Un blog desde la diáspora y para la diáspora

viernes, 31 de mayo de 2019

Egaña | Gladys

Han pasado cuatro décadas y el asesinato de Gladys del Estal sigue impune. Nadie, como por ejemplo en el caso de Iñaki Urrutikoetxea, está insistiendo en llevar un proceso en toda forma en contra de los autores intelectuales y materiales involucrados en su muerte.

Aquí el texto que Iñaki Egaña le ha dedicado en su muro:


Iñaki Egaña

Estos días se cumplen 40 años de la muerte de Gladys del Estal a manos de un funcionario del Estado, un guardia civil que años más tarde fue condecorado por un gobierno socialista. Al margen de su muerte violenta, como otras tantas impunes, Gladys se ha convertido en el icono de una época que para quienes la vivimos tuvo la trascendencia de ser parte de nuestro propio recorrido. Parte también de un camino colectivo que, a pesar de no alcanzar aquellos objetivos por lo que nos movilizábamos, nos permitió llegar a nuestros días con las esperanzas sino intactas sí salubres.

Me duele el corazón cuando evoco que a Gladys se le paró la vida con apenas 23 años. Y que hoy, de haber continuado en aquella pequeña empresa en la que trabajaba como programadora informática y de haber conservado su aliento, se hubiera podido jubilar. Con las penalizaciones que graban a los que lo hacen a los 63 años, pero ya definitivamente. Y, probablemente, como tantos otros de su generación, estaría detrás de una pancarta de esas que reivindican pensiones dignas, de las mínimas de 1080 euros.

Porque esa es la mayor congoja que nos asalta cuando llega la fragancia de la mención de Gladys al reunirnos cada año en ese parque con su nombre, copado por majestuosos ginkgos, sequoias y robles centenarios. Sus entonces 23 años. Han sido 40 años de peleas, de buenos y malos periodos. Los mismos de nuestras vidas. Los que se perdió Gladys, pero los que ayudó a marcar de rojo el calendario.

Hace ya unos años cayó en mis manos un texto lejano escrito por una novelista jamaicana. “Mujeres poco corrientes”, de Vernella Fuller. Mujeres que recuperaban el pasado para tejer el futuro. Y no sé por qué extraña relación, la evocación de Gladys me ha traído al presente las letras de Fuller, los recuerdos de aquel pasado anterior, los de su padre Enrique, miliciano del batallón Meabe, exiliado en Venezuela tras la guerra contra el fascio en 1936. Y los de ese futuro que construimos en pequeños sorbos.

Y resulta, Gladys, que 80 años más tarde de la explosión vital de tu padre y los de tu generación frente a la intolerancia por vivir, 40 años después de que aquel insensato e impune guardia civil te segara de un tiro la juventud, hemos dado algunos pasos ilusionantes. A los de la generación de Enrique les hemos devuelto al lugar de la historia que merecían. Ya sé que quizás demasiado tarde. Pero aquello que perdieron lo convirtieron, lo hemos convertido, en victoria. Hoy somos más antifascistas que nunca, a pesar de que nos llenen las calles de Orereta, Ugao o Altsasu de banderas gamadas.

Hoy, mi sentida Gladys, las centrales nucleares son pasto de las berzas, de la nada. A menos en nuestro territorio. Ni en Tudela, ni en Lemoiz. Sé que el coste fue brutal, que nuestra deuda con vosotros es enorme. La gasteiztarra Ernestina de Champurcin escribía desde el exilio mexicano, un poco más al norte en latitud que el vuestro venezolano, aquello de “mientras, llueven pedazos de cielo desteñido”. Entre la nostalgia y el desaliento.

Con muchos reparos, Gladys. Tu optimismo desbordaba y el nuestro se contagió. Es cierto, os quitaron los colores, acunaron un entorno en blanco y negro, como aquellas temidas siluetas que nos intentaban vaciar la ilusión. Aquí seguimos, sin embargo. Recomponiendo esos colores. Hoy, aquellos augurios nucleares para Nafarroa, han desaparecido del mapa, y el uranio se ha convertido en la fuerza del viento, en los molinos que hace vibrar el cierzo de la Ribera.

No puedo ocultarte que los pájaros de la muerte, los descendientes de aquellos que bombardearon Gernika, siguen ejercitando en ese cielo desteñido que asola el campo de entrenamiento en la Bardena. Pájaros de la muerte, pájaros de muerte que afilan sus uñas en nuestra tierra, otrora hogareña, para luego lanzar toneladas de hierro y acero en lugares lejanos como Irak, Afganistán, Yemen, Libia o Siria. Para matar jóvenes como tú, Gladys. Para acallar para siempre a niños sin destetar, a adolescentes cuya esperanza no llegó siquiera a la segunda letra.

Perdona el atrevimiento. Porque los milicos siguen matando al por mayor e incluyen a mutilados y cadáveres en un indefinido apartado de “víctimas colaterales”. Pero esos milicos los hemos arrastrado a las antípodas de nuestra vida. A pesar de la fuerza que tienen para condicionarla. Y están en las antípodas porque toda una generación de jóvenes se negó al servilismo del servicio militar. Sufrieron prisión, consecuencias irreparables como aquel otro joven Unai Salanueva, con quien compartes nuestra memoria. Pero ganaron. Nos queda aún echarlos de la Bardena.

Tu imagen con la bicicleta en la marcha que partía del Bulevar fue también icónica, Gladys. Y sabrás que hoy somos mayoría, que nuestra ciudad salitrada por vuestra memoria, está plagada de “bidegorris”. Que las bicicletas son para todo el año.

Que adelantamos el paso para, superadas las nucleares, concienciar sobre el cambio climático por la acción depredadora humana. Que los globos que sustentabas en tu manillar de ensueños se desplazan al abrigo de los vientos favorables, y compiten con las rapiñas que planean sobre cemento, incineradoras y humos cargados de azufre.

Gladys, ya son 40 años, cómo corre la agenda, y no hemos vuelto a la luna. Afortunadamente. Porque aquí seguimos, pateando los lodos de este planeta, denunciando sus injusticias y meciéndonos con el cariño de nuestros amigos, el olor del musgo húmedo, escuchando el canto del cuco, del cuclillo, que si bien no tan numeroso como cuando paseabas por los bosques del Baztán, todavía se deja oír al entrar la primavera.

Hemos tenido hijos, Gladys. Y alguno de nosotros ya es abuelo. No sé qué hubiera sido de ti, de tu maternidad. No lo tengas en cuenta. Porque bien saben ellos, los que nacieron y crecieron en estos cortos 40 años, que son también tus hijos, tus nietos. Con la entonación de que la vida no corre para ti Gladys. Porque para nosotros siempre tendrás aquellos maravillosos 23 años.






°

Multa a Acción Directa no Violenta

A ocho años de la apuesta por la paz y cada vez queda más claro que a Madrid lo que le gusta, lo que le apasiona, lo que le mueve... es el uso de la violencia institucional, no importa cual de sus instituciones sea la que ejerza la violencia del estado. Si son las fuerzas armadas pues mejor.

Así pues, desde la página de Público traemos a ustedes esta kafkiana actualización del caso de las campanas antifascistas de Altsasu:


La Policía Foral ha sancionado a los cuatro jóvenes que el pasado 4 de noviembre se colaron en el campanario durante el mitin de la plataforma "España Ciudadana", en el que también participaron PP y Vox.

Danilo Albin

El repique de campanas puede valer para llamar a los fieles a misa, o también para mostrar el rechazo a un mitin político. Si se trata de este último caso, los autores de la protesta tienen grandes probabilidades de afrontar sanciones económicas. Así ha quedado demostrado en Altsasu, donde los cuatro jóvenes que se colaron en el campanario durante el mitin de Albert Rivera han recibido multas que suman, en total, 3.300 euros.

La escena se registró el pasado 4 de noviembre. Aquella mañana, el líder de Ciudadanos se trasladó a un Altsasu literalmente tomado por la Guardia Civil y la Policía Foral. Había un despliegue policial pocas veces visto en este municipio, que para entonces ya era conocido en toda España por los incidentes que se registraron en la madrugada del 15 de octubre de 2016, cuando se produjo una pelea de bar en la que se vieron involucrados dos guardias civiles. A día de hoy, siete jóvenes se encuentran en prisión por estos hechos.

Dos años después de aquella trifulca nocturna fuera del bar Koxka, Ciudadanos organizó un acto en esa localidad navarra para mostrar su apoyo a la Guardia Civil. El mitin fue preparado por “La España Ciudadana”, aunque conquistó también al Partido Popular y Vox, dos formaciones que también hicieron acto de presencia en el mitin.

