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sábado, 4 de febrero de 2023

Egaña | La Guerra del Fin del Mundo (I)

Les invitamos a leer este esclarecedor texto de la autoría de Iñaki Egaña:

 

La guerra del fin del Mundo (I)

Iñaki Egaña

A finales del XIX en Brasil, una población acogotada por la miseria y una sequía pertinaz se enfrentó, liderada por un mesías, Antonio Conseilhero, a los terratenientes defendidos por un ejército de 15.000 soldados. Los militares los arrasaron. Esta historia fue recogida épicamente por Euclides da Cunha en “Los Sertones”. Para el paisanaje pobre de Canudos fue el fin de la eternidad. Mario Vargas Llosa recogió el episodio bajo el título que da pie a este artículo en un libro intrigante, con una gran tacha: la del plagio.

Otro nobel, José Saramago, le acusó de haber realizado en su “Guerra del fin del mundo”, una “copia pésima y cruel” de “Los Sertones”. Han pasado años de los hechos, menos de sus ediciones en libros, original y plagio, pero ambas cuestiones siguen presentes en la repetición constante de la historia, con nombres y escenarios diferentes, pero con fondos similares.

Los europeos estamos en una guerra, copia pésima y cruel, que diría Saramago, de otros conflictos anteriores o simultáneos, documentados hasta el aburrimiento o callados por la lejanía o el color de los contendientes. Guerras balcánicas, chechenas, del Golfo, Afganistán o las desconocidas africanas. Las consecuencias de las de Somalia, Chad, Sudán del sur, Libia y Congo siguen siendo devastadoras mientras se suman Tigray-Etiopía, Malí, Níger, Burkina Faso y Mozambique al margen de un Oriente Medio donde la muerte insiste y persiste en Siria, Yemen y en el genocidio contra el pueblo palestino. Los conflictos actuales nos hablan de multicrisis alimentaria, energética, sanitaria y migratoria. Sin embargo, engrasamos las máquinas de matar mientras en el escaparate afirmamos defender los derechos humanos. Copias perpetuas.

La segunda cuestión, la de guerra de fin del mundo, no tiene nada de frívola. Olvidamos lo mortífero que resulta un conflicto y sus consecuencias. Cuando en 2014, Kiev, castigó militarmente a lo que supuestamente era parte de su territorio, Ucrania Oriental, la atención general fue tan escasa como superficial. El Donbás quedaba lejos. La invasión y ofensiva rusa sobre Ucrania, hace ahora un año, devolvieron y revolvieron la atención porque ya éramos “parte del conflicto”, porque la Unión Europea aplicó y ha seguido con miles de sanciones contra Moscú y porque la OTAN está organizando y dirigiendo sobre el terreno la guerra convencional que persiguió.

Nuestra percepción está condicionada por medios que abiertamente se manifiestan seguidores de Zelensky. Con una propaganda de guerra que alienta la continuidad hasta la derrota del “enemigo”, de Rusia, como si se tratara de una serie televisiva. Von Clausewitz dejo dicho que “la guerra es la continuación de la política por otros medios” y tras el empecinamiento en la prolongar la de Ucrania se esconden motivos espurios. Un conflicto bélico enfrenta estrategias y tecnologías. Por eso nunca va a existir un final feliz porque una vez comenzada la invasión, Rusia no puede perder la guerra, al menos de forma convencional.

¿Por qué no puede perder la guerra? Porque si el Kremlin se encontrara alguna vez a punto de perder la guerra convencional, es muy probable que utilizase el estilo Hiroshima o Nagasaki para romper el tablero. Ucrania sería barrida por una tormenta nuclear en el mismo borde de una Unión Europea que sigue a pies juntillas los intereses de Washington. Si finalmente lo acaba necesitando nadie renuncia a utilizar algo que posee y le ha costado lo suyo, Rusia tampoco. Me dirán que el control y los tiras y aflojas sobre la central nuclear de Zaporiyia demostraron un equilibrio e intento mutuo de no ir a más. Pero, no estaba en juego la victoria o la derrota total y, por otro lado, ¿quién sería capaz de afirmar rotundamente que esos misiles que se escapan sorteando escudos al botón matemático, como ya ha sucedido, no caigan accidentalmente en Moscú o Varsovia desatando una histeria incontrolada?

Las consecuencias de la guerra ya están siendo idénticas a las que Mike Davis llamó “Los holocaustos de la era victoriana tardía” para definir los fenómenos naturales que acabaron con más de 30 millones de personas en China, Egipto e India mientras las potencias europeas, siguieron con sus planes de explotación y expolio utilizando mano de obra semiesclava y robando recursos. Dicen que así se incubó el subdesarrollo y el desequilibrio entre Euro-EEUU y el resto del mundo. Pueblos colonizados en guerra, atrapados por la ambición de la metrópoli. Ayer Londres, hoy Washington provocando estados fallidos por doquier. Una elite que especula con las consecuencias.

Y mientras, desde este lado de la barricada, la respuesta a estos latrocinios, a la propia guerra, es todo lo tibia que no habría que desear. Es cierto que en 1986 los vascos, junto a catalanes y canarios, dijimos “No” a la OTAN en un referéndum en el que España apostó por el “Si”. Fue parte de nuestra singularidad. En marzo harán 37 años de aquella decisión colectiva. Demasiado tiempo para las generaciones posteriores. El recuerdo no sirve para mover posiciones, en todo caso para ayudar a hacerlo. Hace falta una renovación activa.

El papel, sin diplomacia de altos vuelos que lo acompañe, es un recurso limitado. No tenemos un estado como para alcanzar esos peldaños, somos un pueblo pequeño, dividido territorialmente y atrapado en esa Unión Europea y su válido militar. ¿Cómo enfrentar a esa maquinaria ultra pro Zelensky sin que parezca que apoyamos a un Putin que se cree relevo de la Rusia zarista? No podemos caer en esa tentación, pero nuestro silencio está desdibujando la singularidad y la idiosincrasia de la que hemos hecho gala durante décadas. Ya es hora de recuperarla, si hace falta plagiando al antimperialismo de siempre y a nosotros mismos:” Yankee go home”, “OTAN Ez, Euskal Herria Bai”. Hoy, España alimenta la guerra con la OTAN que rechazamos. Euskal Herria debe levantar la voz nuevamente, confrontar por la paz y contra los perros de la guerra. 




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domingo, 27 de marzo de 2022

Egaña | Europa

Les compartimos este texto dedicado a la situación en el este europeo que Iñaki Egaña ha dado a conocer en su cuenta de Facebook:


Europa

Iñaki Egaña

Cuna de nuestra civilización, el territorio europeo ha forjado el devenir del planeta. Intelectual y físicamente, a pesar de ser uno de los últimos espacios en ser colonizados por nuestra especie. La invasión del Ejército de la Federación Rusa del territorio de Ucrania nos ha devuelto las imágenes de hace tres décadas cuando la OTAN intervino en los Balcanes. Entonces, la guerra, ese concepto tan lejano para las generaciones más jóvenes, y tan cercano para los hombres y mujeres del Medio Oriente o África, volvió a estallar en nuestro continente. Hoy, renueva su sombra sangrienta en los campos de Donetsk, Máriupol o Járkov.

Fueron Marx y Engels los que pusieron el punto de mira en los vínculos humanos para señalar que la lucha de clases, junto a las relaciones de producción, fueron el motor de la historia. Pero en aquella aportación obviaron el análisis de otros factores no sujetos a lo que conocimos como un método de observación, el del materialismo histórico. Europa fue escenario de luchas fratricidas relacionadas con una u otra confesión religiosa, con una u otra saga monárquica, con aspectos raciales de sus moradores e incluso con pugnas de las élites por temas frívolos. También en tiempos modernos, lejanos de esa etapa feudalista que engulle las explicaciones preindustriales.

La conquista de un nuevo y desconocido continente fue asentando lo mejor y lo peor de Europa. Durante siglos, Asia quedó relegada a cuentos oníricos, hasta las devastaciones coloniales y África fue la fuente para la esclavitud. Mientras, al otro lado del Atlántico surgió un monstruo, moldeado por europeos migrantes, que se enfrentó al resto de la humanidad por el control ideológico y material, en especial desde la Segunda Guerra mundial. La Revolución soviética, hizo de contrapeso y elevó la moral de los parias de la tierra de que otro modelo era posible. Pero la deriva del socialismo real y su derrota en la Guerra Fría, nos volvió a un escenario diverso.

En nuestra pequeña aldea vasca soñamos con una Europa distinta, una Europa de los pueblos, e incluso tuvimos un conflicto, aún sin cerrar, de los que los teóricos llamaron de baja intensidad, con 1.400 muertos y 10.000 presos y otros tantos torturados. Nos apoyamos en hermanos como los irlandeses, que en 30 años tuvieron 3.500 víctimas mortales y en otras inclinaciones territoriales progresistas, como la bretona, la catalana o la corsa. Los expertos, nuevamente, los llaman conflictos interétnicos, pero bien sabemos que, al menos el nuestro, era también de clase.

Votamos formalmente contra la integración en la OTAN, nos declaramos contrarios al Acuerdo de Maastricht de las elites económicas, rechazamos la energía nuclear vigorosamente y formamos una alianza, quizás más romántica que efectiva, con las luchas emancipadoras de los cinco continentes. Hicimos nuestra la Revolución de los Claveles, el Mayo parisino, nos manifestamos en la plaza Sintagma contra la tiranía de Berlín, nos convertimos en saharauis y atiborramos las calles contra los bombardeos de Bagdad, Belgrado y Sarajevo. Otra Europa era y es posible.
Hoy, la invasión de Ucrania ha vuelto a configurar el mapa natural de Europa: la guerra. Ha determinado también la naturaleza de nuestro conflicto particular, secundario aparentemente, en ese escenario que fue capaz de provocar dos de los mayores cataclismos que ha conocido la humanidad, las dos guerras mundiales. Sin embargo, la interconexión de la modernidad, obliga a ciertas matizaciones. El contexto también nos afecta.

