Un blog desde la diáspora y para la diáspora

martes, 5 de noviembre de 2019

Proxenetas y Feminismo Burgués

En El Plural se ha dado a conocer este texto en el cual se deja bien claro el daño causado por las feministas burguesas al defender la normalización de la prostitución, actividad que junto con la pornografía rechazamos en este blog por considerarlas consustanciales a la explotación y la visión utilitaristas propias del capitalismo.

Lean por favor:


Teresa C. Ulloa Ziáurriz

Es que es inexplicable cómo alguien que se dice feminista, puede ser tan necia y seguirse desprestigiando a los ojos de las jóvenes y las feministas, como es el caso de Marta Lamas, quien es la feroz defensora de la prostitución como “trabajo sexual” y de los vientres de alquiler.

El feminismo liberal es una forma individualista de teoría feminista centrada en la capacidad de las mujeres para mantener su igualdad a través de sus propias acciones y decisiones. Las feministas liberales argumentan que la sociedad tiene la falsa creencia de que las mujeres son, por naturaleza, menos capaces que los hombres intelectual y físicamente, por lo tanto, tiende a discriminar a las mujeres en la academia, el foro y el mercado. Las feministas liberales creen que «la subordinación femenina se basa en un conjunto de restricciones de costumbres y legales que les oprimen y bloquean su entrada y el éxito en el llamado espacio público«. Su lucha es, pues, lograr la igualdad entre los sexos a través de la reforma política y legal. Antes eran conocidas como feministas de la igualdad.

Luego, entonces, el feminismo liberal, antepone las decisiones individuales por encima del concepto de bien común, sin importar si las decisiones individuales perpetúan estereotipos que son dañinos para las propias mujeres y para la comunidad.

Y es que es inexplicable que una académica como Lamas, no alcance a darse cuenta del triste papel que ha venido jugando al defender la prostitución como “trabajo sexual” y al patriarcado en todos los temas que preocupan a las mujeres jóvenes, como el hostigamiento sexual, el acoso y los actos libidinosos o abusos sexuales. Es una verdadera representante del patriarcado que confunde a muchas mujeres con sus discursos contrarios a las mujeres. Y lo peor es que hay autoridades que a estas alturas creen que Lamas es feminista, por ejemplo la Gobernadora de la Ciudad de México.

Y aunque catalogue Lamas a las abolicionistas como moralistas, dejando ver su terrible ignorancia y la de sus seguidoras sobre los enfoque socio-jurídicos con los que se abordado la prostitución, el prohibicionismo, el reglamentarismo y el abolicionismo.  No se puede negar que la prostitución es una actividad precarizada para las mujeres y jóvenes en pobreza, pobreza extrema, falta de oportunidades y eventos previos de violencia sexual.

Se ignora o se quiere ignorar toda la violencia que está intrínseca en la prostitución y el número tan grande de mujeres que han perdido la vida, han sido violadas, quemadas, cortadas, golpeadas mientras eran prostituidas.

El fenómeno de la prostitución tratado con ligereza en aras de una supuesta postura progresista, enmascara el contenido siniestro de la trata y la explotación sexual, que son actos criminales y que están tipificados como delito en la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para Proteger y Asistir a las Víctimas de estos Delitos (de julio del 2012).

El llamado “consentimiento –o política de elección personal”, se basa en una visión liberal occidental de los derechos humanos que eleva la voluntad y las elecciones individuales por encima de todos los otros derechos humanos y de toda noción de bien común (BARRY, 1995).

Cualquier acto legislativo debe regirse por los siguientes principios:

    a) Los países no pueden reglamentar la prostitución o someter a las mujeres a registros o a otros controles.
    b)   El “consentimiento” no puede ser utilizado como instrumento de defensa de los acusados o como excluyente del delito.
    c)   La prostitución no puede ser reconocida como un trabajo.
    d)   No se puede hacer distinción entre prostitución “libre” y “forzada”.
    e)   La trata con fines de prostitución y “la explotación de la prostitución ajena” no pueden estar disociadas porque es un negocio ilícito que se rige por la Ley de la Oferta y la Demanda.

La trata, la prostitución y la explotación sexual de mujeres y niñas en el mundo y en México, determinan y condicionan el orden social basado en la desigualdad y la violencia, constituyendo una seria amenaza para el desarrollo de la paz, la igualdad de género y la democracia.

Pero, además, la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres, ratificada por nuestro país en 1981, establece entre otras cosas:

 Preámbulo.

…”El espíritu de la Convención tiene su origen en los objetivos de las Naciones Unidas: reafirmar los derechos humanos fundamentales, la dignidad y el valor de la persona humana y la igualdad de derechos de hombres y mujeres. La Convención define el significado de la igualdad e indica cómo lograrla. En este sentido, la Convención establece no sólo una declaración internacional de derechos para la mujer, sino también un programa de acción para que los Estados Parte garanticen el goce de esos derechos…”

Por lo que cualquier acción que se intentara en el Congreso de la Ciudad de México para reglamentar la prostitución estaría atentando contra principios fundamentales del derecho internacional de los derechos humanos y contra los derechos de las mujeres y las niñas, en tanto el 85% de las personas en situación de prostitución son del sexo femenino.

Aún más, los tres poderes de la Unión y los tres niveles de gobierno están obligados a lo que establece el Artículo 6 de la Convención, que a la letra dice:

Artículo 6.

Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución de la mujer.

La tendencia mundial en relación con la prostitución, está encaminada a legislar e implementar políticas de prevención y salida de la prostitución, con una amplia gama de apoyos a las víctimas, despenalizando la prostitución, sancionando al cliente y penalizando la publicidad de contacto sexual. Así se constata en Suecia (1999), Noruega, Islandia, Irlanda del Norte, Filipinas, Corea, Canadá, Francia, Israel, Guatemala y El Salvador. En abril de 2016 la Asamblea Nacional Francesa adoptó una ley contra el sistema prostitucional, a favor del acompañamiento y apoyo integral a las víctimas y la prohibición de la compra de cualquier acto sexual.

En las experiencias de otros países el reconocimiento de la prostitución como trabajo y su despenalización resulta contrario a la exigibilidad de derechos, porque:

~ Es un regalo para los proxenetas, los traficantes y la industria del sexo.

~ Promueve la trata para la explotación sexual.

~ No supone un control de la industria del sexo, la expande.

~ Aumenta la prostitución de calle.

~ Promueve la prostitución infantil.

~ No protege a las mujeres que están en situación de prostitución.

~ Aumenta la demanda de la prostitución. Incentiva a los hombres a comprar sexo de paga en un entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad.

~ No promueve una mejora de la salud de las mujeres.

~ No aumenta las posibilidades de elección de las mujeres.

~ Las mujeres que están dentro de la prostitución no quieren que se legalice o despenalice la industria del sexo.






°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario