Esta información generada por Elkartzen nos llega cortesía de Diáspora Vasca:
Ahora adivinen para quien trabajan Ibarretxe y sus correligionarios del PNV.
Elkartzen pone en evidencia que, a pesar de las apariencias, la riqueza de empresarios y altos cargos de Euskal Herria no es ajena a la pobreza que cada vez se extiende mas en la sociedad vasca a través de la política fiscal, la precariedad o la política de vivienda.
La estructura de clases de una sociedad viene determinada por el consenso político y la legitimación ideológica de los valores sociales en los que se sustenta dicho consenso. Y por mucho que no nos queramos reconocer en ella vivimos en una sociedad consensuada por la clase del capital y la superestructura que lo soporta (Gobierno, Parlamento, leyes, educación...), que profundiza las diferencias de clase, edad, género y migración. Aunque nos lo nieguen y nos los neguemos nosotras mismas, no vivimos en una sociedad sin clases, somos personas que acudimos al mercado de trabajo no como propietarias de una mercancía (nuestra fuerza de trabajo o capital humano), sino como una mercancía sin propietario.
La Estrategia de Lisboa (estrategia de la Unión Europea 2000-2010) fue analizada en su medio camino en 2005 por los políticos que se reúnen tras cordones policiales y, seguros tras el cuerpo represivo, acordaron que en 2006 había que ahondar en los compromisos de "más liberalización de sectores protegidos", "aligeramiento del sector
público" y "profundización en la reforma del mercado laboral y las pensiones", todo ello revestido de un discurso economicista (productividad, competitividad, eficiencia) dirigido a potenciar el valor del "yo" frente al "nosotros". Nos están conduciendo a que lo subjetivo prime sobre lo colectivo en el ámbito de las relaciones laborales y sociales.
Y los grupos sociales damos un sobresaliente a nuestras instituciones por cumplir tan bien su pacto de clase:
- Los de arriba
1. Salarios: Cobran salarios anuales medios superiores a los 80.000 euros (89.769 euros la presidenta del Parlamento, bastante menos que Ibarretxe, Azkuna, el presidente de Euskaltel, del Consorcio de Aguas del Gran Bilbao, etc.). La élite directiva de las empresas vascas superan de media los 90.000 euros anuales, por lo que se quejan los 195 altos cargos del Gobierno Vasco con un sueldo medio de 68.900 euros, más coche oficial para todos y cada uno de ellos con gasolina y peaje incluido, más móvil y otras prestaciones en especie, además de aportaciones para seguros de vida y fondos de pensiones millonarios. Con tales salarios, el impuesto de renta, IRPF, se les hacía un poco cuesta arriba, por lo cual con la nueva reforma de 2006 esta clase se podrá llegar a ahorrar más de 2.500 euros anuales.
2. Pensiones: Los viceconsejeros y rango similar, más todos los políticos de rango superior, tienen derecho a una pensión vitalicia por solo 2 años de ejercer el cargo (igual al 50% de un cargo de su rango en activo). Esto está suponiendo actualmente una pensión media de casi 39.000 euros anuales, que pasa al cónyuge viudo. Los parlamentarios se conforman con menos y propusieron al Parlamento aprobar una ley que les garantizara acceder a la pensión con 4 años y 1 día en su cargo de parlamentario. En el mayo francés se leía en las paredes: "¿Y vosotros decís servir al pueblo? Liberemos la servidumbre, nos sale muy cara".
3. Precariedad laboral: Son recolocados de un cargo a otro, la forma es variada, como asesores de los altos cargos, como gerentes de empresas públicas, de consultings que realizan estudios para la propia Administración...
4. Vivienda: La han transformado en un elemento de marca de prestigio social (unifamiliares, segunda vivienda...) y de inversión especulativa (Fondos de Inversión Colectiva en inmuebles). Han profundizado con una Ley de suelo que contenta a las clases altas, pasando a ser VPO las llamadas Viviendas de Precio Tasado (bajo este tipo se han construido chalés en Gasteiz). Contenta a las constructoras y a los ayuntamientos que han encontrado en la especulación del suelo un elemento para la propia financiación municipal y, en muchos casos, algo más. Las grandes empresas del
sector han copado por sus altos beneficios el IBEX 35 de Bolsa y son las responsables del alto valor de la Bolsa, que en los nueve primeros meses de 2006 ha aumentado su valor en el 33,6%. La banca, incluso las eléctricas, han comprado grandes paquetes de acciones del sector inmobiliario. Esta acumulación de capital está llevando a estas empresas a adquirir y acaparar todo el suelo posible (construible o no) para sacarlo al mercado cuando más les interese y aumentar su precio a voluntad. Este es el caso de la Vital Kutxa, la mayor poseedora de suelo de Gasteiz.