El escenario fue el kiosko del pueblo, exactamente el mismo lugar donde se habían realizado varios actos de apoyo a los jóvenes detenidos. Sin embargo, en esa ocasión sólo se oirían palabras de reconocimiento hacia la Benemérita y críticas hacia quienes no consideraban esos hechos como terrorismo.

Sin embargo, esas voces no lograron ser escuchadas con claridad. El motivo: la campana de la iglesia. Justo en el momento en que comenzaba el acto, desde el campanario –situado a pocos metros del mitin- empezó un incesante repique que tapaba las intervenciones de la víctima de ETA Beatriz Sánchez Seco, del filósofo Fernando Savater y del propio Albert Rivera.

Los autores de la acción fueron identificados por la Policía Foral, que ese día estaba a cargo del operativo. Por su parte, desde la parroquia de Altsasu se apresuraron a aclarar que no tenían nada que ver con la protesta y que en ningún momento habían autorizado que se subieran al campanario, quienes habían accedido al mismo “sin conocimiento de los sacerdotes”, que en ese momento “estaban en la sacristía”.

La Policía Foral tramitó el expediente, que acabó en multa de 3.300 euros. Según explica a Público Unai Otermin, miembro del movimiento Ospa de Altsasu, tres de ellos recibieron sanciones de 800 euros cada uno, mientras que el cuarto fue multado con 900 euros debido a que “también le acusaban de arengar a las personas que estaban en la plaza para que les defendieran”.
Manifestación y controles

Las multas fueron pagadas hace aproximadamente un mes y medio, pero sus consecuencias aún están presentes. De hecho, el próximo 22 de junio habrá una manifestación en el municipio navarro para protestar contra esas sanciones y denunciar también el “control social” que, según los convocantes, ejerce la Policía Foral. En ese contexto, Otermin asegura que entre enero y abril de este año "se han registrado 168 controles policiales en Altsasu". 63 de ellos han estado a cargo de la Guardia Civil, mientras que los 105 restantes fueron montados por la Policía Foral.






°

Los Represaliados "Olvidados"

Cuando en este blog hablamos de las víctimas vascas del fascismo español insistimos en usar el término represaliados ya que este incluye no solo a los presos sino también a los exiliados - entre los que hay refugiados y expulsados (deportados) - sin olvidar claro está a los miles de torturados e incluso a los familiares de todos los anteriores.

Y es que de pronto se tiene la sensación de que el colectivo de presos políticos es el que se lleva toda la atención y no debe ser así.

Es por lo anterior que traemos, desde las páginas de La Haine, esta entrevista:


Entrevista de Pakito Arriaran.org a Bixen Mujika, la mujer de Juan Ramón Aramburu, militante de Ordizia

Pakito Arriaran

A mediados de los años 80, los gobiernos de Madrid y París, dirigidos por Felipe González y François Mitterrand, pusieron en marcha una estrategia represiva contra los militantes vascos que hoy en día aún acarrea consecuencias para las y los que la sufrieron en primera línea, y también para sus familiares y amigos. El método, en la mayoría de los casos, consistía en deportar a los militantes a terceros países que, a cambio de mantener en sus territorios controlados a las vascas y vascos, recibían importantes desembolsos económicos que Francia y España cargaban a sus erarios públicos disfrazados de ayudas al desarrollo.

Las deportaciones iniciaron en 1984, supuestamente a propuesta de París que buscaba una alternativa a las extradiciones de militantes vascos exigidas por Madrid pero que no convencían al ejecutivo galo por las posibles reacciones en contra que pudiesen suscitarse en Francia contra esa medida. También eran los tiempos del GAL, los grupos parapoliciales españoles que asesinaron a varias decenas de refugiados vascos en el País Vasco norte, bajo administración francesa, y que suponían una presión añadida contra el ejecutivo galo para que implementase medidas represivas contra la comunidad de refugiadas y refugiados vascos residentes en su territorio.

Esta medida represiva afectó a 74 personas, y los países “receptores” fueron los africanos de Argelia, Sao Tomé, Togo, Gabón y Cabo Verde, y también los latinoamericanos de Venezuela, Cuba, República Dominicana, Panamá y Ecuador. La mayoría de ellos recibieron a cambio “ayudas” que figuraron en las cuentas de Madrid y París como “créditos” del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD). Y hasta donde se ha podido saber, los montos de algunos de esos “créditos” fueron los siguientes: Argelia 376, 706 millones de euros; Ecuador: 296,260 millones de euros; Venezuela 200,103 millones de euros.

A cambio de esas “ayudas” los países recibían a las y los deportados asegurando a los gobiernos europeos mantener bajo su control a las y los militantes vascos. De esta manera, las deportadas y deportados quedaban en estos países en un verdadero limbo jurídico. Primero porque en el momento de su detención en el Estado francés nunca tuvieron la oportunidad legal de oponerse a la deportación, medida que ya per sé no existe en el ordenamiento jurídico internacional, y siéndoles aplicada una razón de estado sin base jurídica alguna. Y segundo, porque la misma razón de estado que impulsó la medida represiva se hacía extensiva a los países receptores, quienes únicamente respondían a acuerdos políticos y administrativos, sin ningún tipo de base legal, con los gobiernos de España y Francia. Esto ha llevado a que aún hoy en día, 34 años después, algunos de los deportados no tengan documentos de residencia en su país de “acogida”.

Las condiciones de vida de los deportados ha sido, y es, muy diversa, tanto como puedan ser las condiciones políticas y socio-económicas de los países donde se encuentran, y algunas veces han tenido que contar con la ayuda aportada desde Euskal Herria para hacer frente incluso a su manutención. Pero en general, las y los deportados se han integrado a esas sociedades, rehaciendo sus vidas lo mejor que pueden y aportando también con su trabajo e iniciativa, aunque el objetivo de regresar a Euskal Herria sigue siendo su sueño más recurrente y su reivindicación más sentida.

A ello hay que añadir el enorme esfuerzo económico, psicológico y humano que ha supuesto la deportación para las familias y los amigos de los deportados, obligados a desplazarse hasta esos lejanos lugares desde Euskal Herria para mantener un mínimo contacto con sus allegados, quienes no hay que olvidar, no viajaron hasta allí de manera voluntaria, sino que fueron objeto de una medida represiva en su contra y nunca han renunciado a su lucha ni tampoco a regresar a su país para seguir aportando en el proceso de liberación de Euskal Herria. Incluso se han dado casos de familiares de deportados a los que se ha prohibido viajar utilizando ciertas rutas aéreas para ir a visitar al deportado simplemente por ser familia del militante, dejando ver que para algunos ser familiar de una o un deportado constituye en sí un delito. Es el caso del hermano y la cuñada de José Ángel Urtiaga, deportado en Cuba, a quienes el gobierno de EEUU prohíbe la utilización de su espacio aéreo simplemente por ser familiares del militante vasco.

Hoy, 34 años después de las primeras deportaciones el limbo jurídico en el que se encuentran estos militantes sigue en sí mismo. Todos esos años no se computan en ningún caso, lo que hace de la deportación una condena añadida. Incluso después de permanecer varios años deportados algunos de ellos fueron extraditados y aún siguen presos en el Estado español. Como en el caso de Iñaki Arakama Mendia, deportado de Argelia a la República Dominicana y de ahí entregado a Madrid. En otros casos, el estar custodiados en todo momento por las fuerzas de seguridad no impidió que fueran torturados salvajemente durante días y días por policías españoles con la complicidad de las autoridades locales. Es el caso de Ángel Aldana y Alfonso Etxegaray en Ecuador. Otros 11 han fallecido por accidentes o causas naturales mientras estaban deportados. También son muchos los que han regresado a sus pueblos y barrios en Euskal Herria a medida que las causas judiciales donde se les implicaba han ido quedando sin efecto.

Ahora aún 12 militantes vascos permanecen deportados en varios países de África y América Latina, padeciendo esta modalidad represiva que, como dicen ellos mismos, “produce un desarraigo total”. Y sin embargo, los gobiernos español y francés se han desentendido completamente del tema y ninguna de las denuncias de la situación ha tenido efecto alguno para acabar con una medida represiva que se ha perpetuado en el tiempo a pesar de los nuevos aires políticos que soplan en Euskal Herria y que exigen dar una salida a las consecuencias del conflicto para ir construyendo una nueva convivencia. Y para ello será obligado ir desactivando todas las medidas represivas implementadas que, como la dispersión de los presos, la deportación o la existencia aún de decenas de exiliados, no tienen lugar en esta nueva situación política.