Del desplome del proyecto soviético surgieron 15 nuevos estados, seis de la antigua Yugoslavia y la disolución no solo de uno de los bloques, el liderado por Moscú, sino también del auspiciado por Belgrado, el de los No Alineados. El territorio, por razones económicas, pero también por otro tipo de pigmentos hegelianos, sigue siendo objetivo codiciado. Como si estuviéramos en una selva de Baviera peleándonos hace más de mil años por los despojos del que fue el imperio romano.

En esa situación, Europa ha continuado con una línea dictada lejos de sus fronteras. En Washington, precisamente. Aunque, cuando hablamos de Europa parece que nos referimos únicamente a la Unión Europea (27 estados sobre 49, con Kosovo) o la OTAN (30 estados, entre ellos EEUU y Canadá). Se ha dicho habitualmente que América Latina era el patio trasero de Washington. Algo de cierto hay, sobre todo observado las intervenciones militares directas y los golpes de estado promovidos desde Langley. Pero Europa tiene una relación de sumisión con su padrino que América oculta.

La respuesta a la agresión rusa en Ucrania, siguiendo a pies juntillas los dictados norteamericanos, ha sido patética, revelando que los automatismos existentes en el llamado Viejo Continente durante la Guerra Fría siguen vigentes. Es evidente que sobre todo el pueblo de Ucrania y en otra medida el ruso son las víctimas de este conflicto. También el resto de Europa, que va a sufrir con un gran coste los efectos de la guerra, directos e indirectos.

La escalada belicista, el aumento de la producción armamentística y la alienación con un modelo autoritario, fomentado también por supuestos gobiernos de izquierdas o autonómicos, ha servido para tapar de cuajo los problemas estructurales que nos conducen al abismo. Mientras, Liberation habla del trauma de los leones trasladados del zoo de Kiev a otro de Holanda, Deia se refiere a los problemas de las mascotas sin papeles que cruzan a Polonia y las televisiones se fijan en mujeres que alquilan vientres ajenos y que la guerra ha dejado en gestación avanzada.

Es esa mierda de Europa que mira por encima del hombro al resto y no es sino la escoria acumulada de siglos de atrocidades y vasallajes. Otra Europa, sin embargo, sigue en pie. Aquella, la nuestra, la de los pueblos, que grita contra la guerra y que sigue creyendo en los lazos de fraternidad. Pasado contra futuro. Esa es precisamente la contienda pendiente y no la de los obuses.

 

 

 

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sábado, 5 de marzo de 2022

Egaña | Ucranias

Desde su muro de Facebook traemos a ustedes la opinión de Iñaki Egaña con respecto al conflicto en el este europeo, conflicto con una estrategia mediática tan demencial que ya incluso entraron en escena ETA, Gara y Kutxabank.

Aquí va:


Ucranias

Iñaki Egaña

Hace ya días que el Ejército de Rusia ingresó en Ucrania, con la excusa de la defensa de dos repúblicas, Donetsk y Lugansk, a las que reconoció diplomáticamente después de que Kiev señalara que no admitiría los Acuerdos de Minsk de 2014. Bombardeos, ofensiva terrestre y una alerta general que llevó a titular al diario El País con un frívolo lema: “El más grave conflicto en Europa en 80 años”. La guerra en Ucrania, comenzó hace ocho años y lleva al menos más de 14.000 muertos. La novedad, tremenda novedad, sin duda, es la invasión del Ejército ruso.

“El País” es un medio belicista pro Washington. Europa tuvo un conflicto reciente con participación activa de la OTAN que bombardeó, entre múltiples objetivos, Belgrado. Más de 200.000 muertos en una época en la que por cierto Javier Solana, dirigente del PSOE, era secretario general de la OTAN. Luego se preguntan por qué la izquierda estatal pierde terreno. Moscú entró en Georgia en 2008 para parar la ofensiva contra Osetia, como lo había hecho 30 años antes con Afganistán, en defensa del régimen comunista. La París imperial fue causante de más de un millón de muertos por su tozudez en mantener un pedazo de tierra en Argelia, tal y como Holanda en Indonesia, Bélgica en el Congo. Europa tiene las manos manchadas de sangre.

Hay una guerra continua que me duele, que tiene ubicada a la humanidad en el peor periodo de su historia reciente. Siria, Palestina, Irak y Yemen han condensado decenas de millones de desplazados, centenares de miles de muertos, en un olvido que tiene mucho de supremacista y xenófobo. Parece como si solo los que sabemos que no hay vida después de la muerte, tenemos derecho a sufrir. El resto cero. Más si desconoce los Campos Elíseos, la Castellana o la puerta de Brandeburgo.

No sabemos si el conflicto actual será la antesala de la Gran Guerra como predicen algunos o la partición de Ucrania en dos estados, el que entrará en la UE, étnico y lingüista, y el proyecto congelado de Nueva Rusia, la antigua Yedisán de los otomanos. Como dicen los estrategas, el desconocimiento para el agredido de cuál será el objetivo final es clave en el desarrollo bélico y diplomático del conflicto. Estamos en esas.

La invasión de Ucrania por tropas rusas nos ha puesto en el dilema habitual. Elección de bando. Un dilema que para las izquierdas se convierte en existencial. Los nostálgicos recuperan posiciones. Las trincheras emocionales se convierten en ideológicas, desfigurando el escenario dialéctico. Estos días he podido advertir la presencia pública de líderes que atacan a la izquierda abertzale desde supuestas posiciones radicales defendiendo a Putin y viceversa. Progresistas divinos convertidos en atlantistas en un pispás. Otros confunden ideología con geopolítica. Putín es un furibundo anticomunista.

De entrada, señalar que no es mi guerra y aborrezco a los dirigentes de ambos bandos. A sus élites oligarcas. La máxima del enemigo de mi enemigo es mi amigo, no va conmigo. Es una guerra imperialista y capitalista, derivada del fin de la Guerra Fría y su conclusión en vencedores y vencidos con fronteras intercambiables que no atendieron a los pueblos. No es un derivado de la lucha de clases.

La OTAN y su mentor Washington han proseguido la escalada militar y nuclear en Europa Occidental. El fracaso de la UE ha sido espectacular. Las alianzas para descarrilar a la Unión Soviética provocaron un territorio humano deslizado hacia posiciones ultras, según aquel dictado de Fukuyama, el fin de la historia. Pero no fue así. Hoy el mundo es multipolar y la guerra ideológica se ha convertido en un conflicto económico, puro y duro.

En el otro lado, el fracaso del socialismo en la Unión Soviética trajo un desmantelamiento de las estructuras anteriores y un salto brutal al capitalismo del siglo XXI. Uno de los trofeos de Lenin en la construcción de la Unión Soviética fue el mantenimiento del territorio heredado de los Románov salvo Finlandia, después de que el gobierno bolchevique proclamara el derecho a la autodeterminación para los pueblos de Rusia. El espíritu imperialista de los zares, sin embargo, fue acogido por la URSS y ha sido recibido por Putin. Entonces y ahora, como en Moscú, Kiev o Madrid, el enemigo “nacional” cohesiona a los propios. Aunque se llame Federación, la Rusia actual ha continuado el hilo del “estado-nación”, por cierto, el más extenso del planeta.

La relación de la izquierda abertzale con el bloque occidental es conocida. La victoria popular vasca en el referéndum sobre la OTAN, el “No” vasco y catalán, marcaban fronteras. La participación de solidarios vascos en escenarios de guerrillas, en los que Washington estaba implicado hasta las cejas, son ejemplos de esa posición. Pero en el otro lado, la relación tampoco fue amistosa. La posición de defensa del socialismo en un solo país, la URSS, echando por tierra aquello de “proletarios de todo el mundo, uníos” y la cerrada defensa de la españolidad de Euskal Herria de los partidos comunistas, nos dejó en una singularidad atípica. Y quizás por eso nos fue mejor que a otros movimientos. Hoy seguimos vivos.

Occidente hizo una perversión del derecho de autodeterminación. Apalearon a los catalanes, criminalizaron su ejercicio a los vascos. Putin, como hicieron sus predecesores, también ha prostituido el derecho de autodeterminación. Ante un choque imperialista, ni con unos ni con otros, me siento espartaquista como Rosa Luxemburgo encarcelada por oponerse a los dos bandos en la Gran Guerra, aquel acontecimiento inútil y desgarrador que sirvió para dividir a la clase obrera y a los pueblos de Europa.

“Gerrari STOP eta Herrien Autodeterminazioa”. No alimentemos la guerra ni con armas ni con castigos que pagarán las clases populares y defendamos siempre la voluntad de las nacionalidades. Si reconocimos a la mayoría albanesa en el territorio serbio de Kosovo, reconozcamos la voluntad de todas las mayorías nacionales en cualquier otro territorio. A eso se llama autodeterminación.

 

 

 

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domingo, 12 de diciembre de 2021

Y Ahora... la República Srpska

Nuevo dolor de cabeza para Madrid y París con epicentro en la antigua - y desmembrada - Yugoslavia. Y es que, después del despropósito escenificado en Kosovo, ya cualquier cosa puede pasar.

