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lunes, 16 de abril de 2018

El Nomenclator Euskaldun

En primer lugar, ante los avances en la aceptación de la diversidad, nos parece extraño que siquiera sea un tema el género de los nombres en euskera. Es como mínimo la lección que nos debiera dejar la prematura partida de Ekai Lersundi

Por mientras se avanza más y deja de cuestionarse si un niño tiene derecho a llamarse Izar o una niña a llamarse Ibai, les dejamos este artículo dado a conocer por El Correo Vasco:

Tensión en los registros: ¿ese nombre es de niña o de niño?

Hay nombres en euskera que pueden provocar cierto caos en los registros civiles al no estar adscritos a ningún sexo... Euskaltzaindia pide «flexibilidad» al Ministerio de Justicia para evitar encontronazos entre padres y funcionarios

Solange Vázquez
Los primeros días de vida de un bebé son el caos elevado a la máxima potencia: la casa patas arriba, pañales por doquier, artículos que parecen de la era espacial -sacaleches, pezoneras, esterilizadores- adueñándose del espacio doméstico... y, en medio de ese pandemónium, donde nadie se acuerda ya de qué era eso de dormir, toca inscribir al bebé en el Registro Civil, un trámite que los padres deben cumplir en un plazo de 10 días. Y quizá la palabra 'trámite' induzca a cierto error porque, en algunas ocasiones, no es un acto administrativo mecánico. En euskera, algunos nombres -normalmente popularizados en los últimos 20 ó 30 años- han sido tomados del léxico común -muchos hacen referencia a elementos de la naturaleza, como Lur (tierra)- y, por tanto, no tienen género, porque en euskera no existe. También hay otros que hacen referencia a un topónimo, con frecuencia montañas (como Joar) o localidades (por ejemplo, Amaiur), con los que ocurre lo mismo. Entonces, esos nombres son usados indistintamente para niños y para niñas. «En euskera siempre ha estado claro qué nombres eran de hombre o de mujer, pero en los últimos años del siglo pasado hubo un fenómeno en la sociedad vasca por el que empezaron a ponerse este tipo de nombres», indica Roberto García de Viñaspre, responsable de la sección de Onomástica de Euskaltzaindia.

¿Y qué pasa si el funcionario se pone quisquilloso porque la ley exige que el nombre haga referencia a un sexo de forma clara y pone pegas para inscribir al peque? Los padres protagonizan discusiones a pie de ventanilla, enfados, visitas a otros registros en busca de personal más comprensivo... y, muchas veces, preguntan a Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca. El año pasado, este organismo recibió a 28 personas interesadas en el nomenclátor -la guía oficial de nombres vascos-; atendió 330 llamadas telefónicas en relación a los nombres vascos y recibió 589 correos con peticiones al respecto. Muchas eran sobre su ortografía (¿es Nahia o se puede poner Naia?) y también sobre su significado (algunos padres renuncian a ponerle Aketza a su hijo al saber que proviene de 'aketz', que es un vocablo en desuso, pero que significa 'cerdo macho')... pero otras dudas se refieren al género. ¿Este nombre es de niño o de niña? «El asunto interesa, aunque el apartado del género aún no ocupa un lugar reseñable entre las consultas», destacan los académicos, que estiman que las preguntas sobre el sexo de los nombres rondan el 3%.

Pero el problema está sobre la mesa y el batiburrillo legal no ayuda mucho a disipar dudas. La ley de 2011 sobre los nombres que pueden o no ponerse -de ámbito estatal- ha ido entrando en vigor de manera gradual, por lo que algunos apartados no se han terminado de 'activar' de manera efectiva, entre ellos, el que indica que los nombres no pueden inducir a error en cuanto al sexo... lo que ha creado un limbo. Y para junio de este año se espera una nueva ley -que, supuestamente debería disipar dudas-, que dirá lo siguiente: no podrán imponerse nombres que sean contrarios a la dignidad de la persona ni los que hagan confusa la identificación. Evidentemente, no va a ser un gran avance y los funcionarios seguirán teniendo la última palabra en la cuestión de los nombres vascos 'unisex'. Entretanto, Euskaltzaindia, que es un órgano consultivo, intenta responder a las dudas de los padres, aunque muchas veces no puede emitir un dictamen, ya que los nombres por los que les preguntan son de nuevo cuño y, por tanto, la labor de investigación linguística que realiza la Academia no puede aclarar el asunto, simplemente, porque no hay precedentes. Entre sus tareas, también está la de emitir certificados sobre el origen de los nombres y, a un nivel más alto, la de intentar poner algo de paz en este asunto de los nombres de sexo confuso. Por ello, Euskaltzaindia ha instado al Ministerio de Justicia -del que dependen los registros civiles- a mostrar «mayor flexibilidad» con los nombres en euskera para afrontar de la mejor manera posible «estas situaciones nuevas», indica Roberto García de Viñaspre. «Nuestra petición, realizada a principios de año, aún no ha tenido respuesta. Pero aún estamos en plazo de espera. Nosotros respetamos, claro está, la legalidad vigente y les ofrecemos nuestra colaboración», informa. Según indica, en el País Vasco francés son «mucho más flexibles» con esta cuestión: «Allí no existe la imposibilidad de poner un nombre por este tema».

Estos son los nombres que más quebraderos causan en los registros por las dudas sobre su género.

Un nombre 'joven' Lur

Significa 'tierra' y, además, en la mitología vasca es un numen femenino, una especie de deidad. La mayoría de las personas que llevan este nombre son mujeres -Euskaltzaindia lo recoge como femenino- (460) con una media de 18 años, pero, más recientemente, ha empezado a ser usado por hombres (53), que tienen una media de ocho años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), este nombre se puede encontrar en todo el País Vasco, especialmente en Gipuzkoa, y Navarra, pero también hay algún caso en la provincia de Barcelona.

Los sueños no tienen sexo Amets

Es una palabra común que significa 'sueño', pero no de ganas de dormir, sino que tiene que ver con el acto se soñar. Es un nombre más usado por hombres (1.097 casos) que por mujeres (261), pero la media de edad -19 años para las chicas y 5 para los chicos- indica que empezó a usarse para designar a personas de sexo femenino, aunque ha terminado 'triunfando' entre los varones en fechas más recientes. Personas llamadas Amets hay por toda Euskadi, Navarra, Cantabria y también en Barcelona. Euskaltzaindia lo contempla como masculino y 'Ametsa' como femenino.

Un monte 'unisex' Joar

Este nombre está tomado de una montaña de la sierra de Kodes, en la frontera entre Álava y Navarra. 27 hombres se llaman así -con un media de edad de 13 años- y 23 mujeres -con un promedio de 8 años-. La mayor cantidad se concentra en Álava. En menor medida, también se encuentra en Gipuzkoa y Navarra.

Desde Navarra... Amaiur

Se trata de una localidad navarra que, por fonética, se suele asimilar con Amalur, 'la tierra madre'. Lo llevan 385 mujeres y 99 varones, con un promedio de edad de 14 y 12 años, respectivamente. Hay personas con ese nombre en Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra.

El más 'exportado' Eider

Parece ser un derivado de 'Eder', que significa hermoso, según Euskaltzaindia. No obstante, hay también teorías que lo vinculan a tradiciones anglosajonas. La mayoría de las personas que llevan este nombre son mujeres (4.499), pero también hay hombres llamados Eider (64). Aunque es más frecuente en Euskadi, Navarra y comunidades cercanas, también está presente en Asturias, León, Guadalajara y Alicante, además de en toda Cataluña. La media de edad de quienes llevan este nombre es de 18 para las mujeres y 26 para los varones.

Nubes para ellas y para ellos Odei y Hodei

Aunque la forma correcta, según Euskaltzaindia, es con H, Hodei, la opción sin ella también es popular, tanto para chicos como para chicas. Su significado es 'nube', en euskera, y también hace referencias a un ser mitológico que trae la tempestad y el granizo. Hay 600 varones llamados Odei -edad media: 13 años- y 50 mujeres -edad media: 24- repartidos, principalmente por Euskadi, pero también por Navarra, La Rioja y Cantabria. La forma con H, académicamente correcta, también es 'unisex' y ha ganado más adeptos: hay 1.711 hombres (edad media: 10 años) y 27 mujeres (edad media: 26 años).

Revolucionarios de ambos sexos Iraultza

Significa 'revolución' en euskera. Hay 67 varones con este nombre, con una edad media de 18, y 22 mujeres, con un promedio de 25. Bizkaia es el territorio donde más hay, seguido de Gipuzkoa. Euskaltzaindia apunta que 'revolución', en distintos idiomas, se puso de moda en Europa a principio de siglo. «En Euskal Herria, por ejemplo, se usó en Pamplona antes de la guerra. Durante la dictadura estuvo prohibido por dos razones: primero por estar vedado el empleo de nombres euskéricos y segundo por su significado de carácter 'subversivo'», indica la Academia.

Todos quieren ser estrellas Izar

Con este nombre ('estrella' en euskera) hay registradas en el País vasco y navarra 655 chicas (edad media: 10 años) y 136 chicos (edad media: 14 años). Euskaltzaindia lo recoge como femenino, lo mismo que su variante 'Izarne', aunque apunta que lo hace en función a los dictámenes y recomendaciones emitidas por la Comisión de Onomástica.

También para varones Alaitz

'Alaitz' es una sierra situada entre los valles de Orba y Elortz (Navarra) y también un nombre vasco medieval. Se ha popularizado como nombre femenino -hay 1.694 con una edad media de 20 años-, pero también lo llevan algunos varones -hay registrados 23, con un promedio de 22 años-. Es más frecuente en Gipuzkoa, aunque se usa en todo Euakadi, Navavarra y otras comunidades limítrofes.






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