Cristina Fallarás debe de estar muy contenta de saber que a los terroristas que hicieron sonar las campanas el día del desembarco falangista en Altsasu serán multados con 30,000 euros por atentar arteramente en contra de los tímpanos de prohombres españoles como Albert Rivera y Fernando Savater.
Pues bien, a ella y su muy moral equidistancia le dedicamos este Cronopiando:
“Campana sobre campana…”Koldo Campos SagasetaDebe ser que me voy haciendo viejo o, tal vez, que ya entramos en invierno y se acerca la Navidad y con ella los entrañables villancicos y uno se pone nostálgico, pero nunca me había sentido tan feliz al oír un repique de campanas como el que el pueblo de Altsasu hizo tañer el pasado domingo para regocijo de sus vecinas y vecinos. Hasta los siete jóvenes del pueblo que siguen secuestrados por la justicia española las deben haber oído y celebrado en sus celdas.Yo que, años atrás, tanto me quejaba del estrépito del campanario de la catedral de Iruña, lo que son las cosas, ahora agradezco y aplaudo la música celestial de la iglesia de Altsasu.Campana sobre campana y sobre campana una... y otra, y otra, y otra, y otra más... Campanas festivas, vigorosas, campanas divinas que se llevaron del pueblo las indeseables visitas de unos cuantos violentos que han hecho de la provocación su oficio y que campan a sus anchas por esa negra y triste España en la que las campanas no repican, solo doblan. A campanazos los echó el pueblo.No sé si será verdad ese viejo dicho de que la música amansa a las fieras pero lo que se pudo confirmar el domingo en Altsasu es que la música sí ahuyenta a las ratas.
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