Lo hemos repetido en otras ocasiones, a nadie engañan ni el régimen español ni el gobierno francés con respecto a las políticas de excepción aplicadas en contra del colectivo de presos políticos vascos; todas y cada una están diseñadas para proveer con castigos añadidos a ellas y a ellos además de criminalizar a sus familiares y amigos, haciéndoles padecer como si ellos y ellas tuvieran algún tipo de deuda con la sociedad española o con el estado.
Por demasiado tiempo la comunidad internacional le ha permitido a Madrid y a París salirse con la suya a este respecto, sin importar que los afectados sean personas de la tercera edad o niños pequeños.
Les dejamos pues con este sentido homenaje por parte de Etxerat a tres de sus miembros que han partido en los últimos días, mismo que ha sido publicado en Naiz:
Orgullo por Xanti, Tibur, Mertxe, y el resto de familiares que nos han dejado
Xanti, Tibur y Mertxe son tres de los tantos y tantos familiares que no han podido despedirse de sus hijas e hijos como hubiera correspondido.Patricia Vélez | En nombre de la permanente de EtxeratCon el nuevo año, en tres días consecutivos, hemos conocido el fallecimiento de Xanti Iparragirre Perurena (88 años), Tibur Elezkano Barrenetxea (91) y Mertxe Romano Catalán (79), familiares, aita y amas de presos políticos vascos. Desde la comunidad de Etxerat, como familiares de presas y presos, exiliados y deportados vascos, queremos manifestar nuestro orgullo por haberlos conocido y nuestro agradecimiento por todo el amor compartido.
Manifestamos asimismo nuestras más sincera solidaridad y enviamos un cariñoso abrazo, desde el corazón, a Marixol Iparragirre, Iñaki Krutxaga e Iñigo Zapirain a sus respectivas celdas de Zaballa, León y El Dueso.
Desgraciadamente, el listado de presos y presas, exiliadas y deportados políticos de este pueblo continúa siendo interminable. Son ya más de cuatro décadas de castigo contra las y los represaliados políticos vascos y, por lo tanto, para sus familiares. La excepcionalidad penitenciaria aplicada desde hace más de tres décadas, el alejamiento, la dispersión, han provocado que, como tantas y tantas madres y padres, hermanos, el chantaje al que se han visto sometidos para poder mantener el vínculo familiar, les haya llevado a tener que realizar largos desplazamientos para poder estar unos pocos minutos con sus hijos.
Xanti, Tibur y Mertxe son tres de los tantos y tantos familiares que no han podido despedirse de sus hijas e hijos como hubiera correspondido, en clave humana, por razón del mantenimiento de la excepcionalidad en una lógica de venganza, el alargamiento de condenas a los presos vascos y el bloqueo que se mantiene para impedir que las y los presos vascos hagan un itinerario penitenciario que sí se permite a otros presos.
Debemos seguir empujando, como lo vamos a hacer el 8 de enero en las calles de Euskal Herria, para conseguir que todos y todos los presos sean traídos inmediatamente a Euskal Herria y que comiencen a salir en libertad como les corresponde ya a una buena parte de ellos, para poder volver a estar con los suyos, con los familiares que tanto han sufrido también y para contribuir a la resolución definitiva y la convivenca en este país. Y desde luego, les enviaremos a Xanti, Tibur y Mertxe, al igual que a todos y todas las familiares que nos han ido dejando, un beso a cada uno, para mostrales que no les olvidamos.
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