Esta información nos llega vía La Jornada, parece ser el cerrojazo al intercambio de misivas del fin del año pasado.
En este escrito el EZLN saca a la luz los motivos que les hicieron ver que ellos y Euskal Herria tenían un enemigo común, un enemigo que es el enemigo de todos los pueblo que resisten, el neoliberalismo. Aquí lo tienen:
En este escrito el EZLN saca a la luz los motivos que les hicieron ver que ellos y Euskal Herria tenían un enemigo común, un enemigo que es el enemigo de todos los pueblo que resisten, el neoliberalismo. Aquí lo tienen:
DOUDECIMA ETAPA / DISTRITO FEDERAL/II
Pidió a cambio la extradición de algunos vascos, aunque no fuesen etarras
Político español asesoró a Zedillo para destruir la legitimidad zapatista: Marcos
Así se fraguó la matanza de Acteal
Se cancela el viaje del EZ a la península ibérica
¿Fue Felipe González quien habló con el entonces presidente sobre paramilitares?, pregunta
DICIEMBRE: DISTRITO FEDERAL, LA DUODECIMA ETAPA (Imagen Segunda: México DF, el Diciembre de Acteal o el porqué del País Vasco)
Siguen piedra y nube recorriendo la ciudad y las obras que, se adivina, se encaminan a levantar otra ciudad para los poderosos, una que subordine a las otras ciudades.
Para asegurar esto, del norte revuelto y brutal López Obrador ha importado el llamado Plan Cero Tolerancia (y con él vienen el Robo Cop Giuliani y su guardia pretoriana). El plan se basa en un artículo de los criminólogos G. I. Kelling y J. Q. Wilson, de 1982: "Cristales rotos". Según esto, existen situaciones que favorecen la aparición y desarrollo del crimen: "Hay un terreno abandonado, crece la mala hierba, alguien rompe los cristales, los adultos ya no riñen a los niños que hacen ruido, y éstos, así animados en sus andanzas, se vuelven rebeldes, se van las familias, se va acumulando la basura, la gente empieza a beber frente a las tiendas, un borracho se cae en la acera y puede quedarse ahí hasta que se recupere, los mendigos se dirigen molestando a los transeúntes, y si hay mendigos, mañana llegarán los ladrones y pasado los asesinos".
¿Siguió la lógica? Con este impecable razonamiento la policía no persigue a los grandes criminales, sino a los niños y jóvenes que pudieran convertirse en mendigos y borrachos, que pudieran a su vez convertirse en ladrones y asesinos. Si usted encuentra alguna semejanza con la doctrina de guerra preventiva que alienta la guerra de Bush-Blair-Aznar contra Irak, es porque es usted un mal pensado, ya que ésta es la ciudad de la esperanza. Aunque, claro, con este plan se verán reducidas las garantías individuales, avanzará el pensamiento conservador y toda solidaridad vecinal que no pase por el Ministerio Público será sospechosa de delincuencia organizada.
De lo que se trata, finalmente, es de construir un cerco de seguridad en torno a la ciudad del Poder, un cerco preventivo que deberá, para cumplir su labor, excluir o recluir a los pobres de esta ciudad, que son quienes hacen que la urbe viva y camine.
Junto a esto, López Obrador trabaja en otra construcción: la de un acuerdo con los grandes capitales de la industria y el comercio. Para obtener su beneplácito, el jefe de Gobierno oferta una ciudad bajo control social y policiaco, además de la infraestructura necesaria para la nueva metrópoli donde los ricos no serán los primeros, sino los únicos.
Estos son los pasos: primero se señala que es necesario parar la construcción de viviendas en las delegaciones de la periferia del DF; luego se dice que es indispensable repoblar las delegaciones del centro; inmediatamente se crea el patronato Centro Histórico, encabezado por Carlos Slim Helú; luego se promueven tres megaproyectos: el corredor financiero (la calle de Reforma), el proyecto Alameda y el proyecto Centro Histórico; finalmente se anuncia que Carlos Slim está comprando terrenos y viejos edificios de toda esta zona. Así, la construcción de vivienda popular se parará, bajo el pretexto de que ya no es posible seguir creciendo hacia la periferia. Al mismo tiempo, tres delegaciones serán modelos de lo que será la Ciudad Global. El nivel de ingresos, educación, servicios médicos, servicios de comunicación y, desde luego, seguridad pública, serán muy otros en comparación con el resto de las delegaciones.
Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México y de América Latina, no está detrás de todo esto, sino al frente. En una especie de biografía no autorizada (Carlos Slim. Retrato inédito. Ed. Océano), el periodista José Martínez Mendoza (que antes escribió la semblanza de Carlos Hank González) da un perfil del señor Slim, quien se precia de ser un self made man, un hombre que ha cultivado con esmero la imagen de haber empezado desde abajo. Pero probablemente se refiera a la planta baja de su mansión, porque Slim entra a la lista de los grandes millonarios después de comprar Teléfonos de México (Telmex) en 400 millones de dólares, siendo que su valor era de 12 mil millones de dólares. ¿Quién fue el vendedor? Carlos Salinas de Gortari. Desde 1984, cuando se asoció con otros empresarios en Libre Empresa SA (LESA), que compraría las paraestatales, Slim trabajó en la amistad con los políticos. Y después no limitó su círculo a los priístas, sino que lo amplió incluyendo a panistas y perredistas, a intelectuales críticos y artistas, a directores de medios de comunicación.
De la misma inteligencia y pragmatismo, Slim y López Obrador pronto hicieron el click que no suele abundar entre políticos y empresarios. Pero ambos saben que lo suyo no es amistad. Son vecinos en Cuicuilco, tienen intereses comunes, se ofrecen intercambios y, como comerciantes, fingen cordialidad mientras revisan celosamente sus cuentas y, al final de cada reunión, buscan en sus bolsillos para ver si no falta nada.
No son pocos los intelectuales y políticos que se precian de tener la amistad de Carlos Slim Helú. Algunos de ellos se vanaglorian de asesorar al señor más poderoso de Latinoamérica. Pero el señor Slim no tiene asesores ni amigos, tiene empleados. Sólo que algunos de ellos no lo saben.
Uno de ellos es el señor Felipe González Márquez, ex presidente del gobierno español y ahora edecán de los grandes capitales europeos. El señor González realiza frecuentes viajes a México para compartir con su amigo Slim su gusto por la buena mesa, el cultivo de bonsáis, la fotografía y el billar. Pero fue años antes, en 1995, y de la mano de Slim Helú, que Felipe González, siendo presidente del gobierno español, hizo amistad con otra persona: Ernesto Zedillo Ponce de León. Para llegar a esos tiempos, vayamos antes al pasado inmediato:
En el mes de septiembre del año 2002, horas antes de que el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la contrarreforma indígena se hiciera público, el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) supo cuál sería el resolutivo y su significado: los tres poderes de la Unión se habían unido para decretar la cancelación definitiva de la vía del diálogo y la negociación para la solución del alzamiento zapatista.
Empezamos a trabajar en una de las opciones que habíamos contemplado desde finales de 2001: intentar a nivel internacional lo que había fracasado a nivel nacional. Así, el EZLN enviaría una delegación a Europa, con el fin de apelar ante los organismos internacionales y, apoyado en quienes en México y en el mundo simpatizan con la causa indígena, tratar de conseguir el reconocimiento de los derechos y la cultura indígenas. Se trataría de una marcha semejante a la de 2001, pero con algo fundamentalmente diferente: si en la movilización de 2001 el EZLN se limitó única y exclusivamente al tema indígena, en la marcha internacional se ligaría ese tema a las luchas que existen en el mundo, en particular las que tienen que ver con el reconocimiento de las diferencias, las resistencias y rebeldías, y muy especialmente con las oposiciones a los preparativos guerreros que ya se habían echado a andar contra Irak.
Pensábamos que Europa era un terreno donde el belicismo internacional podría ser contrarrestado sacándolo de su lógica, y que esto pudiera irradiarse al resto del mundo. No era que nos sintiéramos con la capacidad de provocar ese movimiento internacional, pero sí con las posibilidades de contribuir, junto con otras fuerzas que ya se movían en la Europa social, a que algo se echara a andar. Pensábamos que era la oportunidad de participar más directamente en la construcción de un mundo donde quepan todos los mundos. En resumen, no iríamos a Europa de bien portados, sino que nuestra palabra sería de rebeldía. El problema era, claro, cómo y cuándo ir. En esas estábamos cuando el 2 de noviembre de 2002, el Día de Muertos, una persona hizo contacto con la Comandancia General a través de un propio.
