Un blog desde la diáspora y para la diáspora

lunes, 9 de diciembre de 2019

Entrevista a Igor Etxabe

Con esta entrevista el Diario Vasco revisita las sociedades gastronómicas, una de esas tradiciones que hace tan particular al pueblo vasco con respecto a sus vecinos geográficos.

En este caso, el entrevistado se centra en la localidad de Eibar.

Lean ustedes:


Investiga el capital social que se generó en la relación de los talleres de Eibar y las sociedades gastronómicas Igor Etxabe Doctor en Dirección de Empresas, Conocimiento e Innovación

Alberto Echaluce

El investigador Igor Etxabe, doctor en Dirección de Empresas, Conocimiento e Innovación (UPV), ha comenzado a analizar, abordar y comprobar la relación entre los talleres de Eibar y las sociedades gastronómicas. Como punto de partida, el investigador ha recabado la información de las sociedades gastronómicas de Eibar recopilada por Eta Kitto Euskara Elkartea, en 1996. En aquella época había 60 asociaciones y 2.216 socios. Esta investigación cuenta con el apoyo de la comisión municipal Ego Ibarra que ha considerado de gran interés la hipótesis de trabajo presentada por el investigador para saber si existe una vinculación entre las empresas eibarresas y las sociedades gastronómicas.

Mediante el plan de empleo de Lanbide, se ha contratado al joven eibarrés Iker Eizagirre para poder saber dónde trabajaban los socios de las sociedades gastronómicas eibarresas. A partir de ahí se trata de saber en qué fábrica o taller trabajaban los socios de las sociedades. Por un lado, se trata de identificar estas personas y, por otro, localizar a los eibarreses que conocen a dichos socios, recabando datos en las propias sociedades gastronómicas de Eibar y en el Registro Mercantil de San Sebastián.

Al investigador zarauztarra, autor de destacados trabajos en el campo de la economía, no le es en absoluto ajeno el ámbito de estudio, puesto que conoce perfectamente el devenir de la industria eibarresa, ya que fue uno de los apartados de su tesis doctoral 'Measuring social capital in the basque country: an eclectic approach' (Medición del capital social del País Vasco: aproximación ecléctica) que se publicó el pasado año en la prestigiosa revista Economic History Research: Social capital in Eibar, 1886-1985: dimensions, institutions and outcomes bajo el título de (Capital social en Eibar, 1886-1985: dimensiones, instituciones y resultados). En esta ocasión se trata de dar otro paso más para abordar y visualizar las redes informales entre los talleres y sociedades de Eibar, para, en definitiva, conocer los entresijos del capital social. Para ello, Ego Ibarra solicita la colaboración de los miembros de las sociedades gastronómicas de Eibar.

-¿Cuál es el objeto de este estudio en cuanto a la relación de las sociedades gastronómicas de Eibar y las empresas?

-El año pasado defendí mi tesis doctoral sobre el capital social en el País Vasco, y en ella dediqué un capítulo al análisis de las redes empresariales en Eibar desde 1886 hasta 1985. Una de las conclusiones es que, durante esos cien años, Eibar tenía un tejido muy denso de relaciones formales, pero sobre todo informales. Mucho se ha habla del ambiente de poteo que solía haber entre los patronos y los trabajadores después del sonido de las sirenas, o de los negocios que se hacían, por ejemplo, en el Casino Artista Eibarrés, el frontón Astelena o el campo de tiro de Arrate, pero poco se sabe del rol de las sociedades gastronómicas en un municipio que tiene, en la provincia de Gipuzkoa, la segunda mayor concentración de locales de esta naturaleza tras San Sebastián. En esta línea, nuestro proyecto pretende completar este vacío y será un trabajo pionero que enlace la historia industrial y social de Eibar.

-¿Fue la sociedad gastronómica un espacio para relacionarse y para la consecución de negocios y una fuente de información sobre la situación de las industrias?

