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sábado, 9 de noviembre de 2019

Salda Badago | Éxito Clamoroso

Desde el portal Sin Permiso traemos a ustedes este artículo que condensa lo vivido durante las V Jornadas Feministas de Euskal Herria que, bajo el nombre de Salda Badago, se llevaron a cabo en la localidad de Durango.

Lean ustedes:


Begoña Zabala

Los días 1, 2 y 3 de noviembre se han reunido en Durango 3.000 feministas para celebrar estas ya históricas jornadas, bajo el estimulante lema de “Salda badago”[1]. El éxito, clamoroso. Tanto en la gestión y auto-gestión de las propias jornada, como en el discurrir de los debates, se ha llegado a unas cotas muy altas de satisfacción.

Para analizar estas jornadas conviene situarlas en el período de preparación y coordinación del Movimiento Feminista de Euskal Herria (Euskal Herriko Mugimendu Feminista, EHMF) y en las movilizaciones masivas que han recorrido nuestras tierras, y también las del Estado español.

En Euskal Herria el punto de inflexión, por poner alguna fecha concreta sin llegar a fetichizarla y para que nos sirva de referencia, está en la enorme manifestación nacional que se hizo el 5 abril de 2014 en Iruñea, en protesta por los intentos de repenalización del derecho al aborto, por parte del Gobierno del PP, personificado en el ex-ministro dimisionario Ruiz Gallardón. En ese momento miles de mujeres y hombres salieron a la calle, abanderados por el movimiento feminista, para rechazar frontalmente la propuesta de ley y recordar una vez más que el lema del movimiento es más que claro: “derecho al aborto, libre y gratuito, para todas, en los centros públicos”.  El descaro de las feministas se volvía a imponer en las calles. La bertsolari Onintza Enbeita había utilizado el altavoz de Madrid para imprimir una consigna vasca universal: “En mi moño y en mi coño, mando yo”. Nos regalaría también unos bertsos para la mani: “Estamos hartas de esperar, derecho al aborto ya”, que con una coreografía maravillosa hizo retumbar en la Plaza del Castillo la protesta feminista en toda su radicalidad.

Después vendría otra manifestación gigante, en Gasteiz, esta vez contra las agresiones machistas, contra todas las violencias, el 9 de abril de 2016. El lema: “11 eraso, 12 erantzun. Vuestras violencias tendrán respuesta. Feministok prest! (11 agresiones, 12 respuestas. Las feministas preparadas, dispuestas). La convocatoria la realizaba Euskal Herriko Mugimendu Feminista, que incorpora la casi totalidad de los grupos autónomos de mujeres. Además de la multitud reunida, merece la pena destacar la diversidad de la manifestación. Se escenificaban en la misma las violencias diferentes –precarias, jóvenes, migrantes, fiestas, agresiones sexuales, también de parejas o exparejas...- y se incorporaban de forma importante y visible muchos grupos de mujeres inmigrantes.

Ni qué decir tiene que después vienen las grandes huelgas feministas de los dos 8 de marzo consecutivos, sobre lo que no me extiendo, por ser de sobra conocido.

Así que estas dinámicas de contestación, han llevado en la práctica, un elemento de organización y de coordinación a nivel de EH estructural y fundante. Las movilizaciones masivas y las huelgas no se han dado a golpe whatsapp, ni llamados de ONGs y partidos políticos. Se han producido gracias a una organización, muy extendida y asamblearia en lo geográfico, y muy coordinada y centralizada, con participación de muchos grupos feministas autónomos, en el funcionamiento organizativo. Las alianzas con la mayoría sindical vasca también han funcionado como argamasa.

Es así como se llega a la convocatoria de las V Jornadas Feministas, con unas prácticas experimentadas y un abanico de grupos que ya están incorporados en el paraguas EHMF y que se sienten parte de esa ola que aparece en el cartel, desbordando la taza de caldo. Y es a partir de ahí donde se tejen unidades y complicidades, a partir de las diversidades y tensiones, para llegar a unos grupos de coordinación y organización que acogen a un montón de grupos feministas.[2]

Y ahora, ¿qué se quiere debatir?

Los contenidos y los espacios donde se va a debatir son un elemento fundamental. Se quiere cuestionar sobre todo, pero hay argumentos que son imprescindibles. Así que después de muchas terapias participativas se llega a un diseño que marca la ruta: Cinco ejes temáticos sintetizan y ordenan los temas. Ejes que serán debatidos en otras tantas mesas centrales, en el edificio central de Landako, que puede acoger hasta a dos mil quinientas asistentes sentadas. Además, estos temas centrales serán expuestos en ponencias por parte de grupos feministas autónomos prioritariamente. Se trata de garantizar que se da el debate entre los diferentes grupos que están en la cancha del feminismo militante de Euskal Herria.