Cumpliendo con lo acordado, no podremos decir mucho acerca de esta persona, sólo que estuvo muy cercana a los círculos del poder político y económico entre los años 1993 y 1996. Luego de poner las condiciones en cuanto a discreción y secreto, el mensaje de la persona decía, palabras más, palabras menos, que tenía información que podía serle útil al EZLN. Y ahora cito textualmente: "Si les interesa, díganme. Se trata de Acteal". No era la primera vez que gente disidente del gobierno nos hacía llegar información, a veces cierta, a veces falsa, así que le mandamos decir que podía enviarnos lo que supiera. Esto es lo que reveló:
En los meses posteriores a febrero del año de 1995, fracasada la traición de Zedillo al EZLN junto con la ofensiva militar que la acompañó, y agotado el teatro de la detención de Raúl Salinas de Gortari, los generales Renán Castillo (jefe militar y gobernador de facto en Chiapas) y Cervantes Aguirre (secretario de la Defensa Nacional) insistían en la necesidad de activar a grupos paramilitares para enfrentarlos a los zapatistas (Renán Castillo había estudiado con los norteamericanos y Cervantes Aguirre estaba en tórrida luna de miel con su homólogo estadunidense, así que la opción que entonces llamaban Colombia tenía el respaldo del Departamento de Estado norteamericano).
Sin embargo, Zedillo no acababa de decidirse. En ese mismo año de 1995, aparece un personaje del gobierno español. "Intimo del Presidente", dice quien nos pasó la información, "asistió a reuniones que no eran estrictamente sociales, sino que en ellas se tocaban asuntos de Estado".
En una de esas reuniones, Zedillo comentó sobre los zapatistas y el problema que representaba acabar con ellos, pues tenían a la opinión pública de su lado. El personaje del gobierno español dijo entonces que lo que había que hacer era destruir la legitimidad de los zapatistas y después dar el golpe. Zedillo le recordó al personaje la historia del 9 de febrero y sus consecuencias. El español aclaró que no se refería a eso, sino a que, si los zapatistas luchaban por los indígenas, pues había que hacer que lucharan contra los indígenas. En España, dijo el de ese país, hemos creado unos grupos para contrarrestar el independentismo vasco. Zedillo dijo que sabía de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) y que había una investigación para deslindar responsabilidades gubernamentales en los secuestros y asesinatos de etarras. El español no se apenó y señaló que matar y secuestrar a asesinos no es un crimen, sino un favor que se le hace a la sociedad. Agregó que los GAL hacían más cosas, como realizar atentados que luego se le atribuían a ETA. Zedillo preguntó si el rey sabía de eso. El español respondió: "El rey sabe lo que le conviene y finge que no sabe lo que no le conviene", y añadió que no pasa nada, que apenas unos días de escándalo en la prensa y ya, que nadie va a profundizar cuando los muertos son terroristas, que hay decisiones graves que deben tomarse por razones de Estado.
Zedillo señala que eso no sirve aquí, porque los zapatistas no son terroristas. "Hágalos terroristas", dice el español, y prosigue: "Lo que hay que hacer es crear un grupo armado de indígenas, hacer que se enfrente a los zapatistas, se pelean, hay muertos, entra el ejército a poner en paz a todos y ya". El español continúa: "nosotros podríamos echarles la mano con algunos consejos, en fin, algo de experiencia. Claro que esperamos de su gobierno alguna cooperación a cambio, como la extradición de etarras que viven en su país". Zedillo dice que no es seguro que sean etarras. "Eso no es problema -dice el español-, nosotros nos encargamos de que lo sean". El español agrega que su gobierno podría apoyar también al gobierno mexicano en las negociaciones comerciales con Europa, y termina su argumentación con una frase: "Hombre, Ernesto, si en algo somos expertos los españoles es en exterminar indígenas".
Hasta aquí la información que nos llegó. El resto se infiere rápidamente: Zedillo ordena la activación de los grupos paramilitares, el gobierno español da asesoría, y el gobierno mexicano incrementa la extradición de supuestos etarras.
El 22 de diciembre de 1997, un grupo paramilitar marcha a enfrentarse con los zapatistas. Estos se repliegan para evitar un choque entre indígenas y avisan a los no zapatistas de la amenaza. En Acteal quedan Las Abejas, desarmados y confiados en que, siendo neutrales, nada les pasará. La carnicería empieza y termina, mientras policías y militares esperan pacientemente para entrar a "poner paz" en el "enfrentamiento" entre indígenas. La verdad se descubre casi inmediatamente gracias a los medios de comunicación. La noticia da la vuelta al mundo y conmociona a todo ser humano noble. En Los Pinos, Zedillo sólo repite: "¿Por qué niños y mujeres?"