Así como irrumpió en los medios de comunicación el tema de los refugiados de Siria se ha casi que esfumado.
Por eso mismo hemos recurrido a esta nota en Deia para resaltar la necesidad de seguir atentos al tema:
Una delegación vasca finalizó ayer una visita a los programas para refugiados en la península mediterráneaUna delegación compuesta por representantes de la oficina de Save the Children en Euskadi, la directora de Derechos Humanos del Gobierno vasco, Monika Hernando, y miembros del intergrupo Por la defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas del Parlamento Vasco visitó recientemente en Serbia el proyecto Protección de niños y niñas migrantes en los Balcanes, financiado por el Ejecutivo vasco y ejecutado por Save the Children.Según informó la ONG, el viaje se desarrolló entre el pasado lunes y ayer, y tuvo a Belgrado, Bogovadja (Serbia) y Bihac (Bosnia y Herzegovina) como principales puntos de visita. Save the Children explicó que su misión es “impulsar avances significativos en la manera en la que el mundo trata a los niños y niñas, con el fin de generar cambios, inmediatos y duraderos en sus vidas”.“Huyen por necesidad”“Los niños refugiados no huyen de sus países de origen por capricho. Lo hacen por necesidad escapando de la miseria, la pobreza y la violencia que subyace de una guerra como la de Siria, pero también de otros conflictos”, señaló la directora de Save the Children en Euskadi, Eva Silván.La ruta de los Balcanes está sujeta a cambios, dependiendo de las condiciones, pero involucra a varios países como Grecia, la antigua república yugoslava de Macedonia, Serbia, Croacia, Hungría, así como Bulgaria, Rumanía, Albania o Kosovo. Silvan indicó que la mayoría de los niños refugiados que realizan está ruta “son invisibles, y con frecuencia evitan los sistemas oficiales de apoyo”, de forma que “permanecen ajenos al sistema y corren mayor riesgo de caer en manos de contrabandistas y traficantes, pero incluso pueden sufrir vulneraciones bajo tutela estatal, ya que en muchos casos son sistemas débiles y poco especializados”.Por ello, el Gobierno vasco, a través de su Secretaría de Paz y Convivencia, financia el proyecto Protección de niños y niñas migrantes en los Balcanes a través del cual se busca garantizar que los niños refugiados y sus familias ejerzan “su derecho a la dignidad, la protección y la asistencia humanitaria”. En ocho meses, el proyecto pretende llegar a 1.500 niños, de los cuales 750 son menores no acompañados y 100 adultos. “Los flujos migratorios que tienen su inicio en oriente medio y atraviesan los Balcanes, tienen su influencia en Euskadi, tal y como hemos podido comprobar especialmente este verano con la llegada de un mayor número de personas migrantes y refugiadas a nuestras capitales. Las instituciones tenemos que dar respuesta a esta situación”, apuntó Monika Hernando.
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