Para que entiendan algunos de los entresijos más sutiles del neoliberalismo brutal que todo lo convierte en mercancia -hasta la soberanía de las naciones- les compartimos este texto publicado en el blog Moncada:
Referéndum: ¿Suiza recuperará su reputación de oro?
El 30 de noviembre próximo, los ciudadanos de Suiza acudirán a las urnas a votar en un referéndum, en el que decidirán sobre tres aspectos fundamentales: si quieren que el Banco Nacional Suizo (SNB, por sus siglas en inglés)incremente sus reservas de oro a 20 por ciento del total, si creen que el SNB debería detener sus ventas del metal precioso y si consideran que todos sus lingotes deberían ser repatriados a territorio nacional.
Esta propuesta conocida como “Salvemos Nuestro Oro Suizo”, enfrenta la dura oposición del gobierno. Ayer la ministra de Finanzas Eveline Widmer-Schlumpf dijo en conferencia de prensa que “una tenencia mínimo de oro rígida e invendible complicaría al SNB cumplir su mandato de asegurar la estabilidad de precios y de contribuir al desarrollo estable de la economía”. Aunque el gobierno y el parlamento han “recomendado” a los votantes que rechacen la propuesta, aún no se dan a conocer las encuestas de opinión. Se espera que esto ocurra a finales de este mes.
Ahora, debemos decir que la hoja de balance del SNB se expandió a raíz de sus intervenciones (manipulación) en el mercado para “defender” el tipo de cambio mínimo de 1.20 con el euro desde 2011. No quieren un franco fuerte. En ese entonces, declaró que no toleraría una tasa de cambio más baja, para lo cual estaba “preparado para comprar divisa extranjera en cantidades ilimitadas”, o sea,para imprimir dinero en masa como todos los demás.
Dicho de otro modo, Suiza se sumó a la “guerra de divisas” bajo la misma absurda idea predominante de que devaluar el valor de la moneda, es “bueno” para los intereses nacionales, en vez de una divisa sólida cuyo respaldo principal, es el oro. Establecer un piso mínimo de reservas en el metal, establecería de este modo un freno natural a la expansión monetaria. Esa, es la verdadera causa de la oposición oficial.
Este movimiento por supuesto por el oro, se suma a otros similares ya existentes en Estados Unidos, Alemania, Países Bajos y a voces solitarias que, como en México, clamamos por la necesaria y pronta repatriación del metal precioso a nuestros respectivos países. La razón de fondo, por supuesto, es que el sistema monetario vigente basado en la deuda –y cuyo rey es el dólar estadounidense, está condenado a desmoronarse en un futuro no muy lejano. En el camino eso significa que los acumuladores de reservas en divisa de papel sufrirán terribles pérdidas, de las cuales, los tenedores de oro saldrán mejor librados.
No obstante, la mayoría del oro de las reservas mundiales se encuentra supuestamente “resguardada” en manos del Banco de Inglaterra y la Reserva Federal de Nueva York. Para decirlo como es, todo el planeta dejó a un par de lobos como encargados de sus jugosas ovejas, a cambio de un mero documento que ampara el compromiso de cuidarlas. Sobra decir que hicieron con ellas lo que quisieron, se las “comieron” vendiéndolas y prestándolas con apalancamiento en un sistema de reserva fraccionaria. No tienen ya oro suficiente para cubrir los gigantescos pasivos. Por eso para EE.UU. es crucial “convencer” a sus sumisos aliados de que nunca se lo pidan, pues no lo entregará. Alemania es el mejor ejemplo, pues el año pasado la Fed prometió devolverle 300 toneladas de su oro (una pequeña parte de lo que dice custodiarle) en un plazo de siete años, y hasta el momento no le ha enviado casi nada.
En el plano monetario, Suiza ha mostrado la misma sumisión que el resto de países de Europa occidental. Esta se expresó con la venta de alrededor del 60 por ciento de sus reservas áureas durante los años 2000. No por nada el ex congresista liberal estadounidense, Ron Paul, afirma que la élite suiza está más preocupada por su propio bienestar y reputación internacional que por los más altos intereses de su país. Contra eso justo surgió “Salvemos Nuestro Oro” que, de ganar contra viento y marea, implicaría un duro golpe a la élite que gobierna el mundo y al poder del SNB para imprimir dinero de ilimitado. Es mucho lo que está en juego.
Según Beat Siegenthaler, analista de UBS AG en Zúrich citado por Bloomberg, si la iniciativa triunfa el SNB estaría obligado a comprar 1,500 toneladas de oro en cinco años. Eso equivale a casi la mitad de la producción mundial de oro(3,038.5 tons. en 2013). Por eso están tan desesperados en el gobierno y el banco central. No quieren quedar mal con Washington.
Ojalá que los votantes suizos no se dejen influenciar de mala manera por la propaganda oficial. Repatriar lo que es suyo y respaldar el franco con más oro, es un asunto de seguridad nacional. Sólo así podrán recuperar parte de la reputación dorada que algún día tuvieron.
Por lo que a nosotros respecta, todo se puede ir al carajo, tanto las divisas sustentadas por el oro (metal al que nosotros mismos por convencionalismo social le hemo asignado el papel que detenta en la economía) como las divisas sustentadas por el poder de Aslan en Narnia. Ambas son herramientas para la acumulación de riqueza de unos cuantos mediante la enajenación del producto del trabajo de todos los demás.
Lo interesante, eso sí, es que los suizos puedan llevar a cabo el referéndum, a diferencia de los pueblos vasco y catalán... que hasta eso tienen prohibido.
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