Les compartimos esta reseña cinematográfica publicada en La Jornada:
Santuario, thriller político del belga Olivier Masset-Depasse, explora los vínculos ambiguos entre el gobierno francés de François Mitterrand y los independentistas vascos de ETA, que de resistentes al régimen de Franco pasaron a ser "impresentables" en los años 1980.
Inspirada en hechos reales, esta creación original de una hora y media que Canal+ difundirá en marzo en Francia es la primera que aborda el tema, según los productores Quitterie Duhurt-Gausserès y Jimmy Desmarais.
En 1984, Francia y España estaban gobernadas respectivamente por los socialistas François Mitterrand y Felipe González.
Desde los años setenta, Francia brindaba asilo a los independentistas vascos españoles perseguidos por la represión franquista, que se radicaron en el País Vasco francés, aunque algunos continuaron la lucha armada de ETA (Euskadi Ta Askatasuna) en territorio español, usando Francia como santuario. Los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) se constituyeron en España para eliminar a ETA, sobre todo en territorio francés. En total, entre 1983 y 1987, los GAL mataron a 27 personas.
"Santuario es una ficción", insiste en entrevista el director Olivier Masset-Depasse. "Nos apartamos de la realidad histórica porque está llena de zonas oscuras, pero la historia es veraz".
Salvo los protagonistas históricos reales, "nadie puede decir cómo eran las reuniones políticas de ETA, ni cómo se expresaban al respecto en el Elíseo (la presidencia francesa). Todos fantasean al respecto", agrega uno de los guionistas, Xabi Molia, de origen vasco.
"Santuario" fue presentada a fines de enero en el Festival Internacional de Programas Audiovisuales (FIPA) de Biarritz y recibió el FIPA de oro al mejor guión.
"Es un trabajo de reconstrucción, la ficción es una herramienta de conocimiento", agrega. "Sugerimos cosas, confiamos en la capacidad deductiva del espectador, porque hay un límite que no podemos atravesar sin exponernos a una demanda judicial".
Por ejemplo, el involucramiento francés en los comandos de los GAL que sugiere la trama, es una hipótesis manejada muchas veces en la realidad sin que haya sido examinada por la justicia ni admitida por las autoridades francesas.
"La vieja guardia de ex resistentes a la ocupación alemana, como Gaston Deferre, que entonces rodeaban a Mitterrand, estaba entonces confrontada a un dilema", explica. "En los años 70, el Partido Socialista francés había respaldado la causa vasca, heroica ante el franquismo. Tras la desaparición de Franco en 1975, el amigo se volvió impresentable".
La ficción "apunta a la dramaturgia emocional", explica el director. La confrontación entre el gobierno de Mitterrand y ETA se encarnan a través del pulso entre el jefe histórico de la organización independentista Txomin (Alex Brendemühl) y Grégoire Fortin (Jérémie Renier), consejero ficticio del entonces ministro de Justicia, Robert Badinter.
"Quise imprimir una dimensión poética, hacer de Txomin un héroe popular, con ideales de otra época, un idealista de la lucha", declara el actor español de origen alemán que en 2013 encarnó al criminal nazi Josef Mengele en Wakolda de Lucía Puenzo y que estudió vasco para compenetrarse con el papel en Santuario.
El telefilme sigue además el destino de Yoyes (Juana Acosta), principal figura femenina en la cúpula de la ETA, abatida "como una perra" por haber abandonado la lucha, dijo crudamente el director.
"Me documenté para intentar ponerme en la piel de Yoyes", relata en francés la actriz colombiana, recompensada por el Fipa de Oro a la Mejor actriz.
"Pasé un tiempo en el País Vasco para impregnarme de la atmósfera. Llegué incluso a ir al cementerio donde está enterrada y busqué su tumba bajo la lluvia, hasta que la encontré. Le pedí permiso para encarnarla".
El filme será difundido en Francia por Canal+ el 2 de marzo, en fecha aún por definirse en España.
O sea, es una película acerca de como los pseudo-socialistas españoles y franceses terminaron traicionando la lucha antifascista.
¿Demanda judicial? ¿Dónde quedó la inmaculada Libertad de Expresión en la Francia post Charlie Hebdo?
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