Al derecho de los vascos a su autodeterminación y a la recuperación de su soberanía se le ha tratado de vilipendiar utilizando los términos 'separatismo' y 'separatista'.
O sea, que los vascos se quieren separar. Separar de los españoles y separar de los franceses.
Pues bien, resulta que allá en 1859 fueron los españoles y los franceses quienes en sus genocidas delirios colonialistas terminaron separando a los vascos imponiendo una frontera, una muga, para separar a los vascos del norte de los vascos del sur o, más apropiadamente, a los vascos continentales de los vascos peninsulares.
Desde entonces hasta hoy esa frontera, esa muga, permanece.
Y no es la única. No estimados lectores, el colonialismo ha ido más lejos en aquello del "divide y vencerás". Resulta que existe otra muga, esta separa a los vascos penisulares entre sí. Esta divide a los vascos que habitan la Comunidad Autónoma Vasca de los que lo hacen en Nafarroa.
Por si eso no fuera todo, hay una tercera muga, esa aparta a los vascos que hacen su día a día en el enclave de Trebiñu y Argantzun de los que lo hacen en Araba.
Pero son los vascos los que terminan siendo etiquetados como 'separatistas'.
Para desmayo de las metrópolis ocupantes, tanto al norte como al sur, los vascos han redefinido esas líneas en esos mapas anacrónicos como la muga que une, la muga que hermana a los vascos.
Y de esa línea tan polémica nos habla esta reseña literaria publicada por Naiz:
‘Pateando la Muga’, novedad en la Feria del Libro de Iruñea
¿Por qué existe la Muga? Esta es la pregunta que se hace el periodista Iñaki Vigor en su nueva obra, ‘Pateando la Muga’, una de las novedades en la Feria del Libro de Iruñea. El autor recuerda los principales hitos históricos que llevaron a la creación de la Muga tal como hoy la conocemos.El día 15 de abril de 1859 entró en vigor el Tratado de Límites firmado por España y Francia en Baiona el 2 de diciembre de 1856 para delimitar la frontera en territorio vasco mediante la colocación de mugarris. Fue también un 15 de abril, en el Aberri Eguna de 1963, cuando se hizo público el Manifiesto de Itsasu después de plantarse un retoño del árbol de Gernika en este pueblo labortano.
Ese documento fue grabado en euskara en una piedra que sigue en Itsasu. Entre otras cosas, recuerda que «los vascos somos un único pueblo», «somos una nación», «nos atreveremos a hacer que otros pueblos nos reconozcan» y «así se forjará una única Euskal Herria».
Pero la Muga sigue en el mismo sitio donde fue acordada por españoles y franceses, lo que lleva al autor del libro a preguntarse cuántos países vascos existen y en qué momento de la Historia decidieron los vascos partir en dos su territorio. «Si nunca decidieron esa partición, la conclusión es que se trata de una frontera impuesta, ya que en ningún momento España y Francia consultaron a los propios habitantes de Euskal Herria para dividir su territorio», recuerda Iñaki Vigor.
El libro consta de tres partes. En la primera hace un recorrido por los principales hitos de la Muga, incluyendo historias y anécdotas vinculadas a la misma. Entre otras cosas, habla de la Isla de los Faisanes, que es el condominio más pequeño del mundo; del obelisco levantado en la cima de Larrun para recordar la visita de una reina francesa y española; de Mahain Harria, la gran mesa de piedra partida en dos por la Muga; de acuerdos ancestrales para la caza de palomas en la frontera; de megalitos milenarios utilizados como mugarris; de historias de contrabandistas y «tricornios»; de los búnqueres franquistas construidos para vigilar la frontera; de las disputas para encajar Ondarrola en España o en Francia; del enigmático torreón de Urkulu y de la singular cueva de Harpea; del mugarri colocado en Alupeña («La peña del Coño»); del cuartel militar de Yeguaceros y de la «impermeabilización» de la frontera en tiempos de ETA…
En la segunda parte del libro se incluyen las coordenadas y fotografías de los 276 mugarris levantados en territorio vasco, y en la tercera parte el autor hace una serie de reflexiones sobre la supuesta supresión de fronteras en la Unión Europea y sobre la represión sufrida por los vascos que, más recientemente, han reivindicado que Euskal Herria es una nación (Udalbiltza, EHNA…). El libro concluye con una invitación a conocer la Muga y a crear un GR que enlace todos los mugarris en territorio vasco, para recordar que a ambos lados de los mismos existe un país llamado Euskal Herria.
El libro ha sido editado por la editorial De par en par y se vende al precio de 28 euros en varias librerías de Iruñea.
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