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jueves, 27 de enero de 2022

«¿Estamos Avanzando Hacia la Reconciliación?»

Juan María Uriarte, otrora Obispo de Donostia, ha sido galardonado una vez más por su apuesta decidida en favor de la paz y principalmente, de la reconciliación.

Presente en la entrega del reconocimiento estuvo Iñigo Urkullu quien, por sus acciones -como cierto infame informe que presentó Lakua recientemente- muestra que no tiene ninguna intención de avanzar hacia la reconciliación, alineando sus intereses con los de la derecha española, más preocupada por imponer a toda costa el relato sesgado de lo ocurrido en Euskal Herria de 1936 a la fecha.

Lean pues esto que nos informa Naiz:


El obispo emérito Uriarte, reconocido por su labor por la paz, apela a la reconciliación

El que fuera obispo de Donostia Juan María Uriarte ha recibido este miércoles un galardón por su contribución a la paz. Ha pronunciado un mensaje a favor de la convivencia y ha lanzado una pregunta a los presentes: «¿Estamos avanzando hacia la reconciliación?».

La Diócesis de Bilbo ha reconocido este miércoles la contribución a la paz del que fuera obispo de Donostia Juan María Uriarte, quien al recibir la distinción ha transmitido un mensaje a favor de la convivencia y se ha preguntado si «estamos avanzando» en la reconciliación de la sociedad vasca.

La capital vizcaina ha acogido el acto de entrega de la III Mención Honorífica ‘Carmelo Etxenagusia’, en el que se han dado cita el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, así como el obispo y el alcalde de Bilbo, Joseba Segura y Juan María Aburto.

En su tercera edición, la Diócesis ha reconocido la labor a favor de la pacificación de monseñor Uriarte, quien actuó entre 1998 y 1999 como intermediario entre el Gobierno español y ETA y que ha sido partidario de «promover incansablemente el diálogo».

Al recibir la distinción, el obispo emérito ha recordado que sus intervenciones públicas en favor de la paz «han sido acompañadas por un llamamiento reiterado a la reconciliación» y ha confesado que le «apena» que mientras los mayores especialistas europeos en ciencias de la paz utilizan el término «reconciliación como el más indicado, esta palabra sea entre nosotros una expresión que se desecha o se utiliza con reticencia».

Según ha dicho, la reconciliación «no es silencio de las armas sin más» y «ni siquiera es sinónimo de convivencia pacífica», sino que «es esperanza activa y es más bien un proceso que una meta», sujeta a «avances y retrocesos» y generadora «de una sanación individual, familiar y social que va restañando grandes heridas, aunque no se pueda evitar su cicatriz».

A su juicio, la reconciliación va creando confianza, «va amaestrando paso a paso la perniciosa e inveterada costumbre de sacrificar el bien común al interés particular de personas y grupos, suscita en grupos enfrentados el noble reflejo de unir cuando se trata de asuntos graves y va preparando poco a poco los arduos caminos que inducen a pedir perdón y perdonar».

Asimismo, según ha valorado, la reconciliación va logrando que «adversarios irreductibles, sin renunciar a lo esencial de sus convicciones, compartan los mismos acontecimientos, los mismos lugares de encuentro, los mismos bares, las mismas fiestas...».

Cabe señalar que antes de finalizar su intervención ha lanzado una pregunta a los presentes: «¿Estamos avanzando hacia la reconciliación?».




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