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sábado, 28 de marzo de 2015

Egaña | El Impuesto Revolucionario

Les compartimos este texto:

El impuesto revolucionario

Iñaki Egaña
Estamos asistiendo en los últimos meses a una acumulación de trabajos especializados sobre aspectos parciales del conflicto vasco, en especial sobre la actividad de ETA. El asedio es espectacular, como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina. No se ha resuelto ni uno de los apartados que abrieron vías insurgentes hace medio siglo y, sin embargo, profesionales de la manipulación están cerrando cuestiones de una manera constreñida.

Hace ya más de 30 años, la revista jeltzale Euzkadi dio a uno de sus números (diciembre de 1982) un trato especial con el título: "Los empresarios no somos pistoleros". Hacían frente a lo que la revista llamaba una ofensiva del "llamado impuesto" a través de tres vías diferentes: ETAm, ETApm y CAA. En un largo artículo sin firma, el anónimo autor señalaba que "los trabajadores vascos ya comienzan a comprender al empresario".

Ahora unas semanas, con el intervalo que conocemos de sobra, la Universidad de Deustu anunciaba que estaba trabajando en el estudio de los "empresarios extorsionados por ETA", el "mal llamado impuesto revolucionario" según El Correo, "práctica mafiosa de chantaje que ha tenido un importante impacto económico para el desarrollo de nuestras empresas y, en definitiva, del país", según Deia.

La noticia generada por la Universidad de los Jesuitas, ha volcado otras paralelas de una magnitud insospechada, al menos para mí. Entre ellas, la ampliación de Guillermo Zubia, ex secretario general de Confebask, que decía, según Europa press, que ETA había matado a "más de 30 empresarios" por impago del impuesto que había exigido. Radio Euskadi dio por buena la afirmación de Zubia y la repitió en sus informativos durante dos días.

Otra de las informaciones paralelas sorprendentes la ha proporcionado el vallisoletano Manuel Reyes Mate, científico del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), una de las lumbreras más brillantes que pasaron por el ministerio de Educación en la época de Felipe González. Se cuelga de la cifra de "entre 10.000 y 15.000 empresarios vascos afectados por el chantaje".

Pero lo sorprendente no está en esa cifra sino en las siguientes interpretaciones. La primera del científico Reyes Mate: "Lo recaudado por ETA en los primeros años del presente siglo son dos mil millones de euros anuales, sin contar las cajas B" (El Norte de Castilla, 7.3.2015). José Mari Reviriego añadía que "todos los extorsionados son víctimas y como tal merecerían ser reparadas, hasta en recuperar el dinero que se vieron obligados a entregar a la banda". (El Correo, 1.3.2015).

La segunda del periodista Luis R. Azpiolea: "Algunos han cualificado el impacto de la extorsión en el 10% del PIB, aunque los investigadores no lo asumen, consideran que el Gobierno central, consciente del fenómeno, se volcó en auxilio de la economía vasca. Era una manera de compensar las deficiencias del Estado frente a la extorsión". (El País 1.3.2015).

Para terminar con estas noticias recordar el estudio del Foro de Ermua sobre los exiliados por la actividad de ETA: 383.700, de los que gran parte eran empresarios. Cuando las cifras no cuadraban ni siquiera con el censo, el PP encargó a un grupo de expertos los datos precisos. La cifra aunque siguió siendo escandalosa bajó a 229.907, de los que 14.441 eran empresarios (que arrastraron en su exilio a tres familiares como mínimo, según dicho informe). De ellos, 13.941 tenían empresas con más de 20 empleados y 500 eran miembros de consejos de administración.

Tal como yo estará, estimado lector, impactado por las cifras. A veces tengo la impresión de que vivimos en países distintos, que la ficción y manipulación han sustituido a la realidad. Estos científicos y académicos están lanzando auténticas barbaridades en temas que se puede contrastar por el resto de humildes ciudadanos. ¿Qué credibilidad tendrán cuando hablen del ribonucleico o del ADN del Neandertal?

ETAm, ETApm y CAA, los citados por la revista del PNV en 1982, han matado a siete empresarios por razones relacionadas con el "impuesto" que señalaba Euzkadi. Los señalan las listas de los ministerios del Interior (vascongado y español). El primero fue Ángel Berazadi, ahora hace exactamente 39 años. Sin que sirva de justificación de una muerte, de quien evidentemente fue una víctima civil del conflicto, valga el siguiente dato que quizás, desconozco otras historias más recientes, se podría actualizar.

En 1959, una investigación de la Hacienda española determinó que numerosos industriales sacaban sus fortunas de la Península y guardaban el dinero en cuentas secretas de bancos afincados en Suiza. Hubo tres centenares de sancionados, entre ellos diversas familias vascas de renombre empresarial como Artiach, Chavarri, Unceta y Orbea. También el industrial guipuzcoano Ángel Berazadi.
Es cierto que el impuesto ha podido rebajar ganancias. No lo puedo certificar con números, aunque tengo la impresión que los beneficios han sido mayores que las rebajas, gracias a vacaciones fiscales, descenso en el impuesto de sociedades, no descontaminación de suelos, reformas laborales o evasión de grandes fortunas. Antes, mientras y después del impuesto dichoso.

Dos mil millones de euros, la cifra anual de Reyes Mate, es la que ha entregado hace unos días la Unión Europea a Grecia para evitar la bancarrota, el dinero que reparte la UEFA entre todos los equipos de la Champions y la Europe league. Los presupuestos del Ayuntamiento de Bilbao para este año de 2015 son de 489,7 millones de euros, poco más de la cuarta parte de lo que recaudaba ETA por el llamado impuesto revolucionario anualmente (según Reyes Mate). ¿Se lo creen?

El impacto negativo del 10% en el PIB vasco por el llamado chantaje es, siguiendo el ejemplo anterior, idéntico al de la fuga de capitales de Grecia. Sepan que la introducción de prostitución y drogas (tanto como el mercado petrolífero) en las cuentas europeas, ha engordado en 3,4% su PIB. Imaginen el 10%. Por emparentar, recordar que el 5% del PIB vasco lo genera el turismo. ¿Se lo creen?
¿Y lo de ayudar a la economía vasca para compensar el chantaje etarra, el impuesto revolucionario? No deja de ser un sarcasmo que el peso de la reconversión industrial y naval tuviera un componente político de castigo. Justo lo contrario de lo que señala ahora el relato oficial. El paradigma fue Euskalduna, pero los ejemplos se expanden por decenas.

Abría el artículo recordando la ofensiva, intentando huir de las frivolidades en la que descansan decenas de trabajos emitidos al calor de un conflicto sin resolver. Es difícil hacerlo, aunque necesario cuando hay multitud de víctimas de por medio, algunas particulares, otras colectivas. Víctimas y actores de muchos colores. Los pobres también lloran.

En una coyuntura en la que según denunciaron ELA y LAB, Confebask aboga por su ilegalización, apuntar a un único sufrimiento sigue siendo una estafa. Más aún en medio de una crisis económica que no debería permitir la burla sobre niveles de padecimiento, cuando las diferencias de poder adquisitivo entre unos y otros son abismales.

El medio empresarial, el impuesto revolucionario o el chantaje (que lo fue) tiene un contexto muy determinado. Y tiene también varias decenas de muertos en el lado insurreccional cuya memoria también nos quema. Como aquellos jóvenes, Joxe Etxeberria y Jon Pagazartundua, de 22 y 19 años, que murieron en 1973 cuando intentaron reventar el club de los empresarios de Getxo. Como otras tantos posteriores, que anidaron cientos de años entre rejas, al contrario que chorizos de corbata que eludieron, por su condición, la prisión.

Hace falta profundizar en un contexto completo y complejo, en lo que es, sin duda, una falla del conflicto. Sin frivolizar con cifras increíbles, con manipulaciones escandalosas. Y recordar que la vida también se complica en un andamio, con el amianto, o en un desahucio, cuando el empresario busca el mayor beneficio al menor coste.




Ahora bien, si hablásemos de la cantidad de pesetas/euros que Españistán ha cobrado como impuesto monárquico a miles de familias vascas a través de multas, fianzas y gastos varios a todxs lxs represaliadxs políticos, ahí sí que las cifras serían estratosféricas.






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