Con el temor a reabrir heridas, pero también con el deber de denunciar y dar a conocer una situación represiva enquistada por la cerrazón de Madrid y París para abrir nuevos tiempos en Euskal Herria, nos hemos dirigido a Bixen Mujika, la mujer de Juan Ramón Aramburu, militante de Ordizia deportado por el gobierno francés en febrero de 1989 a Cabo Verde, donde falleció el 10 de agosto de 1989 a los 37 años.

Cuando Juanra fue detenido en Miarritze en 1985 tenía vigente el Estatuto de Refugiado Político, lo que teóricamente le protegía de ser extraditado o expulsado. ¿Por qué el Estado francés violó su propia legalidad y después de cumplir condena en la cárcel de Baiona y ser confinado deportó a Juanra a Cabo Verde? ¿Cuál era la situación de los refugiados entonces en Iparralde?

Cuando Juanra fue detenido en 1985 ya no tenía estatuto de refugiado. Un año antes se les había denegado el estatuto a un grupo muy numeroso de refugiados, por lo que estaba sin documentación para poder residir legalmente en Iparralde. Se vio obligado a vivir en la clandestinidad, con el riesgo permanente de ser detenido. Juanra fue detenido el 25 de noviembre de 1985 en Miarritze, encarcelado y posteriormente confinado en Bar le Duc, en febrero de 1986. 10 días más tarde fue deportado a Cabo Verde.

La situación de los refugiados en aquel momento era muy dramática, la inseguridad era total. La policía francesa trataba de detenerlos y cumplir así la promesa hecha al Gobierno español; el GAL actuaba con total impunidad: cabe recordar el secuestro de Joxi y Joxean, asesinatos de refugiados casi a diario. Se encontraban totalmente indefensos.

¿Cómo vivió la familia esa situación de deportación de Juanra en un país tan lejano a Euskal Herria? ¿Pudieron visitarlo allí? ¿Era fácil comunicarse con él para conocer su situación?

Nosotros vivimos la situación con mucha angustia, ya que no sabíamos adonde lo deportarían. Para entonces ya habían torturado salvajemente a Aldana y Etxegarai en Ecuador. Estuvimos dos días sin tener noticias, hasta que él mismo nos comunicó por teléfono que estaba en Cabo Verde.
A los aitas de Juanra les afectó mucho, ya que por su edad avanzada no veían muchas posibilidades de volver a verlo, pero sí pudieron viajar a Cabo Verde para visitarlo. Un año después murió su aita estando él deportado. Fue su despedida. Nosotros, Juanra y yo, teníamos un hijo de 20 meses y en abril de 1986 nos reunimos para vivir con él, hasta su muerte, en agosto de 1989, en Cabo Verde.

El desarraigo que supone estar tan lejos de tu país era más que evidente, la comunicación con la familia, amigos, pueblo, era difícil y la información que recibíamos era escasa, hay que tener en cuenta que entonces no había los medios de hoy en día. En esta situación, mantener un equilibrio físico y emocional no es nada fácil. Estando en Cabo Verde murieron la cuñada y el aita de Juanra. Fueron momentos muy duros.

Alfredo Elejalde, sacerdote vasco residente en Cabo Verde, declaró hace tiempo que los deportados vascos se habían integrado plenamente en la vida del país. Una muestra de ello es que Juanra aprendió portugués, y trabajó en la sección internacional de un diario de allí. ¿Cómo era el día a día de los deportados y deportadas en Cabo Verde?

Tenemos que tener en cuenta que Cabo Verde es un país en vías de desarrollo y allí las necesidades son inmensas, por lo que los deportados intentaron, desde un primer momento, integrarse en el país y aportar aquello que cada uno pudiera. Juanra trabajó en la sección internacional del diario “Noticias de Mindelo”. Otros deportados realizaron estudios universitarios de enfermería, psicología, idiomas y han podido trabajar en hospitales, institutos, centros de acogida de jóvenes, etc.

Según algunas fuentes, el gobierno español pagaba al gobierno de Cabo Verde 70,000 pesetas mensuales por deportado. ¿Alguna vez Juanra o algún otra u otro de sus compañeros recibieron ayuda del gobierno español?

Ningún deportado recibió ayuda del Gobierno español, las ayudas que recibían eran de la familia, de los amigos y del pueblo. Agradecemos todas las muestras de apoyo, cariño y solidaridad del pueblo vasco, ya que sin ellas sería mucho más difícil resistir en esta situación. No podemos olvidar a los deportados que todavía están obligados a vivir lejos de su país. Nuestra solidaridad tiene que seguir llegando hasta ellos.

La muerte de Juanra fue un momento de dureza y dolor para la familia y para todos sus compañeros y compañeras. ¿En medio de ese dolor cómo hicieron para trasladar los restos de Juanra a Euskal Herria? ¿Contaron con algún tipo de ayuda por parte de las autoridades caboverdianas o españolas o francesas?

Fue un momento muy duro, en aquel momento estábamos con niños, entre ellos nuestro hijo Garikoitz, que no entendían lo que pasaba.
Lo primero que hicimos fue rescatar el cadáver. Con la ayuda de pescadores caboverdianos y otro deportado, Emilio, lo consiguieron, poniendo en riesgo sus vidas ya que el bote era muy pequeño y había que rescatarlo en alta mar.

Inmediatamente, familiares y deportados nos pusimos en contacto con las autoridades caboverdianas. Aunque estas nos ofrecieron todo su apoyo, el traslado del féretro estuvo lleno de dificultades. El Gobierno caboverdiano no veía ningún problema para gestionar su salida, pero el español, en un primer momento no les dió autorización.
Una delegación compuesta por Itziar Aizpurua, Juan Mari Olano y una familiar de Juanra llegaron de Euskal Herria y, junto a los deportados y familiares después de varios días de reuniones con diferentes organismos y autoridades caboverdianas, consiguieron desbloquear la situación. Durante este tiempo, los responsables sanitarios hicieron lo indecible para mantener el cuerpo en condiciones para su traslado.

El propio Gobierno de Cabo Verde consideraba a Juanra un gudari vasco y como tal fue tratado. Fue el Gobierno caboverdiano quien asumió los gastos del traslado, ya que el español se negó a hacerlo. Después de terminar con todos los trámites, al cabo de una semana, fuimos despedidos con un aurresku por sus compañeros deportados y amigos caboverdianos en el aeropuerto de Mindelo.

En España, sin embargo, todo cambió. Al llegar a Barajas los policías españoles dijeron a la persona que las autoridades caboverdianas nombraron para que acompañase a la familia hasta Euskal Herria (una autoridad policial de ese país) lo siguiente: “vuelve a tu país, no puedes pasar y tranquilo porque lo que traes aquí no es una persona, es un terrorista, y si los deportados te crean problemas, los solucionas pegándoles dos tiros”.

Tuvimos que estar cinco horas en el aeropuerto debido a los impedimentos que pusieron los españoles para hacer todos los trámites. Ya en Ordizia, el pueblo estaba esperándonos, fue un recibimiento muy caluroso y emotivo. No así la actitud de responsables del ayuntamiento. Para no permitir la entrada del féretro, algunos concejales se encerraron dentro, para ellos había sido un simple accidente.

La deportación de Juanra hizo de él un represaliado, su muerte lejos de Euskal Herria donde se le obligó a residir en contra de su voluntad debería suponer que se tratara el caso como “victima del Estado” y recibir así el correspondiente reconocimiento. Sin embargo el Estado español se ha negado a hacerlo en todo momento. ¿Cómo ve la familia esta situación, qué instrumentos legales existen para revertir esa decisión?

Sin duda para nosotros Juanra y todos los militantes que han muerto en la deportación son víctimas del Estado. Seguiremos luchando para que el Estado reconozca, no sólo a las víctimas de la deportación, sino también a tantas y tantas víctimas derivadas del conflicto político que ha vivido nuestro pueblo y que el Estado se niega a reconocer.

34 años después, aún quedan 12 vascos deportados en África y América, varios de ellos en Cabo Verde. ¿Qué puede hacer la sociedad vasca para cerrar definitivamente este triste capítulo de la historia represiva contra Euskal Herria?

Hay que informar de la situación ya que la deportación ha estado olvidada y a veces hemos pensado que era un mal menor, que aunque lejos, vivían en libertad. Es importante informar de lo que supone el destierro durante tantos y tantos años. Es una condena que no se sabe cuando acaba. Jurídicamente los deportados no existen.

Y hay que seguir luchando y reivindicando la vuelta a Euskal Herria de todos los deportados en un breve plazo. Nuestra lucha conseguirá poner fin a la deportación.


