Esto que les vamos a compartir fue publicado en la página de Facebook titulada 'Las historias de México' y para nosotros, un blog de la diáspora vasca para la diáspora vasca, se merece la etiqueta Kurlansky.
Adelante con la lectura:
Juan N. Cortina: el vengador de los mexicanos en TexasJuan Nepomuceno Cortina Goseacochea es un personaje de la historia regional de la frontera norte de México, rememorado en el corrido de Rafael Elizondo, que se convirtió en el héroe vengador de las ofensas de los estadounidenses en Texas contra los mexicanos, en la mitad del siglo XIX.
Cheno Cortina como se le conoció, nació el 16 de mayo de 1824, en Camargo, Tamaulipas. Su familia, asentada en la llamada frontera chica, se dedicó la ganadería. En esa región Cheno Cortina vio transformarse el escenario mexicano en dos momentos calve de su vida, en 1836 luego de derrotar a las fuerzas mexicanas en la batalla de San Jacinto, el levantamiento de colonos angloamericanos, azuzado por el gobierno norteamericano, logro separarse de la nación y reclamaba el Río Bravo como su frontera y para rematar hordas de indígenas comanches y kiowas realizaron constantes incursiones al sur en tierras mexicanas. Esto provocó que el territorio que abarca entre San Antonio y el Río Bravo fuera una zona de baja intensidad. Razón por la cual Juan Cortina se unió a la Guardia Nacional de Tamaulipas, a pesar de su calidad de analfabeta, logró obtener el grado de cabo de la compañía de Defensores de la Patria, iniciando de esa manera su larga lucha contra los angloamericanos.
Su fervor nacional se ve probado en el año de 1846, el gobierno mexicano y el estadounidense a raíz de la anexión de Texas a la unión americana, entran en estado de guerra. Los primeros choques formales se dan en la batalla de Palo Alto y en la Resaca de Guerrero, ahí Cortina con el grado de Sargento presencia las primeras derrotas del bando nacional y sufre un golpe moral cuando el lábaro del batallón Tampico es capturado por el enemigo. La serie de fracasos a causa de conflictos internos y la desunión nacional causaron la derrota de México en esta terrible guerra.
Con la firma del tratado de Guadalupe Hidalgo se daba por terminada la conflagración entre las naciones, en el artículo VII el gobierno estadounidense se comprometía a respetar las propiedades de los mexicanos que estaban al otro lado del Río Bravo, de la misma forma en el artículo IX, se comprometía a dar la nacionalidad y derechos los que habitaran en los territorios entredichos. Pero la situación para los mexicanos que se quedaron en los antiguos territorios mexicanos se volvió complicada, una sociedad racista se hizo presente con ofensas y despojos dirigidos hacia los mexicanos, en especial en Texas, más cuando en 1855 la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos declaro improcedente el articulo VII en Texas, pues esta se había separado de México antes de la guerra y la firma de los tratados de paz, legalizando las expropiaciones en la región. Ante esta situación de abusos es donde surge la figura regional de Juan Cortina. Cortina al finalizar la contienda se había establecido en el Rancho del Carmen, a escasos 14 kilómetros de Brownsville, Texas, a lo largo de los años se había inmiscuido en la política regional, hasta lograr un estatus de cierta relevancia, en 1850 Cortina envía in pliego petitorio al Congreso de la nación vecina para solicitar la creación de un territorio autónomo en la región sur de Nuevo México, el llamado territorio del Río Grande. La propuesta fue rechazada, pero las intenciones de cortina de llevar por la vía legal la defensa de los mexicanos continuaron. En 1853 filibusteros texanos ocuparon por la fuerza Reynosa, Tamaulipas, causando graves estragos entre la población, de la misma forma en 1855, esclavistas, apoyados por los Rangers de Texas, saquearon Piedras Negras. En 1856 varios condados expulsaron a mexicanos por haber apoyado a esclavos a escapar a México y en 1857 estallo la Guerra de Carretas, conflicto provocado por la competencia de empresas transportistas entre el golfo de México y San Antonio.
De pronto en un movimiento militar el general David E. Twiggs, que era veterano de la guerra contra México y a la postre Jefe de la 8° distrito militar, ordenó la evacuación de todas las tropas entre Brownsville y Rio Grande City, y la reconcentración en Eagle Pass. En ese mismo tiempo ocurrió un suceso que inició la fase armada de la guerra de Cortina en Texas, el 13 de julio de 1859 el alguacil Robert Shears fue herido por Cortina, cuando este defendió a un exempleado de ser golpeado por este en Brownsville. Cortina salió lo más rápido posible de la ciudad pero prometió volver para hacer pagar injurias y abusos contra los mexicanos.
