A cuentagotas se hace justicia a las familias de los caídos ante la inhumana ferocidad de los sublevados del '36. En esta ocasión, es una familia de Galdakao la beneficiada por el tesón de quienes se han negado a permitir que el españolismo pase página a los crímenes cometidos en su nombre.
Les invitamos a leer este artículo publicado por Naiz:
Los alcaldes de Galdakao y Jaca se comprometen a repatriar los restos del gudari Pedro Asua
El gudari galdakoztarra Pedro Asua Zubiaur fue fusilado en 1938 y enterrado en una fosa común en el cementerio de Jaca. Ahora, tras casi 84 años, los ayuntamientos de Galdakao y Jaca se han comprometido a cumplir el deseo de la familia y trasladar los restos de Asua a su pueblo natal.
Marcel PenaLos ayuntamientos de Galdakao y Jaca han iniciado las conversaciones necesarias para repatriar los restos del gudari galdakoztarra Pedro Asua Zubiaur, fusilado en esta localidad altoaragonesa en 1938 y cuyo cuerpo permanece en una fosa común del cementerio municipal.
Así lo han explicado este jueves el alcalde de Galdakao, Iñigo Hernando, y el familiar de Pedro Asua, Josu Larrea. Ambos viajaron el pasado viernes a Jaca, junto al miembro de la asociación memorialista Galdakao Gogora, Kepa Lizarraga, y el historiador Ander Aperribai, para reunirse con el alcalde jacetano, Juan Manuel Ramón. Según Hernando, este encuentro «dio sus frutos», y los dos representantes locales mostraron el compromiso de «llevar a cabo todo lo que estuviera en nuestras manos para recuperar el cuerpo de Pedro Asua».
Así, el siguiente paso que llevará a cabo el Ayuntamiento vizcaino será registrar en el Consistorio jaqués y en el Gobierno de Aragón el informe preliminar sobre el caso de Pedro Asua. Para ello, han contado con la colaboración de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y la predisposición del Gobierno local de Jaca. «Desde el Ayuntamiento de Galdakao mostramos el firme compromiso de traer de vuelta el cuerpo de Pedro Asua. Ese es nuestro deseo y el de la familia», ha valorado Hernando.
Para ello, a iniciativa del Gobierno municipal, se contrató a Ander Aperribai como historiador especializado en la recuperación de fusilados en la Guerra de 1936 para que elaborara un «trabajo exhaustivo» sobre el caso de Pedro Asua.
En segundo lugar, el Ayuntamiento contactó con Aranzadi para que realizara un estudio «desde la época de la Guerra hasta el día de hoy sobre las vulneraciones de derechos humanos que ha habido en el municipio de Galdakao».
Finalmente, adoptaron el compromiso de mantener una relación fluida con el Ayuntamiento de Jaca para cerrar el caso.
En este mismo sentido, Ramón expresó el pasado viernes que el de la memoria histórica es «un tema muy conocido en Jaca». De hecho, el cementerio jacetano alberga los restos de más de 400 personas fusiladas durante la Guerra del 36 y los primeros años de la dictadura. Una cifra sorprendente teniendo en cuenta que durante los años 30 y 40 Jaca contaba con una población que no llegaba a los 8.000 habitantes, y que la localidad no se encontraba en ningún frente bélico.
«En Jaca tenemos una tradición histórica importante, porque aquí fue el levantamiento de Galán y García, preludio de la II República. Por lo tanto, es un tema sensible en nuestro territorio», explicó Ramón, en referencia a la Sublevación de Jaca protagonizada por los capitanes del Ejército español Fermín Galán y Ángel García Hernández el 12 de diciembre de 1930. Ambos fueron sentenciados a muerte y fusilados dos días después de que el levantamiento fracasara.
Finalmente, Ramón manifestó a la delegación galdakoztarra que por parte de su Ayuntamiento «no va a haber ningún tipo de inconveniente, sino todo lo contrario», y que intentarán facilitar todo lo posible para que Pedro Asua «pueda ser localizado, identificado y trasladado a donde están el resto de sus familiares, en Galdakao».
De una tumba «sin nombre» a GaldakaoPedro Asua Zubiaur nació el 13 de marzo de 1916 en Galdakao, en el barrio de Elexalde. Cuando estalló la Guerra de 1936, fue al frente como voluntario, pero con la caída de Bilbo el 19 de junio de 1937 fue apresado y trasladado a un batallón obrero en Jaca, donde más tarde un tribunal militar lo condenó a muerte. El gudari galdakoztarra fue fusilado el 7 de febrero de 1938, a los 21 años. Desde entonces, su cuerpo ha permanecido enterrado en una fosa común en el cementerio de Jaca, sin identificar.
A pesar de ello, tras años de investigación, la familia descubrió donde se encontraban sus restos mortales e inició los trámites para la repatriación. Fue en 2005 cuando los familiares dieron con dos datos claves para su recuperación: que había ido de voluntario al frente y que lo habían fusilado en Jaca.
A través del antropólogo forense Paco Etxebarria, la familia consiguió el contacto del historiador local Esteban C. Gómez, quien les ayudó a conseguir el certificado de defunción de Pedro Asua. Gracias a este documento, ha explicado Josu Larrea, sobrino segundo del gudari, dieron con una tumba «sin nombre» que coincidía con la fecha del fusilamiento de su tío abuelo. Un dato que dio un giro completo a sus investigaciones.
De esta forma, Larrea ha recordado que en 2007 iniciaron los trámites con el Ayuntamiento de Galdakao para identificar los restos de Pedro Asua y ha celebrado que «por fin» el Consistorio haya dado «pasos serios para recuperar el cuerpo» de su tío, y que ahora exista la «posibilidad real» de exhumarlo.
Después de desenterrar el cuerpo e identificar sus restos, Larrea ha explicado que el objetivo de la familia es traerlo de vuelta a Galdakao e inhumarlo en el cementerio municipal. Este hecho tendría un valor doble para los parientes de Pedro Asua, ya que el camposanto de Galdakao fue construido en terrenos de su familia. Un «final redondo» para que, finalmente, Pedro Asua Zubiaur pueda descansar en su tierra natal casi 84 años después de su muerte.
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