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martes, 9 de octubre de 2018

El Derbi Desde Lejos

¿Cómo viven los vascos la pasión por el futbol, por los equipos de su terruño, cuando habitan fuera de Euskal Herria?

Mundo Deportivo nos ofrece una mirada por medio de este reportaje:


MD pulsa cómo vivieron hinchas de la Real la alegría por ganar el derbi en dos lejanos lugares

Ángel López

La noche del viernes fue feliz, de celebración, en todo el territorio histórico guipuzcoano, por la meritoria victoria en el derbi de San Mamés; pero en otros confines del planeta también se celebró ese 1-3 con tintes de hazaña por lograrse en complejísimas circunstancias, con mayoría de canteranos y un equipo titular extremadamente joven. Todo ello en territorio comanche. MD pulsa cómo se vivió el duelo de la máxima rivalidad en dos lugares lejanos como México y Chequia, pequeña muestra de la diáspora de ‘realzales’ por el mundo.

Pedro Molina Eugui es un mexicano de 29 años, realista de corazón por tradición familiar. Su abuelo, Juan Manuel Eugui, era donostiarra y fue socio txuri urdin durante mucho tiempo. Sus aitas ya nacieron en el país azteca, pero mantuvieron la tradición y la pasión. Por primera vez, el Centro Vasco de Ciudad de México mezcló a seguidores de la Real Sociedad y el Athletic. Había mayoría de rojiblancos, pero Pedro no se arrugó: “Salí de casa, me llevé la camiseta, mi bandera y una para mi novia, que la estoy convirtiendo en seguidora. Me puse a cantar ‘Goazen Erreala’”. Poco lo importó que pocos siguieran sus cánticos. Y mucho menos en cuanto empezaron a caer los goles de su equipo.

Pocos, pero de verdad

Hay vascos en México, los que emigraron y sus herederos, que mantienen ciertas costumbres y pasiones como la Real. Son muy contados entre una masa de seguidores del Barcelona y Real Madrid y de los equipos locales, pero sucede como en Gipuzkoa: el que siente la Real, lo hace de verdad. En este caso, como Pedro.

En el Centro Vasco de Polanco normalmente se reúnen los componentes de la ‘Peña México Athletic Club’, formada sobre todo por vascos erradicados en México y algún descendiente de vizcaíno. Fue mucho más importante la migración del territorio vizcaíno que la del guipuzcoano, por lo que Pedro calcula que de cada 10 aficionados al Athletic en la capital, hay uno de la Real. El ambiente fue pacífico, las aficiones convivieron sin problemas, con el bar copado por los rojiblancos.

Una fiesta en Usti Nad Labem

En la localidad de Usti Nad Labem, ubicada al noroeste de la región de Bohemia, en la República Checa, sólo se bombeaba sangre txuri urdin. Se juntaron tres estudiantes guipuzcoanos que están de Erasmus y disfrutaron de una noche singular e inolvidable: Eneko Tena, zumaiarra de 21 años, Unai Murua, zarauztarra de 24 y Unai Mendizabal, alegiarra de 21 brindaron, saltaron y se abrazaron con cada gol y con ese eufórico silbido final. Ficharon a otros dos jóvenes vascos, un turco y un italiano, “todos iban con la Real Sociedad, claro”.

Reconoce Eneko que comenzaron a ver el choque con cierto “miedo” por las bajas y el empuje inicial del Athletic. Los primeros gritos llegaron con el penalti a Sangalli. Casi llegan hasta los responsables del VAR en Las Rozas. “La celebración fue una locura, creo que toda la residencia se enteró del gol”, dice el zumaiarra entre risas.

El mazazo del gol de Muniain lo compartieron con toda la afición realista, pero se “vinieron arriba” con la jugada de Zubeldia que acabó con el gol de Sangalli. “Tocó sufrir, había muchos nervios”, reconoce Eneko, al que se le pasó la angustia cuando llegó el penalti a Bautista: “Fue el mejor momento del día porque el partido era nuestro si metía el gol y así fue”.

Para montar una fiesta, siempre hay aliados, lo de menos es la excusa: “Los extranjeros empezaron a celebrarlo con nosotros como si fueran de la Real de toda la vida y fue una pasada”, reconoce el joven hincha de la Real.

Habrían preferido acudir a San Mamés y disfrutar como lo hicieron los cerca de 500 que se desplazaron a Bilbao, pero en Chequia también hubo sorbos de gloria por el derbi: “Montamos una buena fiesta en este lugar, la verdad”.

La grandeza del fútbol y de la Real. La distancia no atenúa la pasión, en ocasiones la enfatiza.








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