Sin mayores preámbulos, les presentamos esta entrevista publicada en inSurGente:
Tras el acuerdo de Grecia con la Unión Europea (que ha conllevado una prórroga en la extensión del programa de ayuda a cambio de la continuación de las reformas estructurales) el nuevo gobierno ha llegado a un callejón sin salida. Las esperanzas de aquellos que buscan un fin a la austeridad ni siquiera han durado un mes. Stathis Kouvelakis, miembro del comité central de Syriza y el lector en la teoría política en el King´s College de Londres opina acerca de este desarrollo de los acontecimientos en la entrevista a continuación.
Entrevistador: ¿Cuál es la importancia simbólica de la victoria de Syriza?
Kouvelakis: La victoria de Syriza representa un punto de inflexión histórico. Es la primera vez en la historia electoral europea que una parte de la izquierda radical – es decir, de las fuerzas situadas a la izquierda de la socialdemocracia – ha ganado las elecciones y ha podido formar gobierno.
Hasta ahora, las únicas veces que los partidos de esta corriente política habían ejercido funciones gubernamentales había sido como parte de coaliciones más amplias, e incluso entonces, en circunstancias muy particulares. Este éxito sin precedentes, sin duda, marca un punto de inflexión, que es aún más importante teniendo en cuenta que Europa ha caido en las garras de una crisis social y económica que ha conducido a una creciente agitación política.
Algunos han señalado que en los países del norte y centro de Europa las fuerzas de extrema derecha y la derecha radicalizada son los que se benefician de esto. Por el contrario, en los países periféricos, que han sido sometidos a las políticas de austeridad más duras, son en cambio las fuerzas de la izquierda radical las que parecen estar asomando la cabeza. Esto lo vemos en Grecia, pero también en España e Irlanda.
E:¿Y eso coloca pesadas responsabilidades sobre los hombros de Syriza?
K:Sí, en efecto, le supone responsabilidades muy grandes. Y esto significa que si llegara a fallar, esto tendría un efecto muy grave en el equilibrio de fuerzas en el período venidero.
E: Dado que Syriza no ganó una mayoría parlamentaria, el día después de su victoria se anunció que formaría una coalición con los Griegos Independientes (ANEL), una escisión de Nueva Democracia. ¿Cómo se explica esta coalición? ¿Cómo ha sido elaborada y qué es lo que el electorado piensa de ella?
K: Hay dos malentendidos sobre ANEL que debemos quitarnos de encima de inmediato. En primer lugar, no es un partido de extrema derecha, como muchos medios de comunicación sugieren erróneamente. Es efectivamente una facción de Nueva Democracia que se ha combinado con unas pocas personas que han desertado de otras fuerzas políticas, algunos de ellos desde la izquierda.
En Francia, llamaríamos a este tipo de partido ‘sovereigntyist’ (algo así como soberanista o nacionalista), aunque también hay que tener en cuenta que el soberanismo y las ideas patrióticas no tienen el mismo significado en una gran potencia como Francia con una historia de imperialismo y colonialismo, que en un país como Grecia que ha estado dominado durante toda su historia.
ANEL es un partido que ha tomado una posición en contra del Memorandum y las políticas de austeridad – y lo ha hecho de forma patriótica. Pero también representa una tendencia “social” que alguna vez fue parte integrante de la Nueva Democracia, el cual (ND), no olvidemos, se había constituido como un partido de masas con un electorado popular y una base significativa de sindicalistas.
La segunda cosa a tener en cuenta es que no hay una gran estrategia aquí. Fue una elección pragmática, correspondiente a las restricciones dadas en el momento actual. Syriza sabía que se enfrentaría a una situación muy difícil, y que necesitaba una mayoría en el Parlamento.
Dado que el Partido Comunista de Grecia (KKE) lleva muchos años rechazando cualquier tipo de coalición política con Syriza, los únicos aliados posibles estaban en la derecha o centro-derecha. Y Syriza estaba segura de evitar la trampa de aliarse con To Potami. Este partido (To Potami) es, indudablemente, una criatura del sistema. Se presenta como un “comodín”, listo para participar en absolutamente cualquier coalición de gobierno.
Es por eso que los medios de comunicación extranjeros constantemente plantean a To Potami como alternativa (para la coalición con Syriza), pensando que este partido obligaría a Syriza a hacer concesiones. Eso es precisamente lo que Syriza quería evitar, y es por eso que optó por aliarse con un partido que no le causaría dificultades en sus negociaciones para deshacerse del Memorándum. Así que si Syriza se repliega (cede en sus demandas)- como está ocurriendo en este momento – dicho partido será el único culpable.
Toda la campaña mediática contra Syriza busca presentar a ANEL como un partido de extrema derecha y un partido xenófobo – hablando de una coalición ‘Red-Brown’, tal y como hace el Sr. Quatremer [periodista de Le Monde] , por ejemplo -para así castigar a Syriza por negarse a aliarse con To Potami y, por tanto, por no ajustarse a las demandas del sistema.
La reacción en Grecia ha sido muy positiva, sin embargo. Debe entenderse que la oposición entre partidarios y opositores del Memorándum se ha convertido en la línea divisoria central en la vida política griega, a pesar de que no se haya borrado la división entre izquierda y derecha. Por tanto tiene mucho más sentido (para Syriza) el hecho de aliarse con ANEL que el hacerlo con To Potami.
E: Habiéndo pasado un mes desde la elección. ¿Cuál es su evaluación de la actuación de Syriza hasta ahora?
K: El nuevo gobierno ha anunciado un primer conjunto de medidas, expresando su deseo de transparencia y de lograr una mayor democracia. El cambio de código de la nacionalidad (que ha permitido entregar la ciudadanía griega automática a los hijos de inmigrantes nacidos en Grecia) es una considerable reorganización de la definición de la sociedad griega de la nacionalidad, la ciudadanía e incluso la identidad nacional.
Otro objetivo de estas medidas es la transparencia en los medios de comunicación, poniendo fin a la maraña de personal político y de intereses comerciales que afectaban a dichos medios. Una combinación que a menudo incluye también la presencia de magnates de los medios. Eso último no es nada particular en Grecia, como lo demuestra Berlusconi en Italia y Bouygues en Francia, pero en Grecia está situación ha cobrado realmente enormes proporciones.
La distribución de las carteras del gabinete muestra que Syriza no iba a ceder terreno, en ese nivel. Cabe destacar que el Ministerio del Interior fue entregada a una figura destacada en los movimientos anti-racistas, que participa en las luchas de apoyo a los inmigrantes; y el nuevo presidente del Parlamento griego, Zoe Constantopolou, es bien conocido por su lucha contra la corrupción y su participación en la lucha por las libertades individuales. Todo esto que envía un fuerte mensaje.
Desde un punto de vista social y económico, el restablecimiento de los derechos laborales – de los que los gobiernos anteriores se habían deshecho – es otra medida importante que Syriza ha anunciado, al igual que la re-contratación de funcionarios públicos despedidos; la re-conexión de la electricidad en aquellos hogares en que previamente habían sido cortadas; y el restablecimiento de la ERT (la radio pública y TV). Estos anuncios buscan demostrar la ruptura del nuevo gobierno con las políticas de los gobiernos anteriores que servían el Memorando.
Este conjunto de medidas – que corresponden al mandato de Syriza y tienen el propósito de poner fin a las políticas de austeridad – ha chocado muy pronto con las exigencias impuestas por la Unión Europea y la Troika. Estos últimos han obligado al gobierno griego a dar marcha atrás, paralizando la ejecución del programa de Syriza. Justo después de haber sido elegido, el nuevo gobierno se ha topado ya con dificultades que nos dan una idea de lo grave que será situación a la que nos enfrentaremos si dicho gobierno falla.
E: ¿Qué nos dice el acuerdo firmado el 20 de febrero?
K: El acuerdo insiste en la devolución total y puntual de las deudas de Grecia. Lo más importante es que prevé que el programa existente (el programa de austeridad) debe cumplirse en su totalidad, lo que significa que el país ha aceptado permanecer bajo la supervisión de la Troika o como se le llama ahora, «las instituciones».
De hecho, el gobierno griego se ha comprometido a no tomar medidas unilaterales que pudieran poner en peligro los objetivos presupuestarios establecidos por los acreedores.
Así pues, este acuerdo neutraliza la actividad del gobierno de Syriza y su capacidad para poner en práctica su programa. Debemos ser claros; mantiene casi todo el marco del Memorandum de Austeridad intacto.
E:¿Cómo se explica una derrota tan rápida?
K: En primer lugar, desde el principio, las instituciones europeas han estado ejerciendo una presión enorme. Esto comenzó el 4 de febrero, cuando el Banco Central Europeo anunció que había detenido la refinanciación de los bancos griegos – porque ya no acepta bonos de deuda griega – al mismo tiempo, que se daba una fuga masiva de capitales fuera del país.
Después de haber alcanzado dicha fuga de capitales un ritmo de unos 2 billones de euros a la semana, dicho ritmo se incrementó en los últimos días a 1,5 billones cada 24 horas. La información que tengo y que provenía de Atenas es que los bancos griegos no podrían haber abierto el martes si Grecia no hubiera llegado a un acuerdo con Europa. El BCE ha chantajeado a Grecia exactamente de la misma manera como lo hizo Chipre en 2013 e Irlanda en 2010.
El gobierno griego está siendo estrangulado, explotando su eslabón más débil, es decir, el sistema bancario. Hubo una creciente presión sobre Grecia durante las reuniones del Eurogrupo, en un esfuerzo para obligarlo a aceptar los términos del Memorandum. Si Alemania era el país más vengativo – y hay un grado de teatralidad en momentos como este – los otros no eran diferentes. Nadie se posturó en contra de Alemania.
Los griegos vieron algo de esperanza en Francia cuando François Hollande fue elegido. ¿Ese país se negó absolutamente a acudir en ayuda de Grecia?
Desde un punto de vista superficial, se podría haber esperado eso. Pero no se puede aplicar la austeridad y votar por el proyecto de ley Macron [para la liberalización económica] y al mismo tiempo ofrecer ayuda política a un país (Grecia) que quiere romper con la austeridad.
E: ¿Qué grado de responsabilidad tiene Syriza?
K: Debemos ser claros. Algunos de los debates que hemos tenido en Syriza se han resuelto de una manera negativa. La idea de que podríamos romper con las políticas de austeridad y sin embargo, evitar la confrontación con la Unión Europea ha sido refutada en la práctica. La tendencia mayoritaria en Syriza evitó dar una respuesta clara a lo que sucedería si los acreedores de Grecia se negaban a negociar.
Los que mantenían esta posición también pensaban que nuestros socios europeos estarían obligados a aceptar la legitimidad de Syriza y a aceptar las demandas del gobierno griego. Y hemos podido ver claramente que este no es el caso. La tendencia dominante dentro del liderazgo de Syriza tiene la ilusión de que es posible cambiar las cosas, incluso dentro del marco de la Unión Europea actual.
Estas instituciones han mostrado su verdadero rostro, que es la imposición de políticas neoliberales extremadamente duras y otras políticas que conducen a la marginación económica y social de países enteros.
E: ¿Cómo se explican estas “ilusiones”?
K: Hay un obstáculo real, no sólo una barrera psicológica, sino también una barrera que tiene que ver con la estrategia política. Como casi toda la izquierda radical europea, Syriza cree en la idea de que es posible reformar y transformar las instituciones europeas existentes desde dentro.
Ese es todo el problema. Syriza cavó cada vez más claramente en su posición de negarse no sólo a romper con el euro, sino incluso a considerar esto como una posible amenaza que podría hacer durante las negociaciones.
Y de hecho, hemos visto que ni Tsipras ni Varoufakis han hecho jamás uso de esta posibilidad. Esta tendencia se niega a tener plenamente en cuenta lo que las instituciones de la UE y el proceso de integración consisten (sin embargo, este es un proceso que tiene el neoliberalismo en su ADN).
Estas instituciones fueron creadas con el fin de afianzar las políticas neoliberales y liberarlas de cualquier tipo de control popular. No podemos romper con las políticas de austeridad y las medidas de orden a menos que montemos una confrontación con la Unión Europea, dejando la zona euro si es necesario. Durante las negociaciones Grecia mostró que temía más ‘Grexit’ (Grecia y exit; la salida de Grecia de la Unión Europea y del euro) más de lo que lo hicieron sus interlocutores, y eso fue un error fatal.
E: ¿Qué conclusiones deberíamos sacar de este acuerdo?
K: Podríamos describirlo como una gran derrota para Syriza, posiblemente incluso una fatal, y este fracaso afecta a todos y cada uno de los componentes de Syriza. La izquierda no logró imponer su punto de vista, después de haber sido derrotada por la estrategia del liderazgo, desde las elecciones de 2012, de trasladarse más cerca del centro. La idea era que ya que ya habíamos ganado el mayor número de votos en la izquierda como pudimos, lo que ahora teníamos que hacer era ir en busca de los votantes de centro.
Esta lógica electoralista se equivoca, porque dada la magnitud de la crisis social la tendencia de la opinión pública no es en absoluto el fortalecimiento de la planta central. Por el contrario, se está radicalizando, y es esta radicalización la que explica la audiencia (el apoyo) de Amanecer Dorado, así como la de Syriza.
Hay un error muy fundamental de análisis, aquí. Para una fuerza política que lucha contra la austeridad “tirar la toalla” en unos de sus puntos esenciales de su programa sólo puede conducir a la derrota. Y, por desgracia, eso es precisamente lo que vemos que está pasando en este momento.
El gobierno de Syriza no tendrá así otra opción que trabajar dentro del marco del Memorandum de Austeridad. Los pequeños cambios que puede hacer, que sin duda será mejoras, no tendrán, sin embargo, éxito en la transformación de la situación económica y social totalmente desastrosa.Esto va a defraudar las esperanzas y expectativas que el electorado popular ha colocado en Syriza.
Terminar de esta manera sólo puede significar la derrota. Creo que es posible que Syriza llegue a desintegrarse, y que se produzca una reconfiguración de las alianzas políticas actuales. Si Syriza continúa con esta política, entonces no hay razón por la que las fuerzas pro-memorándum deban seguir negándose a colaborar con este partido. Potami, PASOK e incluso un ala de Nueva Democracia podría hacerlo – y fue precisamente a este último al que Syriza estaba dando un guiño cuando eligió a Pavlopoulos, una figura destacada del ala centrista de Nueva Democracia, para la Presidencia de la República .
E: ¿Cómo reaccionarían los griegos?
K: La victoria de Syriza dio el pueblo griego esperanza de nuevo. Después de que el BCE comenzó con su chantaje vimos gente salir espontáneamente rumbo a la calle a dar su apoyo a Syriza. La retirada actual corre el riesgo de poner fin a todo esto, lo que llevaría a una decepción muy grave.
¿Hay que temer que los votantes decepcionados recurran a Amanecer Dorado?
El éxito actual de los partidos de extrema derecha en Europa se debe fundamentalmente al hecho de que amplios sectores de la opinión pública los ven como auténticas fuerzas anti-sistémicas. Parecen más creíbles y más radicales que la Izquierda.
Gracias a la extensión de las movilizaciones entre 2010 y 2012 el electorado que ha roto con los partidos gobernantes tradicionales se ha convertido en su mayoría a la izquierda. No obstante, la posible recomposición de la política implica el enorme peligro de que dejemos la tarea de desafiar el orden existente a la extrema derecha.
Syriza se ha visto obligado a aceptar continuar con la supervisión de la Troika de Grecia. Este sentimiento de humillación nacional es muy importante para entender el avance que Amanecer Dorado ha hecho. El surgimiento de este partido supone en realidad una respuesta nacionalista y reaccionaria a este sentimiento de humillación nacional, combinado con una descomposición económica y social.
E: El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró recientemente que “no puede haber una elección democrática que contravenga los tratados europeos”. Son nuestras sociedades – en Grecia, así como en otras partes de Europa – realmente democráticas?
K: La cita de Juncker resume la realidad a la que nos enfrentamos. Desde la década de 1980 la construcción de la Unión Europea ha sido el vehículo de las políticas neoliberales. El neoliberalismo está en su ADN, está escrito en sus tratados. Su lógica subyacente es constitutivamente antidemocrática.
La UE trata de disolver las instancias de control nacional, de lograr el establecimiento de un orden supranacional independiente liberado de todos los mecanismos de control popular. Y esto es lo que ha llevado a las fuerzas políticas de oposición a la parálisis. La derrota de Syriza ante la Unión Europea es el ejemplo más notable de esto – y también el más triste.
Para cualquier fuerza que quiera oponerse a las decisiones de política económica dominante, es indispensable que se rompa con esta construcción.
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