A las 4 de la mañana del 28 de septiembre de 1859 una pequeña fuerza mexicana guiada por Cortina ingresó de forma violenta a la ciudad texana al grito de “¡Viva Cheno Cortina!”, “¡Viva la República mexicana!” y “¡Mueran los gringos!”. Cortina luego de dejar centinelas en varios puntos de la población, ordenó la búsqueda y ejecución de George Moris, William P. Neale y Robert J. Johnston por haber matado a tres individuos mexicano-estadounidenses en el pasado. Luego de requisar armas y municiones, atendió a una comisión de mexicanos que le solicitaron que abandonara la ciudad, cosa que hizo con velocidad. Los habitantes de Brownsville en respuesta a la incursión organizaron un comité defensivo llamado los Tigres de Brownsville que junto a la Guardia de Matamoros fueron derrotados por Cortina y su gente en Rancho del Carmen, luego de la segunda intervención de Cortina, a raíz de la captura por parte de Shears y ejecución de Tomas Cabrera el hombre que fuera la causa del conflicto de julio anterior. De la misma forma Cortina derrotó a los Rangers en Palo Alto y Rancho del Carmen. Gracias a estas victorias sobre las fuerzas de seguridad norteamericanas la fama de Cortina aumentó, atrayendo a su lado a un raudal de reclutas que engrosaron sus filas.
Las acciones de Cortina al fin llamaron la atención de las fuerzas federales, para remediar la situación Twiggs destacamentó al mayor Samuel P. Heinztzelman. Este llegó a la frontera el 5 de diciembre de 1869 y el 14, reforzado por los Rangers, derrotó a las huestes de Cortina en El Ebonal, obligándolo a retroceder a Río Grande City, en esa ciudad se dio la última lucha entre Cortina y Heinztzelman. Los Rangers rodearon en movimiento envolvente a la artillería y la llegada del mayor estadounidense dispersó a los hombres de Juan Nepomuceno.
El gobierno estadounidense envió como jefe de las fuerzas en la frontera a Robert E. Lee, quien llegó con la misión explicita de acabar con Cortina, los Rangers, lo derrotaron en La Mesa y La Bolsa e intentaron tomar Reynosa, pero fueron rechazados por los vecinos. Lee, para paliar los exabruptos del gobernador de Texas, Sam Houston, notificó al gobierno mexicano, exhortándolo a neutralizar las partidas de bandoleros, entre las que estaba Cortina.
Cortina se había refugiado en las montañas de Burgos, Tamaulipas, luego en 1861 dejo el escenario local para apoyar primero a Maximiliano, luego a Juárez, al que terminaría protegiendo en las rebeliones de 1869-1870. Gracias a esto recuperó cierto estatus de relevancia en la frontera y se volvió intocable para los estadounidenses, pero a la muerte de Juárez y la caída de Lerdo, Porfirio Díaz, presionado por el gobierno estadounidense, sometió a Cortina a arresto, como condición para reconocer a su gobierno.
Porfirio Díaz se había comprometido en 1876 que a cambio de préstamos obtenidos en Estados Unidos por parte de John Salmon Ford y José Cavazos (medio hermano de Cortina), que llegado al poder, se haría cargo del inquieto Juan Cortina y detendría sus incursiones contra los propietarios de tierras en Texas. Llegado el tiempo en el mes de febrero de 1877, el ministro Foster llegó e México en nombre del presidente Ulysses Grant. Al arribar hizo patente los compromisos contraídos por Díaz hacia poco más de un año, condición para reconocer también a la nueva administración. Era necesaria la remoción de Cortina de la frontera pues había roto con Servando Canales y reconocido a Iglesias en la pugna del poder a la defenestración de Lerdo, pero su participación había sido vital en la toma de Matamoros, Canales pedía la muerte de Cortina. Pero Díaz ordenó que por la fuerza, si era necesario, se separara Cortina de la frontera para ser llevado a la ciudad de México, donde se le recluyó en la prisión de Santiago Tlatelolco.
Juan Nepomuceno Cortina, uno de los hombres más odiados por los texanos murió el 30 de octubre de 1894.
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