Les presentamos este reportaje muy completo acerca del origen del ex mandatario uruguayo José Mujica, tan solo Pepe para nosotros.
Ha sido publicado en Naiz, aquí lo tienen:
Las raíces de Pepe Mujica
Ha sido un presidente humilde, lo ha demostrado cada día de su mandato al frente de Uruguay. Ahora sabemos que sus antepasados también fueron muy humildes, y en este caso el mérito de demostrarlo corresponde a Mikel Prieto, investigador de Eusko Ikaskuntza, que tras dos años de trabajo riguroso en los archivos y sobre el terreno ha fijado en el barrio rural de Astigarreta, en Beasain, el origen de la familia Muxika, de la que desciende José Alberto ‘Pepe’ Mujica Cordano, el modélico expresidente del «paisito» sudamericano.
Gotzon Aranburu
José ‘Pepe’ Mujica siempre se ha sabido descendiente de vascos. Y lo ha afirmado, sin alharacas, cada vez que le han planteado la cuestión. Hace dos años, siendo todavía presidente de Uruguay, viajó a Euskal Herria y visitó la localidad vizcaina de Muxika, en la suposición de que de este pueblo debían de proceder sus antepasados. Pero no es así. Mujica planea volver a nuestro país dentro de poco, quizá esta misma primavera, y si es su deseo esta vez podría visitar Astigarreta, el pequeño barrio rural –apenas diez casas y caseríos– en las estribaciones de Murumendi del que hacia 1788 un Muxika, antepasado de su bisabuelo de Tolosa Francisco Mujica Yeregui, decidió trasladarse a Azpeitia y casarse allí.
Bisabuelo y tatarabuelo de Tolosa
«Cuando vi que al presidente le llevaron a Bizkaia me sorprendió. Era cosa sabida, por genealogistas uruguayos y argentinos, que su antepasado vasco era Francisco Mujica Yeregui. Pero en su camino de investigación confundieron el barrio guipuzcoano de Itsaso (Itsaso-Ezkio) con Itsasondo, desviándose y perdiendo así la pista de su origen: Astigarreta. Los datos hasta este punto están en internet, no hace falta ser un especialista para descubrirlo», indica Mikel Prieto en la sede de Eusko Ikaskuntza en Donostia.
Sumergido en el archivo de Oñati, en el diocesano de Donostia, en el de Aranzadi… Mikel Prieto fue trenzando el árbol genealógico de los Mujika de manera documentada: Francisco Mujica Yeregui, bisabuelo del presidente, aparecía como vecino de Tolosa y de oficio sereno. Como muchos otros vascos en la posguerra carlista, Francisco emigró con su familia al Nuevo Continente, en su caso a Uruguay, como había hecho previamente su tío por parte materna Fermín Yeregui. Y donde tres generaciones más tarde nació el que sería presidente del país.
Pero vayamos para atrás, de la mano de Prieto. El tatarabuelo del presidente también era tolosarra, su padre (sexta generación, por tanto) procedía de Azpeitia… y todas las generaciones precedentes, hasta doce, hasta cuando existe constancia documental por tanto, son ya de Astigarreta. Desde al menos el siglo XVI habitaron allí en caseríos como Muxika, Latsandia, Goikoetxea, Latsa-Erramonategi y Arregi, hasta que su rama de Mujica se mudó a Azpeitia en 1788.
Mikel Prieto culminó su labor de investigación genealógica el verano pasado. La encuadernó y se la envió al presidente, cuya secretaria le llamó poco después –¿Señor ‘Maikel’ Prieto?– para agradecerle en su nombre el trabajo realizado. El muy completo trabajo realizado, habría que decir, pues Mikel ha reunido en el mismo copias de actas sacramentales, notariales, contratos de viaje… todo lo que sirve para sustentar el recorrido genealógico, dentro de una investigación que todavía no da por finalizada. Por ejemplo, cuenta con el acta de matrimonio de la iglesia donostiarra de San Vicente que casó al bisabuelo del presidente con Catalina Chipiriano Esnaola, descendiente de madre vasca y padre italiano.
Otro de los documentos muy valiosos localizados por Mikel Prieto, gracias al archivo de Oñati, es el contrato de viaje que firmó el bisabuelo del expresidente al embarcarse el 1842 en Pasaia con su mujer y sus dos hijos en el Chateaubriand. Entre otros muchos datos, en el mismo se indica la cantidad a pagar por el pasaje –1.500 pesetas– y la categoría de su alojamiento, en el entrepuente del buque, gracias a lo cual podemos concluir incluso la alimentación a la que tuvieron derecho a bordo.
Francisco Mujica contaba con 21 años cuando se casó. Puede que, como era costumbre en la emigración vasca, hablara en euskara a sus hijos ya que el propio expresidente ha confirmado en entrevistas que su abuelo sabía euskara. No solo se da la continuidad del apellido. Entre los Mujika primigenios de Astigarreta y Pepe Mujica Cordano se da otro hilo de conexión: el trabajo de la tierra. Sus ascendientes, lógicamente, cultivaron el terreno de las pronunciadas pendientes del monte beasaindarra, y el expresidente se ha dedicado laboralmente al cultivo de flores para su comercialización. Se diría que a través de siglos y miles de kilómetros de distancia se ha mantenido la herencia cultural, la que lleva a manos tan lejanas a empuñar el mismo instrumento, la azada, para ganarse honradamente la vida.
Caserío Muxika de Astigarreta
Hemos visitado el caserío Muxika de Astigarreta. Lo habitan en la actualidad Pedro Mari Alustiza y Maria Rosario Mujika, que nos han permitido amablemente tomar imágenes de la casa y con los que hemos conversado un rato. «Bai, bai, zerbait aditu dugu Uruguaiko presidentearena. Nik zer esango dizut, ba? Gauza horiek jakintsuek argitu beharko dituzte» indica Maria Rosario en el umbral del caserío. ¿Pisará esta casa Pepe Mujica? ¿Qué sentirá si lo hace? Por ahora son preguntas sin respuesta.
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