El estado europeo que con más ahínco se ha sumado a la embestida imperialista estadounidense en contra de la República Bolivariana de Venezuela es sin lugar a dudas España.
De ahí que no nos tome por sorpresa la abultada multa aplicada por la Comisión Antiviolencia, esa misma que nunca ve los símbolos fascistas y nazis que despliegan las barras de equipos como el Real Madrid a la Federación Vasca de Futbol por el apoyo internacionalista que se vio en la gradas del Mendizorrotza, mismas que agradeciera el presidente Nicolás Maduro.
Lean ustedes lo que nos reportan desde Hala Bedi:
El encuentro del 12 de octubre estuvo marcado por las diversas reivindicaciones en la grada. Además de los 60.000 euros por, entre otras cosas, “desplegar pancartas sin comunicar”, propone una sanción de 4.000 euros a un aficionado en concreto.La Comisión Antiviolencia ha propuesto una multa de 60.001 euros a la Federación Vasca de Fútbol por, según citan textualmente, “deficiencias en las medidas de control” en el amistoso entre Euskal Herria y Venezuela disputado en el campo de Mendizorrotza en pasado 12 de octubre.Un partido que estuvo marcado por las múltiples reivindicaciones en la grada a favor de Venezuela, contra la dispersión, a favor de la libertad de los jóvenes de Altsasu…Según la Comisión Antiviolencia, “se introdujeron y encendieron bengalas, se lanzaron petardos en el descanso, se desplegaron pancartas sin comunicar -en referencia a las citadas reivindicaciones- y sin certificado de ser de material ignífugo, se mantuvieron ocupadas las vías de evacuación y, una vez finalizado el encuentro, tres aficionados invadieron el terreno de juego y alcanzaron la zona donde se encontraban los jugadores”.En este mismo encuentro, propone una sanción de 4.000 euros y prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de doce meses a un aficionado que encendió una bengala y posteriormente la arrojó aún encendida a los pies de los aficionados ubicados en la fila 1.También han sido propuestos para sanción aficionados a los que se acusa de incidentes de carácter leve como “insultos, amenazas a los responsables de seguridad, entorpecer las intervenciones de los funcionarios, consumir bebidas alcohólicas o estupefacientes y lanzar objetos”.
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