3 de marzo y, como todos los años, se conmemora una de las jornadas más atroces vividas por el pueblo vasco a causa del violento terrorismo de estado que ha caracterizado al estado español en relación con Euskal Herria por lo menos desde 1936.
De esto nos habla este texto publicado en Naiz:
Martxoak 3 (1976-2015): Todo que ganar
Hoy es 3 de marzo, es difícil resumir todas las sensaciones que se nos acumulan en una jornada tan especial como esta. 39 años después produce mucha rabia constatar que todavía ninguno de los estamentos políticos, judiciales, policiales ni empresariales implicados en los hechos hayan reconocido el daño causado a las víctimas y a los familiares de los asesinados en aquel crimen de Estado.
Eva Barroso y José Luis Martínez Ocio | Asociación de Víctimas 3 de Marzo
La masacre perpetrada en Gasteiz el 3 de marzo de 1976 sigue siendo la punta del iceberg de la impunidad que se ampara desde el Estado español, por esa razón las reivindicaciones de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición siguen aquí y ahora muy presentes.
Actuales son también las causas que motivaron aquel movimiento huelguístico y por eso pensamos que Pedro Mari, Francisco, Romualdo, José y Bienvenido siguen vivos en cada persona que lucha hoy por la justicia social y la libertad. Al igual que Juan Gabriel y Vicente, asesinados en Tarragona y Basauri en las manifestaciones que denunciaban la matanza de Vitoria, ellos siguen latiendo en cada corazón solidario que no se queda inmóvil ante la injusticia o la represión del siglo XXI.
Martxoak 3 elkartea quiere agradecer la inmensa solidaridad que recibimos desde diferentes ámbitos, y es que no dejan de surgir nuevas iniciativas a nuestro alrededor en torno a mantener viva la llama del 3 de marzo y los valores que en él se reflejan. Son muchas las razones para seguir adelante, tenemos muchos motivos para la esperanza. Por eso hoy queremos lanzar un mensaje positivo y resumir este tres de marzo en otras tres palabras: «Todo que ganar».
“Todo que ganar” es el título de una novela que acaba de ver la luz, escrita por Juako Eskaso, publicada en coedición por Txalaparta y La Oveja Roja. Una novela muy recomendable que narra en primera persona los hechos del 3 de marzo desde una perspectiva muy actual. Nos agarramos con fuerza a ese lema porque “Todo que ganar” recoge a la perfección esa mezcla de compromiso, militancia y utopía que significa el 3 de Marzo.
Una pelea por la memoria y los derechos humanos que en los últimos meses se ha visto caracterizada por el gran avance en la lucha contra la impunidad que ha venido desde Argentina. Desde que en 2010 la querella contra los crímenes del franquismo inició su andadura, poco a poco se han ido dando pasos hasta llegar a las imputaciones en base al principio de justicia universal, dictándose órdenes de detención y extradición para toma de declaración indagatoria de 19 franquistas acusados de delitos de lesa humanidad, entre los cuales se hallan Martín Villa, Alfonso Osorio y Jesús Quintana por su responsabilidad en la masacre llevada a cabo en Gasteiz. Unas órdenes que el Gobierno español ha paralizado incumpliendo la ley de Extradición Pasiva y el Convenio Bilateral de Extradición y Asistencia Jurídica en Materia Penal suscrito precisamente el 3 de marzo de 1987 entre España y Argentina.
Con todo, podemos afirmar que la denominada querella argentina no solo está dando resultados, sino que ha supuesto un auténtico punto de inflexión tras décadas de impunidad. Ya nada será igual en el relato oficial de la pretendida y cacareada «modélica y pacífica transición». Se les acabó para siempre el argumento a los defensores de la impunidad de la dictadura, incluso muchos de los que apoyaron entonces la ley de punto final se han visto obligados a cambiar de posición.
