Hace 7 años el ahora argentino y gran defensor de los derechos humanos, según los activistas del país austral, Baltasar Garzón ordenó una de sus infames redadas enmarcadas en la doctrina represiva acuñada por él mismo y conocida como el "todo es ETA".
De cosas como estas no se enteran sus "paisanos" argentinos, o más bien, no se quieren enterar que su adalid pisoteó con alegría en Euskal Herria los derechos que ahora dice defender; cerrando emisoras de radio y periódicos, sentando las condiciones para promover la tortura a periodistas o militantes sociales y politicos, encarcelando por doquier como parte de la estrategia draconiana española en contra del pueblo vasco.
En el inter, Garzón ha sido defenestrado pues se olvidó que era un simple empleadillo y pretendió cosas más grandes de las que estaban dispuestos a darle. Así que se recicló sabiendo que en el mundo hay tontos útiles dispuestos a cambiar oro por cuentas de vidrio. Y surgieron los postores argentinos, embelezados por la campaña publicitaria que incluyese a Augusto Pinochet y Margaret Tatcher.
Si estos argentino, que no todo, no quieren ver lo que es Baltasar, pues que no vean, pero despúes que no se quejen. Haciendo caso omiso a la posibilidad de un proceso de paz y reconciliación, 35 vascos van a sufrir las consecuencias de esa convenenciera ceguera.
Les compartimos esta nota publicada en Naiz:
El próximo 12 de enero arrancará el juicio contra los encausados a raíz de la redada contra la izquierda abertzale que tuvo lugar en Segura en octubre de 2007. En total, se sentarán en el banquillo 35 personas.
El juicio se iniciará más de siete años después de un operativo que arrancó el 4 de octubre de 2007 con la detención de 23 personas, nombres relevantes de la izquierda abertzale, tras una reunión celebrada en la localidad guipuzcoana de Segura.
Finalmente serán 35 las personas que se sentarán en el banquillo de la Audiencia Nacional española, que en principio ha fijado ocho sesiones a lo largo de enero –los días 12, 13, 14, 19, 20, 21, 29 y 30– si bien no se descarta que se alargue.
La redada, llevada a cabo por la Policía española por orden del juez Baltasar Garzón y bajo la acusación que querer «reconstruir» Batasuna, se produjo cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), con Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro de Interior.
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