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viernes, 17 de junio de 2022

‘Amaiur. Gaztelu Baltza’

2022 es el año en el que se conmemora uno de los hitos más épicos de la historia por la autodeterminación del pueblo vasco, la defensa del Castillo de Amaiur hace 500 años.

Su importancia resalta una verdad histórica incuestionable ante el revisionismo del nacionalismo español; nunca existió lo que ellos denominan "la anexión voluntaria de Navarra". Los navarros lucharon tanto como pudieron en contra del expansionismo imperialista aragonés y castellano.

Este reportaje publicado por Naiz nos habla acerca de una publicación en formato cómic que revive lo ocurrido durante el sitio.

Adelante con la lectura:


El cómic ‘Amaiur. Gaztelu baltza’ recrea la simbólica resistencia en su 500 aniversario

Con el objetivo de difundir lo sucedido hace 500 años, Nabarralde y Sabino Arana Fundazioa publican el cómic ‘Amaiur. Gaztelu baltza’, obra del experto Angel Rekalde y la ilustradora Amaia Ballesteros que recrea la épica resistencia de 200 navarros ante el ejército de miles de hombres de Carlos V.

Pello Guerra

La simbólica resistencia navarra de la que fue escenario el castillo de Baztan hace 500 años es lo que recoge el cómic ‘Amaiur. Gaztelu baltza’, obra del experto Angel Rekalde y la ilustradora Amaia Ballesteros.

Rekalde, director de la Fundación Nabarralde, es el autor de la parte escrita de la obra, para la que ha aportado «el guión, le he dado a la ilustradora un soporte argumental, y le he facilitado los datos históricos necesarios para que haga algo coherente y con consistencia. Pero tengo la sensación de que en estos casos, doy los mimbres y los ilustradores hacen con ellos una estatua».

De esta manera hace referencia a que no es la primera vez que escribe el texto para un cómic, ya que también desempeñó ese papel en la obra ‘Eneko Aritza, primer rey vascongado», en la que la imagen corrió a cargo de Joseba ‘Josevisky’ Larratxe.

En esta ocasión, a la hora de ensamblar el relato, Rekalde se ha inspirado en las llamadas ‘cartas de Amaiur’, la correspondencia que mantuvieron los defensores del castillo con el exterior y con la que recibían información sobre la tormenta de sangre y fuego que se cernía sobre ellos en julio de 1522. Unas misivas que fueron localizadas por los conquistadores de la fortaleza tras su ocupación.

A partir de ese hilo, ha inventado una carta que Miguel de Xabier escribe a uno de sus colaboradores, el notario Juan de Elizondo. Esa misiva habría sido escrita una vez que el hermano mayor de San Francisco de Xabier escapa del castillo de Iruñea, donde había sido encerrado tras ser hecho prisionero en Amaiur, donde era uno de los 200 navarros que habían defendido la fortaleza.

En ella, explica a Elizondo cómo ha conseguido huir de su calabozo y le detalla la lucha librada en Amaiur, cómo, unos meses después de la derrota en la batalla de Noain, los navarros legitimistas habían liberado una parte del reino, con Amaiur como principal referencia. Y cómo 200 navarros habían decidido resistir contra toda lógica ante el ejército enviado por Carlos V para reconquistar la fortaleza, la intensidad de los combates y la caída del castillo tras ser volado uno de sus cubos defensivos con una mina.

Se trata de «una ficción literaria que sirve para una recreación real» y que en su título se inspira en un poema de Estepan Urkiaga Basaratz, más conocido como Lauaxeta, «que publicó un libro antes de que lo fusilaran en 1937 y el remate de esa obra es precisamente este poema, en el que habla sobre los luchadores de Amaiur», explica el director de la Fundación Nabarralde.

Ese poema se transcribe en el cómic «porque es muy potente y veo un paralelismo entre el bombardeo de Gernika y el ‘Guernica’ de Picasso que enlaza con lo sucedido en Amaiur y el poema de Lauaxeta, porque en esa transmisión de la memoria, el arte juega un papel muy importante, le da emoción, valor simbólico. La gente percibe, siente, se emociona con esas cosas».

De esta manera, añade Rekalde, «hemos unido la memoria fría de la lucha, del relato en sí, con la emoción de un poema que hace hincapié en el significado de la resistencia de 200 navarros por la independencia, por su tierra, por su modo de vida, por su gente. Estaban defendiendo lo suyo ante un invasor y era una resistencia heroica por la independencia».

