten desde la capital de España del reloj de la antigua Real Casa de Correos, posteriormente Dirección General de Seguridad, organismo encargado del orden público, de la represión, situado en una plaza denominada del Sol. Un lugar aborrecible, un edificio criminalizado donde durante décadas se ha torturado a miles de personas, y en el que fue asesinado lentamente, tras nueve días de tortura, Joxe Arregi, un joven vasco militante en la organización política armada ETA. Desde entonces ese edificio, su reloj y sus campanadas están empapados por la sangre del crimen impune.

Pocos años antes, el 15 de mayo de 1969, en Urabain, Asparrena, Araba ocurrió otro asesinato por la Policía y la Guardia Civil, en el que la campana de la iglesia fue excusa para el crimen. Según la prensa, el poder dominante tenía sospechas de una vivienda del pueblo alquilada en la que se refugiaban militantes de ETA. Acudieron las fuerzas represivas y, localizado el dueño Segundo Arteaga, de 55 años, este les comunicó que debía ir a la iglesia a tocar las campanas para un acto religioso. Allí acudió con un inspector que, envalentonado, interpretó que el tañido era una contraseña para alertar de la presencia policial e, impulsado por su instinto básico asesino, le disparó, matándolo. Inmediatamente se construyó la habitual falacia de que el campanero, que resultó ser una persona reconocida y adicta a la dictadura imperante, intentó agredirle con una navaja cabritera. El obispo de la diócesis monseñor Peralta Ballabriga acudió a reconciliar el templo con una misa y una homilía encubridora que debió ser indignante.

Una de las referencias con el rango de monumento sonoro y patrimonio de la memoria es la colosal obra “Campanades a morts” de Lluís Llach como inmediata reacción a la masacre, empieza a componer cuando todavía suenan las campanas a muerto, cinco trabajadores asesinados por la fusilería de la Policia Nacional española en Gasteiz el 3 de marzo de 1976. Cantata que posee una trágica belleza por el sentimiento que emite, el impacto de su escucha que remite a fragmentos del Guernica de Picasso o al desgarrador Gernika-Lekeitio 4 (1972) de Mikel Laboa.

Y llegamos al presente. La noche del 15 de octubre de 2016, en una de las operaciones de hostigamiento de las fuerzas de ocupación en Sakana, se produjo una estrategia de incordiar a la juventud de Nafarroa. La monarquía militar española y sus escuadrones no pueden soportar que este territorio en todas sus expresiones evidencie su identidad, lo que es, Euskal Herria. Unos guardias civiles, en lugar de acudir al bebercio en la cantina de su acuartelamiento, buscaron la confrontación, la perpetuación del conflicto, el rechazo de una paz ganada unilateralmente que no comparten e iniciaron una disputa con jóvenes altsasuarras que actuaron en réplica ante el desafío y acabó en lamentable pelea tabernera. Pero las consecuencias injustamente se han agravado, siete jóvenes siguen encarcelados y han sido sometidos a un indecente simulacro de juicio sin justicia.

El pasado domingo 4 de noviembre una turba neofranquista española de lo más reaccionaria y el apoyo de todas las televisiones y medios de intoxicación comunicativa españoles acudieron con instinto invasivo y agresivo a Altsasu a provocar a la población para buscar una imagen de confrontación que justificase el ímpetu acusatorio judicial español. Se equivocaron de país, pueblos, día y hora.

La ejemplar reacción de indiferencia del vecindario como corresponde a una sociedad civilizada hizo fracasar la operación de hostigamiento planeada. Hubo un detalle sorprendente por su originalidad y calidad ética y artística. Campanas contra campañas. Sonaron las campanas de la iglesia en memorable concierto del bronce contra la bronca. Lo que en términos de campaneros se llama, golpear o sacudir las campanas, la mejor respuesta frente al fascismo. Y con su sonido los atacantes derrotados escaparon dejando un rastro de ruin miseria. Los campaneros que tuvieron la idea que consiguió acallar y ahuyentar al enemigo deben ser reconocidos como artesanos sonoros de la paz. No sería descartable proclamar el 4 de noviembre en recuerdo de los episodios relacionados con las campanas «Kanpaien Eguna» y que las iglesias de Euskal Herria anualmente el primer domingo de noviembre acuerden tañir sus campanas proclamando el derecho a la libertad de decidir y a liberar a todos los presos políticos.

La novela de Ernest Hemingway “Por quién doblan las campanas”, con un precedente en el poeta inglés John Donne “Devociones para ocasiones emergentes” (1624), tiene una respuesta: las campanas doblan por vuestra libertad. Un entrañable abrazo a los ocho jóvenes, a sus familias y al pueblo de Altsasu.





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Soto | Para Bien y para Mal

Estamos viviendo las últimas horas de 2018 e Iñaki Soto nos comparte en Gara este texto acerca del panorama que avizora para el 2019:

Iñaki Soto | Director de GARA


En este tiempo histórico los cambios políticos, sean para bien o para mal, pasan por las urnas. No solo aquellos que suponen una mera alternancia en las instituciones, los cambios más radicales también requieren de refrendo popular. Tal y como hemos visto en Brasil, incluso los golpes de estado modernos ahora se promueven a través de elecciones. Al otro costado, también las revoluciones adquieren esta fórmula democrática, algo que ya ha cumplido un ciclo político entero en Latinoamérica.