Para mayor información acerca de el tema en cuestión, aquí este artículo de Naiz:


Los serbios de Bosnia aprueban iniciar la secesión de las instituciones comunes

La República Srpska ha dado inicio a su secesión del Estado intercomunitario de Bosnia-Herzegovina. Su líder y miembro de la presidencia colegiada tripartita de la república, Milorad Dodik, exige como primer paso las competencias en Defensa, Justicia e Impuestos.

Dabid Lazkanoiturburu

El Parlamento de la República Srpska (la entidad serbia de Bosnia-Herzegovina) aprobó ayer viernes iniciar el proceso de retirada de las instituciones comunes con la transferencia de competencias a nivel estatal, en una medida que amenaza con avivar el conflicto balcánico.

El líder panserbio, Milorad Dodik, presentó una moción que fue aprobada por el Parlamento de Banja Luka tras horas de debate. Logró 49 votos a favor y tres en contra, ya que en la sala solo estaban presentes 52 diputados debido que la oposición abandonó el hemiciclo.

Así, tras un tenso cruce de acusaciones, la cámara respaldó una serie de «conclusiones» que dan seis meses de plazo al gobierno federal para que renuncie a las competencias sobre el Ejército común, la justicia y el sistema impositivo, a pesar de la advertencia de la llamada comunidad internacional.

Dodik  aseguró que «estamos ante el momento de conquistar la libertad para la República Srpska» y justificó la decisión porque el país que él codirige como miembro de la presidencia colegiada tripartita «es inviable».

El Ejército común como línea roja

El líder serbio de Bosnia anunció que tras ese plazo iniciará una legislación para reorganizar las zonas sobre las que el Estado central ya no tendría jurisdicción. Sin embargo, no concretó si continuará con los planes de crear un Ejército propio para la República Srpska.

EEUU ha advertido de que sería una línea roja y Dodic se ha mostrado dispuesto a aceptar una reducción en un 50% del Ejército federal.

Las Fuerzas Armadas bosnias datan de 2005,  cuando las milicias de las comunidades bosnia, croata y serbia se integraron en un solo Ejército en virtud de los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra en el país balcánico (100.000 muertos) y crearon un gobierno «tripartito» con una presidencia colegiada de las comunidades bosnia, croata y serbia.

Bosnia atraviesa su peor crisis desde 1995, asunto que ha estado encima de la mesa en la cumbre de este semana de los titulares de Exteriores de la OTAN. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, recalcó el apoyo de la Alianza Atlántica a la soberanía e integridad territorial de Bosnia y Herzegovina, reivindicando su presencia desde finales de la década de los 90 en los Balcanes y su colaboración con la UE «para garantizar la estabilidad del país».

Bloqueo institucional

En los últimos meses las graves divisiones comunitarias han provocado un bloqueo institucional, que amenaza con la desintegración del país. La parálisis responde a la disputa sobre la tipificación de genocidio a los crímenes de guerra cometidos y la glorificación de criminales de guerra condenados, una práctica al alza en los últimos años por parte de dirigentes serbios de Bosnia.

Los miembros bosnio y croata de la presidencia colegiada, Sefik Dzaferovic y Zeljko Komsic, han instado a los tribunales a «proteger el orden constitucional y a perseguir a los responsables».

«Atacar al Estado y al orden constitucional es atacar a la paz», ha sentenciado el líder bosnio.




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sábado, 10 de octubre de 2020

La Ideología de Arturo Pérez

Le han enmendado, una vez más, la plana a Arturo Pérez -alias Pérez-Reverte- y de que manera. Lo subieron al cuadrilátero y lo tundieron durante los doce asaltos. El señor no pudo conectar ni uno de los derechazos a los que nos tiene acostumbrados, más bien, con una zurda muy educada le molieron riñón, costillas y mandíbula.

Aquí lo traemos a ustedes desde el portal de La Pajarera Magazine:


Carta a Pérez Reverte

María Toca | Miembro de AGE (Archivo, Guerra y Exilio)

Antes de seguir, ratifico el derecho que tiene cualquier autor a contar la historia como le pete. Incluso a hacer con ella falsa moneda con la que compra un éxito dudoso. Faltaría más. La libertad literaria es sagrada. Lo que ya no es tan sagrado es pretender sentar cátedra y falsear los conceptos que se vierten, no en la novela, sino en la realidad, cosa a la que usted,  señor  Pérez Reverte, con su logorrea característica nos tiene acostumbradas. Flaco favor hace a la historia, flaco favor hace a las víctimas de esta triste historia de España.

Usted,  señor Pérez Reverte tiende a confundir el exabrupto verbal, la exclamación retórica con la verdad. Es como aquel borrachillo de bar que expande manos y gritos asegurando que “esto lo arreglaba yo con dos hostias bien dadas” Puro y genuino Pérez Reverte con menos clase si cabe pero con idéntica retórica.

Nos cuenta,  señor Pérez, que han sido los politicuchos los que han  desenterrado la memoria y con ello abrieron heridas donde todo estaba sanado. Poco sabe de ello si de verdad cree lo que dice. Poco ha escuchado a la gente (desgraciadamente  ya escasa porque han ido muriendo de asco casi siempre) que protagonizó los hechos que cuenta en su libro. Usted, que se precia de documentarse para lo que cuenta con suficiente ayuda y medios, se le ha quebrado el tercio. Si hubiera escuchado a los protagonistas observaría el dolor y la impotencia ante el sentimiento de injusticia que les invade a todos. Perdón, no a todos, solo a los que  perdieron la guerra. Esa guerra que, usted, señor Pérez Reverte, refleja como algo sin ideología, que solo era amasijo de sangre, sudor y lágrimas. Una guerra a su medida o a la medida de  literatura de chiriguito de aeropuerto. Acción, gritos y aventura. Como la visión que da de todas las guerras que ha vivido…O dice que ha vivido. Cuestión de gónadas, como todo lo suyo, amigo Pérez.

Y no, detrás de una guerra hay una historia. Lícito es obviarla pero no me diga usted que hace un libro sobre unos hechos  históricos, porque no es así. Como mucho será libro de aventuras. La guerra de España, como tantas en las que los pueblos se tienen que levantar ante una violencia ejercida desde el poder, fue justamente lo que usted dice que no es. Ideología.

Parte del pueblo español se levantó una mañana con un golpe de Estado propiciado por unos militares africanistas patrocinados por las potencias del Eje, que luego  provocaron la II Guerra Mundial. Usted quiere hacer de la Guerra Civil una batallita como de Hollywood y no está mal, pero no es historia, es bestseller de aeropuerto.

Parte del pueblo español no estaba de acuerdo con el golpe y se levantó en armas. Parte del pueblo español tenía ideas de progreso , libertad, igualdad, liberación de un feudalismo obsoleto, de una iglesia opresiva y de un patriarcado asesino. Y quería otra cosa. Y no es que yo divinice a la parte republicana, que bien sé que las cosas se desmadraron en la retaguardia con sucesos duros de asimilar por los que amamos la paz. Pero es que en las guerras a una acción suele seguirle una reacción. Si bombardean una ciudad y matan niños los aviones alemanes,  la gente enfurecida se toma la justicia por su mano. Jamás se me ocurriría justificarlo, solo entenderlo. Concedido.

En una guerra los quintacolumnista, reales o supuestos, son siempre muy maltratados porque es genuino que la violencia emborracha y ciega. Pero no podemos olvidar qué, quién y cómo (preguntas muy periodísticas que usted, Pérez Reverte, olvida con frecuencia) Qué: fue un golpe de Estado. Quien: Lo dieron los militares. Y se aliaron con el fascismo y el nazismo para doblegar a un pueblo en una dictadura duradera que aún colea. Y no, no lo dicen los políticos que han andado siempre detrás del pueblo en eso de la Memoria Histórica y hubo de sacarles las leyes a manotazos porque no les interesa en absoluto conocer la historia. Por qué: para mantener el orden establecido en la España anterior a la República, un sistema corrupto, una monarquía caduca que permutaba el feudalismo medieval en su provecho.

La historia de la República y la guerra no se conoce, querido señor Pérez,  porque ni se estudia en las escuelas ni se cuenta en los sitios donde se debiera, por eso, si la sacamos es por dar la versión de la otra parte, porque la oficial, la que nos han venido contando durante ochenta años,  es la conocida. La estudiada en los colegios; si tiene dudas mire lo ocurrido estos días en Madrid con el nombre de las calles dedicadas a Indalencio Prieto y a Francisco Largo Caballero. O las frases que Ortega Smith dedicó  a las 13 Rosas.

No me diga que han sido los políticos quienes abrieron las heridas. En absoluto. Las heridas estaban supurando, y siguen bien abiertas porque nunca cerraron. No hubo interés más que en propagar la venganza. En las cunetas del pueblo español, en las iglesias como en la  Macarena de Sevilla, donde yace entre honores un tal  Queipo de Llano y tantos más, que se permitían asesinar una vez conseguida la victoria, insultar a las mujeres vencidas y hacer befa del derrotado, como hacen siempre los mal nacidos.

No, no hemos abierto heridas, querido señor Pérez Reverte, porque estaban gangrenadas. Mientras los luchadores españoles de la II Guerra Mundial, se batían y caían en campos de concentración y al ser liberados no tenían a donde volver. Eran apátridas porque el régimen franquista no los reconoció como españoles. El resto tornó a sus países como héroes, los españoles vagaron por el mundo en un triste exilio que no cerró heridas.

