Por vía de Noticias de Navarra les traemos este escrito, mismo que resume el panorama que se vive tanto en Euskal Herria como en Catalunya:
Alicia EzkerTiempos revueltos. No hay duda. No hace falta que lo diga Aemet. Basta con echar un vistazo a la páginas del periódico y a la calle para darse cuenta de que estamos ante unos días cambiantes, llenos de contrastes y variaciones. Lo mismo hace calor que nieva. Desde que vivimos con las previsiones a cuestas todo lo queremos tener controlado. Pero no es posible. Miramos el tiempo que hará mañana y sabemos a cada hora si se cumple o no el pronóstico anunciado. Pero no lo controlamos.Dejarse sorprender cada vez es más difícil, lo mismo por el tiempo que por la vida, aunque demasiadas veces aquello que nos acaba sucediendo no está entre lo previsto. Miles de navarros y navarras vuelan estos días con ilusión hacia su destino vacacional, con todo bien atado, mientras ayer otros navarros que viajaban por tierra en su modesto coche encontraron su viaje final contra un muro de cemento camino Soria. Destino imprevisto siempre. Mala suerte. Nunca se sabe que nos depara el futuro. El de nadie. Y menos en estos tiempos.Lo mismo si pasamos al plano de la política, donde no hay politólogo ni jurista alguno que se atreva a vaticinar si Puigdemont se verá abocado a su propia operación retorno de su obligado tour europeo. Porque no está de vacaciones precisamente, ni porque quiera. Alemania tiene la penúltima palabra. Bueno, mejor dicho, la independencia judicial y la separación de poderes en un país referente en la Unión Europea. Porque al menos ahí existe el beneficio de la duda. Y es que más al sur, en la Península Ibérica, la tormenta jurídica desatada por algunos jueces estrella está barriendo con todo tipo de límites, acompañada por una borrasca represiva que trata de convertir la Catalunya de hoy en la Euskal Herria del pasado. Pero ni los tiempos ni las formas son los mismos, más allá de que el muro con el que se encuentra las legítimas aspiraciones políticas de una sociedad sea la misma: la sinrazón del Estado. No y no. Y todos a la cárcel.Bueno, casi todos ya que esta semana hemos visto también cómo alguno, a 100 días de San Fermín, salía tras cumplir una parte de su condena... Mientras se cumplen los 500 días que llevan en prisión preventiva los jóvenes de Alsasua para los que solo se pide un juicio justo y proporcionado.Tiempos revueltos. Quizás es hora de que salga el sol. Todos los días. Para todos. En todos los sitios.
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