Hay varios partidos vascos que no tienen claro de que se trata esto de la autodeterminación, los derechos históricos, civiles y políticos de los pueblos o cómo se debe ser firme cuando a la mesa de negociación acude quien de hecho busca entorpecer el diálogo. A los miembros y militantes de dichos partidos les dedicamos esta nota publicada en Deia:
Señores del PNV, sean más congruentes con el significado de las siglas de su partido... a los demás (EA, Aralar, NaBai), simplemente sean congruentes.
Escocia, a 100 días de la verdad
Xavier Solano i Bello
En poco más de 100 días Escocia celebra las elecciones parlamentarias más emocionantes desde la reinstauración de su parlamento el año 1999. Esta cita electoral coincide con el 300 aniversario de la unión entre Escocia e Inglaterra y, según todas las encuestas, el partido independentista Scotish National Party (SNP) sube y el Laborista baja.
Hace pocos días dos encuestas encargadas por un canal de televisión británico y por el periódico ingles y conservador "The Times" colocaban al SNP a 2 puntos por delante del partido laborista en el voto por circunscripciones y a 5 en el regional. En la conversión a escaños esto significaría 45 diputados para el SNP ante los 42 para la escocesa del partido de Tony Blair de un total de 129.
Aun teniendo en cuenta que la diferencia es mínima es importante recordar que, en estos momentos, el SNP sólo dispone de la mitad de escaños que los laboristas en Escocia, 25 y 50, respectivamente.
Escocia tiene la oportunidad de convertirse en el centro de atención no sólo del Reino Unido y Europa sino del mundo entero. Una victoria del SNP y la formación de un gobierno liderado por el histórico Alex Salmond llevarían al nuevo gobierno a introducir una proposición de ley para un referéndum de independencia que se celebraría antes de acabar la misma legislatura. Desde el SNP tenemos muy claro que tenemos retos muy difíciles delante: el primero, convencer a los escoceses no sólo que estamos preparados para gobernar sino que también lo estamos para llevar a cabo nuestro ambicioso proyecto para Escocia.
Ni estamos de acuerdo con la guerra en Irak ni con la renovación de Trident, el sistema de submarinos nucleares británicos. El SNP no cree en armas de destrucción masiva. Nosotros creemos es en una Escocia más competitiva, más próspera, con una mejor educación para todos, una Escocia más ecológica, sin centrales nucleares y socialmente más justa.
El segundo reto será enfrentarnos en campaña electoral a unos adversarios de dimensiones británicas (Labour, Tories y los Liberal Demócratas), mucho mejor financiados y con mayor influencia sobre la sociedad. Nosotros creemos que nuestro trabajo bien hecho a lo largo de estos años nos traerá buenos frutos.
Hace unas semanas un entrevistador de la BBC le comentaba al primer ministro escocés que hace cuatro años era el SNP quien tenía que justificar el apoyo a un proyecto independentista, pero que sin embargo esta vez parecía que la situación era a la inversa. Ahora es el partido laborista quien parece que tendría que justificar una defensa de la unión con Inglaterra.
Obviamente la respuesta laborista ha sido, una vez más, intentar asustar a los escoceses con argumentos tan pobres como que con la independencia se dejará de emitir "Eastenders" (serie televisiva muy popular), que las abuelas escocesas necesitarán pasaporte para visitar a los nietos en Inglaterra y, la más grave de todas, que una Escocia independiente con un gobierno nacionalista sería incapaz de defenderse ante retos como el medio ambiente, el crimen internacional, el terrorismo y la inmigración masiva.
Todos estos argumentos no han conseguido evitar que la idea de independencia continúe extendiéndose entre la población. ¿La clave? La soberanía se está empezando a entender como un paso necesario para un futuro mejor.
Ocho años de parlamento regional han sido suficientes para que mucha gente crea que si se tiene un parlamento, más vale que este sea completo y con todos los poderes, porque si no vamos a perder todos.
Incluso el líder conservador británico, David Cameron, reconocía el domingo 14 que no había ninguna razón para creer que Escocia no pudiese convertirse en un país con una economía exitosa comparable a la de algunos de los mejores pequeños estados europeos.
Son varias las personalidades que se han manifestado públicamente a favor de la independencia y a favor del candidato a primer ministro Alex Salmond. Entre ellos tenemos al famoso actor y simpatizante del SNP, Sir Sean Connery; el escritor Irving Welsh; el máximo representante de la Iglesia católica en Escocia, el cardenal Keith O’Brian; el ex- director de la agencia gubernamental de promoción económica de Escocia, el Sr. Crawford Beveridge, incluso el mismísimo historiador de la reina, el profesor Christopher Smout. Además de académicos, miembros históricos de los conservadores y los partidos políticos Greens, Socialists y Solidarity, que apoyan explícitamente el movimiento independentista.
Vale la pena que Euskadi y Catalunya tomen nota y aprendan cuanto más mejor. Escocia no es Montenegro, con Escocia no hay excusa. Escocia es una nación de la Unión Europea, occidental y democrática como las nuestras. Sus habitantes decidirán en mayo si empiezan a caminar hacia su soberanía. Yo estoy convencido que así será.
Xavier Solano i Bello es analista Político del Scotish National Party (SNP)
Señores del PNV, sean más congruentes con el significado de las siglas de su partido... a los demás (EA, Aralar, NaBai), simplemente sean congruentes.
.... ... .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario