Si se le compara con las multitudinarias movilizaciones en favor de los presos que se llevan a cabo en Euskal Herria cada enero o con las apoteósicas manifestaciones catalanas a favor de la independencia durante las últimas Diadas, lo que han logrado los partidos de la derecha franquista ha sido mostrar que sí hay orates que les consecuentan sus balandronadas y que definitivamente se trata de un grupo bastante peligroso, pero, y ahí está el pero, no son todos los que debieran de ser a juzgar por unos números que responden a la convocatoria de tres partidos políticos.
Vean lo que nos reportan desde Naiz:
Los principales líderes convocantes coinciden en que el tiempo del Gobierno de Pedro Sánchez ha terminado. Reclaman urnas y hablan de cesiones al «chantaje del separatismo catalán», presiones a los jueces y, en el caso de Vox, se reclama ya la suspensión de la autonomia para Catalunya.Aritz IntxustaLa concentración ha estado llena de banderas españolas. Ha habido decenas de miles de participantes en la Plaza de Colón, pero las primeras estimaciones apuntan a un pinchazo histórico. La Delegación del Gobierno la ha cifrado en 45.000.El primero en llegar hasta esa plaza ha sido Santiago Abascal, el líder de Vox, quien ha lanzado también el discurso más duro. Ha asegurado que el Gobierno se ha rendido ante los «enemigos de la patria» y ha abogado por la suspensión de la autonomía para Catalunya. Su receta para el cisma político abierto es la cárcel, tanto para los dirigentes políticos como para «las bandas mafiosas y violentas» en alusión a los CDR.Albert Rivera, por contra, ha sido el más suave. Él solo reclama elecciones. Su discurso traía palabras como «convivencia». Eso sí, ha intentado encender el debate sugiriendo que Pedro Sánchez está negociando indultos para los presos políticos catalanes. Rivera se ha apuntado el tanto de la iniciativa y dijo que la asistencia «supera todas las expectativas».Pablo Casado ha hablado en último lugar tras presentarse en la protesta junto a su esposa, forzando la imagen típica de familia ideal tan propia de la cultura presidencialista americana. Ha pedido convertir el 26 de mayo en «una moción de censura». También ha denunciado presiones para los jueces.Todas estas declaraciones se han hecho antes del inicio de la protesta, pues luego se ha leído una declaración conjunta. La lectura ha quedado a cargo de varios periodistas. Carlos Cuesta (OK Diario y presentador en la etapa polémica de Telemadrid) y dos tertulianos: Albert Castillón (del programa de Susana Griso, en Antena 3, y curtido en sucesos) y María Claver (que defiende las posturas de la derecha en La Sexta).La protesta se ha cerrado con la normalización de Abascal y Vox al subirse todos fraternalmente al estrado. También ha subido UPN, aunque no La Falange y Hogar Social, pese a que sí han acudido. Los altavoces han tronado el himno de España y vivas al rey. Pero todo ha sido muy breve. 29 minutos exactos.
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