Precisamente, en febrero de 2019 las y los cubanos votarán su nueva Constitución, tras un periodo de tres meses de consultas en el que han participado nueve millones de personas. Un ejercicio democrático inmenso para mejorar la mejor de las revoluciones.

No solo son referéndums, elecciones o primarias. Quién tirará el txupinazo o a quién se distinguirá con un premio se han convertido en preguntas frecuentes. Recientemente se ha decidido en votación que un equipo de fútbol, la Real, no vista publicidad de casas de apuestas.

Las urnas son condición necesaria para hacer operativo un cambio político, pero no son suficientes, tal y como hemos visto en Catalunya. La democracia es mucho más que votar y la falta de democracia ni te cuento. La izquierda renunció al estado de derecho y la derecha lo ha vampirizado. Hay debate.

No cabe olvidar que el desequilibrio de poder originario es un factor determinante en la deriva antidemocrática que sufrimos. Para combatirla bajo el esquema plebiscitario, la comunicación y el marketing político, por un lado, y la demoscopia y la segmentación, por el otro, deben estar enfocadas a la decantación social. Ahí la creación de hegemonía y el juego posicional van de la mano. Es decir, la fortaleza estratégica tiene que ir acompañada de solidez táctica.

Aunque no esté tan de moda, frente a términos más modernos, la base de los cambios políticos es la organización. Eso sí, con nuevas fórmulas, evitando la nostalgia y la obsolescencia.

Papeletas y más papeletas

2019 será un año en el que aquí se votará de todo. Como mínimo, habrá elecciones municipales, forales, navarras, europeas y quién sabe si alguna más. Se votarán leyes, se elegirá a representantes en todo tipo de organismos, se renovarán o revocarán mandatos a todos los niveles. Eso limitará y a la vez abrirá el juego político. Será interesante.

Nafarroa es uno de los sitios en los que se demuestra la importancia de las urnas para promover alternativas políticas. El cambio se puede afianzar o ralentizar pero, a nada que se acierte, el régimen no va a restaurarse, casi con cualquier resultado. Eso no le resta importancia a lograr el mejor de los posibles para ahondar en la democracia, la igualdad y la justicia.

Ipar Euskal Herria va a seguir mostrando otra manera de hacer las cosas, con logros pequeños de un gran valor.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa los comicios traerán un impás, pero este año se decantarán voluntades y alianzas. Las ya existentes, muy limitadas, u otras.

Madrid y París, los poderes de los estados, van a vivir un año convulso que nos afectará directamente. En el contexto europeo, la lucha entre las fuerzas emancipadoras y las reaccionarias marcará este ciclo histórico y Euskal Herria será un frente pequeño pero relevante.

Pensamiento estratégico

En 2018 la sociedad vasca ha invertido muchas energías en desarrollar un pensamiento estratégico sobre el país. Se han identificado los retos a los que nos enfrentamos como sociedad a medio y largo plazo, las tendencias globales que más nos afectan, los problemas de escala y adaptación que tenemos, los valores de pluralidad y cohesión que nos pueden guiar en este tránsito. El año que viene será el momento de comenzar a implementar ese pensamiento.

También se ha experimentado socialmente en temas como el euskara, logrando una dinámica que puede revertir la crisis que tenía acogotado al movimiento en favor de la lengua vasca. Ese click debe tomar más cuerpo social.

La revolución feminista ha estallado con un nuevo brío empujada por las generaciones más jóvenes. En Euskal Herria existen condiciones objetivas y subjetivas para que se implante y desarrolle con una fuerza aún mayor, combinando logros concretos y una visión a más largo plazo. Sería imperdonable no exprimir al máximo el impulso emancipatorio que este movimiento ha generado por el bien de nuestra sociedad.






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Amenazan a Laura Pérez

2019 está cercano a su cierre y la fachongada española sigue en su particular bucle tiempo espacio.

Resulta que por mostrar su solidaridad para con el proceso de paz y los presos políticos vascos, la parlamentaria de Orain Bai Laura Pérez ha sido amenazada en redes sociales.

Les invitamos a leer la nota al respecto publicada por Naiz:


Laura Pérez, de Orain Bai, realizó uno de los relevos de la acción de Sare ‘Una mirada desde dentro’ en el Paseo Sarasate. Era ella la que estaba dentro de la celda cuando se acercó una parte de la concentración de Anvite para sabotear la iniciativa. Hoy ha denunciado insultos y amenazas anónimas en redes sociales.

Aritz Intxusta

Pérez ha colgado en Twitter mensajes en tono amenazante como «que ella misma se meta un tiro en la nuca» o «ahora tendría que sentarse sobre una bomba lapa para ver lo que se siente al otro lado. También podrían haber tirado la llave de la celda diez años para que su experiencia sea más realista».

La acción de Sare en la que tomó parte la parlamentaria consistía en permanecer durante media hora en un habitáculo del tamaño de una celda. Ayer se produjeron instantes de tensión cuando parte de una concentración convocada por víctimas se acerco a increpar a los solidarios de Sare.