Y estos son los ejes, en el orden cronológico en el que se celebraron:

         - Agenda compartida para poner las vidas en el centro, y soberanías

         - Decolonialidad

         - Cuerpos y sexualidades

         - Construyendo vidas libres de violencia

         - Observando las entrañas del movimiento feminista.

Además de estas grandes mesas centrales -que se celebran dos por día, y el domingo solo una-, el resto del tiempo se articula en espacios más reducidos, que se extienden por varios centros de Durango. Estos acogen talleres, debates, exposiciones, espectáculos, poesía, música... Por supuesto que hay espacio para la fiesta, siempre unido a la subversión, que obviamente lo dejamos para más adelante.

Desde una observación atenta se pueden destacar tres elementos en la elección de los ejes.

El primero de ellos es la introducción, por primera vez en las Jornadas de Euskal Herria, del eje Decolonialidad, que va a interpelar desde las propias mujeres racializadas, inmigrantes, de minorías étnicas, y también vascas, enfrentando unos parámetros innovadores y conceptuales, más allá de las condiciones de vida en las que se vive. Además, los grupos están en la propia organización, eligiendo espacios, mixtos o no, para intervenir y proponiendo los temas.

Las entrañas del Movimiento Feminista es una tema que está sobre la mesa desde el primer momento. El movimiento está impresionado por las movilizaciones masivas y multitudinarias, a la vez que radicales, de los últimos 8 de marzo. ¿Hay algo más, que la propia organización, organizado? En el momento más álgido de la ola que desborda la taza de caldo toca debatir sobre qué movimiento se está construyendo.

Las vidas libres de violencia, que es un eje permanente en las jornadas, introduce nuevos parámetros al lado de los históricos: movilizaciones de “enkaputxadas”; justicia feminista para las situaciones de agresiones soportadas por las mujeres al amparo del denominado “conflicto vasco”; procesos de sanación; la institucionalización de las respuestas a las violencias machistas enmascara la estructuralidad de la violencia patriarcal; y, por último, repensar la violencia sexista que habla de violencias que se instalan en la performatividad.

O sea, que es verdad que hay caldo y mucho, y de muchos sabores, y a veces picante, y a veces soso, y tantas veces compartido. El caldo nos lleva a muchas metáforas y no podemos olvidarnos de que estamos en Durango. Cerca, muy cerca, estará Mari, la de Anboto, con sus pócimas sabias y ancestrales. ¿Compartiremos las recetas del caldo con sus mágicas fórmulas? A la noche llegarán las “sorginak” y recordarán el conjuro: “Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar”. El ágora feminista ha decidido seguir en ello, sin victimismos y con disfrute total. Hay espacio para ello, y se funden los feminismos: de diversos colores, mestizaje de edades, multitud de lenguas, bajo la causa común del feminismo.

Algunos temas en la encrucijada

De las cinco mesas centrales que se realizaron, que tuvieron un promedio de cinco intervenciones por sesión, voy a destacar algunos elementos de debate, para tocar tierra en algunas cuestiones.

El debate sobre el movimiento feminista era uno de los más esperados y el que más intervenciones iba a tener -8 en total-. Ello le llevó a una dinámica especial de discusión posterior en grupos pequeños, en el que pudieron participar todas las asistentes. Hay que decir que los grupos participantes son grupos feministas estructurados organizativamente, muchos de ellos de larga trayectoria, entre otros, la Asamblea de Mujeres de Bizkaia; o de implantación nacional, el caso de Bilgune Feminista; o de jóvenes que se definen como “Mugimendu feminista motor, neska gazteok erregai”, o sea que son el combustible para el motor del movimiento; o de minoría étnica, como AMUGE, de feminismo gitano.

En lugar de recurrir a las conocidas ponencias de 20 minutos por cada una, se hizo, para agilizar y destensar las intervenciones, en una serie de tres preguntas que sucesivamente por parte de todas se iban contestando en unos seis minutos. Y ahí se afrontó el tema del diagnóstico, somero, para interpretar cómo está el movimiento feminista. Retos a afrontar como organizaciones feministas autónomas y también como Euskal Herriko Mugimendu Feminista, a nivel nacional, serían los otros dos hitos, que incluye elementos de organización, de sujeto, de coordinación, y, cómo no, de reivindicaciones o luchas a estructurar.

Es interesante ver cómo en su mayoría se revaloriza de forma importante las tareas de los grupos feministas autónomos organizados. (Hay que señalar que muchas de las asistentes estaban en modo de incredulidad pasmosa ante el buen funcionamiento de autogestión y gestión de los espacios y los medios, de ahí el considerar importante la organización militante). Se introduce de nuevo la necesidad para muchos grupos de crear espacios propios, denominados ahora no mixtos, en torno a la racialidad (también a la juventud). Esto no excluye la confluencia que lleva a la articulación. El grupo se valora como espacio de cuidado y cuidados. Espacios seguros, para nosotras. Hay muchos elementos en el diagnóstico, cada una destacando los propios problemas. Y para la configuración del movimiento, surge y resurge el elemento del sujeto, que, a mi entender, a veces se confunde con la composición de los grupos. En estas jornadas, como en muchos otros espacios se está utilizando la palabra emakume* y mujer*, con asterisco expreso, para hacer un sustantivo inclusivo y amplio, y dar entrada a lesbianas, bolleras, trans... No todo el mundo se muestra partidaria de esta ampliación de la denominación.

