Desde las páginas del ABC traemos a ustedes este reportaje científico acerca de lo descubierto recientemente en el sitio arqueológico y antropológico de Aranbaltza II.
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Las dos desapariciones de los neandertales 'vascos'
Un estudio halla evidencias de la extinción local y el reemplazo de este grupo humano antes de que los sapiens llegaran a la cornisa cantábrica
Judith de JorgeLos neandertales, una especie humana extinta a la que se le presupone una inteligencia comparable a la nuestra, desaparecieron hace unos 40.000 años de la faz de la Tierra después de dominar durante milenios buena parte de Eurasia, incluida la Península Ibérica. Las causas de su extinción son uno de los mayores misterios de la evolución humana. Si estos homínidos eran sofisticados y tenían pensamiento simbólico -cocinaban, cazaban en grupo, enterraban a sus muertos e incluso se cree que creaban arte-, ¿qué pudo acabar con ellos? ¿Tuvimos los humanos anatómicamente modernos algo que ver en su final?
Un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores puede arrojar luz sobre las circunstancias en las que se produjo esa extinción. Tras estudiar las herramientas de un taller de sílex atribuido a los neandertales en el yacimiento Aranbaltza II, en la localidad vizcaína de Barrika, los científicos llegaron a la conclusión de que la desaparición de esta especie humana no fue súbita. En realidad, el lugar estuvo ocupado por un grupo de neandertales que lo abandonó misteriosamente y que fue reemplazado, al menos mil años después, por un segundo grupo llegado de lo que hoy es Francia. Los nuevos ocupantes, que trajeron su propia industria lítica, también terminaron por esfumarse, probablemente antes de que llegáramos nosotros, los sapiens. Si esos grupos en concreto se trasladaron a otro lugar o fueron los protagonistas del final de una especie, es un enigma.
Llegados de Francia
Los investigadores comenzaron a excavar en Aranbaltza II en 2013 tras la aparición por sorpresa en una zanja de canalización de algunas herramientas del Chatelperroniense, una cultura neandertal proveniente del suroeste de Francia. En total, hallaron más de 5.000 restos de unos 43.500 años de antigüedad, en su mayoría puntas de caza o cuchillos creados con una técnica bastante estandarizada, muy distintos de las irregulares lascas del Paleolítico medio encontradas anteriormente en la región. «La industria lítica que recuperamos era muy pura, no tenía ningún tipo de mezcla, lo que nos llevó a pensar que fue algo intrusivo, no el producto de una evolución ni del contacto entre distintos grupos de neandertales», explica Joseba Ríos Garaizar, del Museo Arqueológico de Bilbao y responsable del estudio que se publica este miércoles en PLOS One.
Los investigadores concluyeron que los neandertales del Paleolítico medio o bien se extinguieron o se fueron de la región hace, como poco, unos 45.000 años. «Todavía estamos investigando las causas de la desaparición del primer grupo, aunque seguramente nunca podremos responder del todo a esa pregunta», señala el investigador. «Tenemos la sospecha de que un cambio climático o un descenso en los recursos disponibles hizo que la región cantábrica fuera menos interesante para estas poblaciones que, además, eran menos numerosas y más pequeñas, lo que tiene un carácter de crisis casi demográfica y pudo llevar a dificultar mucho sus posibilidades de supervivencia», argumenta.
Sustitución
Los neandertales del Chatelperroniense también se sintieron atraídos por ese paisaje costero, que encontraron desocupado cuando llegaron desde el suroeste de Francia al menos mil años después. Ubicaron su taller en un lugar privilegiado, cerca de un afloramiento de sílex de buena calidad y entonces a unos ocho kilómetros de la costa. Junto a él corría un arroyo, que aún persiste, en una playa arenosa cubierta de vegetación. No muy lejos, aunque todavía no se ha descubierto, tuvo que estar el asentamiento en el que el grupo, probablemente pequeño, se calentaba con fuego y descansaba. Les gustaba vivir al aire libre y, aunque no se conservan restos de fauna, se sabe que cazaban ciervos, bisontes y renos. También se conoce por los hallazgos de otros yacimientos que tenían «una vida social compleja» y cierto «refinamiento» en la elaboración de objetos simbólicos. Sin embargo, pasaron allí muy poco tiempo y no hay evidencias de que se encontraran con los humanos modernos. «Probablemente unos sustituyeron a otros», apunta el arqueólogo.
Según Ríos Garaizar, estos hallazgos sugieren que los neandertales ya estaban debilitados antes de la irrupción de los sapiens, «aunque sin duda alguna estos tuvieron un efecto catalizador en ese proceso». ¿Los rematamos? «Es posible que la hibridación de las dos especies o el arrinconamiento de los neandertales en algunas regiones en el sur peninsular hicieran que poco a poco se fuera desarrollando el proceso de extinción de su linaje», dice. De esta forma, pudo desaparecer el último neandertal.
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