Usted no se ha documentado en absoluto, porque con que hubiera preguntado a los hijos o nietos de los luchadores le hubiéramos contado las lágrimas que vimos tragar, el doloroso silencio, las humillaciones que sufrieron y sufrimos. Compartí internado con la hija de un prisionero de campo…¿Sabe señor Pérez que la superiora me llamó para desaconsejarme su amistad en base al rojerío de su padre? Y no le hablo de la prehistoria porque una calza canas pero no tantas, corrían los setenta. Mi amiga tuvo y tienen heridas sin cerrar porque su padre  vivió más de veinte años en un campo de concentración y en las cárceles franquistas. Como mi abuelo. Así que no me hable de heridas cerradas porque jamás nos dejaron cerrarlas.

Si hubiera hablado con alguno de los contendientes, cosa imprescindible para documentarse, hubiera constatado como sigue doliendo la Memoria. Sin rencor, porque puedo asegurar que jamás vi rencor en ninguno de los derrotados y derrotadas pero sí una búsqueda de justicia, de reparación de una memoria muy digna que representa a las ideas por las que lucharon.

Y pasamos a la segunda premisa que niega con alevosa altanería: la ideología. Cuenta usted que en las guerras que ha trasmitido nunca vio ideología. Puede ser. No le niego su experiencia aunque se ha discutido mucho por sus propios compañeros y compañeras. Tan solo le digo que a veces la propia mirada distorsiona la realidad. Usted dice de sí mismo que no tiene ideología (si eso fuera posible, que no lo es, porque siempre hay ideología y más cuando se niega) puede ser que su visión de los conflictos fuera meramente exportación de la bravuconería masculinista de la que alardea sin mesura. Porque, señor Pérez Reverte, para usted los razonamientos no existen, tan solo los cojones y la  decisión brava del machote carpetovetónico. Y eso puede ser que distorsione la realidad.

En la antigua Yugoslavia había ideología, en Sarajevo cuando los serbios mataban como a conejos a todo el que osara cruzar una calle era justamente por ideología. No lo dude, los serbios hicieron limpieza étnica sobre musulmanes por ideología y por ideología defendían la patria yugoslava mientras se descomponía como melón podrido. Puede ser que no nos entusiasmara la ideología que practicaban pero existía. Siempre existe. Cuando un pobre se levanta contra el poder. Cuando un poderoso defiende privilegios. Cuando una fe se quiere imponer por la fuerza. Cuando una idea, raza o pensamiento quiere imponerse, y otro bando se defiende, es por ideología. Luego esa ideología es utilizada por otros poderes… seguro, pero se empuña un  arma, se mata o se muere por ideología.

Lo que obvia usted es que hay ideologías e ideologías. No quiero ser maniquea, líbreme Dios, pero nunca será igual luchar por la libertad de un pueblo, por la igualdad, por los pobres de la tierra, por el pan,  que defender privilegios, defender  poderosos. Nunca puede ser igual porque entonces igualamos a la víctima con el verdugo y nos convertimos en bestias.

Si en la guerra de España no había ideología, no se luchó por ideas y ambos bandos eran iguales, los campos de concentración (fiel consecuencia del ideario de los amigos de Franco) no son condenables. Meras trapacerías del triunfador que quiere limpiar la raza ¿no es así, señor Pérez Reverte? Si negamos la legalidad republicana y la traición de un militar sublevado  apoyado por el fascismo, entendemos que lo de Austria,  Polonia fue una forma de ampliar espacio. Y todo igual.

No. Claro que había dos bandos bien diferenciados sin posibilidad de equidistancia porque jamás, jamás podemos equiparar a la legalidad con el golpe fascista. Me podrán hablar de los fallos de la II República, que los tuvo, pero sabemos que en el mundo civilizado cuando las cosas  no nos gustan luchamos para cambiarlas dentro de un civismo legal. O de una revolución, que también. Lo que no es lícito es aprovechar las armas y la formación que el pueblo dota a su ejército para que éste se vuelva contra el propio pueblo. Eso, amigo Pérez, es un golpe de Estado, cosa muy fea e ilegal.

Por eso, niego que fueran dos bandos enfrentados, como usted e historiadores a la violeta, nos pretenden hacer creer. Dos bandos iguales, equidistantes. No, jamás lo fueron. Fue un golpe que no triunfó aun teniendo al capital y a las potencias fascistas a su favor  y parte del pueblo que se levantó en armas, en total desorganización, sin apoyo ninguno (el ruso tardó en llegar y lo hizo de forma harto cuestionable) Hablar de equidistancia, igualar los bandos no hace más que faltar a la verdad e insultar a los vencidos.

Que por otro lado, han recibido ya tantas vejaciones que una más les(nos) resbala. Lo triste y lo que impele a escribir esto, es la mentira histórica que ustedes pretenden difundir a las generaciones venideras. Mentir en la historia es pecado mayor que suele pagarse caro. Ya sabe lo que dijo  George Santayana: los pueblos que no conocen la historia están condenados a repetirla. Pues eso.

Por otro lado, le deseo éxito, que no dudo que tendrá, en su libro de aventuras, que es sobre la batalla del Ebro y bien pudo ser sobre el Far West. O cualquiera de las batallitas que se cuentan cual abuelo Cebolleta, con arte y buena letra, eso sí.

 

 

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domingo, 22 de diciembre de 2019

El Verdadero Zozulya

Dedicado al campo de los tontos útiles que insisten en que no se debe mezclar el deporte con la ideología traemos a ustedes este muy completo reportaje acerca del jugador de futbol y fascista ucraniano de nombre Roman Zozulya, a quien le incomoda que le digan nazi y quien la prensa borbónico franquista no se ha cansado de defender.

El mismo, ha sido publicado en El Diario, aquí lo tienen:


Antonio Maestre

La suspensión del partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete la semana pasada por llamar nazi a Román Zozulya ha servido para medir la profundidad de la aceptación de la ultraderecha en la mayoría de la prensa deportiva, y no solo deportiva, de este país. El cierre de filas con la decisión comenzó con una discutible, pero comprensible, argumentación sobre la necesidad de parar los insultos en los campos de fútbol. Pero con el paso de las horas de tertulias y programas se comenzó a blanquear, justificar y negar la ideología neonazi del jugador para intentar transmitir que los peligrosos no son los que profesan esa ideología, sino quienes se ponen enfrente de quien cree que hay que exterminar a gitanos, negros, judíos, socialistas u homosexuales. José Ramón de la Morena expresó la que sería la aproximación general de los medios deportivos a la polémica: "Posiblemente tiene simpatías con grupos ultras nazis… es militar, lo considera una misión patriótica y ha sido condecorado por defender a su país del separatismo… ahora, de ahí a ser un nazi es otra cosa".

Arno Gruen en el libro "El extraño que llevamos dentro", sobre el origen del odio y la violencia en las sociedades, explica de forma precisa lo que ocurre cuando aparece una ideología totalitaria en una sociedad y los pasos que se tienen que seguir para que triunfe. Gruen explica que la falta de identidad en muchas de las personas hace posible que una proporción pequeña de convencidos pueda arrastrar a la multitud y que esta ideología acabe venciendo por la pasividad y la connivencia de los no convencidos. Arno Gruen cita un estudio de Henry V. Dicks sobre una muestra de 1.000 prisioneros de guerra alemanes en 1942. El estudio afirmaba que solo un 11% eran nazis radicales convencidos, un 25% creían en el nazismo pero con reticencias, un 40% se declaraban apolíticos, un 15% se consideraban patriotas, y solo un 9% eran antinazis. Para que una ideología como el nazismo triunfe solo es necesaria una minoría de convencidos con la suficiente fuerza para arrastrar a los que se consideran apolíticos y la connivencia del resto de la población. Un ejemplo de lo que hemos vivido estos días con la tolerancia hacia la ideología de Román Zozulya.

Roman Zozulya y sus filias filonazis

Roman Zozulya es nazi. Maticemos. Para que los puristas y académicos se contenten podemos decir que es un fascista nacionalista ucraniano y que llamarle nazi es reduccionista por la compleja realidad que tiene cualquier fascismo en la Europa del Este en su relación con el nacional socialismo alemán. Podemos comprender que Zozulya no se considere nazi a sí mismo porque eran alemanes y él por encima de todo es un nacionalista ucraniano, aunque comparta todos los posicionamientos ideológicos. Por eso no tiene ningún problema en fotografiarse orgulloso con una simbología que significa "Heil Hitler". Aunque no es nazi.

Ha sido muy romántico ver artículos diciendo que Román Zozulya no es filonazi porque ha habido algunas fotografías difundidas en redes sociales que por sí solas no significan nada o que ciertamente eran erróneas en la interpretación. Eso es completamente cierto, ha habido interpretaciones falsas. El ABC de Sevilla confundió el escudo de Ucrania con la de un grupo neonazi. El problema es hacer cherry picking con los errores sin incidir en lo que sí muestra de forma inequívoca la ideología de Román Zozulya. Existen multitud de imágenes, actitudes, declaraciones y símbolos que permiten aseverar de forma factual que el jugador del Albacete es de ideología fascista. Obviamente con las peculiaridades, concreciones y especificaciones propias del nacionalismo ucraniano más radical. Que tiene sus puntos en común y sus diferencias con el nazismo alemán. Como ocurre con cualquier movimiento neofascista de cada país.