5. Finanzas: Con un endeudamiento familiar mayor que en ningún periodo anterior, la Banca presume de beneficios escandalosos. De cada 100 euros pedidos de préstamo, según el Gobierno Vasco, se devuelven 170 (con el aumento a 50 años de plazo se devolverían 220). El trasvase de renta desde la clase trabajadora hacia la banca y las constructoras es el más alto de toda la UE.
6. Empresas: Los beneficios de las empresas (después de pagar salarios, materias primas, energía y todos los costes de la producción) suponen el 42,25% de toda la riqueza generada, PIB, pero aportan escasamente el 12% de todos los impuestos recaudados. A pesar de ello, se está elaborando un nuevo Impuesto de Sociedades para que paguen menos.
- Los de abajo
1. Salarios: Las sucesivas reformas laborales recogen frutos en 2006, año en que el 90% de los contratos firmados han estado por debajo de los 1.000 euros al mes. El coste salarial bruto medio ordinario se ha situado en 1.603 euros mes (1.284 euros netos). No olvidemos que la media se hace entre los de arriba y los de abajo.
2. Pensiones: La pensión media de jubilación se sitúa en 882 euros al mes y la de viudedad, en 510 euros mes. En 2006 se ha reactivado el Pacto de Toledo, que supone el avance en un descenso real de las pensiones, ya que se exigirán 40 años efectivos de cotización y se calcularán sobre los salarios de toda la vida activa. Se ha propuesto, asimismo, ir aumentando paulatinamente la edad de jubilación hasta retrasarla a los 70-72 años.
El total del PIB distribuido en salarios y pensiones supone el 46,12%, soportando más del 85% de toda la recaudación fiscal. A la muerte de Franco, después de 40 años de represión obrera, sin sindicatos, las rentas salariales y pensiones se llevaban casi el 51% del PIB, las empresas el 35% y las rentas del sector Público el 14%, frente al 46,1%, 42,2 % y el 11,7% actual, respectivamente. Por tanto, la democracia no ha llegado tampoco a la economía. Y es que se sigue concentrando la riqueza, a costa de la clase trabajadora y de seguir adelgazando a un sector público que da síntomas de anorexia, todo ello para que sigan enquistándose los michelines de las mismas familias.
3. Precariedad laboral: De los 1.008.487 contratos firmados en Hego Euskal Herria hasta noviembre de este año, solo 93.805 fueron de la nueva modalidad "de carácter indefinida". Más de la mitad de los contratos no superan el medio año de duración, y el 26,12% son inferiores a cuatro semanas. Uno de cada tres contratos son por ETT y, de ellos, más del 80% son inferiores al mes. La mujeres son especialmente afectadas, ya que dos de cada tres trabajan en precario. Casi la mitad de los contratos que se les ofrecen son a tiempo parcial y una de cada tres es contratada por menos de un mes. Y del total del 4,6% de trabajadores que carece de contrato, en términos absolutos 33.700 personas, 29.400 son mujeres. Año 2006, la precariedad se ha cobrado su tributo: 121 trabajadores (no cuentan los que mueren después de las 72 horas, ni los accidentes "in itinere") no celebrarán esta Navidad, vidas segadas en accidentes de trabajo directo, que dejan al descubierto la sobreexplotación de la inmigración y los límites del trabajo a contrarreloj para aumentar la productividad, sin seguridad. La precariedad conlleva la extensión de la pobreza entre la clase trabajadora, ya que el poseer un empleo en un momento dado no garantiza un total de rentas anuales por encima del umbral de pobreza (804 euros al mes; 9.648 euros al año). Casi 900.000 personas de Euskal Herria viven con menos de dicho importe anual; cuatro de cada cinco son mujeres. En algún momento del año 2004, el 10% de la población no ha podido tener una comida proteínica al menos una vez cada dos días.
