El Ministro Español de Relaciones Exteriores José Manuel Albares ha dejado claro que para él los vascos no son ciudadanos españoles... más aún, que Madrid se siente cómoda con la incomunicación que ha sufrido el periodista Pablo González dado que esa era una práctica habitual por parte del españolismo en contra del independentismo vasco, aun cuando a últimas fechas el Tribunal Europeo de Derechos Humanos les haya afeado esa práctica.
Eso sí, el estado español está muy orgulloso de la cantidad de dinero que va a enviar a Ucrania, una especie de División Azul financiera. Una lástima que en ese sentido, Isabel Peralta no haya logrado pasar de Alemania.
Aquí lo que nos informa Naiz acerca del caso:
Albares, en Polonia, sobre el caso de Pablo González: «Que las cosas sigan como hasta ahora»
El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, quien se ha reunido en Varsovia con su homólogo polaco, se ha limitado a pedirle «que las cosas sigan como hasta ahora» en el caso de Pablo González, al que dice que asiste el Consulado. Su abogado insiste en que son 18 días sin verle.El ministro Albares ha hablado con la agencia Efe tras su visita a Varsovia para entrevistarse con su homólogo polaco, Zbigniew Rau, y ha explicado que ha tratado con él el caso de Pablo González, peridiodista vasco detenido el pasado 28 de febrero y en prisión provisional bajo graves acusaciones de espionaje y sin haber podido todavía comunicarse ni con su familia ni ser asistido por su letrado de confianza.
La citada agencia ha recogido que Albares se ha limitado a pedir «que las cosas sigan como hasta ahora» para que Pablo González «tenga acceso a la asistencia consular y a un letrado».
El ministro español ha añadido que «la familia, a través de su mujer, está siendo informada de todo» y ha recalcado que «se le ha puesto una abogada polaca de oficio».
«A partir de ahí, seguiremos dándole el mismo seguimiento que a todos los detenidos españoles a través de la asistencia consular», ha concluido.
Sin embargo, las noticias que, con cuentagotas, han ido llegando desde la detención del periodista no han hecho más que confirmar su indefensión en manos de las autoridades polacas.
18 días sin hablar con su abogado
Este mismo jueves, el abogado de confianza del periodista, Gonzalo Boye, ha recordado que lleva 18 años sin poder hablar con él y que esto es algo insólito en un país de la Unión Europea.
También se ha hecho eco de este dato el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu.
Por otro lado, no hay prueba alguna de que las afirmaciones del ministro sean verdad. Según informó NAIZ este miércoles, la abogada de oficio, que con muchas trabas pudo contactar con él, seguía sin poder visitarle y sin disponer siquiera de la comunicación del caso. Esto último es más grave aún si cabe teniendo en cuenta que la acusación de espionaje que pesa sobre el periodista conlleva en el Código Penal polaco una condena de uno a diez años de cárcel.
La actitud de la Fiscalía siembra aún más dudas. El abogado de confianza de Pablo González presentó hace ya diez días la documentación preceptiva para poder asistirle y visitarle, pero se encontró el miércoles con una respuesta elocuente: el Ministerio Público le pide las solicitudes con traducciones juradas, por lo que no ha dado paso alguno en el trámite.
Todo ello se interpreta en su entorno como una «tomadura de pelo», no solo al profesional encarcelado, a sus familiares y a su defensa, sino también al Consulado español, que según dijo el propio presidente español, Pedro Sánchez, en el Congreso estaba dispuesto a asistir a Pablo González.
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