Les compartimos esta aclaración que le han hecho al mercachifle de la filosofía Fernando Savater, misma que ha sido publicada en Naiz:
Sr Savater, nosotros somos vascos
Es verdad, "filosofía" es un concepto de saldo. Lo utiliza todo el mundo y para lo más dispar. El presidente del Athletic dirá que quieren mantener la filosofía de la cantera y el director de Osakidetza presenta también su filosofía para los tiempos de crisis. Pero, claro, cuando el Sr.Savater habla de filosofía, habla de aquello que hicieron Aristóteles y muchos otros, algunos muy reconocidos: buscar el meollo de las cosas, indagar en la dimensión escondida de la realidad, responder con seriedad a la "curiosidad" más profunda de los humanos...
Mikel Arginarena | Licenciado en Filosofía
Pero de la misma forma que el Sr. Savater avisa sobre la confusión que crea el gerente de unos grandes almacenes cuando expone su "filosofía" de las ventas, yo pongo en cuestión que muchas de sus aportaciones puedan ser consideradas filosóficas en el sentido que entendemos cuando hablamos de Kant o de Spinoza o de...
El trabajo de los grandes filósofos tenía un componente de búsqueda del sentido de lo que nos rodea, siendo libres en su cometido, sin prisas para llegar a sus conclusiones, sin apremios para editar sus textos y sobre todo sin amos a los que servir. Me temo que la situación de los actuales "filósofos" ha variado mucho con el paso del tiempo, difuminando en exceso su " amor a la sabiduría"con los intereses creados. Con excesiva frecuencia son funcionarios del sistema, muchas veces justificadores de la actuación del poder, y algunos se prostituyen sin ninguna vergüenza: Hitler tuvo sus filósofos; Franco, también y el postfranquismo no podía ser menos.
La colaboraciön de Savater que viene en El Correo (26-10-14) nos descubre un pensamiento que en vez de ayudarnos a buscar un poco de clarificación de la realidad, casualmente suponen una justificación de los planteamientos más cavernícolas de curso normal en España. Valiéndose de que "ser vasco" , "ser catalán," o "ser español" se presta a interpretaciones no siempre matizadas, el Sr Savater propone una solución: en vez de responder " soy vasco" o "soy catalán" dice que " deberíamos contestar: "Me siento un ciudadano libre de un Estado de derecho, no un nativo atado por la tierra y la sangre a una forma de ser o parecer". De ese modo seríamos libres para ser lo que quisiéramos:" tengo derecho a parecerme a quien quiera o a ser diferente a todos los demás(...) Somos vascos, catalanes, murcianos, bisexuales, forofos de Osasuna, filatélicos sin fronteras o lo que ustedes gusten. Pero en cuanto ciudadanos, somos del Estado de España, porque sólo los Estados de derecho conceden la ciudadanía que nos permite todas las demás opciones que se dan precisamente gracias a ella".
Como poco, podemos decir que nuestro filósofo entra en el tema como un elefante en una cacharrería, provocando precisamente lo que él mismo dice que hay que evitar: crear confusión.
La situación de los vascos desde hace mucho tiempo resulta cuando menos llamativa: los conflictos que se dan, repartidos entre dos estados, con una criminalización de de nuestras aspiraciones, sufriendo la situación esquizofrénica que provoca nuestro sistema educativo en manos a menudo de gente extraña a nosotros....El sr. Savater - de cuya capacidad intelectual no tengo duda- tenía una oportunidad para poner su grano de arena. Pero...
Para empezar, se empeña en seguir hablando de los vascos sin conocer a los vascos. Ha tomado tantas precauciones en el trato con los vascos de a pie como una enfermera con el paciente atacado de ébola.
El vasco prototipo que él tiene en su mente no existe, es una creación suya: inventa un muñeco que le viene bien para aporrearlo a su antojo. Nos dibuja con la txapela y abarcas guardando como un tesoro los huesos de nuestros ancestros y obsesionados con nuestro Rh. Para hablar de los vascos se agarra a los escritos de Sabino, olvidando muy interesadamente que en España existían otros muchos "sabinos" que utilizaron el mismo lenguaje "racista" antes de que hablara el de Abando.
Dice Savater que los vascos "estamos atados por la tierra y la sangre a una forma de ser", lo que en nuestro mundo globalizado le parece absurdo: estamos mezclados vascos, andaluces, extremeños, cada uno "con sus costumbres, su lengua materna, ciertos aspectos de su forma de vida, su lugar de nacimiento o sus principales identificaciones simbólicas".
No sé si pretende hacer ciencia ficción de lo que la humanidad puede ser dentro de no sé cuántos siglos, pero hasta el presente los habitantes de la tierra para dar una solución a sus necesidades, se han organizado en grupos que coparticipaban de una serie de elementos comunes: tierra, "sangre", lengua, simbología...que han servido como elemento fusionador. Realidad que de alguna manera tiene relación con el etnos que dice Savater y que rechaza como retroceso. Universalmente habíamos convenido en respetar tales realidades: la Declaración de los Derechos Humanos así como el Derecho Internacional. Desgraciadamente la Historia nos enseña que los más fuertes casi siempre han hecho lo que han querido con los derechos de los pueblos. En esa actitud devastadora sobresale en la Historia una realidad que en este momento se conoce con el concepto de España.. " Ningún derecho a decidir (el que precisamente todos tenemos como ciudadanos y sólo así) entendido como derecho a decidir que el resto de compatriotas constitucionales no decidan sobre determinado territorio del país que legalmente compartimos, sirve para profundizar la democracia (...), sino para desnaturalizarla y retrotraerla al derecho tribal ".
No hace falta ser muy clarividente para entender esas palabras de nuestro filósofo como un respaldo a la postura más reaccionaria y filofascista que todos los días podemos descubrir en la brunete mediática de la que se sirven los franquistas reconvertidos en demócratas constitucionales de España.
Detras de toda esta verborrea que pretende cobijarse en la Filosofía, no es difícil desenmascarar a un hombre que, en vez de ser honrado buscador de la Sabiduría, se conforma con las alabanzas y mercedes que recibe de una casta que prefiere que los vascos, los catalanes... sigan siendo como hasta ahora, españoles. Para ello nos ofrecen el palo y la zanahoria: si no creáis problemas tendréis nuestras alabanzas: hombre fuerte del norte, gente emprendedora... Pero si comenzáis a molestar se os aplicará la ley en todo su rigor. Previa decisión de nuestros tribunales de Justicia.
No quiero terminar sin llamar la atención sobre la contradicción en que incurre Savater. Cuando por largos años ha ridiculizado el afán de los vascos de reclamar su patria (aberria) como una enfermedad mental, ahora se le cuela el concepto de "compatriotas", que por lo visto existen en la medida que participan de su pertenencia a España. Es decir tenemos patria en la medida que nos reconocemos de España. Si, por el contrario hablamos de nuestro aberri los vascos, catalanes... volvemos a la etapa tribal.
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