Les compartimos este texto publicado en Gara:
No a Wert, por un Sistema Universitario para Euskal Herria
Lorea Mendiola y Josetxo Aizpurua | Sección Sindical de LAB de la UPV/EHU
Recientemente el Gobierno español ha aprobado el Real Decreto que establece la nueva ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales para transitar de forma «voluntaria» de un modelo de cuatro años de grado más uno de máster a otro de tres años de grado más dos de máster. Aunque en palabras de Wert «no es ninguna imposición ya que las universidades optarán voluntariamente» y «es un ahorro en el coste de las tasas para las familias», su aprobación ha suscitado el rechazo generalizado del mundo universitario, como ocurrió con la Lomce, mayoritariamente contestada por la comunidad educativa de Hego Euskal Herria y de amplios sectores del Estado.
Las razones esgrimidas para el rechazo son varias: no ha habido tiempo para evaluar los actuales grados de 4 años; la posibilidad de distintas duraciones para una misma titulación provoca desconcierto; supone un impulso a las universidades privadas; implica devaluar los títulos de grado ante el mercado laboral; obliga a pagar dos años de máster a precios inasumibles para la mayoría con el fin de obtener un título válido en el mercado laboral; y puede suponer el despido de un número importante de trabajadores y trabajadoras de las universidades. Tampoco podemos olvidar que en Euskal Herria no tenemos un sistema universitario homogéneo. Mientras en Hego Euskal Herria el sistema educativo español en su adaptación a Bolonia impuso el modelo 4-1, en Ipar Euskal Herria el Estado francés hace bastantes años que implantó el modelo 3+2.
LAB comparte muchas de las razones para estar en contra de este Real Decreto que establece la nueva ordenación de las enseñanzas universitarias y que responde esencialmente a los intereses de la derecha de debilitar los servicios públicos básicos. LAB se opone a cualquier planteamiento que imposibilite la construcción de un sistema universitario al servicio de Euskal Herria. Rechazamos todo modelo basado en estudios universitarios accesibles sólo para una élite, que no apueste por una financiación suficiente de la universidad pública -como ocurre en el Plan Universitario 2015-2018 del Gobierno Vasco-, que subordine la oferta académica de la UPNA a la oferta de la Universidad del Opus, que impida la creación de una universidad integral en Iparralde y que no haga apuestas serias por vertebrar en red las instituciones universitarias actualmente existentes en Euskal Herria como primer paso para diseñar y organizar un sistema universitario propio.
Rechazar el Real Decreto del PP sí; más aún cuando el ministro Wert tiene como final de traca legislativa otros dos reales decretos que modificarán los requisitos para la creación de centros y universidades y el sistema de acreditación del profesorado universitario funcionario, fundamental para el acceso a la profesión docente e investigadora. El primero propone rebajar los requisitos con el objetivo de facilitar la creación de universidades privadas. El segundo cambia las normas del sistema de acreditación, sustituyendo los actuales criterios por otros más cualitativos, planteando un sistema todavía más discrecional, menos objetivo y más opaco.
Pero no es suficiente quedarse en el rechazo. Tenemos que saber aprovechar nuestras fortalezas: una demanda por encima de la media europea en la enseñanza superior; una presencia cada vez más cualificada del euskara en la enseñanza superior y en la investigación; una incipiente movilidad del alumnado y del profesorado entre los diversos territorios de Euskal Herria y con voluntad de internacionalizarse, y una comunidad educativa que sabe oponerse a imposiciones externas. Estas fortalezas deben servir para plantearnos con seriedad cómo avanzar desde la realidad actual en la articulación de un sistema de enseñanza superior público para Euskal Herria, flexible y participativo. En definitiva, para soltar amarras de modelos que están pensados en función de intereses ajenos.
Hace 100 años, Joaquín Eguía Lis, digno representante de la diáspora vasca, defendía la universidad humanista en México. Pareciera que algunas cosas no cambian.
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