Una lucha muy épica

Esa épica se palpa en las ilustraciones que ha realizado Amaia Ballesteros, quien señala que «convertir los hechos de Amaiur al cómic resultó bastante sencillo, porque es una historia de acción, una lucha muy épica, ya que nos hemos basado en una de las cartas escritas por un defensor de la fortaleza para recrear la historia. El relato fluye por sí solo en el dibujo. Es todo muy directo».
 
Sobre la técnica que ha empleado para realizar ‘Amaiur. Gaztelu baltza’, explica que «he buscado el dinamismo en las viñetas para interpretar los escenarios de batalla mediante perspectivas, diferentes encuadres, incluso a doble página».
 
Detrás de esas imágenes está un profundo trabajo de documentación. Así, «para la recreación del castillo, me he guiado por el material gráfico y las descripciones aportadas en los trabajos de excavación. Y luego le he dado el toque personal de mi dibujo. Yo me lo imagino así», detalla Ballesteros.

Además, el libro ‘Amaiur 1522’, de Peio J. Monteano, «me sirvió para documentar el relato gráfico de este cómic. Y también para aprender cosas sobre nuestra historia que no sabía. Tuve que estudiar a fondo caballos, cañones, armaduras, cascos, la fortaleza de Amaiur…»

El resultado final ha sido «un cómic rico en detalles y fondos. Opté por colores negros y azules para desarrollar la historia y una portada algo más colorida y contundente». Y se muestra «satisfecha con el trabajo realizado».

En cuanto a la historia en sí, la ilustradora tenía claro que «quería mostrar la batalla de Amaiur: la llegada del imperio español en plan arrollador y el encuentro con una inesperada resistencia de aguerridos navarros».

Este no es su primer trabajo de corte histórico, ya que en 2019 «dibujé el cómic ‘Euskaltzaindia, euskararen 100 urteko laguna’, con guión del escritor Juan Luis Zabala y que cuenta su historia desde los inicios de la academia del euskera hasta nuestros días».

Este trabajo y el de Amaiur siguen la senda de otros que cada vez con más frecuencia nos acercan acontecimientos históricos, un fenómeno que Amaia Ballesteros atribuye a que «el cómic es un medio ameno y atractivo para contar la historia y transmitir acontecimientos lejanos. Los dibujos y textos aportan fluidez y atrapan al lector hasta la viñeta final. Es otra forma de acercar a jóvenes y mayores a nuestra memoria».

Una opinión que comparte Angel Rekalde, quien señala al respecto que «el cómic resulta especialmente atractivo, ya que es un formato especial, muy efectivo y que comunica con mucha facilidad. Y además permite conectar con generaciones más jóvenes, que igual tienen menos costumbre de leer. El poder comunicativo del cómic es muy fuerte y con ese grafismo, el elemento simbólico de los lugares de memoria transita mejor».

Ese simbolismo está muy presente en esta obra, impregnada por la «voluntad pedagógica, porque la gente en general conoce de una manera más remota o genérica, o no conoce nada de lo que sucedió en Amaiur y lo que nos interesa es que conozca lo que ocurrió y tenga una visión más clara de esa memoria. En Nabarralde tenemos la intención de divulgar, que la gente conozca y se socialicen estos capítulos de nuestra historia, porque tienen mucho valor».

Una comunicación, una difusión, que el director de la Fundación Nabarralde considera fundamental en vista de cómo se está desarrollando el 500 aniversario de la defensa y caída del castillo de Amaiur. El director de la Fundación Nabarralde recuerda que «hace diez años, a cuenta del 500 aniversario de la conquista de Navarra, hubo un debate agrio y bastante intenso, con unos defendiendo una postura y otros que defendíamos lo que había: una conquista y que se perdió el Estado».

En cambio, frente a ese debate público de entonces, «ahora no hay nada de eso, sino que la estrategia deliberada es el silencio, porque si entran al debate, lo pierden. Porque está muy claro que en Amaiur hubo una guerra, que hubo brutalidad, y que los que defendían el castillo eran solo navarros que luchaban contra los invasores, que era Navarra defendiéndose de sus enemigos». Ante estas evidencias «prefieren callarse y tapar lo sucedido. En su momento, volaron el monolito de Amaiur, pero ahora optan por el silencio».





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