Junto con fotografías de los insultos, Pérez ha dejado el mensaje «aun queda mucho trabajo por hacer en favor de la paz y la convivencia».









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La Política Carcelaria del PSOE

Se cierra el 2018 y la sociedad vasca sigue movilizada alrededor del gran tema pendiente tras la desmovilización de ETA: la aplicación de medidas de excepción en contra de los presos políticos vascos.

En ese sentido Sortu ha emplazado al partido del presidente Pedro Sánchez como nos relata esta nota publicada por EiTB:


Ha recordado que el PSOE llegó al Gobierno "diciendo que aplicaría una nueva política penitenciaria" y transcurridos 6 meses "solo se han producido 10 acercamientos y ninguno a Euskal Herria".

El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, ha reclamado hoy la excarcelación de los presos y ha pedido al PSOE que "pise el acelerador" en el acercamiento de los reclusos a cárceles vascas ya que tiene a "un 80 % de la sociedad vasca y a la mayoría del Congreso" a favor de una "nueva política penitenciaria".

Rodríguez ha hecho esta petición en el transcurso de un acto celebrado ante la cárcel de Martutene de Donostia-San Sebastián convocado por la iniciativa de la izquierda abertzale "Kalera kalera" bajo el lema "Bada garaia, presoak kalera" (Ya es el momento, presos a la calle).

La movilización ha consistido en una doble marcha, desde el Palacio de Justicia de San Sebastián y desde la localidad guipuzcoana de Hernani, hasta el centro penitenciario de Martutene, en la que han participado varios cientos de personas entre las que se encontraban el dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria, el ex secretario general de LAB Rafa Díez Usabiaga y el responsable de la comisión de presos de Sortu José Antonio López Ruiz "Kubati", entre otros.

Rodríguez, que ha comenzado su alocución con un saludo a los políticos presos catalanes, ha señalado que el PSOE llegó al Gobierno "diciendo que aplicaría una nueva política penitenciara" y transcurridos seis meses ha "anunciado 16 acercamientos", de los cuales "se ha producido diez, y ninguno a Euskal Herria".

Ha reclamado al partido socialista que "eche el freno de la política de excepción" y "deje de mirar de reojo". "O se está con la mayoría, con los demócratas, con la solución y con la paz o se está con los enemigos de la paz", ha sentenciado.

El secretario general de Sortu ha aludido a la iniciativa llevada a cabo ayer en Pamplona por la red Sare, que colocó una instalación que simulaba una celda para "acercarse a la realidad de los presos", y que "fue criticada con dureza" y calificada de "inaceptable" por portavoces de "UPN, del PP y de determinadas asociaciones de víctimas". Rodríguez ha considerado "inaceptable" hacer "apología de una política penitenciaria contraria a la legislación internacional y a la propia legislación española" y que siete años después de que ETA pusiera fin a la violencia "los presos sigan en la cárcel".

Rodriguez ha pedido al Gobierno español que cumpla la ley: "los reclusos gravemente enfermos y mayores de 70 años no tiene que ser acercados, sino puestos en libertad" así como los que "han cumplido tres cuartas partes de la condena" porque "eso es lo que establece la ley".






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El Éxodo Juvenil Vasco

Estamos cerrando el año y Naiz nos ofrece este editorial en el cual se retrata la situación actual de los jóvenes de Euskal Herria:


Uno de los fenómenos sociales más masivos pero a la vez más desaparecidos en la agenda mediática y política vasca es el del éxodo juvenil. Esta semana se ha quebrado puntualmente ese silencio con la presentación de la iniciativa Itzulitakoak, enfocada a facilitar el retorno de jóvenes profesionales que han pasado más de tres años fuera y retornan a Euskal Herria, y sobre la que hoy GARA ofrece un extenso reportaje con testimonios. Para quien no perciba el problema, los datos hablan por sí solos: desde el año 2000 a la actualidad (después de la crisis de 2008 pero también antes, y en una dimensión muy similar), en torno a 200.000 jóvenes de los siete territorios vascos se han marchado al extranjero a estudiar o trabajar. Se dice pronto, pero equivale a que toda Donostia, Iruñea o Gasteiz hubieran hecho las maletas. Se han ido «en busca de oportunidades» según una expresión común y que resume bien que ese exilio habitualmente resulta más forzado que elegido.

Esta sangría en términos de país se acentuó en 2012 y 2013, cuando las estadísticas oficiales muestran que fueron muchos más los jóvenes de 18 a 34 años que abandonaron Euskal Herria que los que entraron, sumando vascos de origen retornados tras su ciclo formativo-laboral e inmigrantes jóvenes que escogieron este país para su proyecto de vida. Si bien en los años posteriores se ha recuperado un cierto equilibrio, para una pirámide demográfica como la vasca, poco piramidal ya puesto que su cuerpo central y superior es ya casi tan amplio como la base, ese desfase es un drama.

Los prismas del pasado no sirven

También será trágico, o al menos frustrante, para muchos de esos jóvenes, aunque para abordar este asunto antes que nada conviente descartar los apriorismos, la demagogia y también los paternalismos. «La generación más preparada de la historia» tiene sus virtudes y sus carencias, y «como en casa en ningún sitio» no es un axioma de obligado cumplimiento. Los jóvenes actuales básicamente hacen lo que debieron hacer todos los anteriores, buscarse la vida, en un contexto en que el mundo exterior les es muchísimo más próximo y en que la tecnología les ha hecho más individuales, lo que no significa necesariamente más individualistas. Pero ni la tradición familiar les predetermina ya, ni el apego al país les vincula como antes.

