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jueves, 3 de marzo de 2022

Exportaciones de Peso

Los vascos comenzamos a migrar a América a lomos de la conquista española del continente.

Resulta que, desde Euskal Herria, no solo llegaron personas.

Este artículo en Naiz desentraña un misterio digno de ser archivado con la etiqueta Kurlansky:


Piedra de afilar, de Jaizkibel a América en el siglo XVI

Los canteros de Jaizkibel enviaban a América un tipo de piedra de afilar en el siglo XVI y existía un comercio importante de exportación e importación de diferentes productos de Hondarribia hasta América, y viceversa.

Aranzadi y un equipo de investigadores de la UPV, ha localizado siete canteras de molino en Jaizkibel, confirmando así que en el siglo XVI existía una potente industria, constituida por canteros, guías de bueyes, mercaderes y marineros.

Los canteros de Jaizkibel enviaban a América un tipo de piedra de afilar en el siglo XVI y existía un comercio importante de exportación e importación de diferentes productos de Hondarribia hasta América, y viceversa.

Los investigadores dieron con un documento escrito durante el siglo XVI, en el que se puede leer que Jaizkibel era «un lugar idóneo para la construcción de piedras de molino». A partir de ese instante, el equipo recorrió la montaña en busca de canteras moleras, difíciles de encontrar, ya que dejan muy poca huella. Sin embargo, han conseguido localizar siete. «De todas ellas, una en concreto es especialmente interesante ya que en el terreno se pueden interpretar las distintas fases y metodologías que se utilizaban en la fabricación de estas muelas», señala Aranzadi.

100 ruedas de molino en Hondarribia y 100 en Jaizkibel

En el curso de sus investigaciones, llamó la atención otro testamento de aquella época. En él, Joanes de Aldasoro escribía que había 100 piedras de molino en la ermita de Santa Engracia de Hondarribia y otras 100 ya talladas en Jaizkibel. «Esto demuestra que se realizaban muchas ruedas de molino pero no eran para los molinos de los alrededores. Tanta cantidad de piedras debía ser para llevar a algún otro lugar».

Ante ello comenzaron las pesquisas para conocer el paradero de estas piedras, hasta dar con 25 documentos en los que se menciona la utilización de unos pequeños barcos llamados zabra o pinaza que transportaban piedras de molino desde Pasaia y Hondarribia con destino a Galiza, Portugal, Cadiz, Sevilla, Madeira y las Islas Canarias, durante los siglos XVI y XVII.

Estos lugares ya tenías sus propias canteras, ¿por qué transportar las de Jaizkibel?

A partir de 1492, se creó un comercio de exportación e importación de distintos productos con América. Las naves que viajaban solían salir normalmente de Sevilla, Cadiz y también de las Islas Canarias. Por ello, el hecho de que se trasladaran a esos grandes puertos tal cantidad de piedras de molino hizo pensar a los investigadores que quizá fuesen estas piedras de molino de Jaizkibel las que se colocaban en los nuevos molinos de América.

«Esta hipótesis ha cogido cuerpo con otro documento que se ha investigado y en el que se confirma que la piedra de afilar de Jaizkibel se llevaba a Sevilla para exportarla después a América. Lo que certifica que existía ya en esta época un comercio de los productos de Jaizkibel que se enviaban a América», apunta Aranzadi en una nota.

A pesar de ello, no se ha localizado todavía un documento concreto que acredite todo esto.

No obstante, el Ayuntamiento de Hondarribia ha decidido impulsar un nuevo proyecto para seguir con la investigación y así estudiar parte de los 80 millones de documentos del Archivo General de Indias de Sevilla.

Industria establecida

«Las investigaciones realizadas hasta ahora ponen de manifiesto que en Hondarribia en el siglo XVI además de una industria más rural como la pesca y el trabajo de los caseríos, existía una industria de producción y exportación de muelas de molino».

Las canteras de molino se ubicaban en parcelas del Ayuntamiento, y los concejos las cedían por un año a través de una puja o almoneda para su posterior explotación. La persona que la conseguía solía contratar a un cantero, también a un guía de bueyes para bajar las piedras de Jaizkibel a Hondarribia. Después, entrarían en el negocio los comerciantes y maestros que contratarían a distintos marineros para navegar en la zabra.

En 2022 las investigaciones avanzarán y a finales de año el equipo de investigación presentará los resultados al Ayuntamiento de Hondarribia.

 

 

 

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