El acuerdo sí es unánime: las movilizaciones nacionales se han de realizar de forma centralizada desde Euskal Herriko Mugimendu Feminista y se señalan hitos importantes: 25 de noviembre, huelga general y movilizaciones por las pensiones en enero, 8 de marzo, 28 de junio... y más.

Decolonialidad, como se ha dicho, es un tema nuevo, así formulado. Se quiere decir nuevo, en el sentido de las jornadas, pues muchos de los grupos presentes y que participaron en la Mesa llevan años debatiendo sobre este tema. A mi entender se ha dado un salto cualitativo en el debate: no se trata únicamente de analizar y pormenorizar los detalles de las mil situaciones vividas por las mujeres, en general racializadas, migrantes o de minorías étnicas, sino que nos encontramos con unos nuevos parámetros del análisis, con paradigmas propios, con feminismos que no pasan por planteamientos universalistas ni verdades culturales ajenas. Y aquí empieza el caldo a moverse por muchos recovecos. Hay muchas formas de entrar a este debate y, de hecho, hay diferentes corrientes entre las mismas mujeres racializadas, y también con teóricos y militantes, hombres y mujeres, que están elaborando teoréticamente la decolonialidad del poder, del discurso y del feminismo.

Uno de los temas apuntado, dentro de este debate, es el asunto de los privilegios que tienen las mujeres blancas, por el hecho de ser blancas. Esto es polémico y hay que sentarse a hablarlo. Analizar estos privilegios, ver cómo operan, cómo transitan en lo individual y en lo colectivo, cómo se producen y reproducen, con qué aliados, cómo se desmontan... Y si no todas las mujeres son iguales, pues están atravesadas por su clase, por su raza o etnia, por su lengua, por su sexualidad.... ¿serán las mujeres blancas todas igual de privilegiadas?

Vinieron las grandes mujeres del feminismo latinoamericano, originarias, sanadoras y sabias y en sendas exposiciones de Lolita Chávez y Lorena Cabnal nos transmitieron su sentir. No hay lugar para la exclusión de las otras feministas. Hay lugar para la inclusión en los espacios propios y a la vez para compartirlos. Y en todos siempre estará la interpelación a las otras suprimiendo jerarquizaciones y supremacías. Esto más allá de los debates teóricos y de la asignación a una corriente determinadas.

Y se dio el debate de la prostitución, en un espacio intermedio de tamaño y participación, con la intervención de cuatro grupos del movimiento feminista organizado: Feministalde, Medeak, Lanbroa y Amar. Los cuatro grupos son participantes del grupo de coordinación y están en las filas del movimiento feminista autónomo de Euskal Herria. Es por esto que el debate salió fluido. A todas nos gustaría ver unas relaciones sexuales y de afectos que no pasen por la comercialización, ni por la matrimonialidad. Relaciones sexuales libres, no heteronormativas, placenteras, con el derecho a decidir libremente en el centro. Pero, sin ninguna duda, todas queremos que no se criminalice a un segmento estigmatizado de nuestra población. No vamos a apoyar medidas punitivistas, ni negadoras de los derechos de las mujeres. Frente a cualquier agresión y limitación de derechos, no están las policías, ni siquiera el poder judicial, estaremos las feministas, los grupos feministas, los grupos de racializadas e inmigrantes, las minorías étnicas. Siempre serán todos los derechos para todas.

Y queda por comentar algo que es muy importante para las organizaciones feministas: la gestión y la autogestión de nuestros espacios públicos. ¿Os pensáis que no hubo fiesta, juerga, coleguismo, bertsos, kantaldis y buen beber y vivir en estos espacios feministas? Nos lo contamos en otros momentos. Ongi izan!


[1] Literalmente quiere decir “Hay caldo”, o “Ya hay caldo” y hace muchos guiños a las costumbres y cultura locales. Una conocidísima canción de mítico talde rockero Hertzainak, con letra de Karra Elejalde, rinde homenaje a esta costumbre de calentar las madrugadas frías y resacosas con un caldico caliente. En un momento en que la calle a altas horas de la noche la solía calentar la madera, entrar en un bar a tomar un caldo, era buscar un refugio importante.

[2] Se puede acceder a la página propia de las jornadas Saldabadago en este enlace, también en castellano  https://www.saldabadagojardunaldiak.eus/es/inicio/


Begoña Zabala | Es una veterana feminista vasca y abogada laboralista de Pamplona-Iruñea. Forma parte de Emakume Internazionalistak y de la Asamblea por el derecho al aborto de Navarra







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