La imagen que no admite ningún espacio para la interpretación es la compartida por Román Zozulya en su perfil de Twitter en la que un amigo difundía una foto del jugador con la camiseta número 18 señalando el marcador de una cancha de baloncesto con los números 14-88. Los movimientos neonazis utilizan los números de forma habitual para mostrar su ideología sustituyendo el tradicional saludo, perseguido en algunos países penalmente, y sancionado socialmente en la mayoría, por otra gestualidad que permita identificarse entre ellos sin incumplir la ley o salir perjudicados profesionalmente. En España, la Comisión Estatal Contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte creó un Manual de simbología para que los clubes supieran identificar los símbolos susceptibles de ser ideología de odio. En las primeras páginas incluyen los números y acrónimos utilizados por los movimientos neonazis entre los que se incluye el 18, el 14 y el 88. Las explicaciones dadas por Roman Zozulya al respecto de esa imagen rozan el insulto a la inteligencia. El jugador explicó que se hizo esa fotografía porque el marcador le pareció curioso y que solo se enteró del significado de esos números cuando llegó a España, el jugador añadió: "¿Si tenemos un coche con la matrícula 1488 lo quemamos?, Si hay un cambio del número 14 por el número 88 es el árbitro nazi?".

Algunos medios y periodistas han intentado desvincular a Román Zozulya del batallón Azov, un comando paramilitar neonazi ucraniano, porque la foto que algunos perfiles han utilizado para vincularlo es una imagen errónea de la aerotransportada ucraniana. Eso es cierto. Pero en esa misma imagen aparece en la parte superior derecha la bandera de la Organización Nacional de Ucrania, el partido de Stepán Bandera. Sin que ninguno de los que ha corrido a justificar al futbolista hayan intentado explicar ese punto.

Ninguno de los medios que se ha dedicado a intentar desmontar los posibles errores anónimos en redes ha hablado de otros elementos que sirven para comprender la ideología de Zozulya ni su relación con grupos neonazis de Ucrania en general y con el Batallón Azov en particular.

Uno de esos elementos de análisis que ha pasado desapercibido para todos esos medios es una fotografía que Román Zozulya compartió en sus redes el 23 de febrero de 2015. En la imagen que el entonces jugador del Dnipro subió a sus redes no incluía texto, lo que habrá impedido buscar información en su perfil y por eso ningún periodista en España la identificó. En la imagen aparece Román Zozulya con una camiseta del miembro del Batallón Azov Alexander "Daring" Ruzak, en homenaje al ultra del grupo "White Boys" del Dnipro que participó como voluntario en el grupo neonazi paramilitar y que murió en combate el 23 de agosto de 2014. El jugador no solo salió junto con el resto de compañeros del Dnipro homenajeando al miembro del batallón Azov, sino que después compartió en redes la fotografía para mostrar su homenaje de forma personal y no solo colectiva.



También se ha obviado que el órgano oficial del Batallón Azov agradeció el apoyo público de Roman Zozulya. Un batallón nutrido con miembros del grupo ultra "White Boys". Al respecto de la fotografía en la que el jugador aparece con una pegatina de dicha organización argumentó que es una imagen con los colores de la ciudad y que los ultras del club "no son racistas" porque hasta los ha entrenado "Juande Ramos". El hecho de que se llamen chicos blancos por ideología supremacista y que el símbolo que Zozulya tenía en las manos incluía multitud de Totenkopfs, el símbolo de la unidad de combate de las Waffen SS, no lo explicó. Tampoco contó su estrecha relación con los "Dnepr White Boys" con los que incluso acude a ver partidos con la camiseta identificativa que los ultras llevan en muchos de sus encuentros y acciones políticas.

En su comparecencia, Roman Zozulya también explicó que las donaciones de su organización benéfica a estos grupos paramilitares neonazis se dedican exclusivamente a medicamentos, alimentos y equipamientos destinados al salvamento de vidas. Otra mentira fácilmente comprobable en sus redes sociales ya que aparecen también donaciones de drones del tipo Lelaka, que han sido usados por el Batallón Dnipro-1 para precisar de forma eficiente los disparos de la artillería.

Existe otra fotografía que tampoco ha sido identificada hasta este momento. En dicha imagen aparece Roman Zozulya con una camiseta del grupo стольный град (Stolnyi Grad) haciendo el saludo de los tres dedos. Si bien es un gesto que tiene muchas interpretaciones depende del país y el contexto, en Ucrania es utilizado por los ultras del país por su simbolismo con el Tryzub del escudo de Ucrania. El grupo de "White Rap" es uno de los grupos de rap nazi más famosos de Ucrania entre los neonazis y recomendado en páginas como Stormfront. Una de sus canciones en la que abogan por el asesinato de drogadictos, borrachos y aquellos que trapichean con drogas dice "coge el hacha, purga tu distrito". A pesar de eso, Zozulya aseveró que rechaza cualquier ideología racista y violenta.
Zozulya y sus relaciones con la ultraderecha política ucraniana

"Es un patriota", dijo el representante del jugador, para exonerar a Román Zozulya de cualquier vinculación filonazi, como si para ser patriota solo se pudiera uno acercar a movimientos paramilitares y a la extrema derecha. El ejemplo vivo de que un futbolista puede entrar en política y ser un patriota sin abrazar ideologías criminales es el mejor jugador que ha dado Ucrania: Andryi Shevchenko. El mito del fútbol ucraniano entró en política en el partido Ukraine-Forward!, una escisión del bloque de Yulia Timoschenko liderado por Natalia Korolevska que también se oponía al gobierno de Viktor Yanukovich. El partido de Shevchenko es del ámbito socioliberal y no tiene relaciones conocidas con grupos paramilitares de extrema derecha. Sí, se puede ser patriota en Ucrania, hacer política, y no ser neonazi.

Pero Zozulya ha elegido apoyar a otros partidos, a otros movimientos, a otra ideología. De manera libre, convencida, constante y comprometida. Entre sus relaciones destaca la que mantiene de forma cercana con Yury Bereza junto con el que fundó el club de fútbol Dnipro-1, un antiguo club histórico soviético desaparecido al que dieron un nuevo armazón ideológico. En un mensaje de Facebook en sus redes sociales el jugador del Albacete realizó el anuncio agradeciendo a Bereza el esfuerzo.

Bereza es ahora miembro del Parlamento en Ucrania con el partido Frente Popular, una formación de extrema derecha. Esta formación cuenta entre sus miembros más prominentes con el presidente de la Rada Suprema, Andry Parubiy, que tuvo entre sus antiguas ocupaciones ser el líder de la formación paramilitar de los neonazis de Patriotas de Ucrania, una rama del Partido Social Nacional de Ucrania (SNPU) que fue el precursor de Svoboda. La formación de Parubiy tenía como lema el Wolfsangel nazi. El partido Frente Popular tiene en su organigrama un consejo militar formado por Yuri Bereza como comandante del batallón Dnipro-1 y Andriy Biletsky, comandante del Batallón Azov.

El Dnipro-1 del que toma nombre el club cofundado por Roman Zozulya fue un batallón de voluntarios comandado por Yury Bereza que estuvo implicado en crimenes de guerra denunciados por organizaciones internacionales. Un informe de la OSCE sobre crímenes de guerra de las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad de Ucrania recoge el testimonio de Alexander Tkachenko, que narra cómo miembros del batallón Dnipro-1 le retuvieron en una zona industrial y tras golpearle con tubos de hierro y culatas de rifle le aplicaron corrientes eléctricas y le cortaron con un cuchillo mientras amenazaban a su familia. El informe detalla otros numerosos casos de torturas por parte del batallón que da nombre al club confundado por Zozulya.

Yuri Bereza, llamado Nicolaevich de nacimiento, fue además comandante regional en Dnipropetrovsk del Congreso de los Nacionalistas Ucranianos. Un partido neonazi continuador de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y fundado por Slava Stetsok, la esposa de Yaroslav Stetsok, el lugarteniente de Stepan Bandera. Para comprender el espectro ideológico de Yaroslav Stetsok en el libro Borrados de Omer Bartov se incluye una cita del líder del OUN: "Considero que el marxismo es un producto de la mente judía… Moscú y los judíos son los mayores enemigos de Ucrania y los portadores de las ideas internacionales y malvadas de los bolcheviques. Si bien considero que es Moscú, y no los judíos, el enemigo principal y decisivo, puedo entender en toda su extensión el innegable rol dañino y hostil de los judíos, que están ayudando a Moscú a esclavizar Ucrania. Por tanto, apoyo la aniquilación de los judíos y la conveniencia de utilizar en Ucrania los métodos alemanes de exterminación de los judíos, prohibiendo su asimilación y prácticas similares".
No es nazi, solo un héroe nacional

Una de las justificaciones más peregrinas que se han dado sobre la ideología de Zozulya tiene que ver por su admiración hacia el nacionalista ucranio Stepán Bandera. Las justificaciones sobre esas imágenes dadas por la prensa deportiva han pasado por decir que era una broma, a aseverar que es solo un héroe nacional sobre el que se profesa admiración en Ucrania fruto del conflicto bélico que se vive en ese país con Rusia desde el año 2014. Como si ser un fascista y genocida no fuera considerado un motivo para ser un héroe en muchos países por multitud de fascistas. Ante Pavelic es considerado un héroe nacional por los nacionalistas croatas del HDZ que consideran, desde que Franjo Tudman se lo propuso, el régimen nazi de los Ustacha como unos patriotas que defendieron Croacia de potencias extranjeras. También Ratko Mlàdic es un héroe para los serbobosnios, se pueden encontrar memoriales en Nova Sarajevo en la República Srpska a escasos kilómetros de Srebrenica donde el general serbio asesinó a más de 10.000 bosníacos. En España se considera digna de admiración por los patriotas españoles a los componentes de la División 250 del ejército nazi que luchó contra los soviéticos, la División Azul. Para los fascistas, sus fascistas siempre son héroes nacionales.