Si esta realidad histórica del exilio juvenil ha tomado ahora esta nueva forma, ¿de qué se trata entonces, cómo debe afrontar este país ese éxodo? No hay más camino que intentar facilitarles la elección de su proyecto de vida, pero persiguiendo a su vez con denuedo que esa opción sea Euskal Herria. Eso se traduce, como siempre, en políticas públicas y en presupuestos, pero también en transformaciones sociales. Las voces de estos jóvenes promotores de Itzulitakoak dan algunas pistas sobre el alto valor que dan a las facilidades para la conciliación familiar y laboral, a los horarios, a las relaciones de respeto en el ámbito del trabajo o la igualdad de género que han encontrado en algunos de sus destinos. Para una Euskal Herria cuyos valores tradicionales han sido más igualitarios y progresistas que los de su entorno geográfico, no debería ser demasiado difícil hacer a sus jóvenes una propuesta atractiva en esos términos.

Empieza por ellos y ellas, acaba en la política

La juventud vasca también tiene su parte de «responsabilidad» en esta ecuación, porque ninguna política pública se va a conseguir sin que levanten la mano, se hagan oír, demanden qué necesitan y qué quieren. La revuelta de los pensionistas vascos en los últimos meses supone un modelo y a su vez una interpelación para esos jóvenes. Más aún cuando, al fin y al cabo, entre esos dos extremos contrarios del ciclo biológico hay una relación muy estrecha: sin salarios justos hoy no habrá pensiones dignas mañana, y sin pensiones dignas hoy no habrá opción mañana ni siquiera de malvivir aquí.

En el nivel político e institucional, esta cuestión crucial tiene que dejar de estar missing. Sea o no foco de demanda social, tenga o no relevancia mediática, esté o no en el paquete de las preocupaciones políticas, pocos asuntos son tan relevantes para el futuro de cualquier país como este de atraer, que no retener, a sus jóvenes. Un país que no cuida a sus mayores es indecente, pero uno que descuida a sus jóvenes además es obtuso: se está poniendo en riesgo a sí mismo, se está suicidando.






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domingo, 30 de diciembre de 2018

De Vascos y Bacalaos

Por medio de Noticias de Gipuzkoa traemos a ustedes esta reseña literaria acerca de la estrecha relación entre los vascos de la cornisa cantábrica y los bacalaos:


El libro ‘Los vascos y la pesca del bacalao’ repasa la historia de esta actividad del siglo XVI a la actualidad

Alex Zubiria

Los historiadores José Mari Unsain y Peio Urrutia se han quitado de encima “una espina clavada” con la publicación de Los vascos y la pesca del bacalao, “una historia gráfica” que repasa la aventura bacaladera vasca desde el siglo XVI hasta la actualidad.

Hace unos años, el Museo Naval de Donostia realizó una exposición en torno a la pesca del bacalao y el que fuera durante 25 años codirector del centro, Unsain, quiso trasladarla a un libro. No obstante, no fue hasta la aparición de la empresa bacaladera Biscay Seafood, que se interesó por la publicación, cuando esta se hizo realidad.

El resultado es Los vascos y la pesca del bacalao, una recopilación “de fotografías y documentación” que cuenta con “mucho material inédito” con el objetivo de plasmar el día a día de los marineros. “Son fotografías en las que se ve la dureza a bordo, sobre todo entre las décadas de los 50 y los 60 del siglo XX, pero también de las fiestas que realizaban en tierra y los funerales en alta mar cuando alguien fallecía”, cuenta Unsain.

Estas instantáneas están realizadas por los propios pescadores, como Manuel Lago, apodado El protestante. “Solo lo conocíamos por su apodo, hasta que descubrimos que en realidad era un marinero gallego que por su religión era protestante y todo el mundo le llamaba así”, explica el historiador.

En total son más de 200 imágenes recopiladas entre los archivos del Museo Naval y el de los familiares de los pescadores, y que van desde 1904, la primera fotografía, hasta este mismo año, la última.

Pero no solo se limita a la vida de los pescadores, sino que las imágenes también muestran la extraordinaria labor de las mujeres “como mano barata para procesar el bacalao”.

Dos partes diferenciadas

El contenido del libro está dividido en dos partes. Por un lado, “una visión panorámica” de los vascos y el bacalao desde el siglo XVI, y por otro lado, la importancia del sector en los siglos XX y XXI.

De modo cronológico, la publicación cuenta los vaivenes de una industria que surgió en el siglo XVI. “Es un mito lo de que las ballenas habían desaparecido aquí y por eso se fueron a por ellas en Terranova. Los vascos fueron allí por el bacalao”, afirma Unsain.

Una vez allí, los pescadores descubrieron que la zona “era un núcleo de actividad ballenera”, y entonces también comenzaron a cazarlas.

La pesca masiva tanto de bacalao como de ballena en las costas canadienses hizo que entre Donostia y Pasaia se generase “la primera potencia económica de pesca”. Pero no la única, ya que en Donibane Lohitzune también había un gran foco. “De este modo, Bilbao quedó relegado a la actividad financiera”, apunta Unsain.

Los conflictos bélicos del siglo XVII hicieron que la pesca de bacalao disminuyera, hasta que, con el apoyo de la Corona española, la situación comenzó a remontar a partir de 1600.

“Pero fue momentáneo, ya que con el siglo XVIII se vivió una época desgraciada”, advierte el historiador. Los tratados de paz hicieron que Gipuzkoa perdiese su actividad bacaladera, ya que la pesca en Terranova estaba prohibida para las embarcaciones españolas. El golpe fue tal, que la industria no resurgió hasta los años 20 del siglo XX.

En 1919, la Pysbe se convirtió en la primera pesquera capitalista, modernizando la flota con el objetivo de volver a Terranova. “El problema es que por aquel entonces, nadie quería ser marino”, cuenta Urrutia.

Con la llegada de la red de arrastre, los pescadores guipuzcoanos necesitaban reciclarse y adaptarse a los nuevos tiempos, por lo que fue necesario traer instructores bretones e islandeses para conseguir que los ciudadanos volviesen a interesarse por el sector bacaladero.

Con el paso de los años, la importancia de la pesca del bacalao fue creciendo hasta tal punto que “parte de la mili se podía hacer allí”. “Muchos, entre irse a algún sitio a la guerra preferían embarcarse hacia Terranova”, explican los investigadores.

Con la entrada en la década de los 70, Pysbe quiebra y con ella la industria bacaladera. “Muchos de estos pescadores además, tienen muy difícil la reconversión a otros sectores y se quedan en tierra de nadie”, observa Urrutia.

Los dos historiadores pretenden que, con este repaso cronológico, la historia bacaladera vasca no se pierda y permanezca en el recuerdo. “Es parte de nuestra historia y de la de los marineros que captaron con sus fotografías a lo que se enfrentaban en su día a día”, concluyen los dos historiadores.






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Aprendí

Este texto circula en Facebook y nos piden que lo compartámos y lo viralicemos:

Aprendí

Cuando yo tenia 16 años, mataron a las niñas de Alcasser. Ahí aprendí que era peligroso salir de noche, aunque fuera con amigas.

Cuando yo tenía 17 años, mataron a Anabel Segura. Ahí aprendí que no podía salir a correr sola.

Cuando yo tenia 18 años, violaron y mataron a Marta Obregón y Leticia Lebrato. Ahí aprendí a tener cuidado al entrar en portales y ascensores.

Cuando yo tenía 22 años, mataron a Rocío Wanninkhof. Ahí entendí por que mi padre se levantaba para recogerme a la puerta de la discoteca cada vez que salía de marcha.

Cuando yo tenia 32 años, mataron a Marta del Castillo. Ahí aprendí que hasta tus amigos podían matarte.

Cuando tenía 40 años, mataron a Diana Quer. Ahí entendí por que mis padres o mi pareja nunca me dejaban volver sola a casa.

Ahora han matado a Laura Luelmo, y he aprendido que cualquiera de mis vecinos puede querer violarme y matarme.

Pero venga, vente a decirme ahora que soy una histérica. Vente a decirme que no es un problema de género. De hombres que sienten que las mujeres les pertenecen, que pueden acabar con nosotras con el chasquido de un dedo, que nuestro cuerpo es suyo.

Dime que me invento que han matado a 94 mujeres en lo que va de año, o que han violado a 788 otras.

Háblame de los hombres maltratados por sus parejas y las denuncias de maltrato falsas. De cómo la niña de 18 años de la manada se lo estaba buscando.

Que somos todas unas busconas y unas guarras y unas dramáticas.

Cuéntame que son bromas, nárrame (despacito, recuerda que soy idiota) que no se, que exagero, que hay que tener cuidado, que lo que nos hace falta a todas es un buen repaso.

Dime que soy una feminazi y una histérica, mientras sales a correr solo, vuelves a casa de noche, te vistes como te da la gana y no sientes miedo ni un solo día.

Ni una más. Ni una sola mas.

Este texto es de Tatiana HF de Facebook






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La Lacra de los Colonos Sionistas

Por medio de la página DesInformémonos traemos a ustedes este extraordinario reportaje acerca de una lacra que el pueblo palestino tiene que sufrir todos los días, la violencia impune de los invasores sionistas de origen europeo, llamados colonos por cierto, esos que tanto aman su banderas:


María Landi

Aunque se trata de un término controvertido por sus múltiples connotaciones políticas y su elevada carga emocional, y por tanto difícil de definir –y más aún de aplicar–, en general existe un consenso básico: se entiende por terrorismo los actos violentos, motivados políticamente, que son cometidos contra personas o grupos con el fin de sembrar terror en la población en general o en un determinado grupo social. Salvo cuando se trata de terrorismo de Estado, los actos terroristas son cometidos por personas o grupos no estatales −aunque pueden tener el respaldo de actores estatales, o actuar en connivencia con ellos−. Los grupos terroristas suelen profesar ideologías fanáticas y extremistas que promueven la aniquilación de quienes consideran sus enemigos.

Esta definición se aplica perfectamente a los grupos de colonos judíos armados que constantemente cometen acciones violentas contra la población palestina en el territorio ocupado. Una de las primeras cosas que aprendemos quienes vamos como observadoras o acompañantes internacionales es a lidiar con la violencia de estos vecinos −indeseados pero inevitables− de todas las comunidades palestinas. Más de 600.000 colonos de origen judío viven diseminados por todo el diminuto territorio (400.000 en Cisjordania y 200.000 en Jerusalén Este), en medio de casi tres millones de palestinas/os.

De hecho, una de las principales razones de ser de la presencia internacional en las comunidades palestinas es monitorear, documentar y (tratar vanamente de) reducir la violencia que ejercen tanto los colonos como el ejército y la policía militar israelíes sobre las comunidades palestinas. Una tarea rutinaria para algunos equipos internacionales en ciertos lugares (como las Colinas al Sur de Hebrón) es acompañar a niños y niñas a la escuela para evitar que sean atacados por los colonos, o detenidos arbitrariamente y amedrentados en los muchos puestos de control militar que deben atravesar cada día de camino hacia y desde los centros educativos (como en la misma ciudad de Hebrón). En esa ciudad es habitual que los colonos atropellen deliberadamente con sus coches a niños o niñas palestinas, en muchos casos con resultados graves.

Y se da un fenómeno curioso: por un lado, es tan poco lo que se informa en los medios sobre estos terroristas, que antes de llegar cuesta imaginar la magnitud y frecuencia de su accionar. Y por otro, paradójicamente, al poco tiempo de estar en el terreno se vuelve una realidad casi cotidiana que termina normalizándose. Las familias y comunidades palestinas han desarrollado estrategias para lidiar con los colonos, especialmente en las regiones donde son más violentos: el distrito de Nablus y el de Hebrón. En esos lugares los equipos internacionales están siempre alertas para responder a los llamados de las aldeas donde ha ocurrido un incidente, una agresión física, la destrucción de una propiedad (cultivo, vivienda, vehículo).

También vamos cuando activistas de esos lugares quieren realizar alguna actividad ‘de riesgo’, como puede ser una manifestación pacífica (todas están prohibidas y son reprimidas violentamente), o simplemente arar la tierra, plantar olivos, cosechar aceitunas, o rezar colectivamente en su propia tierra, si la misma está ubicada cerca de una colonia conocida por su violencia. Muchas veces en medio de alguna de esas actividades vimos venir descendiendo de las colinas a grupos de colonos enmascarados y armados con palos (o con ametralladoras) para provocar incidentes, amedrentar y amenazar. En esos casos suele hacerse presente el ejército israelí, que con frecuencia interviene solo para proteger a los agresores. De hecho esa es la razón de la presencia del ejército en el territorio ocupado: garantizar la seguridad de las colonias y neutralizar cualquier resistencia palestina a su constante expansión. Es bueno recordar que todas las colonias israelíes en el territorio ocupado de Cisjordania y Jerusalén Este (unas 250) están construidas sobre tierras confiscadas (robadas) a sus dueños palestinos, y todas son ilegales según el Derecho Internacional (principalmente el artículo 49 del IV Convenio de Ginebra); y reiteradas resoluciones de la ONU, asi como de la Corte Internacional de Justicia, han afirmado que son el principal obstáculo para alcanzar cualquier solución.

Cada nueva colonia o expansión de las existentes acrecienta los males para la población palestina, no sólo por la presión creciente sobre la tierra y el agua que se roban, o por la violencia y vandalismo practicados por los colonos, sino también por las medidas de “seguridad” que el gobierno israelí implanta alrededor de las colonias: puestos de control militar (checkpoints), cierre de caminos, carreteras para uso exclusivo de los colonos, el Muro y otros tipos de barreras que impiden la libertad de movimiento de la población palestina.

Quizás lo más impactante de esta realidad es la absoluta impunidad con que actúan los colonos en sus constantes agresiones a las comunidades palestinas. Ya sea una incursión para tirar piedras, romper vidrios, arrancar cultivos, incendiar campos o vehículos, golpear y herir a personas, o incluso quemar vivo a un adolescente o a una familia entera, la consecuencia es la misma: nunca hay castigo real para los victimarios; y con frecuencia las víctimas terminan cargando con la sanción judicial. Yesh Din, una organización de derechos humanos israelí que impulsa demandas judiciales por estos hechos, afirma que entre 2005 y 2017, solo el 3% de las investigaciones iniciadas por crímenes ideológicamente motivados contra la población palestina resultaron en algún procesamiento.

Así como el régimen israelí utiliza la fuerza desproporcionada para imponer castigos colectivos a la población palestina (bombardeos o asesinatos masivos para reprimir cualquier forma de resistencia, toque de queda a una población entera para buscar a un sospechoso, armas sofisticadas contra niños que tiran piedras, destrucción de la vivienda de un atacante para dejar a toda su familia sin techo), los colonos ocupantes suelen responder con violencia extrema y extensa a cualquier agresión cometida por palestinos. Esas reacciones de venganza desproporcionada de los colonos tienen un nombre en inglés: price tag (etiqueta de precio). Cada vez que un colono resulta herido o muerto a manos palestinas en el territorio ocupado, se sabe que se va a desatar sobre la localidad o región donde ocurrió el incidente una ola de violencia indiscriminada y generalizada por parte de los colonos; y se sabe que cuentan con el respaldo del ejército de ocupación para llevar a cabo sus tropelías con tanta eficiencia como impunidad.

