El ciclismo vasco está experimentando un interesante y esperanzador repunte, por eso nos sentimos contentos al compartirles este reportaje publicado por Deia:
Después de un curso formidable, el equipo vasco, con numerosos cambios, mira con optimismo el futuro: “Queremos seguir en la misma línea”César OrtuzarDe Turquía a Irurtzun, puntos cardinales del Euskadi-Murias, hay miles de kilómetros y un mes. En ese espacio-tiempo, desde el triunfo de Eduard Prades en la carrera de cierre hasta la concentración que anuncia la campaña de 2019, como el pasado año, el conjunto vasco asoma diferente, distinto. Es otro. Jon Aberasturi y Eduard Prades, dos de sus ganadores, no continuarán en la formación. Tampoco lo harán Aitor González y Beñat Txoperena. Al equipo llegan Beñat Intxausti, en proceso de reconversión, y el entusiasmo de Dani Viejo, Mario González, López Cozar y Urko Berrade. En el retrovisor queda una campaña memorable con los hitos de Óscar Rodríguez en La Camperona durante la Vuelta y la coronación de Eduard Prades en Estambul, remate de una vuelta WorldTour. Después de los festejos y el champán, en el Euskadi-Murias miran al futuro con el mismo entusiasmo con el que encadenó el pasado curso, su primera aparición como formación Continental Profesional. “Esa es la idea. Queremos seguir en la misma línea, aunque es evidente que será complicado igualar un año así”, establece Rubén Pérez, uno de los directores de la formación, que durante este fin de semana se reúne para empastar voluntades y que los nuevos conozcan al resto. Así empieza el primer día de ikastola o, en realidad, todo. Viejos conocidos que vuelven a verse y el bautismo de otros. Todos enrolados en una viaje iniciático. La campaña 2019.Tal vez por superstición, tan presente en el deporte profesional o simplemente porque la repetición genera cierta sensación de seguridad, bienestar y confort, el Euskadi-Murias acampa en territorio conocido -se concentran en el mismo hotel que la pasada campaña- con el objetivo de no alejarse del método que les ha catapultado al escaparate con la consecución de ocho triunfos parciales y dos vueltas. “No queremos modificar muchas cosas. Sabemos lo que nos ha funcionado y, en ese aspecto, trataremos de mejorar. La idea es siempre esa, seguir mejorando, pero sin volvernos locos”, desgrana Rubén Pérez, consciente de que se enfrentan a un reto mayúsculo, no solo por la cumbres alcanzadas, sino porque el equipo vasco está obligado a reinventarse al no poder contar en la plantilla con Eduard Prades, uno de sus corredores más brillantes, y Jon Aberasturi, uno de los más determinantes. “Está claro que no poder contar con ellos nos pone en otra situación y es un incógnita saber qué puede ocurrir sin ellos”, analiza el técnico del Zaldibar.En esa transición hacia una nueva versión, Rubén Pérez considera que el aterrizaje de Beñat Intxausti es una buena noticia para el Euskadi-Murias. “Lo que primero nos movió para concretar su fichaje es su interés por seguir siendo ciclista. Evidentemente, le costará, porque se ha pasado prácticamente tres años en blanco, pero es un corredor de calidad contrastada y tendrá calendario para competir, que es lo que necesita. Creemos en él. Pienso que nos puede aportar mucho en vueltas de una semana, pero habrá que tener paciencia”. Además de Intxausti, el resto de incorporaciones están enmarcadas en ciclistas de futuro, sobre todo en los casos de Dani Viejo, un velocista, y Urko Berrade. “Hay que tener paciencia con ellos. Necesitan tiempo. A los jóvenes no se les puede exigir demasiado, salvo que vayan aprendiendo y se adapten a la categoría lo mejor posible”. De López Cozar y Mario González en el Euskadi-Murias esperan que estén para la “pelea y que tengan presencia en carrera”.Un paso al frenteLa responsabilidad, no obstante, deberá recaer en ciclistas como Bizkarra, Óscar Rodríguez, Samitier o Barceló… “Deberán dar un paso al frente. Ellos serán los referentes del equipo para estar delante. Bizkarra es una referencia para nosotros y queremos que Óscar Rodríguez tenga