Texto completo en: https://www.lahaine.org/fN9n






°

Sin Gol en Panamá

Desde Naiz traemos a ustedes la crónica del encuentro futbolístico de la Eusko Selekzioa frente al combinado panameño:


Sin Asier Illarramendi, ‘tocado’, la mermada Euskal Selekzioa de Javier Clemente ha empatado, sin goles, ni ocasiones, con una también sucedánea Panamá esta madrugada en el estadio Rommel Fernández. Partido nada vistoso, marcado por el calor y la humedad, muy bajo ritmo en el primer acto, que se ha animado algo más en la segunda mitad pero con poco fútbol que llevarse a la boca.

Joseba Vivanco

«Los chavales se han comportado, porque el partido era difícil» por el calor y la falta de aclimatación, ha defendido esta madrugada el 0-0 en Panamá un Javier Clemente que no ha defraudado y ha puesto en liza un dibujo con defensa de tres y dos carrileros para enfrentar a un rival que también ha encarado el amistoso con el mismo esquema. Por parte vasca, Iago en portería, por delante Elustondo, Iñigo Martínez y Balenziaga en esa cobertura de tres centrales, con Bustinza y el joven realista Ahien en las bandas: doble pivote medular de cemento armado para el capitán alavesista Manu García y el león navarro San José, bandas para el cachorro Gaizka Larrazabal y Eraso, y en vanguardia el ‘zorro’ Aduriz. Asier Illarramendi, tocado, se ha quedado fuera pero al menos ha conocido el Canal. Once del equipo «del País Vasco, el equipo de Euskadi», como han cantado los locutores de un encuentro seguido por menos de 10.000 espectadores en el estadio Rommel Fernández.

Poco, por no decir nada, de fútbol en la primera mitad de un choque marcado seguramente para el combinado ‘tricolor’ por la humedad y la alta temperatura, que le ha obligado a hidratarse –‘cooling break’– a los veinte minutos del primer tiempo. Con el paso de los minutos ha mermado la intensidad de los vascos, que apenas sí han percutido de manera intermitente por la banda de Bustinza y poco más. Dentro de ese ritmo lento, Panamá ha insistido más en los primeros cuarenta y cinco minutos pero sin generar mayor peligro que un disparo durísimo, de libre directo, a cargo de Fidel Escobar y que Herrerín ha sacado de manera espectacular junto al poste. Era el minuto 35 y poco antes la Euskal Selekzioa ha tenido su acercamiento más prometedor en una jugada en la que la pelota ha acabado pidiendo permiso para ser rematada dentro del área pero sin encontrar respuesta.

«Partido fantasma», lo definían los locutores televisivos por aquello de que para Panamá no cuenta a título oficial, y fantasma también sobre el terreno de juego donde el invitado gol no ha aparecido. Aitor Fernández por Herrerín bajo palos ha sido el cambio al descanso decretado por Javier Clemente. A los diez minutos, con la ‘La Sele’ centroamericana más intensa a vuelta de vestuarios, Villalibre ha salido en lugar de un inédito Aduriz y se ha dejado ver más que el donostiarra. Al poco, Mikel San José, de cabeza, fácil a las manos del arquero local, ha firmado el primer remate euskaldun del en cuentro. Vivian por Iñigo Martínez en el minuto 60, minutos para los desplazados hasta Panamá. Minuto 65, Iñigo Vicente por Ahien. La Euskal Selekzioa ha espabilado con el correr de los minutos imprimiendo algo más de intensidad a su juego.

A falta de noticias en las áreas, el partido se ha visto salpicado por esporádicos roces entre jugadores, el de más fricción el protagonizado por un activado Villalibre y que no ha ido a más. Nueva parada para hidratarse, Jesús Areso por Larrazabal en el 75 y con quince minutos por delante, Fajardo ha enviado muy alto en la primera ocasión anfitriona en este segundo acto y Arroyo ha probado a Aitor con un duro chut lejano ya en el  84. No ha dado para más este compromiso sin apenas conclusiones.

Javier Clemente y Julio Dely Valdés se saludaban al final del duelo. Para el de Barakaldo, el encuentro ha sido «fuerte, de bastante ritmo por ambos lados», aunque «ellos estaban más conjuntados y nos ha costado el tono físico con el calor. En el fútbol hay que jugar con frío o calor, es una experiencia, pero también el viaje y la falta de aclimatación se ha notado», ha añadido el seleccionador vasco. «Hemos venido con un equipo joven, y estos partidos ayudan a conjuntarnos. Jugamos dos partidos al año y estos partidos nos fortalecen, sobre todo para los chavales de 17 o 18 años. Viene bien jugar ante equipos como Panamá, que son mundialistas. Creo que hemos sido unos buenos sparrings», ha concluido su valoración Clemente. Por su parte, el seleccionador panameño ha destacado que «ha sido muy partido disputado, de pocas ocasiones, pero un resultado justo».

El realista Aritz Alustondo, de otro lado, se ha mostrado «contento, hemos empatado, creo que el equipo en todo momento ha intentado marcar un gol para llevarnos la victoria y no ha podido ser. Lo importante –ha subrayado– que nadie se ha hecho daño». Ha admitido, eso sí, que «no ha sido un partido muy vistoso, las condiciones que teníamos no eran buenas», pero «hemos competido y vemos que las pocas veces que nos juntamos somos capaces de competir».






°

Género y Bienes Inmateriales Vascos

Desde el portal de Público traemos a ustedes este interesante artículo de nuestro amigo Danilo Albin:


El BOE publica la Ley de Patrimonio Vasco, que incluye por primera vez el reconocimiento del “aporte femenino” a la sociedad vasca. También protege oficialmente las danzas y festividades que sobrevivieron al franquismo.

Danilo Albin

Pasos firmes sobre el pavimento. Piernas que se levantan hacia el cielo, junto a una txapela que acaba volando en dirección a la persona homenajeada. El aurresku, una de las danzas propias de Euskadi, suele estar presente en distintos actos y homenajes. Es, por excelencia, el gran baile de honor. Hoy ya es un bien inmaterial, al igual que otras señas de la identidad vasca que la dictadura franquista quiso exterminar.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este miércoles la Ley de Patrimonio Cultural Vasco, aprobada por el Parlamento autonómico el pasado 9 de mayo con los votos de PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos. Faltó en esa ecuación el Partido Popular, que decidió descolgarse de la mayoría parlamentaria –si bien aprobó algunos artículos- tras presentar 35 enmiendas. Los conservadores criticaron que la norma no hacía referencia clara al “patrimonio religioso”, lo que tacharon de “falta de sensibilidad”.

La ley que ahora publica el BOE apunta, principalmente, hacia los “bienes inmateriales” que forman parte de la sociedad vasca. De hecho, este texto tiene como objetivo modificar la normativa aprobada en 1990, incluyendo ahora aquellas características propias del País Vasco como las danzas, el bertsolarismo –arte consistente en la improvisación de versos, siguiendo unas pautas rítmicas-, la pelota vasca –entre otros deportes clásicos- o las “representaciones tradicionales y conmemorativas”.

Del mismo modo, entre los “bienes inmateriales que componen el patrimonio cultural vasco” se encuentran las “tradiciones y expresiones orales de la cultura”, incluido el idioma “como vehículo del patrimonio cultural inmaterial y la toponimia”. También se incorpora la música, la gastronomía o los “usos sociales”, así como los “conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo” o las “técnicas artesanales e industriales”.

En cuanto al idioma, el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco destacó en un comunicado que “la nueva Ley, además, recoge que las cuestiones vinculadas con el euskera y la cultura vasca que afecten al conjunto de los territorios del euskera se deberán decidir de manera conjunta y colaborativa junto a la Comunidad Foral de Navarra e Iparralde”, el territorio bajo jurisdicción francesa en el que también se utiliza la lengua vasca. En esa línea, “se recoge la posibilidad de promover acuerdos de colaboración y cooperación con el Gobierno de Navarra y con Euskal Elkargoa de Iparralde (Mancomunidad de Iparralde) en materia de patrimonio cultural”.
El legado de las mujeres

La ley va más allá en otro aspecto nunca reconocido oficialmente: el papel de las mujeres y sus aportes a la sociedad vasca. “Se reconoce como patrimonio al conjunto de recursos, herencias y saberes de grupos sociales históricamente invisibilizados, como ha sido el caso de las mujeres”, apunta la nueva normativa.