Un informe reciente reveló que las agresiones y crímenes de odio por parte de colonos contra la población palestina se incrementaron un 60% en el último año: mientras en 2017 se documentaron 79 casos de agresión, en 2018 se registraron 127 casos; es decir, un promedio de uno cada tres días. Los ataques incluyeron vandalizar coches, arrancar árboles, pintar graffittis racistas en las paredes de viviendas, matar o robar animales y agredir a personas. Los mayores incidentes se registran en los distritos de Nablus, Ramala y Hebrón.

Este final del año hemos asistido a un empuje de esta violencia colonialista. A principios de diciembre, después de dos agresiones palestinas en las colonias de Ofra y Givat Asaf, bandas de colonos emprendieron campañas de venganza. Los investigadores de Yesh Din recibieron informes y fotos de 25 ataques violentos en menos de 24 horas, en toda Cisjordania. Varios civiles palestinos resultaron heridos y hospitalizados; decenas de coches y casas fueron dañados por el lanzamiento masivo de piedras en mitad de la noche. Las familias palestinas se vieron obligadas a esconderse en sus hogares mientras las bandas judías disparaban armas, lanzaban piedras, rompían las ventanillas de los coches y pintaban textos de odio con aerosol en las paredes de las casas. Los pocos atacantes arrestados fueron liberados poco después[1].

Michael Sfard (abogado y asesor legal de Yesh Din) afirma: «Tenemos que enfrentar la realidad. Estamos presenciando el florecimiento de un Ku Klux Klan judío. Al igual que su contraparte estadounidense, la versión judía también bebe de los manantiales contaminados del fanatismo religioso y el separatismo, reemplazando solo la iconografía cristiana con su equivalente judío[2]. Al igual que el modus operandi del racismo blanco, este racismo judío también se basa en el alarmismo y la violencia contra su equivalente de los negros: los palestinos. (…) Y al igual que el Klan estadounidense en su apogeo, el Klan judío también cuenta con la vista gorda de las autoridades».

Y va más allá, haciendo responsable de este estado de cosas al propio Ministerio de Justicia de Israel, empezando por el Procurador General: «Ellos no iniciaron el fenómeno. Les gusta explicar que se oponen y al parecer realmente se sienten avergonzados por ello. Pero no han dejado de alimentarlo. No pretendían cultivar un Klan judío, pero desmalezan, riegan y fertilizan el jardín israelí del colonialismo en el que florece. Alimentan el ambiente de incumplimiento de la ley. Fertilizan la discriminación y legalizan el robo.»

En efecto: como alentando y premiando esos ataques de los colonos a las comunidades palestinas, los gobernantes israelíes aplicaron su habitual forma de venganza: el día 27 anunciaron la construcción de 1.451 nuevas viviendas para israelíes en las colonias ilegales, así como los planes para construir 837 unidades adicionales. Y el día antes habían anunciado que construirán 2.500 nuevas viviendas en todo el territorio palestino de Cisjordania.

El anuncio fue duramente condenado por la dirigente de la OLP Hannan Ashrawi, quien afirmó: «El anuncio de hoy demuestra una vez más que el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu y su coalición de derecha y racista están aplicando políticas sistemáticas de colonialismo, apartheid y limpieza étnica para apaciguar a los colonos violentos y extremistas y ganar votos en las próximas elecciones de abril. El silencio ensordecedor de la comunidad internacional y el apoyo inquebrantable de la actual administración estadounidense a la ocupación militar han permitido al gobierno israelí expandir su colonización ilegal, lo que constituye un crimen de guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, y una violación directa de los convenios internacionales, incluida la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas».

Y concluyó que la gravedad de la situación debería llevar a los gobiernos de todo el mundo a adoptar de inmediato sanciones contra Israel. Pero como ningún gobierno probablemente impondrá sanción alguna, nos toca a las activistas y movimientos de solidaridad continuar desarrollando campañas de Boicot, Desinversión y Sanciones, que han demostrado tener impacto real.

Porque como ya hemos dicho, el movimiento BDS contra el apartheid israelí va más allá de los derechos palestinos: es parte inseparable de las luchas contra el colonialismo y para frenar el avance del racismo, el militarismo y el neofascismo en todo el mundo; también en nuestros territorios.

[1] Estas acciones fueron acompañadas por violentas redadas e incursiones del ejército israelí en numerosas ciudades y pueblos de Cisjordania para buscar a los atacantes. La cacería incluyó arrestos masivos de jóvenes e incidentes violentos con heridos y muertos. Respecto a las víctimas mortales de las esporádicas agresiones palestinas, es interesante leer al periodista israelí Gideon Levy: “No siento compasión por los colonos”.

[2] Como ‘firma’ de sus mensajes y acciones violentas, los colonos suelen pintar la estrella de David. Una de esas firmas ya emblemática está en una puerta de la Ciudad Vieja de Hebrón, junto al irónico texto: “Gasear a los árabes”.