Las cárceles sirven para recluir a quien se hace visible en la marginación, sirven para limpiar las calles y extender el sentimiento ficticio de "seguridad" a los que con pisada firme se miran en los escaparates. Año 2006, siete "suicidios" de jóvenes en las cárceles vascas, siete historias de pobreza, de huida hacia ninguna parte, que nadie relacionará con la precariedad y la exclusión.
4. Vivienda: El precio medio de la vivienda usada se ha situado en 339.900 euros. Con la financiación asciende a 577.830 euros, dividido entre los 1.282 euros de salario neto al mes, se necesitan 451 meses, 37,5 años, de trasladar enteramente un sueldo a cambio de una vivienda. Los de abajo hemos quedado ya excluídos de la propiedad en el mercado libre. En 2006, nos han presentado un nuevo Plan de Vivienda como anticipo de la carta al Olentzero. Hemos mirado las promesas del Plan de Vivienda que acababa, 2002-2005, y hemos contrastado realidades. Prometieron 7.300 viviendas en alquiler social y han hecho 4.125; en viviendas sociales, prometieron 5.250 y han construido 3.150. En el programa Bizigune prometieron sacar 5.000 viviendas vacías en alquiler y han sido 1.908, mientras el cupo de reserva en los sorteos para las personas más desfavorecidas (jóvenes, mujeres con cargas familiares) ha pasado de 3.021 a 1.243. Por vuestras obras os conocemos, no por vuestros planes. Sólo el 5% de la población necesitada puede acceder a una vivienda a través de la Administración.
5. Y las listas de espera en la Sanidad siguen creciendo. Y la luz se convierte en un lujo, como el agua, los combustibles. Pero como no somos parlamentarios, nos quedamos sin subidas del 10% para pagarlos. Esta es la realidad objetiva en esta Euskal Herria sin clases o de clase media generalizada como quieren hacernos creer. Por ello, la principal noticia del puente de diciembre a todas horas, todos los días, era el gran problema de la falta de nieve en las pistas de ski, como si ésa fuese la mayoría social. Nos crean una realidad virtual y de consumo, que impone el ritmo del presente y el placer inmediato, sin memoria del crédito pendiente y la inestabilidad laboral. Sin visualización de la pobreza y de la precariedad. Ante un comprar desbocado (900 euros extras por familia esta Navidad), Elkartzen no tiene cabida para hablar del riesgo de conflicto por la pérdida de control y cohesión social que se ha agudizado en 2006. La individualización de la sociedad dificulta la implantación efectiva de valores que son sociales: igualdad, solidaridad, reparto del trabajo y la riqueza... La diversidad, la pluralidad de la formas de vivir y de actuar pone, en parte, en crisis la articulación de lo común. La identidad colectiva cede ante la identidad individual. La satisfacción del yo, desposeído de identidad y de ser colectivo (que es lo que necesita el sistema para hacernos consumidores compulsivos y esclavos de la precariedad laboral), nos lleva, no pocas veces, a creer que hay un abismo insalvable entre "la idea utópica de justicia social" y "la realidad efectiva". Sin embargo, es la falta de la fuerza social y del compromiso necesarios para hacer visible que no somos clase media, (por el contrario, somos una clase cada día más necesitada pero guardando las apariencias), las que permiten al sistema crear su realidad virtual.
El Departamento de Interior del Gobierno Vasco acaba de sacar un calendario para 2007 que bajo el lema, "Un país en marcha", presenta un rebaño de ovejas (todas blancas) que miran en la misma dirección: hacia los fuegos artificiales. Si éstos son los fuegos de artificio de los políticos, del Parlamento, de los de arriba para que sean contemplados desde abajo por el rebaño, desde Elkartzen pedimos: que paren el país en marcha, porque nos quieren llevar, rebaño blanco, en TAV hacia la precariedad social más absoluta, con una Euskal Herria arrasada por el tsunami de cemento para engorde de más michelines.
(*) Unai Goñi, Esther Pérez, Sonia Jiménez, Aitor Balda, Karlos Martinez de Morentin e Igor Uriarte.
Elkartzen
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