El jugador del Albacete aparece en varias fotografías mostrando su admiración hacia el líder nacionalista. Sobre la foto con Stepán Bandera argumentó que la publicó no por su admiración hacia el líder nacionalista, sino porque se parece a él ya que tienen las mismas entradas. Lo cierto es que no solo existe esa fotografía con Bandera, y hay otros mensajes en los ya no puede argumentar que su admiración se debe a parecerse.

Si bien es un tanto reduccionista calificarle de nazi en el contexto de la II Guerra Mundial no puede dejar de calificársele como un fascista que participó de manera activa en el Holocausto. Bandera colaboró con los nazis en la primera fase de la guerra de manera utilitarista porque consideraba a los nazis un aliado en contra de los soviéticos para liberar Ucrania. Cuando Bandera y Stetsok proclamaron la independencia de Ucrania en 1941 fueron detenidos y enviados al campo de concentración de Sachsenhausen. Sin embargo, la colaboración de su organización con los nazis fue fructífera hasta esa fecha, durante su cautiverio, y también tras su liberación en 1944 para combatir a los soviéticos. Uno de los episodios más terribles en los que participó la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) de Stepan Bandera fue en los pogromos de Lviv (Ucrania). El 30 de junio de 1941 los hombres de Bandera, junto a los miembros de la Werhmacht y población local participaron en el exterminio de más de 4.000 judíos dejando incluso imágenes en vídeo de las masacres. En Volinia, los miembros de la OUN acabaron con la vida de entre cuarenta mil y sesenta mil civiles polacos que fueron asesinados en 1943, y otros veinticinco mil en Galitzia en 1944.

La adoración de los nacionalistas ucranianos por Stepàn Bandera y el OUN tiene una explicación para Omer Bartov: "La memoria de la OUN y del UPA es un componente esencial en la creación de una identidad ucraniana, así como de su gloria y heroísmo, una identidad que fue reprimida violentamente bajo el régimen comunista (al igual que la memoria de las víctimas judías). Pero ahora que estas organizaciones nacionalistas han vuelto a ocupar su lugar de honor en la historia, ya no es posible asociarlas con la colaboración en el asesinato de los judíos. Además, al adoptar a la OUN y al UPA como símbolos nacionales de Galitzia, también es necesario adoptar, hasta cierto punto, lo que estas organizaciones proclamaban: Ucrania para los ucranianos y limpiar la tierra de «elementos foráneos», como los judíos y los polacos. Desde esta perspectiva, es «natural» colocar una estatua de Bandera donde se encontraba el gueto de Drogóbich, ya que su legado terminó venciendo y los soviéticos, los polacos, los alemanes y los judíos se han ido para siempre".

Los símbolos de los nacionalistas ucranianos que han conformado su identidad nacional están basados en esa herencia neonazi del OUN. Hasta el saludo recuperado por los de Bandera durante la II Guerra Mundial, el Слава Україні (Gloria a Ucrania), que ha sido incluido dentro de los símbolos nacionales actuales, y que Zozulya también hace suyo.

Ese orgullo sobre el heroísmo y patriotismo de Bandera en la conformación del pensamiento nacionalista ucranio es indisoluble de los partidos y formaciones neonazis con los que Zozulya simpatiza y cualquier visión crítica sobre la figura es ferozmente atacada por esos partidos y la propaganda nacionalista ucraniana. El historiador alemán de origen polaco Grzegorz Rossoliński-Liebe escribió una de las mejores obras sobra el líder fascista ucraniano: Stepan Bandera: The Life and Afterlife of a Ukrainian Nationalist. Fascism, Genocide, and Cult. En el año 2012 el historiador fue invitado a Ucrania a realizar una serie de conferencias sobre Bandera en Lviv, Dnipropetrovsk y Kiev que tuvieran que ser canceladas por el hostigamiento del partido neonazi Svoboda ya que consideraban que la figura de Bandera no podía ser cuestionada por un "liberal alemán" al que consideraban un "bisnieto de Goebbels". La única conferencia que pudo dar el historiador fue en la embajada alemana en Kiev con una manifestación de los neonazis de Sbovoda en las puertas.

En definitiva, existen pruebas suficientes para afirmar la ascendencia ideológica de Román Zozulya sin necesidad de que el propio jugador lo reconozca, sin que tenga tatuada una esvástica en la frente o un lebensrune en la pantorrilla. Es posible que algunos necesiten a pesar de todo una sentencia judicial para reconocer el pensamiento fascista de un neonazi o que salga a quemar judíos en una Sinagoga. Alguna explicación encontrarían para excusarle. Para Eduard Dolinsky, Director General del Comité Judío de Ucrania, y tras ser consultado para este artículo por su opinión al respecto de la ideología de Roman Zozulya, no cabe lugar a dudas: "Simpatiza con el nacionalismo y el radicalismo de derechas. Puedes ver esto en su imagen donde señala los números 1488 o posa con la imagen de Bandera". Dolinsky ya dejó escrito en un artículo en The New York Times su preocupación por el blanqueo del pasado nazi de los nacionalistas ucranianos adorados por Zozulya. El mismo proceso legitimador del pensamiento fascista que ocurre en España, abanderado por las grandes firmas del periodismo deportivo, por todos aquellos que lo justifican y niegan su ideología fascista aunque las pruebas sean abrumadoras. Por tibios, conniventes y cómplices de una ideología criminal.






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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Víctimas Otánicas de la OTAN

Desde la página de inSurGente traemos a ustedes este reporte acerca de los 'efectos colaterales' causados por la brutal agresión imperialista de finales del siglo pasado en contra de Serbia.

Lean ustedes:


La semana pasada un tribunal francés condenó al Estado a indemnizar a un gendarme, Henri Friconneau, que contrajo cáncer cuando en 1999 le enviaron a Kosovo con el pretexto de investigar los crímenes que estaban cometiendo los serbios.

Como consecuencia de los bombardeos de la OTAN con munición de uranio, el gendarme contrajo cáncer, lo que le llevó a la tumba. Le enviaron a investigar unos crímenes pero se encontró con otros: los que estaban cometiendo los imperialistas contra los serbios.

La historia convierte a los victimarios en su contrario, por más que el mundo se empeñe en mirar hacia otro lado. El propio gendarme, que formaba parte de la expedición de castigo imperialista contra Serbia, pasó a victimario a víctima.

Lo mató la OTAN y su viuda será indemnizada, pero ¿quién indemnizará a los serbios? Incluso, ¿quién indemnizará a los kosovares que fueron a salvar y también son víctimas de su propio rescate?

Dentro de poco, los medios callarán este mismo tipo de noticias referidas a Siria y nadie se acordará entonces, como tampoco nadie se acurda ahora de Kosovo, de los farsantes y los tramposos que calificaron a Bashar Al-Assad y su gobierno de “carniceros” y aplaudieron y justificaron los crímenes imperialistas en Oriente Medio.

Durante los 78 días que duró la Operación Ángel de la Caridad, la OTAN lanzó 15 toneladas de uranio empobrecido en siete lugares del sur de Serbia, principalmente en los alrededores de Vranje y Bujanovac, y casi 20 toneladas en 105 lugares de Kosovo, en particular en los alrededores de Prizren y Pec.

Recientemente los expertos han anunciado que para el año que viene hay que esperar una explosión de enfermedades malignas entre los ciudadanos de Serbia y Kosovo Metohija, como resultado del uso de municiones con uranio en 1999.

Las bombas de uranio también se han utilizado en Somalia y el Golfo Pérsico. Incluso en Bosnia-Herzegovina hay localidades, como Hadzic, que siete años después de los bombardeos de la OTAN ya habían perdido casi la totalidad de su población, a causa de la proliferación de enfermedades cancerosas.

En Serbia las estadísticas médicas van mostrando un aumento de la mortalidad por carcinomas y alteraciones congénitas, tanto en las personas como en los animales. En determinados países los crímenes de la OTAN no se han podido tapar porque “afortunadamente” la radiación también alcanzó a las tropas de países como Alemania o Italia.

Las bombas que llaman “de uranio empobrecido” proceden del reciclaje de los residuos radiactivos de las centrales nucleares, cuyo almacenamiento causa un problema de muy difícil resolución. Los países del mundo que acumulan mayor cantidad de residuos son los más nuclearizados, sobre todo Estados Unidos. Como el coste de mantenimiento de dichos residuos es gigantesco, lo que hace el Pentágono es deshacerse de una parte de ellos, lanzándolos a terceros países en forma de bombas.





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jueves, 16 de mayo de 2019

El Genocidio Yugoslavo

¿A qué punto Spain is different?

Pues va un pequeño recordatorio de lo que realmente sucedió en Yugoslavia cuando las naciones sin estado que la conformaban decidieron ir por su propio camino como consecuencia del efecto dominó causado por la caída del Muro de Berlín - a eso a lo que hoy llaman balcanización- y que llevó incluso a la creación manu militari de la entidad artificial conocida como Kosovo.

Les invitamos a leer este reportaje dado a conocer en el portal de News Front:


Aleksandra Stanic

Serbia planea realizar una investigación científica sobre los efectos de la campaña de la OTAN de 1999 en Yugoslavia y demostrar que existe una conexión entre las deplorables tendencias de salud pública y el daño causado por las bombas de la OTAN.