En tal sentido, queda por escrito que se garantizará “un enfoque integrador del concepto de patrimonio que permita reconstruir los sentidos y los significados del imaginario femenino como valor cultural y que sirva para facilitar la acción de políticas públicas que visibilicen y revaloricen como elementos diferenciales el legado y aporte femenino”.
Prohibidas por Franco

Muchos de esos aportes, legados y tradiciones que hoy son reconocidos como bienes inmateriales de Euskadi no gozaron siempre de esa protección. Durante los 40 años de dictadura franquista, el régimen intentó borrar el euskera del mapa, persiguió a los euskaldunes (personas que hablan este idioma) e incluso llegó a perseguir las danzas y fiestas tradicionales vascas.

En Sestao, por ejemplo, la festividad de San Inazio, promovida por el grupo Eusko Lorak, llegó a estar marcada por la detención de quienes participaban en los actos, tal como relata el documental "San Ignacio, una fiesta prohibida". También se prohibieron los nombres en euskera.

La nueva ley destaca que “en el caso del patrimonio inmaterial, su regulación adquiere mayor peso e importancia, en consonancia con el reconocimiento que en los últimos años ha adquirido este tipo de patrimonio”. Para ello, se crean dos nuevos instrumentos específicos de protección: “el Inventario de la CAPV (Comunidad Autónoma del País Vasco) de Bienes Culturales Inmateriales y los planes de salvaguarda de bienes culturales inmateriales, ambos orientados a asegurar la salvaguarda y viabilidad de dicho patrimonio”.

En ese contexto, se explica que “los planes de salvaguarda de bienes culturales inmateriales” incluirán aquellas medidas que “se consideren oportunas y que contribuirán a la dinamización de las comunidades portadoras afectadas, en su vertiente no sólo económica, sino fundamentalmente social y cultural”.

Patrimonio industrial

Asimismo, la ley también protege el patrimonio industrial de Euskadi, considerado “una identidad vasca que durante siglos se ha caracterizado por compatibilizar formas de vida y producción respetuosas con el paisaje y la conservación de la biodiversidad”, además de representar “un vínculo característico y especial con las formas del trabajo, los lugares, los oficios y los edificios que constituyeron elementos singulares de la revolución industrial” en este territorio. “La fábrica como lugar de trabajo constituyó no sólo la fuente de los ingresos de las familias sino el espacio de reivindicación de la dignidad, de la socialización y asociación y de la construcción de un futuro mejor para las siguientes generaciones”, subraya.







°

jueves, 30 de mayo de 2019

Entrevista a Javier Etayo 'Tasio'

Sus viñeras han ilustrado este blog en más de una ocasión y quienes lo publicamos tenemos el honor de contar con su amistad.

No sin un dejo de tristeza, compartimos esta entrevista en la que anuncia su jubilación, misma que ha sido publicada por Naiz:


Javier Etayo, Tasio | Viñetista de GARA | El próximo 2 de junio aparecerá en GARA la última viñeta de Tasio, seudónimo de Javier Etayo. Durante más de dos décadas sus tiras humorísticas han sido de visualización obligada para los lectores de este periódico, unas veces para dibujar una sonrisa y otras para compartir su cabreo con determinados temas. Ahora le llega la jubilación, pero Javier Etayo anuncia que Tasio «seguirá publicando e incordiando allá donde sea necesario».

Iñaki Vigor

¿Qué sientes en vísperas de publicar tu última viñeta en GARA?

Unos nervios del copón. Después de tantos años no es fácil despedirse de la gente, y más cuando me han dado tantas muestras de cariño. No va a ser fácil. Uno le ha cogido cariño al oficio, y dejarlo es una ruptura que duele, como todas las rupturas. Hacer la última viñeta va a ser duro.

Seguro que ya estás dándole vueltas a esa tira de despedida. ¿Ya la tienes decidida, o será algo improvisado?

Tengo pensadas unas cuantas; al final puede ser una de ellas o puede ser que se me ocurra alguna otra en el último minuto de juego. En estos menesteres nunca se sabe.

En 1991 comenzaste a dibujar en ‘Egin’. ¿Recuerdas cuál fue tu primera viñeta?

Claro. En mi libro ‘Tasio 25 años’ está publicada. La primera viñeta apareció en el suplemento de medio ambiente de ‘Egin’, que se llamaba ‘Ingurugiroa’, y hacía alusión al campo de tiro de Anchuras, en Ciudad Real, cuando era ministro de Defensa Narcís Serra. Pero la primera viñeta como iniciadora de la saga apareció el 14 de mayo de 1991, en la última página del periódico, que es donde iban al principio. Encima de ella iban los resultados de la Bono Loto, ya ves tú, y un artículo sobre la venta de armas en Estados Unidos. Parece ser que era época de elecciones y algunos partidos prometían el oro y el moro con el tema de las viviendas sociales. Ése fue el primer tema que toqué y ése fue mi bautismo de fuego y tinta.

Tras el cierre de ‘Egin’ continuaste publicando en ‘Euskadi Información’ y luego en GARA, hasta hoy. Eso supone unas 10.000 viñetas en total. Es como para estar muy satisfecho, ¿no?

Estoy satisfecho, claro. Diez mil viñetas, vistas desde esta perspectiva del que se va después de tantos años, parecen muchas. Pero si lo analizas con calma, una viñeta al día no es tanto. Piensa que el día tiene 24 horas y en 24 horas se pueden hacer muchas más que una.

¿Las guardas todas?

Soy una persona muy ordenada. Gracias a este cuidado pude sacar con menos problemas mi último libro sobre mis andanzas como viñetista. Estaban todas guardadas en una caja, ordenadas por años, bien recortadas y agrupadas. Cuando llegó la ola digital, lógicamente las guardaba en un disco duro. Ahí, en cualquiera de sus formas, estaban todas. Ese orden me ha librado de mucho trabajo extra.

Además de esas 10.000 viñetas, has publicado siete libros, has participado en más de una docena de exposiciones individuales y colectivas y has recibido más de 20 premios en diversos países. ¿Qué es lo que te ha aportado mayor satisfacción?

Todo me produce una gran satisfacción. No importa que sea una viñeta, un libro, un premio…. cada uno de ellos tiene un valor en sí mismo. La viñeta de Akistán me produjo una gran satisfacción… el premio en el Concurso de humor en Cuba fue otra inmensa satisfacción…. cada libro que ha visto la luz me ha llenado de sensaciones positivas. Cada viñeta que ve la luz la disfruto como la primera. Pregúntale a un padre o una madre a quién de sus hijos o hijas quiere más. Ya sabes la respuesta. En mi caso es lo mismo. Quiero a todos mis hijos y todos ellos me dan grandes satisfacciones. ¡Qué le voy a hacer! ¡Soy un padrazo!

Hacer una viñeta diaria durante tantos años no debe ser tarea fácil. ¿Te has encontrado alguna vez con la mente en blanco, con el vértigo de que se acerca la hora de entrega y no se te ocurre nada?

Alguna vez me ha pasado, pero ha sido algo anecdótico. No ha sido en muchas ocasiones y nunca he pasado nervios por ello. Afortunadamente la mayoría de las viñetas me han brotado de forma natural. El oficio también te hace, y uno mismo se crea sus propios mecanismos para que eso no pase.

Dicen que la punta de un lapicero tiene más memoria que el cerebro de un elefante. ¿Hay alguna viñeta de la que tengas especial recuerdo, bien por el tema tratado o bien por el impacto que tuvo entre los lectores?

La viñeta de Akistán ya es histórica. Tuvo un éxito que desbordó medios y fronteras. Fue algo increíble. Surgieron dibujantes reivindicando su autoría por todos los puntos del planeta. Se podría decir que ha sido la viñeta más vista en toda la historia del humor de prensa. Los medios de aquí, siempre tan objetivos ellos, se encargaron de ocultar el origen y el autor de la viñeta. No se le podía hacer publicidad gratuita a GARA.

¿Y alguna viñeta que te gustaría hacer y que todavía no has hecho?

Para empezar, me encantaría hacer una viñeta sobre los presos, cuando todos ellos estuvieran ya cada uno en su casa. Sería una de las que más satisfacciones me daría. Pero, por lo que parece, no va a poder ser. Otra que haría de buen grado sería sobre el referéndum de autodeterminación que algún día va a llegar, pero que de momento la voy a tener que aplazar. De momento toca esperar.

¿Todas tus viñetas han sido de iniciativa propia, o también ha habido tiras de encargo por parte de la dirección del periódico?

En alguna ocasión, muy pocas, la dirección del periódico me ha propuesto un tema cuando ha habido alguna noticia de alcance, para que la viñeta encajara en el contexto en el que se iban a desarrollar las páginas, pero el guion siempre ha sido mío. Puedo decir que todas las viñetas han sido de iniciativa propia. Siempre he tenido vía libre.

Imaginemos que te encargan una viñeta sobre los tres millones de euros que tiene que pagar GARA por la deuda de ‘Egin’. ¿Cómo sería? ¿La puedes explicar con palabras?

Estaría hecha con muy mala hostia, como las que he hecho con el tema. Prefiero no explicarla, que me cabreo.

Sin duda, los lectores de GARA agradecerían que retrasases la jubilación. ¿No te lo has planteado?

Muchos ya me lo dicen. Pero no me lo planteo. La vida tiene sus ciclos y yo creo que he llegado a ese tiempo de cambio de ciclo. Me da mucha pena, pero la vida es así. Además, hay que dejar paso a nueva savia, que no dudo hará las delicias de las lectoras y lectores.

Ahora nos preguntamos quién va a llenar el hueco que dejarás a partir del próximo 2 de junio. ¿Nos puedes dar alguna pista?

Prefiero no dar pistas y que seáis vosotros mismos quienes descubráis al que me viene detrás. Pero a buen seguro que os va a gustar.

Si Tasio desaparece, ¿qué va a hacer Javier Etayo? ¿Tienes algún proyecto entre lápices?

Tasio no va a desaparecer. Tasio seguirá publicando e incordiando con sus viñetas allá donde sea necesario. Un dibujante nunca deja de dibujar.

Por cierto, ¿el nombre de Tasio lo elegiste por algún motivo?

Cuando entré a dibujar en ‘Egin’, y dado que el periódico estaba en el punto de mira telescópica de muchos ‘demócratas’, me aconsejaron que firmara con seudónimo, por si las moscas. Me decidí por Tasio recordando la película de Montxo Armendariz y su personaje central, Tasio (Anastasio Otxoa), el carbonero. Me pareció una persona que encarnaba muchos valores. Nobleza, libertad, amor a la tierra, fortaleza…. y navarro. ¿Qué más se puede pedir?

Tú eres nacido en Sesma, vives en Gernika y estás vinculado familiarmente con Iruñea. ¿De dónde te sientes?

Bueno... no vivo en Gernika, sino en Forua, un pequeño pueblo que se independizó de la Villa Foral en 1987. Pues qué te voy a decir… me siento un poco de todos ellos. Primero sesmero y luego un poco de Forua, un poco de Gernika y también de Iruñea, ¡cómo no! Como también me siento un poco cubano, un poco nicaragüense y un poco venezolano. Ya no es cuestión de geografía, sino de sentimientos.






°

Gil de San Vicente | Doce Apuntes sobre Marxismo (III)

Lo prometido es deuda y antes de que cierre mayo traemos a ustedes la tercera entrega de las doce que Iñaki Gil de San Vicente nos viene compartiendo en La Haine:


Iñaki Gil de San Vicente

Hacemos la entrega III de la serie de XII escrita para el colectivo internacionalista Pakito Arriaran. Como dijimos, en esta entrega analizaremos el período que va de 1848 a 1871. Avisamos que en la IV trataremos del período que va de la Comuna de 1871 hasta la Segunda Internacional de 1889. En estas dos –III y IV—la exposición del meollo teórico será sucinta porque en la VI expondremos el marxismo en su primera generación más en detalle.

La entrega II exponía los límites del comunismo utópico y la tesis de que el marxismo se constituyó como la matriz teórica de todas las luchas sociales, por muy diferentes que parezcan ser. Tal matriz no se formó instantáneamente, sino que requirió un largo proceso colectivo e individual. Desde mediados del siglo XVIII se forman en Inglaterra las primeras uniones obreras defensivas, sin contenido político de ataque al Estado y menos a la propiedad privada. Entre 1790-91 surgen estas uniones en París; desde 1792 aparecen en Filadelfia, Nueva York, Baltimore…y luego se extienden por donde avanza la industrialización.

Que se sepa, la primera organización clandestina proletaria creada para destruir el poder burgués, se fundó en Glasgow, Escocia, en 1819, dirigiendo la primera huelga política general del mundo en abril de 1820. En 1830 se creó en Lyon una caja de resistencia proletaria, y en 1831 estalló allí la gran huelga de los tejedores que desbordaba la política burguesa y avanzaba hacia la proletaria: así lo entendió la Cámara de Diputados en 1832, reconociendo que lo más peligroso de la huelga era que no se había regido por la política burguesa. Con altibajos, el mismo avance se vivía en el los principales Estados capitalistas: la formación de clubs, ligas y grupos de comunistas utópicos frecuentemente secretos. Entre otras muchas, la huelga general de París de septiembre de 1840, traslucía ya la eficacia del avance político organizativo.

Este contexto de lucha que rozaba ya la estrategia política determinó la evolución primero de Engels y después de Marx entre 1842 y 1845. Pese a su juventud, Engels estudió el capitalismo y abrió la senda por la que luego arrollaría Marx que si bien no tenía la formación económica de su amigo, sí había integrado en su método las tesis de Hegel de 1802 sobre la importancia del trabajo en la historia humana, lo que le permitió ponerse a la altura de Engels en poco tiempo. Para finales de 1843 y comienzos de 1844, Engels ya había descubierto que los desiguales ritmos de Alemania con su filosofía dialéctica, de Francia con su teoría política y de Inglaterra con su teoría económica, eran tres expresiones particulares del capitalismo que entonces sólo ocupaba una pequeña parte de la tierra, pero era imparable.

En el París de 1844 Marx milita en el vórtice del huracán social, entre la huelga general de 1840 y la revolución de 1848, entre las ligas secretas y los debates interminables con las corrientes utópicas. Allí escribe los Manuscritos de París en los que inserta la crítica de la alienación en la crítica superior de la economía política capitalista, que demuestra conocer muy bien gracias a sus estudios de los fundamentales teóricos burgueses. La alienación es un concepto clave que no desaparecerá nunca en la obra de Marx y que dará un salto en calidad crítica con la teoría del fetichismo en El Capital.

En 1845 él y Engels debaten en Londres con la izquierda cartista que se encuentra entre la derrota del pasado y una gran reactivación de la lucha de clases, y en ese clima Engels escribe La situación de la clase obrera en Inglaterra, obra no superada aún por la sociología burguesa. Ese mismo año, ambos amigos redactan La ideología alemana, un adelanto brillante para la época del materialismo histórico; y Marx las vitales Tesis sobre Feuerbach que definen la praxis comunista. Sus esfuerzos por crear un grupo comunista internacional que impulse la conciencia política, en el proletariado chocan de frente con las ideas anarquistas y de parte de comunistas utópicos –Bakunin, Weitling…- que sostienen que no hace falta la militancia paciente y pedagógica entre la clase obrera porque ésta, dicen, ya es radical por la simple dureza de su vida explotada. Surge aquí un debate estratégico entre el marxismo y los reformismos, expontaneísmo y utopismos, que reaparecerá una y mil veces en la lucha de clases.

En 1846 esta discusión adquiría toda su importancia porque se oteaban temporales sociales: por ejemplo, en ese mismo año estalla la insurrección en Cracovia; y en Inglaterra se conquista la jornada laboral de 10 horas en 1847, lo que azuza otras movilizaciones en el continente europeo y en los EEUU. A la vez, aumentan las reivindicaciones nacionales que minan el poder de Estados claves, como Gran Bretaña, Austria-Hungría, Rusia, Alemania, Turquía…, mientras que otros están en decadencia imparable como el Estado español; y el feminismo obrero impulsado por Flora Tristán pese a morir en 1844, penetra poco a poco que la clase obrera, en las utopías socialistas, anarquistas y comunistas, y en lo que más adelante se denominará «marxismo» entre otras cosas gracias a la sistemática tarea de Jenny von Westphalen, Mary Burns y otras tantas revolucionarias que adquiriendo merecida influencia.

Marx y Engels redoblan sus esfuerzos escribiendo el primero de ellos dos textos de combate político urgente y también de profundización teórica en el debate con los utopistas: La miseria de la filosofía en el que hunde al reformismo anarquista, y Trabajo asalariado y capital, destinado a armar teóricamente al proletariado. La decisiva teoría de la plusvalía aún no está desarrollada en estos textos, pero su impacto esclarecedor es innegable. Engels por su parte escribe Principios del Comunismo. Fue durante ese esfuerzo impresionante que en verano de 1847 se reunieron un pequeñito grupo de comunistas en Londres, al que acudió sólo Engels, que redacta un documento de trascendencia histórica porque afirma que la Liga de los comunistas busca destruir el poder burgués, acabar con la propiedad privada y avanzar a una sociedad sin clases sociales. La siguiente reunión fue en noviembre de ese año. Marx explicó con paciencia sus ideas que fueron aceptadas, tomándose la decisión de escribir un Manifiesto.

