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lunes, 2 de mayo de 2022

Un Funicular en Larreineta

Traemos a ustedes este artículo de Naiz en el que se relata la actualidad de una atracción turística en Euskal Herria que en su momento sirvió como instalación de ingeniería civil para los mineros de la zona.

Adelante con la información:


Funicular de Larreineta, un viaje al pasado minero de Trapagaran

Inaugurado en 1926, el funicular de Larreineta fue clave en la actividad minera de Meatzaldea y marcó el desarrollo de Trapagaran. Fue construido para comunicar a los mineros con la parte baja del municipio y hoy es, además, un recuerdo del insigne pasado industrial y minero de Bizkaia.

Asier Robles

Desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX la subcomarca vizcaina de Meatzaldea fue el epicentro de la industria minera de Euskal Herria, actividad que, además, alimentaba las demás industrias, como la potente siderurgia de Ezkerraldea y Bilbo. Ahí, en las faldas de los montes de Triano, se sitúa el municipio de Trapagaran, cuyo desarrollo moderno estuvo fuertemente marcado por la minería.

La inauguración del Ferrocarril de Triano a finales del siglo XIX dio un impulso extra a esta actividad, creándose asentamientos en la zona alta del valle y dividiendo Trapagaran en dos zonas bien diferenciadas: la zona alta, donde se ubican los barrios mineros y vivía un mayor número de población principalmente obrera, y la zona baja, de origen más rural y que empezaba a transformarse en una zona industrial y de servicios.

Pero la tipología de los barrios no era lo que más separaba a estas dos zonas. Los alrededor de 400 metros de desnivel entre ambas dejaban prácticamente aislados a los mineros y sus familias que vivían en barrios como Larreineta o La Arboleda (más de 5.000 personas a comienzos del siglo XX), ya que los ferrocarriles únicamente transportaban mineral, sin dar servicio a los habitantes.

Por ello, con el objetivo de unir a la población de ambas zonas y de transportar mercancías, en 1921 la Diputación de Bizkaia comenzó a construir un funicular, que fue inaugurado finalmente el 25 de setiembre de 1926. En sus más de 95 años de vida, con diferentes reformas, no ha dejado de funcionar y se ha consolidado como un medio de transporte indispensable para las personas residentes en Trapagaran. La distancia que con este funicular se recorre en 10 minutos era recorrida en hora y media antes de su construcción, por lo que se convirtió en un elemento indispensable para la vida de los mineros que habitaban en la zona superior.

El funicular

El funicular tiene una longitud total de 1.179 metros, y desde su inauguración en 1926 fue el más largo de la península durante 75 años, hasta que fue desbancado en 2001 por el de Bulnes (Asturias), de más de dos kilómetros de recorrido. Desde la estación de La Escontrilla, situada a 62 metros de altitud, a la estación de Larreineta, situada a 404 de altitud, el funicular tiene que superar un desnivel medio del 24,3%.

Los primeros funiculares del mundo se proyectaron en vía doble, una para cada cabina, pero esta disposición encarecía notablemente la construcción. Fue el ingeniero suizo Roman Abt quien diseño el sistema de cruce que lleva su nombre, el cual permitió solucionar de forma sencilla la complejidad del antiguo sistema. Desde entonces, la mayor parte de los funiculares del mundo se construyeron, al igual que el de Larreineta, en vía única, con un punto de cruce en el centro de la línea.

Una de las peculiaridades del funicular de Larreineta es sin duda sus vehículos dotados de una plataforma horizontal sobre las que se pueden colocar las cabinas del pasaje o dejar su superficie exenta diseñada para transportar con mayor eficiencia tanto vehículos de carretera como todo tipo de mercancías. La estructura metálica fue construida originariamente en Suiza.

Al principio, las cabinas dedicadas al transporte de personas, construidas en los talleres del Ferrocarril de Triano en Ortuella con un peso de casi tres toneladas, eran piezas cerradas construidas en madera que contaban con tres departamentos con una capacidad para albergar a 60 personas, una plataforma cubierta para transportar mercancía y un balcón abierto. Estas cabinas originales estuvieron operativas hasta 1985, año en el que fueron sustituidas por otras de nuevo diseño realizadas por la empresa Irizar (Ormaiztegi, Gipuzkoa).

El funicular cuenta con dos estaciones, la de la zona baja en el barrio de La Escontrilla y la de la zona alta en Larreineta. Ambas fueron construidas según los proyectos realizados por el arquitecto Diego Basterra y son considerados de estilo neovasco, combinan diferentes acabados. Las dos estaciones presentan en el ángulo derecho de sus fachadas principales, un pequeño torreón de sillería rematado por una escultura de carácter racionalista que representa un águila con las que el arquitecto, simbólicamente, quiso destacar el carácter montañés.

En la estación inferior fue ubicada la báscula para pesar los camiones que transportaban las mercancías antes de subir a la plataforma. En la superior se dispuso la sala de máquinas, que mediante un motor eléctrico impulsa el cable tractor que une ambos vehículos. Al tener ambos un peso similar, el descendente funciona como contrapeso del ascendente, de modo análogo a un ascensor doméstico, por lo que el motor solo debe vencer la diferencia de peso pueda haber entre ambos.

Exposición

A partir de de este mes, una exposición permanente en las instalaciones del funicular pondrá en valor la singularidad de este medio de transporte y su importancia en el desarrollo de Trapagaran.

La exposición se divide en dos espacios principales en las estaciones de La Escontrilla y Larreineta. En diversos paneles y vídeos explicativos se realiza un recorrido histórico por la evolución del valle. Además, se muestran algunas de las herramientas de los mineros de la época, como la barrena, el pico o el mallo para perforar la piedra y extraer el mineral.

Uno de los principales atractivos de la exposición, tanto por el valor sentimental para las personas residentes como por su interés turístico, es la posibilidad de contemplar la cabina histórica del funicular, restaurada por Euskotren y colocada en la terraza junto a la estación de Larreineta. Se trata de la cabina de madera original de 1926, que tras su sustitución en 1985 por otro material móvil más moderno y confortable, había quedado sin uso.

La exposición acerca a la ciudadanía una parte importante de nuestra historia y ofrece un nuevo atractivo para disfrutar del enclave natural protegido del que forman parte la Arboleda y el Centro de Interpretación de Peñas Negras, entre otros.

 

 

 

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