La versión impuesta por las élites franquistas pretendía ocultar bajo la alfombra de la monarquía constitucional miles de crímenes y vulneraciones de Derechos Humanos. Hoy todo eso se está desmoronando. Tras tanto tiempo de silenciar la realidad de las víctimas del franquismo, la repercusión que a nivel internacional está teniendo la lucha contra la impunidad es ya una victoria. Aunque el Reino de España ni juzgue ni extradite a torturadores como Billy el Niño o el capitán Muñecas, más allá de que sigan muriendo en la cama y sin ser juzgados franquistas como Fraga o Adolfo Suárez o incluso prescindiendo de si ministros de la dictadura como Martín Villa o Utrera Molina responderán o no a las preguntas de la jueza María Servini, ya nada será igual. Gracias a la querella argentina ha quedado en evidencia internacional el modelo español de impunidad y eso sigue abriendo puertas.
Mientras tanto, el Partido Popular en su conjunto, desde Rajoy a Maroto y desde Oyarzabal a Javier de Andrés, demuestran su hipocresía a diario, no son creíbles, mienten para justificarse de cara a la galería y lo que prometen ante las cámaras lo incumplen a la hora de la verdad. Desoyen y vulneran la legislación internacional de derechos humanos y eso les pasará factura. En 2015 tienen el mismo discurso y actúan de igual manera que los criminales franquistas en 1976, el último ejemplo ha sido la respuesta a las familias de los asesinados en Gasteiz.
Es muy duro para una madre leer la resolución del Ministerio del Interior, notificada en Trámite de Audiencia y posteriormente ratificada, negándole ser acogida en la ley de reconocimiento y protección integral a las víctimas del terrorismo «…el fallecimiento de su hijo se produjo como consecuencia del enfrentamiento ocurrido en Vitoria el día 3 de marzo de 1976 entre los participantes en una concentración prohibida que tenía su origen en un conflicto laboral y miembros de la Policía», «…en el presente caso, en cuanto a acreditar la naturaleza de acto terrorista del hecho que provocó las lesiones sufridas no existe sentencia definitiva alguna que así lo declare, ni de la jurisdicción militar ni de la ordinaria…», «….Los hechos examinados no tenían por objeto directamente la alteración de la paz pública, sino reponerla…», «Ha quedado acreditado en el expediente que don (...) no falleció como consecuencia de un acto de terrorismo, (...) y en consecuencia su solicitud se va a desestimar».
Enfrentamiento con la Policía? ¿Reponer la paz pública? ¿No hay sentencia firme? Sitiaron, gasearon y ametrallaron una asamblea pacífica de trabajadores que se celebraba en una iglesia y sobreseyeron la causa abierta por, según afirmaron, carecer de indicios suficientes para acusar a persona o personas determinadas. Toda una burla a las víctimas. Y sí, prohibida es verdad que estaba la asamblea, pero como todo mínimo derecho en aquel momento del régimen franquista. No es lo grave que la criminal actuación policial la justificaran en aquel momento, lo vergonzoso es que a día de hoy y en lo que se supone una democracia, se justifique la actuación en los mismos términos de entonces.
Pero el ciclo de esa impunidad se ha acabado. El factor internacional abre muchas puertas y no vamos a parar. De hecho, vamos a abrir una nueva vía, esta vez en Bruselas. El Parlamento Europeo es la próxima estación en el marco de las iniciativas contra el modelo de impunidad español.
Vamos a ir a Bruselas a denunciar al Estado español por el incumplimiento de la normativa en materia de derechos humanos existente en Europa y por el trato discriminatorio hacia las víctimas en su derecho a la verdad, la justicia y la reparación en función del origen de la violencia que las ha provocado. Vamos a hacer visible la masacre cometida en Gasteiz el 3 de marzo de 1976 y la impunidad que ampara 39 años después a los responsables que la diseñaron y la cometieron. Contamos con muchos apoyos en esta tarea y vamos a recabar más.
Un año más miramos atrás para seguir avanzando, con la fuerza de la memoria y de la razón seguiremos abriendo camino para que 3 de marzo continúe significando solidaridad, dignidad y justicia social. Para que cada vez seamos más los que pensemos que tenemos todo que ganar. Todo que ganar, siempre.
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