En enero de 1848, mientras estallaba la insurrección en Nápoles y Sicilia, ambos amigos, con la decisiva ayuda de Jenny, entregaban el Manifiesto Comunista, obra magistral pese a que sus autores todavía no habían desarrollado del todo la crítica radical del capitalismo, esfuerzo que daría sus frutos dos décadas después. El Manifiesto es un paso cualitativo de valor permanente en problemas vitales: la expansión mundial del capitalismo y su dialéctica del desarrollo desde una visión crítica y no mecánica; la lucha de clases como un proceso abierto y no automático; el primer esbozo de la composición orgánica del capital y de la teoría de la crisis; la dialéctica de lo nacional e internacional; la emancipación radical de la mujer; la crítica del reformismo; el papel del Estado burgués; la necesidad de la organización y de la toma del poder; el programa mínimo y el programa máximo….

Pero no dio tiempo a que el proletariado debatiera el Manifiesto para que las aplicara si las aceptase: no es la primera vez ni será la última en la que los pueblos se lanzan a la lucha antes de que la izquierda esté preparara, y casi nunca es un error de precipitación popular, sino casi siempre es incapacidad de la izquierda. En febrero de 1848 estalló la revolución en Francia, en marzo en Alemania, ardiendo como la pólvora por Europa. Marx fue rápidamente a Viena para preparar a las milicias obreras y gastó la herencia familiar en comprar armas. Engels mejoró su estrategia militar en las batallas en Alemania. La oleada revolucionaria fue ahogada en sangre en 1849, precisamente cuando se iniciaba una recuperación de la economía capitalista.

Los dos amigos hicieron un riguroso análisis autocrítico de la derrota. En La lucha de clases en Francia, de enero de 1850 Marx utilizó por primera vez el concepto de «dictadura del proletariado» como única garantía para vencer al capital. En la Circular del Comité Central a la Liga Comunista de marzo de ese año, uno de los textos más odiados por la burguesía, se argumentó la necesidad del proletariado en armas, la independencia política, la desconfianza absoluta hacia la burguesía «democrática», etc., defendiendo la teoría de la revolución permanente. Inquietudes similares latían en La guerra campesina en Alemania de verano de 1850, en Revolución y contrarrevolución en Alemania de 1851-52, y en El dieciocho Brumario de Luís Bonaparte de comienzos de 1852, en donde aparece el decisivo concepto de «nación trabajadora» enfrentada en el mismo país a la nación burguesa dominante: dos modelos inconciliables de nación que corresponden a los dos bloques clasistas antagónicos, el proletariado y el burgués, que se enfrentaban a diario en las calles: entre 1853 y 1855 se realizaron 345 juicios contra huelguistas solamente en el Estado francés. Pura dialéctica de unidad y lucha de contrarios.

En todos los países, una dictadura burguesa de facto, más o menos disimulada, impedía con represiones que se desarrollara el modelo proletario de nación. Como hemos dicho, la economía empezó a recuperarse en 1849. En la pobreza más dura azotando a la familia Marx, éste y Engels –vigilados por las policías- creyeron que pronto volvería la crisis, pero esta se retrasó hasta 1857 aunque su impacto reactivó las contradicciones dormidas y creó otras nuevas. Ya en 1851 Marx tuvo que responder a los compañeros que reducían la importancia de la teoría crítica del capitalismo que él y Engels planteaban como una necesidad. En 1864 se quejaba de la pobreza intelectual de los dos delegados ingleses en la I Internacional. Todavía en mayo de 1868, nueve meses después de publicarse el Libro I de El Capital, los dos amigos comentaban en su correspondencia casi diaria el desdén por la teoría de muchos dirigentes de la izquierda revolucionaria.

Mientras tanto en 1853 estalló la guerra de Crimea obligándoles a analizar los problemas internacionales más en detalle, y en 1857 se produjo la sublevación de la India y la inhumana represión inglesa, lo que unido a la tenaz resistencia argelina a las masacres francesas y a la lucha irlandesa, polaca y otras les llevó a profundizar en la opresión nacional. En 1857 Marx redactó los Grundrisse, un denso borrador imprescindible para entender plenamente El Capital, pero no quedó contento y continuó sus estudios para, en 1859, publicar Una contribución a la crítica de la economía política: poco a poco desarrollaba el contenido y la forma de lo que sería El Capital como se aprecia en los Teorías sobre la plusvalía, de 1862, y en los Manuscritos de 1861-1863, que contienen un poco de todo y más, pero con una visión nueva.

La policía alemana conocía la creciente influencia de Marx y lanzó una campaña de desprestigio contra él acusándole de todo, y contra la izquierda en su conjunto, para reforzar a un reformismo democraticista muy tocado. La respuesta de Marx fue Herr Vogt, texto de 1860, que insufló nuevos bríos al movimiento revolucionario en un momento en el que, por un lado, se cocía en su interior una corriente reformista más peligrosa que la defendida por Vogt: la de Lassalle que anunciaba retrocesos que Bernstein explicaría tres décadas más tarde; por otro lado, crecía la relación entre obreros europeos, sobre todo franceses e ingleses, abriendo la vía para la I Internacional de 1864 e ilegalizada en muchos países; y por último, la emancipación de la esclavitud reforzaba el internacionalismo proletario y exigía profundizar más en la visión mundial del capitalismo y por tanto de la lucha de clases porque aquella guerra, además de plantear lo esencial de la libertad, también afectó negativamente a las condiciones de las clases trabajadoras de Europa.

Aun así, pese a quedar al descubierto la maniobra de intoxicación, la policía alemana infiltraba desde 1863 pacifistas en la dirección del incipiente socialismo, para combatir la influencia creciente del pequeño grupo que seguía a Marx y Engels, pero fracasando. En efecto, además de los escritos sobre la guerra civil en los EEUU, en esos años Marx y Engels militaron intensamente en la organización de la I Internacional, en la lucha sindical, en la lucha contra las opresiones nacionales, etc., buscado cómo divulgar el comunismo: su  Manifiesto Inaugural, redactado por Marx en septiembre de 1864, es brillante. A le vez, no descuidó su crítica de la economía política burguesa como se aprecia en Salario, precio y ganancia de 1865. Se ha dicho con razón que llevaba ya tres intentos de redactar la obra «definitiva», logro que estaba a punto de culminar cuando en 1866 Prusia aplastó a Austria, y en 1867 se extremaron las tensiones franco-prusianas. Por fin en septiembre de este año aparece el Libro I de El Capital pero tampoco será «definitivo». Inmediatamente, un Marx muy agradecido le reconoce a Engels sus importantes aportaciones a la obra que, en sí, es un torpedo bajo la línea de flotación del capitalismo.

La militancia comunista no descansaba porque entre 1866 y 1870 se endurecieron las múltiples expresiones de la lucha de clases. El reformismo organizó en Ginebra en 1867 el primer congreso de la Liga por la Paz y la Libertad, denunciada por Marx que pedía su boicot. En 1868 se reactivaron las disputas entre los anarquistas y el grupo de la I Internacional ya denominado «marxista» lo que no frenó su crecimiento: para comienzos de 1870 actuaba en diez Estados aunque de forma semilegal e ilegal en varios de ellos, y la represión le retrasaba entrar en otros. Si en 1819 se fundó en Glasgow la primera organización política obrera clandestina, en 1869 en Alemania se creó el primer partido con un marxismo muy limitado aún, pero que amenazaba cada vez más a la burguesía porque, entre otras luchas, también dirigía el poderoso rechazo a la guerra contra Francia.

La guerra empezó el 19 de julio de 1870. París, Berlín y otras muchas ciudades vivieron movilizaciones de protesta. Liebknecht y Bebel se abstuvieron de votar el presupuesto militar alemán el 21 de julio de 1870, El primer Mensaje contra la guerra de la I Internacional fue del 23 de julio, redactado por Marx, se tradujo a las lenguas más conocidas y rápidamente llegó a los EEUU. La derrota francesa fue fulminante y Napoleón III se rindió el 2 de septiembre, pero la guerra continuó. La crisis política pre-revolucionaria estalló en París el día 4, derrocando al Imperio e instaurando la Tercera República. El segundo Mensaje fue del 9 de ese mes y era tan duro contra Alemania que Liebknecht, Bebel y otras personas fueron encarceladas hasta marzo de 1871; también llamaba a los obreros ingleses a que apoyasen a Francia, generando una movilización social nunca vista.

