La esperanza de regresar a los circuitos ciclistas de mayor relevancia está en aumento tras los resultados obtenidos durante la Euskal Herriko Itzulia 2018.
En Mundo Deportivo hacen una valoración de lo logrado por Mikel Landa e Ion Izagirre:
Doblete vasco en el podio 14 años después
Landa e Ion Izagirre repiten las posiciones de Mayo y Etxebarria en 2004, cuando escoltaron a Menchov
Endika Río
El ciclismo vasco se mantiene en plena forma. Lo constató de nuevo en la Itzulia. Hay materia prima para poner patas arriba cualquier cita del World Tour. En casa corren con hambre y se nota. Roglic tuvo escolta euskaldun en el podio final. Mikel Landa ocupó el segundo lugar del cajón después de intentarlo a la brava durante los dos últimos días. Ion Izagirre fue tercero. El de Ormaiztegi, que perdió 51’’ en Zarautz, ha ido de menos a más a lo largo de la semana.
La guinda le corresponde a Omar Fraile. El del Astana alzó los brazos el viernes en Eibar. Las tres provincias vascas pudieron degustar el éxito. Sin olvidar el estreno del Euskadi Murias en la elite. Los chicos de Xabier Muriel se han filtrado en varias escapadas durante la Itzulia y se han dejado ver. Otro paso adelante en su crecimiento.
El doblete que firmaron Landa y Ion Izagirre era algo inédito desde 2004. Han pasado 14 años desde la última vez que dos corredores euskaldunes pisaron a la vez el podio final de la Vuelta al País Vasco. En aquella ocasión fueron Iban Mayo y David Etxebarria. En una situación idéntica a la actual, puesto que la txapela se la enfundó el ruso Denis Menchov. El de Igorre acabó segundo y el de Abadiño fue tercero. Ambos compartían andanzas en el Euskaltel. El podio se movió en un suspiro. Mayo se quedó a 21’’ del ganador y Etxebarria, a 22’’.
Landa es la primera vez que se encarama al cajón de la Itzulia. Para Ion Izagirre, sin embargo, es la tercera. Aunque no ha conseguido escalar de la tercera plaza. El de Ormaiztegi también fue ‘bronce’ en 2015 y en 2017. Parece abonado. El siguiente paso para los corredores vascos será la txapela: ser profetas en su tierra. Ningún hombre de la casa se ha impuesto en la Itzulia desde 2003, cuando ganó Mayo.
La edición de la Vuelta al País Vasco que concluyó ayer en Eibar también ha batido otro registro de hace años. El 1’09’’ que Roglic sacó a Landa es la mayor diferencia entre el primer y el segundo clasificado desde 2002, cuando Aitor Osa aventajó en 2’36’’ a David Etxebarria. Desde entonces, el liderato siempre se ha movido en menos de un minuto. Únicamente se estuvo cerca de romper la tradición en 2010, cuando Intxausti se quedó a 58’’ del ganador Horner.
La de 2002 fue una Itzulia que se decidió de forma sorprendente. Aitor Osa y Bingen Fernández se metieron en una fuga en la tercera etapa, camino de Altsasu, y se plantaron en meta con un minuto y medio de renta respecto a los demás escapados y con casi cuatro minutos con el pelotón. Una ventaja que fue más que suficiente para el de Deba, que remató la faena en las jornadas posteriores.
La organización buscó un cambio en la presente Vuelta al País Vasco. Optó por adelantar la contrarreloj al jueves para finalizar en el Santuario de Arrate y darle una mayor emoción. Además incluyó bonificaciones. La crono de Lodosa, a diferencia de otros años, estaba diseñada para especialistas. Así lo aprovechó Roglic.
El esloveno se ha anotado el amarillo con poco más de un minuto de ventaja con Landa. Aunque la brecha pudo ser mayor porque el del Movistar redujo diferencias en una última etapa muy movida. Roglic había puesto tierra de por medio en el primer día en Zarautz y ratificó su condición de favorito en Lodosa, donde sacó 1’16 al de Murgia. Una losa, como se ha demostrado, imposible de levantar.
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