Deia trae a nosotros un artículo en el que retrata el desencuentro que viven las dos formaciones sindicales vascas más importantes:
Los sindicatos cruzan acusaciones al valorar el acuerdo para un nuevo estatus entre PNV y EH Bildu y evidencian diferencias de fondo en acción sindicalA. LegasaLa relación entre ELA y LAB vive uno de sus peores momentos de los últimos años. El acuerdo entre PNV y EH Bildu para un nuevo estatus político en el Parlamento de la CAV ha vuelto a sacar a la luz diferencias de fondo y a evidenciar que, a día de hoy, los puentes entre las dos organizaciones están prácticamente rotos. En dos artículos de opinión publicados hace unos días, dos pesos pesados de ELA y de LAB como son Xabier Anza e Igor Arroyo cruzan duros reproches sobre cómo abordar las luchas sindicales y sociales y su papel en un proceso soberanista.“ELA considera que es mejor abandonar el campo de batalla y limitarse a proyectar mediáticamente unos conflictos puntuales”. Así de crítico se muestra Igor Arroyo, número dos de LAB, en un artículo de opinión publicado inicialmente en Berria y reproducido en la web del sindicato afín a la izquierda abertzale. El texto se refiere a la situación política en Euskal Herria y, concretamente, a la aprobación en el Parlamento Vasco de un acuerdo que sienta las bases para un nuevo estatus, un texto “con una proyección soberanista sin precedentes en la CAV”.A ese respecto, Arroyo recuerda la aprobación en septiembre de 2017 por parte de ELA y LAB de una declaración a favor de un proceso soberanista unilateral y social, en la que ambos sindicatos “expresamos nuestra voluntad de incidir en este panorama” con compromisos como luchar contra la estatalización de las relaciones laborales, por el cambio de las políticas públicas o instar a alianzas de izquierda que prioricen la agenda social, cita Arroyo.Es aquí donde el secretario general adjunto de LAB considera que ELA no está cumpliendo con su papel. “Es momento de desarrollar la declaración que hicimos pública hace un año. Sin embargo, ELA considera que es mejor abandonar el campo de batalla y limitarse a proyectar mediáticamente unos conflictos puntuales”, censura Arroyo evidenciando que, más allá de la cuestión política, el cruce de reproches deja ver diferencias importantes también en la táctica sindical, como ha quedado patente este pasado curso en el conflicto con el departamento de Educación del Gobierno vasco.Para terminar, Arroyo afirma que ELA “ha renunciado” a avanzar en la unidad sindical soberanista con argumentos “débiles y contradictorios”. “Más allá del humo, de los estériles reproches de ELA a unos y otros, de la amortizada dialéctica entre PNV y ELA, los que más ganan con la falta de unidad de acción entre LAB y ELA son la derecha política y los neoliberales vascos, Urkullu y Confebask”, concluye.Las acusaciones han sido respondidas por Xabier Anza, uno de los hombres fuertes de la dirección de ELA. “El PNV no se siente concernido por el acuerdo de bases que la izquierda abertzale califica de histórico”, dice Anza sobre el acuerdo para el nuevo estatus haciendo referencia a unas declaraciones de Joseba Egibar en las que el jeltzale pedía a EH Bildu “decir que sí” y “que se moje” aunque eso le suponga recibir críticas de ELA. “Yo no sé si la izquierda abertzale hará los deberes que Egibar le pide. Pero lo cierto es que el acuerdo de bases duerme el sueño de los justos”, señala Anza, y reprocha que en el artículo del número dos de LAB haya críticas para ELA pero “ni una mala palabra para su aliado Egibar”.También se acuerda Anza del coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, quien ha censurado públicamente a ELA que “la crítica permanente es lo más fácil de hacer”. “Yo puedo jurarle que no”, responde Anza. “Armar la oposición, hacer pedagogía de un discurso alternativo (...) y confrontar con los poderosos no es fácil. Es difícil y es penoso”.Periodo electoralAunque uno y otro artículo terminan con llamamientos a la unidad, los discursos dejan claro que la relación entre ELA y LAB vive una nueva crisis con diferencias de fondo en el plano político que ya se dejan notar en el plano sindical cuando se acaba de dar el pistoletazo de salida a un nuevo periodo concentrado de elecciones.La secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, ha dado a entender que parte del problema pueden ser precisamente los comicios sindicales, aunque Adolfo Muñoz, Txiki, líder de ELA, ha restado peso a este factor para mantener como los ejes de la crisis los dos grandes puntos de desencuentro de los últimos años: la autonomía política y la estrategia en la negociación colectiva.
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