El ejército alemán cercó París el 20 de septiembre, exigiendo una rendición casi incondicional que el nuevo gobierno rechazó. Pero el régimen burgués estaba tan podrido que ni pudo ni quiso organizar la resistencia desesperada al invasor y tras fracasar en los pocos intentos que hizo, se postro ante Alemania el 29 de enero de 1871. Mientras, el hambre, el desprecio a la burguesía vendida y el odio al invasor alimentaron la ira popular, campesina y obrera, y el 18 de marzo de 1871 se creó la Comuna de París en la que las mujeres serían fundamentales. Los y las seguidoras de Marx y Engels, eran minoritarias entre el pueblo trabajador, pero tenían la razón…






°

Iparralde Dice No a los Ultras

Desde Noticias de Gipuzkoa traemos a ustedes este reportaje en donde nos proveen con datos referentes al reciente proceso electoral en el estado francés, centrándose claro está en lo acontecido en Iparralde:


La formación verde, primera fuerza de la izquierda, contó con el apoyo de EAJ-PNB y de muchos votantes de EH Bai

Franck Dolosor

Las elecciones europeas confirmaron que los ciudadanos de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa no suelen votar como en el resto del Estado francés. El domingo la ultraderecha de Marine Le Pen ganó las elecciones en Francia (23,31%), seguida por la alianza La República en Marcha de Emmanuel Macron (22,41%) y el Modem del centrista François Bayrou (22,31%), los ecologistas (13,42%), Los Republicanos (8,48%) y los socialistas (6,18%). En Iparralde, en cambio, el primer puesto fue para la candidatura que apoyaban el presidente de la República y el líder de los centristas, y que consiguió algo más de una cuarta parte de los votos, mientras que los ecologistas se clasificaron en segundo puesto (16,5%) y la extrema derecha se colocó en tercera posición con casi el 15% de las papeletas. En la jornada electoral la participación fue de un 53%, algo más que en los comicios de 2014.

Con un 25,75% de los votos, la candidatura conjunta de Macron y Bayrou fue la gran vencedora en el conjunto de Iparralde y en numerosos municipios, entre ellos los más poblados, como Biarritz (33%) e incluso Donibane Lohitzune, tradicional feudo de la derecha. Los conservadores, que ganaron las elecciones europeas en 2014 con la candidatura de la exministra de Defensa, Justicia, Interior y Asuntos Exteriores, Michèle Alliot Marie, quedaron relegados al cuarto puesto. Por su parte, quien fuera también diputada y primera edil de Donibane Lohitzune no ocupa ningún cargo público desde el domingo. Tras obtener el 9,01% de los votos, el senador republicano Max Brisson no dudó en hablar de un “fracaso debido a una mala estrategia”. Según el parlamentario biarriztarra, la actual dirección del partido Los Republicanos haría mejor en girar más hacia el centro en vez de defender ideas cada vez más conservadoras.

Una veintena de plazas

Pese a no haber sido elegida eurodiputada, la abogada ecologista labortana Sophie Bussière, celebró que su formación haya conseguido el segundo puesto por primera vez en estas elecciones. Los ecologistas, que contaron con el apoyo de la federación regionalista Pueblos y Regiones Solidarias, EAJ-PNB y gran parte de los votantes de la izquierda abertzale de EH Bai, se convirtieron en la primera fuerza de izquierda en Iparralde. Los verdes fueron los más votados en una veintena de municipios, entre ellos Lekorne, con un 33% de los votos. El primer edil de esta localidad, el independiente Lucien Betbeder, también presidente del Biltzar de los alcaldes de Euskadi norte, figuraba entre los últimos candidatos del grupo ecologista. Betbeder se congratuló por la elección del corso François Alfonsi, que vuelve a Bruselas y Estrasburgo para defender los derechos de territorios con identidad nacional como Córcega, Alsacia, Bretaña o Euskal Herria.

El primer partido a nivel de toda Francia, el Frente Nacional de Marine le Pen, también fue la fuerza más votada en una docena de localidades vascas como Heleta, Ezterenzubi, Uharte-Garazi, Suhuskune, Etxarri, Etxebar, el antiguo principado de Bidache y, también en la margen derecha del río Aturri-Adour, donde la tendencia es similar en la última década. La formación, que apenas realizó campaña en tierras vascas, alcanzó la segunda posición en municipios como Senpere o Hazparne y la tercera en Hendaia.

Al igual que los conservadores, los socialistas fueron relegados por los votantes al obtener el 7,5% de las papeletas. La France Insoumise de Jean Luc Mélenchon fue la fuerza más votada en la localidad zuberotarra de Lexantzü y el partido comunista ocupó la segunda posición en la capital del territorio más pequeño de Euskal Herria, Maule.

Municipales en 2020

Los 158 municipios de Iparralde se preparan ahora para las elecciones municipales que se celebrarán en menos de un año. En estos comicios también se renovarán los cargos electos que gestionan la Mancomunidad, la nueva institución que por primera vez agrupa todas las localidades vascas al norte del Bidasoa. La Mancomunidad, que en enero celebró su segundo aniversario, gestiona ámbitos como el desarrollo económico, los transportes, el medio ambiente, la recogida de residuos y el euskera.







°

miércoles, 29 de mayo de 2019

Hegoalde Votó por Puigdemont

El Correo - con su habitual sesgo editorial borbónico franquista - trae a nosotros el tema de los votos vascos que por conducto de la coalición Orain Errepublikak han fortalecido la gesta en el exilio del independentista catalán Carles Puigdemont.

Aquí la información:


Al margen de las tres capitales, el expresident catalán logró apoyos en varios municipios de Euskadi, como Getxo y Barakaldo

Julen Sobejano

El hecho de que en las elecciones europeas haya una circunscripción única permite a los ciudadanos decantarse por el partido que deseen, aunque sea una formación nacionalista ubicada en el extremo opuesto del país. Y eso ha facilitado que más de 5.000 vascos apoyasen el domingo a Carles Puigdemont, cabeza de lista de Junts per Catalunya-Lliures per Europa tras la ruptura de la alianza que durante años mantuvieron CiU, de los que JxCat es heredero, y el PNV.

El respaldo al expresident en Euskadi y Navarra ha sido simbólico, pero al mismo tiempo significativo. Los 5.056 votos logrados en la Comunidad Autónoma Vasca y los 1.331 en la Foral se han incorporado a la bolsa general que ha permitido a JxCat tener dos escaños en la Eurocámara la próxima legislatura. Además de Puigdemont, su exconseller de Salud, Toni Comín. Ambos se encuentran huidos de la Justicia española en Waterloo tras la declaración ilegal de independencia del 27 de octubre de hace dos años.

Donde Lliures per Europa ha obtenido más respaldo ha sido en Gipuzkoa: 2.183 votos. Muy cerca se encuentra Bizkaia, donde ha alcanzado 2.079 papeletas. Y a gran distancia queda Álava, cosechando apenas 794. Por capitales, San Sebastián es donde mayor apoyo ha sumado con 790 papeletas, seguido de Bilbao (696), Vitoria (553) y Pamplona (507).

No han sido las únicas localidades en las que Junts per Catalunya ha sacado votos en Euskadi. También lo ha hecho en Getxo y Barakaldo. En la primera de estas localidades, la lista de Puigdemont ha recogido 196 votos, mientras que en el municipio de la Margen Izquierda ha llegado a los 86.

Algo parecido ocurre en Gipuzkoa y Álava. El expresidente catalán ha logrado apoyos en Zarautz (115), Irún (87) y Llodio (46), por poner tres ejemplos. La comparación con un posible respaldo a ERC y a Oriol Junqueras en Euskadi es imposible ya que el líder republicano iba como cabeza de cartel de la plancha Ahora Repúblicas en la que también concurría EH Bildu.

A partir de ahora lo que está por aclarar es cuál será el futuro de Puigdemont y de Comín. Si el expresident y su exconseller pueden recoger su acta y ocupar sus dos asientos, o si tendrán que renunciar e ir los dos siguientes.
El caso de Ruiz Mateos

El pasado mes de abril la Eurocámara emitió un comunicado en el que aclaraba que para disfrutar de la inmunidad de la que gozan los eurodiputados, antes debían de recoger su acta. Y para lograrlo tendrían que volver a España y enfrentarse a una más que probable entrada en prisión.

Sin embargo, desde JxCat insisten en que la legislación abre la puerta a otras opciones. Desde la formación independentista recuerdan que José María Ruiz-Mateos en 1989 consiguió convertirse en eurodiputado durante dos años estando huido de la Justicia española.

En aquella ocasión, el empresario y dueño de Rumasa juró la Constitución desde un hospital en el que estaba ingresado y ningún órgano jurídico español puso problema ya que entendían que gozaba de inmunidad parlamentaria.






°