continuidad. También esperemos el crecimiento de Samitier o Barceló”, asume Rubén Pérez, al que se le intuye la ilusión en el discurso. “Aunque nos ha salido una temporada redonda, tengo claro que estamos creciendo y queremos superarnos para mejorar en la medida de lo posible”, radiografía Rubén Pérez, considera que la formación vasca puede ser una “referente” en las carreras aledañas al WorldTour, un escenario que aún les queda grande. “No somos un referente para los equipos del WorldTour, hay que tener los pies en el suelo”, se sincera el director, si bien establece que el equipo pretende pretende ser “competitivo y ambicioso siempre que sale a la carretera”.La concentración de estas jornadas es el primer campo base para ir escalando a lo largo del curso que viene, un reto colosal. “En estos días se trata de que los que llegan vayan quitando el miedo, de que se conozcan entre ellos. Para algunos sirve para romper el hielo. Pero además los directores nos reunimos con todos ellos para darles los primeros apuntes de lo que queremos de cada uno de ellos. Se establecen las bases de la temporada, aunque más adelante se detallan más las cosas”, describe Rubén Pérez. En ese trabajo de conocimiento, también se trazan los perfiles de los corredores y en qué momento de la campaña deberán encajar, a modo de las piezas de un puzle. “Hay corredores que funcionan mejor a primeros de temporada que otros, a los que le cuesta más arrancar. Cada uno tiene sus particularidades y sus momentos. Con sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Nuestra misión es que los ciclistas encajen lo mejor posible para ser lo más competitivos posible en el calendario que se les asigne”, defiende Rubén Pérez sobre un plantel de veinte ciclistas que recorrerá un calendario muy similar al de la precedente temporada y que tendrá la Itzulia y la Vuelta a España sus puntos calientes, si bien, para el técnico vizcaino lo importe “es ser regulares y disputar en las carreras punto 1. En esas queremos estar entre los mejores”.Para concretar esos pensamientos, Rubén Pérez insiste en la fórmula del trabajo y en la idea de tener “dos bloques con potencial” para desarrollar con garantías el calendario. Además del tajo, la fortuna de no padecer lesiones y la calidad de los ciclistas, el director hace hincapié en la unión del grupo como uno de los elementos que ha alimentado al Euskadi-Murias en su exitosa aventura. “El hecho de que haya un ambiente excepcional es vital. Eso ha hecho crecer al equipo. Hemos sido un equipo unido. Eso es lo que más me ha gustado de la plantilla”, dice orgulloso Rubén Pérez, que echa de menos un mayor apoyo al equipo, que continúa a la búsqueda patrocinadores que apuntalen el proyecto de cara al futuro. “Seguimos buscando un patrocinador, pero es un tema complicado. Seguiremos luchando para conseguirlo. Desde luego, mejor no se pueden hacer las cosas que lo que hemos hecho este año. En ese aspecto hemos cumplido con creces y hemos superado las expectativas. Nos gustaría que apostaran por nosotros”, subraya Rubén Pérez en la calma de Irurtzun, desde donde se mira al futuro tras reinventarse.Toma de medidasEl primer encuentro del Euskadi-Murias no solo servirá para que los nuevos corredores conozcan al resto de la plantilla y el staff técnico del conjunto vasco. La concentración de Irurtzun también se empleará para asuntos más mundanos, pero no menos importantes. La reunión de todo el plantel se utilizará para tallar a todos los corredores que componen la formación. Los responsables de dotar de vestimenta a los corredores tomarán las medidas (peso y estatura) de todos ellos para confeccionar la ropa que lucirán durante el próximo curso. Las mediciones también servirán para establecer las medidas de las bicicletas que emplearán los ciclistas a los largo de la temporada. Lo mismo ocurre con los cascos que llevarán en 2019. Del mismo modo se perfilarán las líneas maestras de la temporada con charlas colectivas y reuniones individualizadas con cada corredor.
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