Las Cifras del Machismo

Desde El Mundo traemos a ustedes este artículo que nos provee detalles acerca de la violencia contra las mujeres en la Comunidad Autónoma Vasca:

Joven, vasca y maltratada sin cumplir los 30

La violencia contra las mujeres se cobra en diez años la vida de 33 residentes en Euskadi

Leyre Iglesias

Un detenido, joven; la víctima, también joven. La escena se repite, como en las generaciones anteriores, ésas en las que el machismo era políticamente correcto, en las que no había planes de igualdad en los colegios. Como este lunes en Bilbao, a plena luz del día. La pareja discute y él la golpea. Ella acude a casa de sus padres y la Ertzaintza recibe la llamada. Ella acaba en el Hospital de Basurto, con un diente roto. Él (30 años) es detenido, y ayer por la mañana, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pasa a disposición judicial.

La violencia contra las mujeres, que en diez años se ha cobrado la vida de 33 residentes en Euskadi -la última, la brasileña Andina Pereira, en marzo-, no es una cosa superada entre las chicas y los chicos que han crecido acunados por el discurso público de la igualdad. Un tercio de las denuncias por violencia de género van firmadas por una chica menor de 30 años, según datos de Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer). Un 8% son incluso menores de edad. ¿Los agresores? Otro tercio -algo menos- del total: un 2% menores de 18 años y un 24% entre 19 y 29 años.

Detrás de los porcentajes viven 1.138 chicas de entre 15 y 29 años que el año pasado denunciaron en la comunidad autónoma una o varias agresiones. De ellas, 254 no habían cumplido la veintena. Lo más preocupante es que son demasiadas en comparación con las mujeres mayores que ellas. Son 7,7 de cada mil chicas de su franja de edad, cuando entre las mayores de 30 la tasa baja al 3,4%.

Existe una coincidencia bastante generalizada entre los análisis y las investigaciones de los expertos sobre este tema: los patrones de género se repiten entre los jóvenes europeos del siglo XXI. Y la fiebre de los móviles no ayuda, porque ha aumentado la capacidad de control entre las parejas. Lo que antes era una llamada a casa de los padres es hoy un mensaje de WhatsApp -popular aplicación para móvil de mensajería instantánea- o de Facebook. Las posibilidades de saber dónde está la chica, con quién está, a qué horas... se ha multiplicado. Y, como siempre, aunque quizá con más ingredientes, ella confunde celos y el control con el amor verdadero.

El resultado, con el tiempo, puede llegar en forma de sentencia judicial. Ayer se supo que un juzgado de San Sebastián ha condenado a un hombre a un año y medio de cárcel por poner un cuchillo en el vientre a su mujer, a la que maltrató psicológicamente desde el principio de su matrimonio, hace ahora 25 años. ¿Cómo? Controlaba «sus relaciones personales y familiares», supervisaba sus «tiempos de entrada y salida del trabajo», a las personas con las que se relacionaba, «tanto amistades como familiares»... y no le permitía salir sola a la calle.

En el día internacional elegido para repudiar la violencia machista, instituciones, partidos y colectivos sociales vascos se pusieron el punto lila y salieron a la calle para denunciar las formas «sutiles» del maltrato, ésas que son percibidas como si nada. El lehendakari Iñigo Urkullu encabezó en Vitoria la concentración del Gobierno vasco, que aprobó una declaración institucional que aboga por prevenir este tipo de violencia, sobre todo en la infancia y la juventud, y rechaza la violencia sexista, física, psicológica o sexual, incluida la más «sutil y normalizada».

Las víctimas jóvenes

1.138 mujeres. Entre 15 y 29 años. Son un tercio de las 3.974 vascas que el año pasado fueron víctimas de violencia de género en Euskadi, según datos del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde. 7,4 de cada mil. Más que en otras edades. La tasa de violencia de género denunciada es mayor entre las menores de 30 años. Las víctimas en esta franja de edad son 7,4 por cada 1.000, el doble que el 3,4% en el resto. 74% por "amor". Pareja o ex pareja. En ocho de cada diez casos el agresor es su pareja o su ex. En el 16% de los casos la violencia se produce en el seno de la familia. El 10% restante son delitos contra su libertad sexual.

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