Según los oncólogos serbios, el número de pacientes con cáncer en el país está aumentando y la tasa de mortalidad entre ellos está aumentando. La situación con infertilidad, enfermedades autoinmunes y trastornos mentales en Serbia también es alarmante.

«Veinte años después del bombardeo de Yugoslavia, estamos viendo un aumento en las enfermedades oncológicas, principalmente las sistémicas, como los linfomas y la leucemia, y luego los tumores cancerosos sólidos. Y lo más trágico es que, en comparación con el promedio europeo, tenemos 2.5 veces más niños con cáncer «.

Así es como se ve el «historial médico» de una nación dos décadas después de la «operación humanitaria» de la OTAN contra la República Federativa de Yugoslavia (FRY), según la profesora Danica Grujicic, PhD, Directora del Departamento de Neuro-oncología en el Centro Clínico de Serbia . El cáncer, sin embargo, no es el único problema en aumento.

«El segundo problema son las enfermedades autoinmunes. Hoy en día, no hay un lugar libre en la Clínica de Alergología e Inmunología. No era así antes», dijo el profesor Grujicic a Sputnik. Además, según Grujicic, la situación con la infertilidad empeoró después de que el país fue bombardeado.

«Tenemos un aumento del 100% en la infertilidad masculina. Si antes tomó 100 parejas que estaban recibiendo tratamiento para la infertilidad: en el 40% de los casos hubo un problema con la mujer, en el 20% con el hombre y en el 40% no fue claro cuál era el problema. Hoy, el 40% son problemas con las mujeres, el 40% con los hombres y en otro 20% se desconoce la causa «, explicó.

En Serbia, 20,000 personas mueren de cáncer cada año y más de 30,000 personas se enferman. Se gastan más de 60 millones de euros al año en medicamentos para pacientes con cáncer en Serbia, mientras que hace seis años se asignaron 9,6 millones de euros. Esto se muestra en los datos publicados por la Sociedad de Cáncer de Serbia sobre la base de información de la Agencia de Estadísticas Republicanas y el Instituto de Salud Pública de Serbia «Dr. Milan Jovanovic Batut».

Según el oncólogo Slobodan Cikaric de la Sociedad del Cáncer, el porcentaje de muertes por cáncer es uno de los más altos de Europa, en parte como consecuencia del bombardeo.

«Para los tumores sólidos que constituyen el 95% de todos los cánceres, son cáncer de pulmón, cáncer de mama, próstata, cerebro, cáncer ginecológico, etc., el período latente varía de 10 a 30, incluso 30 años. Lo que significa que es aún no ha terminado. Los efectos del uranio empobrecido pueden durar otros 10 años «, dijo el experto.

Según el psicólogo Zarko Trebjesanin, quien trabajó con niños durante el bombardeo, el estado mental de muchos serbios también cambió después de la agresión de la OTAN. Alrededor del 8,8% sufre el trastorno de estrés postraumático.

Un estudio entre la población civil reveló un número significativo de problemas mentales y psicológicos que son consecuencia directa del bombardeo.

«Es indicativo que entre 10 y 15 años vemos un gran aumento en la ingesta de sedantes, lo que deja en claro la gravedad de las personas que están traumatizadas. Por supuesto, no creo que haya un aumento solo aquí, pero quizás aquí esté creciendo». más intensamente. Vemos una gran cantidad de personas que están constantemente en un estado de excitación nerviosa o en completa apatía «, explicó Trebjesanin.

La relación causa-efecto de los bombardeos y la creciente tasa de ciertas enfermedades entre los serbios ahora está siendo investigada por un organismo coordinador bajo el patrocinio del Ministerio de Protección Ambiental de Serbia que se formó hace casi un año

Todo tipo de especialistas: médicos, químicos, expertos militares se ocuparán de recopilar y analizar datos históricos y de campo. Los estudios se llevarán a cabo de acuerdo con una metodología internacional reconocida, y si se convertirán en la base para presentar una demanda contra la OTAN: esta decisión será de las autoridades.

El neurocirujano Danica Grujicic está seguro de que Serbia tiene el deber de toda la humanidad y otros países afectados por las invasiones agresivas de la Alianza a investigar las consecuencias y demostrar su vínculo con el bombardeo, incluido el uso de uranio empobrecido:

«Serbia es el único país que puede hacer esto; ni la pobre Libia, ni Siria, ni Irak, ni Afganistán. Por lo tanto, tenemos que hacer esto para todo el mundo, para mostrar qué crimen es. Después de todo, deliberadamente «bombardeó todos estos objetivos, que estaban marcados como de alto riesgo en el mapa. Es decir, usted sabe que está causando un desastre ambiental y aún bombardea. ¡Espere, es un genocidio! ¡La OTAN es una organización genocida!».






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domingo, 6 de enero de 2019

Milošević y los Borbónico Franquistas

Recordemos que el asunto derivó en una agresión abierta por parte de la OTAN en contra de un estado otrora socialista, proceso que culminó con la creación de un estado tan artificial e innecesario como Israel: Kosovo

Esclarecido lo anterior, volvemos al tema de la vía eslovena con este texto dado a conocer por Naiz:

Carlos Taibo | Profesor de Ciencia Política en la UAM


El fenómeno se reveló por vez primera al calor de la declaración de independencia de Kosova, a principios de 2008. Muchos de quienes, entre nosotros, y en las dos décadas anteriores, se habían entregado a la demonización más burda de las políticas desplegadas en Serbia por Slobodan Milošević pasaron a ver en este el afortunado defensor de la Yugoslavia unida. No se trata, hablando en propiedad, de que defendiesen las políticas de Milošević. Para defenderlas, como para criticarlas, era preciso conocerlas, y esto no parecía al alcance de las entendederas, y de la voluntad, de estos nacionalistas españoles, expertos sobrevenidos en asuntos balcánicos.

La farsa ha reaparecido estos días al amparo de la supuesta «vía eslovena» enunciada por el señor Torra. Llamativo ha resultado que las discusiones sobre la legalidad del referendo esloveno de 1990, inequívocamente complejas, rara vez se hayan hecho acompañar, entre dirigentes políticos y todólogos, de consideración alguna en lo que hace a lo que ocurrió, fundamentalmente en Serbia, en los años anteriores. Desde la Serbia de Milošević se articuló una agresión en toda regla contra un Estado federal frágil y maltrecho. Asumió formas varias: despliegue franco de discursos demonizadores de unos u otros grupos étnicos, asentamiento de un nacionalismo de inocultada base étnica, apuesta por una progresiva «serbianización» del ejército popular yugoslavo, abolición de la condición de provincias autónomas de la que disfrutaban, dentro de Serbia, la Vojvodina y Kosova, establecimiento de un régimen de apartheid en este último territorio, adulteración de los equilibrios más elementales en la presidencia colectiva del Estado federal, apoyo a la creación, en Croacia y en Bosnia, de regiones autónomas serbias y, en fin, y al cabo, un obsceno uso de la fuerza.

Describir a Milošević, un genuino anti-Tito, como el garante de la unidad yugoslava es olvidar que el dirigente serbio fue, antes bien, y en colaboración estrecha, poco después, con el presidente croata Franjo Tuđman, el dinamitador mayor de esa unidad. A Milošević, dicho sea de paso, la independencia de Eslovenia, en donde apenas había serbios, le trajo siempre al pairo, como en realidad, pero esto es harina de otro costal, y bien que con reglas diferentes, sucedió con la de Croacia. El referendo de autodeterminación y la declaración de independencia eslovenos, legales o no –¿cuáles eran las credenciales, por cierto, de quienes se atribuían el derecho a decidir al respecto?– , no surgieron, en cualquier caso, de la nada. Y la política de Alemania, la de la UE, la de EEUU o la del FMI en nada rebajan la responsabilidad de las elites dirigentes en Serbia y en Croacia.

Quienes en estas horas prefieren jugar al olvido o, más aún, exaltan una figura tan lamentable como la de Milošević nos están trasladando un mensaje inquietante. No les preocupa la condición de dirigentes y políticas siempre y cuando unos y otras apunten –o al menos eso parezca– a preservar la unidad patria. Tanto que hasta Milošević les parece una opción razonable y respetable. La conclusión parece servida: el uso de la fuerza en modo alguno les resulta desdeñable, al amparo de lo que algún lanzado bien podría llamar –en franco olvido de los muchos serbios que pelearon por la convivencia y plantaron cara al capitalismo mafioso y a las razzias étnicas asestadas por Milošević– la «vía serbia». Qué ilustrativo resulta que en un proyecto como ese se den la mano muchos de los nacionalistas de Estado, el naufragio de nuestra izquierda zorrocotroca y la patética y connivente censura que ejercen muchos de los medios de incomunicación españoles.

©SinPermiso







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jueves, 27 de diciembre de 2018

¿Qué Depara el 2019?

Este detallado artículo dado a conocer en Cuba Debate busca dar algunas pistas:


Elsa Claro

Orillando los pronósticos catastróficos, sin tarot ni baraja gitana, resulta bastante obvio suponer cuáles serán los caminos -abiertos o cerrados- por donde debe transitar el 2019. En cuanto respecta a Europa, todo lo referido al brexit tiene mala cara.

En sus dos vertientes, sea al interior del Reino Unido por irse y mal, parece, o para el resto de los 27, pues de muchas formas sufrirán también a causa de ese divorcio. El clima de enfrentamiento entre partidarios y hasta la lucha por desbancar a Teresa May, aumentan la inestabilidad y las numerosas, fuertes incertidumbres, de ese enconado proceso, mientras subyacen o están a punto de despertarse, viejos problemas nunca sanados por completo (la situación con Irlanda del norte, por ejemplo).

El tema, como quiera se le vea, tiene reflejos de incertidumbre y pésimos augurios en economía, finanzas y política. Una sumatoria a incidir en otros eventos no menos arriesgados.

A unos pasos, está la situación en Francia donde si no se hubiera presentado la crisis de los chalecos amarillos, de todos modos iban a ocurrir reportes de dificultades en el corto plazo. La administración de Francoise Hollande, tan prometedora de inicio y tan fallida casi de inmediato, colocó las primeras piedras de un camino en sentido inverso al óptimo por recorrer. Desde entonces hubo expresiones de malestar ciudadano.

Aparte de las habituales protestas, sobre todo la referida a la primera parte de la reforma laboral que eliminó las protecciones al despido laboral e introdujo una desregulación desmesurada del empleo, hizo su estreno un movimiento juvenil conocido como la nuit debout, homologado con los indignados españoles o los no menos irritados norteamericanos del Ocupy Wall Street.

La segunda etapa de la reforma iniciada cuando Macron era ministro de economía, la completó ya en su condición de presidente de la República con no menos rechazo popular. La reciente no fue una eventual o focalizada queja ante el rechazo a pagar un impuesto envuelto en los celofanes de un propósito ecologista. La rápida sumatoria de adherentes y el amplísimo pliego de demandas, reflejan un malestar mayor y diverso. Las concesiones del gobierno, eliminando esa ecotasa y dando pie a otras reivindicaciones, prueban lo legítimo de las exigencias y lo injusto de llevar a la gente hasta extremos insostenibles, mientras se ensanchan las holguras de los pudientes. El asunto no cicatrizó, aunque el atentado terrorista en Estrasburgo desviara la atención y el fin de año o las tradiciones, influyeron para la desmovilización. Un después mal manejado, es capaz de despertar iras contenidas.

En Hungría, Polonia y Bulgaria, no han estado muy felices las cosas tampoco. Una ley que obliga a los trabajadores a un número mayor de horas de trabajo en el caso magiar, fue esta vez el detonante para inquietudes, tampoco sofocadas aún. En Varsovia, la dirigencia ultraconservadora gobernante, tuvo que dar marcha atrás en el intento de poner a su servicio el sistema judicial, hecho rechazado por diferentes estamentos y hasta por la Unión Europea. El también conservador gobierno búlgaro se vio, por su parte, inmerso en una de las más particulares quejas sociales registradas dentro de Europa con las protestas de madres con hijos minusválidos, mal atendidos, o sin ningún recurso para tener perspectiva como ciudadanos merecedores de atención y oportunidad. Desde la restauración capitalista, fue uno de los ámbitos dejados a merced de la casualidad o el desdén oficial.

El anuncio en Kosovo de que van a crear un ejército, introdujo otra turbación en los Balcanes. Serbia desde luego, no concuerda con que su ex provincia, devenida país unilateralmente, proceda a crear un contingente armado que con total seguridad interactuaría con la gigantesca base militar de Estados Unidos en ese enclave. Otro pedazo de la ex Yugoslavia, Bosnia-Herzegovina, tampoco acaba de enderezar destino y se mantiene con gobierno doble y diferencias intransitables. Son casos de asuntos mal tratados, con varias cabezas y debe esperarse detonen en algún momento.

Para los alemanes lo cotidiano no va tan mal cuando se comparan con sus vecinos, pero perdieron mucho del pasado bienestar general y las inconformidades se están canalizando a través del voto. El año pasado transcurrieron seis meses sin poder crear una alianza de gobierno pues ningún partido tuvo suficientes escaños para asumir solo el mandato y las diferencias entre las distintas formaciones, dilataron la relativa funcionabilidad posterior. Efímera, pues las elecciones regionales dieron otro triunfo a la ultraderecha que ya tiene más de 90 diputados en el parlamento. Fue uno de los motivos para que Ángela Merkel renunciara a mantenerse a la cabeza de la democracia cristiana y haya decidido no aspirar al poder en el futuro. Ese devenir tiene importantes y poco dilucidados vericuetos.

En España ocurrieron procesos decisivos que llevaron a un cambio de gobierno. El PSOE obtuvo la jefatura del país, pero el Partido Popular saliente y Ciudadanos, ambos conservadores, están boicoteando las leyes que los socialdemócratas de Pedro Sánchez quieren introducir para darle algunos alivios a la población sofocada por medidas de ajuste abrumadoras y lesivas. La derecha se esfuerza por inducir elecciones anticipadas considerando que cuentan con opciones de triunfo. En tanto, es lamentable, la izquierda ibérica sigue dividida y no ayuda a dilucidar los entuertos – no son pocos- teniendo al de Cataluña en cabeza.

Italia por su parte intenta salirse del corsé impuesto por Bruselas con respecto al déficit público exigido por el pacto comunitario. No parece una batalla de las simples pues Mateo Salvini, ministro del interior, pero en la práctica principal figura del estado, parece decidido a mantenerse firme, entendiendo que la recuperación del país trasalpino, requiere salirse de los moldes de austeridad y otras hormas, para avanzar. Su postura de rechazo a la emigración provoca más divisiones dentro de la UE, cuando, como es fácil deducir solo con lo dicho, tiene bastante segmentados sus enfoques.
Geo-estrategia

Si ese reducido mapa europeo sugiere el advenimiento de momentos inquietos, saber que se fragua un considerable aumento de los presupuestos militares en el mundo cuando EE. UU. maneja los mayores fondos de su historia en ese epígrafe, no trae sensaciones cómodas. Tampoco conocer que entre los criterios del “América primero” se le da preeminencia a las firmas estadounidenses del complejo militar industrial, principal suministrador en el planeta de todo tipo de armas. Y como los negocios –incluido el armamentista- influyen en las determinaciones de Washington, no se esperan acontecimientos pacíficos en el 2019.

Sobre este ángulo de los peligros a encarar, los informadores citan situaciones como la expresada en Arabia Saudita, cuyo gobierno tiene el mayor porcentaje en la compa de artilugios bélicos (57.000 millones de dólares anuales incluso luego del descenso en el precio del petróleo). Japón decidió elevar sus partidas en esta materia luego de decenios ajustado a las imposiciones posbélicas que le impidieron dimensionar su ejército. Ello no contradice la permanencia de las 112 bases militares de EE.UU. en el archipiélago nipón. No son solo estos dos países los que incrementaron el gasto en armas. Toda Europa, donde además resurge la antigua idea de contar con ejército propio, sin abandonar la OTAN, que es peor, gastará más impelida por las exigencias de Trump. Ídem América Latina, donde se abren etapas contrapuestas y escasamente prometedoras.

Si desde Washington emanara una estrategia estable o creíble con respecto a su patio trasero y los objetivos declarados contra Venezuela y Nicaragua en especial, o en cuanto toca a otros escenarios de su interés, no habría tanto temor a posibles conflagraciones. La primera potencia militar y nuclear del planeta, tiene las manos llenas. Pretende reinstalar euromisiles en el Viejo Continente y por ello salen de los tratados nucleares suscritos con Moscú. Eso solo es grave y da comprometida continuidad al cerco tendido en torno a Rusia y las pretensiones de dañar su economía a través de sanciones. ¿Seguirá arrastrando a Europa en esa mala práctica o ella permitirá que la sigan usando hasta en contra de sus intereses?

Si EE.UU. se retira en serio de Siria y le quita su apoyo a la Casa Saud en la ofensiva contra Yemen, todavía queda abierto y sangrante el antiquísimo drama palestino-israelí que la administración Trump siguió enredando, al darle Jerusalén a los sionistas y apoyando una confusa situación en torno a los palestinos refugiados en Líbano. Israel, favorecido actor en el área, adelanta elecciones pues Netanyahu sufrió otra baja en los aliados con los cuales sostenía su mandato. Sin embargo, incluso si pierde esos comicios, poco se debe esperar en cuanto a impedir el despojo permanente y la agresividad sionista en la zona, mientras Washington proteja sus excesos en Siria, Líbano y los propios territorios ocupados.

Entre tanto y tanto, ¿podrá Estados Unidos salir de Afganistán aunque sea a medias? Trasciende la existencia de un acercamiento en las posiciones tras negociar con los talibanes, pero el asunto es de los muy complicados y nebulosos en su devenir.

Los malos empeños imperiales con respecto a Irán, a través de un enfoque falso (en realidad vengativo. No soportan haber sido desalojados por la Revolución islámica persa) enquista otras corrientes de acción y sucesos susceptibles de contar con una configuración provechosa en varias direcciones, si se enfocaran las cosas constructivamente. Primero debe existir, desde luego, voluntad sana y eso no es muy simple con los personajes que rodean al presidente Donald Trump, pese a que, según versiones de prensa, fue contra tan cercanos como John Bolton y Mike Pompeo (no solo de James Mattis, una renuncia anunciada hace meses) en su determinación de salir de Siria. Digo, si lo cumple, pues en no pocos casos Trump se ha echado atrás.

El décimo noveno año del siglo XXI comenzará con estas y muchas otras intríngulis en las que Rusia, China y Turquía, incluso la India, están llamadas a tener ciertos protagonismos en varias esferas. Mucho seguirá dependiendo de los resbalones o bofetadas intempestivas estadounidenses. Quizás sorpresas, que de los impredecibles, como el actual morador de la Casa Blanca, siempre se debe esperar alguna aun cuando no sea no exactamente provechosa.






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