-La verdad es que contamos con muy pocas evidencias históricas al respecto. Una de ellas se recoge en el libro 'Capital social y valores en Gipuzkoa: balance y líneas estratégicas de actuación', publicado por la Diputación Foral de Gipuzkoa en 2011, donde uno de los empresarios entrevistados hace hincapié en la importancia de las sociedades gastronómicas como alternativas de socialización que promovían la generación de nuevas empresas. A nivel local, es indudable el rol de algunas sociedades como Kerizpe, que era un lugar de intercambio entre las élites empresariales eibarresas, o Bomba, que en los años 70 organizaba cenas de peritos, profesionales, profesores y empresarios por establecerse un debate sobre cuestiones de suelo industrial ante la marcha de empresas, o de infraestructuras, al solicitarse la construcción de la autopista Eibar-Vitoria.

-De los contactos y las relaciones surgen los negocios, la búsqueda de empleos. Gracias a esas relaciones se consiguieron muchas cosas.

-No tenemos más que mirar la famosa foto del banquete que ofreció la cuadrilla Ezkuadra Zarra en la venta de Olarreaga a Fermín Calbetón en 1911. Aunque no se celebró en una sociedad gastronómica (en aquel momento no existían en Eibar), aquella comida con el ministro de Fomento fue crucial para la construcción de la Escuela de Armería. Y me consta que algo parecido ocurrió con el eibarrés Félix Egaña (diputado provincial en los 60), ya que las negociaciones para la inauguración de la Universidad Laboral en Eibar se cocinaron a fuego lento en numerosas reuniones alrededor de una mesa con mantel.

-¿Cómo valorarías esas sociedades y bares en los que empresarios y obreros formaban la misma cuadrilla? ¿Crees que es positivo o negativo? ¿Fueron las sociedades el germen de emprendimiento?

-Yo creo que este tipo de espacios siguen siendo lugares cuya pertenencia impulsa la creación de un clima de confianza entre los socios y fortalece algunos valores como la solidaridad y la reciprocidad. En este sentido, nosotros manejamos la hipótesis de que las sociedades han estrechado las relaciones entre las empresas eibarresas y que, igualmente, han funcionado como auténticos viveros de muchos talleres y negocios. Paralelamente, siempre se critica la exclusividad de este tipo de clubes cerrados, pero hay que entender que aventurarse en una iniciativa empresarial requiere cierta privacidad y un conocimiento profundo entre los socios, elementos que no se forjan en cualquier escenario. Y precisamente las sociedades gastronómicas son puntos de encuentro que permiten canalizar la proximidad cognitiva y emocional de los socios y demás asistentes.

-¿No piensa que de las sociedades gastronómicas surgió un eibartarrismo y localismo feroz que se miraba mucho al ombligo y poco a lo que desde el exterior venía forjándose?

-Evidentemente, las sociedades gastronómicas han contribuido positivamente a la consolidación del espíritu eibarrés, pero en discordancia con algunos que opinan que la industria local se emborrachó de su éxito, opino que los empresarios siempre han estado atentos a lo que acontecía en otros mercados y prueba de ello son las numerosas importaciones de tecnología que se han realizado desde el exterior. Eibar ha sido bueno en innovación, pero también en incorporar nuevas técnicas de producción a su capital físico y humano.

-Ahora se ha perdido buena parte de ese impulso a los negocios y a la industria en las sociedades gastronómicas, una vez que son los hijos o nietos de aquellos empresarios los que disfrutan de esos espacios. ¿Cómo valoraría esto?

-Durante el franquismo, las sociedades gastronómicas fueron un auténtico balón de oxígeno para el asociacionismo y lograron esquivar con mucho ingenio las estrictas leyes que regulaban el funcionamiento de las entidades civiles. En la actualidad, contamos felizmente con una mayor variedad de espacios para compartir nuestros momentos de ocio y, obviamente, la importancia relativa de las sociedades ha disminuido. No obstante, pienso que siguen siendo un fenómeno muy interesante, tal vez no tanto para el emprendimiento sino para tender puentes. De hecho, últimamente ha cambiado mucho el perfil de los socios y hoy en día en las sociedades se puede disfrutar del ambiente íntimo tradicional y a la vez compartir cocina o mesa con un número mayor de personas con las cuales se pueden establecer nuevas oportunidades de contacto.






°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario