La “Sociedad del Bienestar”

Eusko Ikaskuntza celebra su centenario y por lo que estamos viendo lo está haciendo por todo lo alto, como lo muestra el nivel de las aportaciones por parte de sus invitados a los diferentes foros con los que estará celebrando su aniversario.

Les invitamos a ver esto que reportan desde Noticias de Gipuzkoa:

“La cohesión social, estúpido”, la clave de la sociedad del bienestar

Eusko Ikaskuntza reúne en Bilbao a especialistas para abordar los retos sociales de Euskal Herria

Idoia Alonso

“La economía, estúpido”. La frase que aupó hasta la Casa Blanca a Bill Clinton en la contienda electoral con George H. W. Bush (padre), y que se suele usar para destacar asuntos esenciales, debería tener una nueva formulación para afrontar los retos que tiene Euskal Herria en un contexto global marcado por años de políticas sociales regresivas, la precarización del mercado laboral, la crisis de los refugiados, el drástico envejecimiento de la población o la aniquilación de los recursos naturales. Esa frase se debería cambiar por “la cohesión social, estúpido”. Para el consejero de Derechos Sociales y vicepresidente del Gobierno de Navarra, Miguel Laparra, esta es la clave para que “el desarrollo de la sociedad sea sostenible y saludable”.

Durante su conferencia de ayer en el congreso Desarrollo Socio-Económico: Sociedad Vasca y Empresa organizada por Eusko Ikaskuntza en Bilbao, Laparra reivindicó la necesidad de suscribir un nuevo pacto para desterrar de Euskal Herria el fantasma de la creciente desigualdad social o los movimientos de ultraderecha de carácter xenófobo que fracturan la sociedad y tienen un componente represivo. En opinión del vicepresidente navarro, ese nuevo pacto social no debería ser una reacción nostálgica al pacto que dio lugar al estado del bienestar surgido tras las Segunda Guerra Mundial. “El estado de bienestar clásico ya no vale”, afirmó Laparra, ya que desde su punto de vista, ni las amenazas, ni los actores políticos son los mismos.

Más que un estado del bienestar, Laparra aboga por construir una “sociedad del bienestar” dentro de Europa sobre la base en un pacto múltiple que aborde los retos del siglo XXI: un pacto de rentas, un pacto intergeneracional, un pacto de igualdad de género, un pacto intercultural, un pacto político-social y un pacto con el planeta. Según aclaró, pasar de la concepción del estado del bienestar a la sociedad del bienestar “no puede significar de ninguna de las maneras desmontar el estado del bienestar, como algunos trataron de trasmitir, sino que debe ser un modelo de bienestar que sea claramente más participativo y más plural”.

La intervención de Laparra sirvió para abrir el cuatro congreso organizado por Eusko Ikaskuntza para “socializar la apuesta que hizo hace cuatro años la Academia por definir y analizar las cuestiones prioritarias a las que se enfrenta el conjunto de Euskal Herria”, afirmó a este periódico Xabier Alkorta, presidente del XVIII Congreso de Estudios Vascos y de los actos del centenario de Eusko Ikaskuntza.

Un foro plural de reflexión

El exconsejero de Empleo y economista Ángel Toña subrayó a este diario que “el proceso de reflexión iniciado hace dos años y en el que han intervenido más de 1.000 personas -especialistas, agentes implicados y personas anónimas-, cuyas conclusiones se plasmarán en el Libro Blanco, se presentará en Oñati el 23 de noviembre”. Según Toña, Oñati no es el final del proceso sino “el pistoletazo de salida” porque “nosotros no vamos a dar con la solución de todos los problemas del mundo, pero al menos podemos ir dando respuestas eficaces, eficientes y equitativas a escala local a los retos de escala global que se nos van planteando”.

Por su parte, la directora de Eusko Ikaskuntza, Arrate Arin, se congratuló de que el proceso de reflexión compartida Geroa Elkar-Ekin/El Futuro que nos (re)une se haya convertido en “un espacio neutro que puede ofrecer confianza para el intercambio de ideas por parte de agentes de lo más plural que no están acostumbrados a compartir foros de reflexión”. Por este motivo, Arin consideró que Eusko Ikaskuntza debería tener “suficiente capacidad de influencia para que todas estas reflexiones y propuestas tengan un reflejo y contribuyan a transformar en algo la realidad”.

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