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Desde Noticias de Gipuzkoa traemos a ustedes un reporte acerca de los más recientes descubrimientos en Praileaitz:
En la última campaña, los investigadores encontraron un calcáneo de un gran mamífero, además de herramientas líticasHarri Fernández y Ruben PlazaEn el yacimiento de Praileaitz I, en Deba, no dejan de aparecer “tesoros”, uno detrás de otro, en cada nueva campaña arqueológica. En esta ocasión, han hallado herramientas de piedra talladas de hace unos 200.000 años -Paleolítico Inferior-, además de restos de un gran mamífero de la familia de los elefantes, que podría ser un mamut o un elephas antiquus, según informó ayer el arqueólogo de Aranzadi y responsable de la excavaciones Xabier Peñalver.En una rueda de prensa que tuvo lugar en la Diputación, Peñalver, acompañado por la directora de Cultura María José Tellería, y el alcalde de Deba, Pedro Bengoetxea, expuso que la importancia del hallazgo de las herramientas se encuentra en que demostraría la existencia de “neandertales o preneandertales” en las cuevas hace 200.000 años, periodo del que se dispone de muy pocos indicios en Euskal Herria. Los descubrimientos han surgido de una manera “estratificada” y “contextualizada”, no de manera aislada como en otros yacimientos del entorno y de territorios colindantes.Con las evidencias descubiertas se demostraría que “una población del Paleolítico Inferior ocupó Praileaitz, talló in situ herramientas para cazar, cazó especies y las consumió en la cueva”.Los arqueólogos en las campañas de 2017 y 2018 se tomaron con “abundantes restos de industria lítica y fauna”. Como prueba de esa industria los investigadores han descubierto un canto tallado y abundantes restos de talla “de considerables dimensiones y diferentes materias primas” que se asocian al Paleolítico Inferior. Además, los arqueólogos han encontrado dos lascas de piedra descartadas del canto y fruto del proceso de fabricación del mismo. “Esto documenta la existencia de un trabajo de talla” en la propia cueva de Praileaitz y, según Peñalver, esperan que aún puedan aparecer más lascas.FaunaLos expertos han desenterrado 578 restos de animales, entre los que destaca un fragmento de calcáneo -hueso del talón- de unos 25 o 30 centímetros de largo del pie derecho de un “proboscídeo”, es decir, un gran mamífero de la familia de los elefantes, que según la explicaciones de Peñalver, se correspondería con un elephas antiquus -un elefante antiguo-, “mucho más grande que un elefante africano actual”, o un mamut. Esta pieza, acompañada por otros restos dentales de un oso cavernario encontrado, proporcionarían una datación de 173.000 años, según los análisis llevados a cabo por el laboratorio de estratigrafía molecular de la Escuela Técnica de Ingenieros de Madrid.El investigador puso en relación el tipo de herramientas de aquella época con el tipo de animal encontrado, para inferir que, al igual que en otros yacimientos europeos -como el de Lagarma en Cantabria-, la comunidad que poblaba la cueva de Deba o bien había recurrido a ingerir individuos “viejos” que ya hubiese fallecido o, por el contrario, había cazado a un ejemplar joven, que eran “más fáciles de capturar”.A su vez, añadió que más allá de la información que ya tienen sobre el consumo de elefantes, pronto tendrán nueva información sobre otros alimentos, sobre la flora de la época y sobre el clima. Estos últimos estudios serán los que revelen a qué tipo de mamífero pertenece el calcáneo, dado que de tratarse de un clima cálido, en un periodo entre glaciaciones, el hallazgo sería parte de un elephas antiquus,mientras que un clima glaciar justificaría la presencia de un mamut.ProtecciónPeñalver expuso que durante las diferentes prospecciones han solido encontrar materiales o hallazgos vinculados con el hombre de cromañón y durante el “prolongado periodo de defensa de la cueva” han hablado de la existencia de “espacios colmatados de sedimento fértil que no habían sido intervenidos y que pudieran estar en riesgo de desaparición”.La intervención en una galería lateral de la cueva, ha dado sus frutos y ha sido la que ha demostrado que aún queda mucho por descubrir en la cueva de Deba. “Los estudios de georradar nos dan cifras de al menos de seis metros de sedimento, por debajo de los niveles que estamos excavando. Lo que supondrá el hallazgo de nuevos espacios”, expuso Peñalver.En este sentido, el arqueólogo volvió a insistir en la necesidad de proteger de “manera total y efectiva este importante yacimiento”.
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