Korrika 19 ha iniciado y, como ha sucedido en ediciones recientes, también se correrá por el euskera en distintos lugares fuera de Euskal Herria, 43 ciudades en total distribuidas por los cinco continentes. Valencia es una de ellas y vía Deía les ofrecemos esta entrevista al respecto:
"Entre cien y doscientas personas nos sumaremos la próxima semana a la Korrika de Valencia"
Gemma Sanginés es una psicóloga bilbaina que vive en Valencia, integrada, desarrollando su vida en valenciano y enseña euskera en Euskaltzaleok
Joseba Etxarri
Hace algo más de 11 años que Gemma reside en Valencia, adonde llegó tras graduarse en Psicología en la Universidad de Salamanca y especializarse con másteres en Terapia de Conducta y Psicología del Deporte. Después de una experiencia de tres años en Extremadura, esta psicóloga vasca de 44 años se asentó en la ciudad del Turia, donde ha desarrollado su vida profesional, con una importante labor en el campo de la asertividad y los comportamientos lingüísticos en sociedades bilingües. Autora de una decena de libros individuales y colectivos, Gemma quiso transmitir a sus dos hijas el euskera y en virtud de ese compromiso se convirtió en profesora de euskera de la euskal etxea Euskaltzaleok.
He entrado en Internet, donde se subraya su vertiente profesional como psicóloga en aspectos como la psicología deportiva, en concreto con pelotaris valencianos...
-No sé hasta qué punto se conoce fuera de Valencia, pero la pelota valenciana es una modalidad particular de pelota muy popular y extendida aquí. Es muy diferente a la pelota vasca, pero en ocasiones pelotaris de ambos lugares han solido competir o jugar partidos más bien de hermandad o exhibición. La psicología deportiva es parte de mi actividad. Hasta hace tres años contábamos en la Universidad con un gabinete interdisciplinar en el que trabajábamos conjuntamente un médico, un fisioterapeuta, un preparador y un psicólogo, pero los recortes se lo llevaron por delante, aunque yo en mi consulta sigo atendiendo a deportistas, ahora mismo por ejemplo un taekwondista, un atleta y varios pelotaris.
También hay diferentes referencias a los talleres TELP que usted imparte y al concepto de estrés lingüístico. ¿Qué es el estrés lingüístico?
-Es algo que sufrimos en común los hablantes de euskera, de kurdo, de catalán o de cualquier otra lengua minorizada. Cuando alguien habla dos lenguas, una fuerte y protegida y otra minorizada, puede sentirse en la obligación de vivir pidiendo permiso para hablarla o sentir que no tiene derecho a hablar su lengua y el estrés surge porque se ve obligado a optar por una de ellas, frecuentemente la lengua fuerte. Eso suele ir ligado a otro concepto, el de la sumisión lingüística, que nos hace optar por no hablar nuestra lengua, a pesar de tener todo el derecho a hacerlo, y optar por la del otro. Ocurre incluso en las zonas de mayor índice de hablantes de las lenguas minorizadas, no pensemos que solo en Bilbao o en zonas con un alto porcentaje de monolingües. Y es algo que, obviamente, no les sucede a los monolingües, pero que afecta gravemente a la población bilingüe, en su perjuicio,
Lo mencionaba usted en el libro ‘Salir del armario lingüístico’, que escribió junto a Ferran Suay.
-Es un libro que se publicó en 2010 en Barcelona y va ya por su tercera edición en catalán, con un eco y un éxito de crítica muy notable. En él analizamos desde la psicología el testimonio y el comportamiento de seis catalanes que cuentan su experiencia como catalanohablantes. La versión en euskera está ya lista y en breve podremos anunciar su publicación.
Hoy día usted es euskaldun. Aprendió por decisión propia.
-Nací en Bilbao en una familia que vivía de espaldas al euskera y estudié en el modelo A y a los 17 años decidí matricularme en AEK para aprenderlo. Hasta los 20 años hice varios cursos y un barnetegi y adquirí un nivel aceptable. Luego marché a estudiar a Salamanca y lo tuve aparcado hasta que, ya en Valencia, me propuse recuperarlo y transmitírselo a mis dos hijas. La maternidad y mi cariño por el euskera me condujeron a involucrarme aquí en la euskal etxea Euskaltzaleok, y a comprometerme con las clases que hoy día imparto.
Korrika 19 llegará la próxima semana a Valencia, de la mano de Euskaltzaleok y Laurak Bat.
-Será nuestra tercera edición de Korrika. La haremos el sábado de la semana que viene. Nos acompañarán a partir de las doce dantzaris y trikitilaris de Euskal Herria, junto a dolçainers y tabalers valencianos, lo que en Euskadi serían txistularis o dulzaineros y danbolinderos. Ellos caldearán las calles del barrio Velluters, en el que se halla la sede de euskal etxea, Racó de la Corbella; a la una será la Korrika. Esperamos una participación de entre cien y doscientas personas. Posteriormente habrá una comida popular a base de marmitako, con sidra, una presentación sobre la iniciativa, música, cantos y un concierto de Josu Bergara, el cantautor valenciano Pau Alabajos y Ali Farnat. También tendremos la participación de una típica muixeranga (torre humana).
¿Por qué Korrika en Valencia?
-Porque somos vascos. Creo que muchos vascos en el mundo, y entre ellos quienes nos agrupamos en euskal etxeas como la nuestra, podemos y queremos sumar nuestro esfuerzo al de quienes participan, corren, organizan y hacen posible la Korrika y el avance del euskera en Euskadi. Queremos contribuir a ello allí desde donde estamos. Por eso hemos comprado petos y los beneficios de lo que recaudemos se enviarán a Euskal Herria. Pero también queremos mostrar a nuestros convecinos cómo somos, cómo es nuestra lengua, nuestra cultura y cómo nos une y nos reúne. Celebraremos una fiesta a la que invitaremos a otras gentes y amigos y se mezclarán modos y culturas y a la que contribuiremos desde lo nuestro, desde lo que somos y sentimos.
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