La España del 155, la que apaleó a miles de catalanes el 1° de octubre de 2017, la que ilegalizó partidos políticos independentistas vascos, esa España que en pleno siglo XXI se rige como un feudo medieval... ha rendido homenaje a José Martí... independentista cubano.
Lean ustedes lo que nos reporta inSurGente:
Paco Azanza TelletxikiComo ya hemos informado en este diario, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, está de visita oficial en La Habana. No es que José Martí le profese gran simpatía (pequeña tampoco), pues el “socialista” español y acérrimo enemigo del derecho de autodeterminación de los pueblos está en las antípodas de la ideología del Apóstol o el Maestro, que así también se le conoce en la heroica Cuba.Pero, ya se sabe, la cortesía es la cortesía y, seguro que contra su voluntad, Sánchez ha homenajeado en el día de hoy a José Martí. Esto, dicho así mismo, no parece provocar contradicción alguna. Aunque si ahondamos mínimamente en la trayectoria revolucionaria del homenajeado (prácticamente toda su vida, dado que murió en combate con poco más de 42 años y ya con 15 publicó de manera clandestina su soneto “El Diez de Octubre” y su primer artículo político “El Diablo Cojuelo”), llegaremos a la conclusión de que el presidente español ha homenajeado a una persona que en otras circunstancia no hubiera homenajeado ni harto de vino.Y es que José Martí, junto a Marx y Lenin y no pocos próceres de la Isla irredenta, es el alma de la Revolución Cubana que, por razones obvias, tanto aborrecen los reaccionarios del mundo, entre ellos el señor Sánchez y su partido (recordemos que José Luis Rodríguez Zapatero declinó visitar Cuba durante sus mandatos).José Martí fue muchas e importantes cosas, entre ellas antiimperialista e independentista y (esto es muy importante para el posterior desarrollo de la Revolución) el autor intelectual del asalto al Moncada. Nunca estuvo en contra del pueblo español, pero sí contra la Corona de España que sometió a Cuba a la humillante categoría de colonia durante 406 años. Martí murió combatiendo contra el Ejército español que se oponía a la independencia de Cuba.El 18 de mayo comenzó a escribir una carta a su amigo Manuel Mercado que, entre otras cosas, decía: […] “ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber […] de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”. Y añadió unas líneas más adelante: “Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas:—y mi honda es la de David”.La carta quedó inconclusa porque al día siguiente, el 19 de mayo de 1895, el entusiasta redactor cayó en Dos Ríos haciendo frente a una columna española que, bajo el mando del coronel Adolfo Jiménez de Sandoval, les hubo sorprendido.Sánchez ha homenajeado a una persona que fue condenado por España por su condición de independentista.Durante un registro de una escuadra de Voluntarios (españoles) en casa de su buen amigo, Fermín Valdés Domínguez, encontraron una carta en la que se le acusaba de apóstata a un condiscípulo de Martí (Carlos de Castro y de Castro) por haber ingresado en el ejército español, y se le incitaba a la deserción. La misiva estaba firmada por los dos amigos, por lo que el 21 de octubre de 1869 ambos fueron encarcelados. Cinco meses después, durante el juicio, Martí asumió la autoría de la carta, y reivindicó el derecho de Cuba a su independencia. Condenado a seis años de prisión, un mes después fue llevado a realizar trabajos forzados a canteras. Tras medio año en este lugar y debido a las gestiones realizadas por su padre con el arrendatario de las canteras, Martí fue enviado a la Isla de Pinos, hasta que se le conmutó la pena para ser desterrado a España.Era el 15 de enero de 1871 cuando subió a la embarcación que le alejaría de su Cuba querida. Le faltaban trece días, pues, para cumplir los dieciocho años de vida. Pero, a pesar de su todavía corta edad, Martí salió de la Isla convertido ya en un hombre maduro. A esta prematura conversión obedece, sin duda, su precocidad genial y las durísimas condiciones a las que fue sometido.Fue en el transcurso de la travesía marítima hacia España, a bordo del vapor “Guipúzcoa”, cuando escribió su alegato “El presidio político en Cuba”. Publicado en Madrid ese mismo año, el texto denunciaba la inhumana situación del presidio político en la Isla.Está bien que el presidente español haya visitado Cuba y, aunque de hipócrita manera, haya homenajeado a José Martí.No es lo mismo Cuba que Catalunya; tampoco, en ambos casos, los tiempos y las circunstancias son iguales. Pero, quién sabe, quizá algún día no lejano el presidente de España (independientemente del nombre que tenga o al partido político al que pertenezca) visite Catalunya independiente (ojalá que también socialista) y homenajee a Lluís Companys.
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