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¿Efecto Zaplana?

No es que queramos pensar mal pero... recién hemos publicado el artículo de inSurGente con respecto a la súbita preocupación del PP por humanizar las condiciones carcerlarias de los presos con enfermedades crónicas o terminales y de pronto, esto que nos informa Naiz:


El Gobierno español ha derogado la instrucción 3/2017, una medida de excepción implantada por el anterior Ejecutivo que dificultaba la puesta en libertad de los presos enfermos. A su vez, ha creado un protocolo para determinar el estado de salud de esos presos más allá de su esperanza de vida, pero que sigue dando todo el poder a Instituciones Penitenciarias.

El Gobierno de Mariano Rajoy implantó en febrero de 2017 la instrucción 3/2017, una medida de excepción que limitaba a criterios temporales la gravedad del estado de salud de un preso enfermo, complicando así su puesta en libertad.

Ahora, y según publica ‘El Correo’, el Ejecutivo de Pedro Sánchez creará un protocolo que valorará el estado de salud de los presos enfermos teniendo en cuenta, además de criterios temporales, otros más ligados a la «calidad de vida» del preso. Así, no solo se valorará la expectativa de vida del recluso enfermo para decidir sobre su excarcelación.

Con el nuevo protocolo –firmado el pasado 17 de diciembre por el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, y que se remitirá a los directores de los centros penitenciarios–, los médicos tendrán que clasificar entre una puntuación de 100 –vida normal y sin evidencias de la enfermedad– a 0 –fallecimiento– a los presos candidatos a la excarcelación por motivos de salud.

Será el director del centro penitenciario quien remita después el informe a los jueces de Vigilancia Penitenciaria –en los casos más urgentes– o a la Junta de Tratamiento para su valoración de cambio de grado, por lo que la última palabra sobre la puesta en libertad de un preso enfermo la seguirá teniendo Instituciones Penitenciarias.

Once minutos de silencio

Precisamente hoy, vecinos de Errenteria se han movilizado a favor de la libertad de Aitzol Gogorza y Mikel Arrieta, presos vascos originarios de la localidad guipuzcoana que padecen enfermedades graves e incurables.

Un silencio que se ha alargado durante once minutos ha dado pie a la lectura del comunicado final.







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Zaplana y la Humanización del PP

Nos viene inmediatamente a la mente el martirio al que sometieron a Ibon Iparragirre, así que sin pensarlo ni dos veces hemos decidido compartir con ustedes este artículo de inSurGente en el que se desnuda, una vez más, al PP, sí, esa formación política que hoy en día encabeza un tipo que recién se ha pitorreado de la angustia que viven los familiares de los presos políticos vascos cada fin de semana:


La gente del PP se humaniza cuando le da la gana, o, mejor dicho, cuando el perjudicado pertenece a su entorno ideológico, más todavía si es del mismo partido.

Quién no recuerda la inhumana actitud de los herederos del franquismo para con los presos de ETA cuando no pocos de estos estaban en fase terminal (el caso del ya fallecido Iosu Uribetxebarria Bolinaga, por ejemplo) y se oponían de manera radical a sus excarcelaciones.

Pero la vida da mil vueltas y ahora resulta que hay un preso que se llama Eduardo Zaplana, que fue ministro del PP y que, al parecer, padece de leucemia y la juez se niega a concederle la libertad.

Han sido varias las voces pertenecientes al PP las que han intercedido por Zaplana. La última de las que tenemos constancia ha sido la de la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Dolors Montserrat.

La ex ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha pedido la salida de prisión del ex ministro Eduardo Zaplana. “Los enfermos de cáncer tienen que estar con sus familias”, ha subrayado Montserrat. Y ha añadido: “Pido que salga de prisión por dignidad y, sobre todo, para que pueda estar al lado de sus familiares. Todos hemos tenido cerca en algún momento a algún enfermo de cáncer y lo que necesitan sobre todo es estar al lado de sus familiares, en casa, y ser tratados cuando lo necesiten en el hospital”.

Como recordarán, está en prisión preventiva desde el pasado mes de mayo y permanece ingresado desde el 19 de diciembre en el hospital de La Fe de Valencia por la leucemia que padece.

Zaplana, que también fue ex presidente de la Comunidad Valencia fue sometido a un transplante de médula en 2015 y cada 15 días es trasladado al hospital desde la cárcel de Picassent para recibir tratamiento médico. Su defensa ha interpuesto varios recursos de reforma contra el auto de prisión de la jueza alegando que Zaplana requiere cuidados médicos continuos y periódicos.

Sin embargo, la titular del juzgado de instrucción número 8 de Valencia, que instruye el ‘caso Erial’, le mantiene en prisión provisional por presuntos delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación. Alega para ello que existe riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.

No negamos desde estas líneas un trato lo más humano posible para este presunto delincuente. Lo que queremos es denunciar la doble vara de medir que tienen la gente del PP y otros partidos de derechas, o los erróneamente calificados de izquierdas (PSOE etc) para con casos semejantes.

Su actitud tan mezquina demuestra, sin duda, la nula calidad humana que poseen.


La visión de Tasio:









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