Vaya, parece que el SARS CoV-2 ha terminado por causar un distanciamiento entre los jeltzales y los sociatas y su pacto de gobernabilidad para la CAV.
Miren lo que nos reporta Naiz:
Mientras las empresas se iban adaptando a las nuevas normas sobre la asistencia al trabajo, la patronal Confebask tuvo una durísima reacción, en términos incluso insultantes hacia el Gobierno de Sánchez, a quien el PNV le recordó que «está en minoría». El PSE, socio de los jeltzales, no dudó en contestar en tono crítico a la consejera Arantxa TapiaIñaki IriondoLa jornada de ayer estuvo marcada por la adaptación de las empresas al nuevo decreto de actividades esenciales, para ver si seguían trabajando o debían parar, y por la durísima diatriba de la patronal Confebask, que no dudó en afirmar que el Gobierno de Pedro Sánchez «es un verdadero despropósito y todo un ejemplo de incompetencia y de incapacidad para hacer frente a esta situación».Además se produjo otro hecho insólito. El PSE criticó a la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, por poner también en cuestión la paralización de las actividades no esenciales. El secretario general del PSE de Gipuzkoa, Eneko Andueza, declaró a Euskadi Irratia que «las decisiones no se han tomado con cálculos económicos, sino fundamentadas en las opiniones de los expertos». A lo que añadió que «no sé quién ha estado despistado, porque, visto lo ocurrido en otros sitios, lo más lógico era que llegara este momento. No sé dónde estaba Arantxa Tapia, o si pensaba que esto no iba a llegar a Euskadi».Horas después, a través de las redes sociales, Eneko Andueza lanzaba otro mensaje: «Es imposible tener un tejido industrial fuerte si no hay salud para poder trabajar. Invitamos a Confebask a dejar los insultos a un lado y colaborar activamente con las instituciones para vencer al Covid-19».Confebask: «Una amenaza»La reacción de Confebask rompió ayer la habitual cautela que los empresarios suelen emplear cuando se refieren a un gobierno. Su presidente, Eduardo Zubiaurre, aseguró que el Ejecutivo de Pedro Sánchez «es un despropósito», una «amenaza» y «un ejemplo de incompetencia». Solo le faltó decir, como el candidato a lehendakari del PP, Carlos Iturgaiz, que «el ala dura, el ala comunista [del Gobierno], está pretendiendo un intervencionismo y una socialización de la economía».Entrevistado en Radio Euskadi, Eduardo Zubiaurre se explayó a gusto. «Estamos –afirmó– en un estado de alarma, pero, además, el mundo económico y empresarial está sumido en un estado de caos, de enorme preocupación y de incertidumbre. Es algo que no nos merecemos en una situación tan grave como la que estamos viviendo. Desgraciadamente, contamos con un Gobierno central al frente que es un verdadero despropósito y todo un ejemplo de incompetencia y de incapacidad para hacer frente a esta situación».Añadió que el Gobierno de Sánchez es «una enorme amenaza» porque, según la patronal, afronta los problemas «sin ninguna responsabilidad, sin ninguna competencia y con muy poca capacidad».La reacción de Confebask contrasta con la de la Confederación de Empresarios de Navarra, que sin ocultar su gran preocupación por el «escenario de enormes dificultades» abierto y pedir «implementar acciones extraordinarias para mitigar el desmantelamiento», en ningún momento se lanzó por el tobogán de insultos por los que se deslizó Zubiaurre.El PNV avisa a SánchezEl PNV celebró ayer la reunión semanal de su dirección, al término de la cual fuentes del EBB trasmitieron a las agencias de noticias que «un Gobierno en minoría debe saber, por mucho estado de alarma que esté en vigor, que sigue en minoría, y debe tener muy presente por qué está dónde está y gracias a quién está dónde está».El PNV asegura que su confianza en Pedro Sánchez está «resentida» después de haberse sentido «ignorado y desatendido» en momentos en que «el Gobierno español ha debido tomar decisiones trascendentes» en la crisis sanitaria, pero puntualiza que actuará «con seriedad y responsabilidad», sin «desestabilizar nada».Réplica sindicalFrente a las quejas de la patronal, fueron los sindicatos los que han puesto el contrapunto a estas críticas. ELA consideró una «buena noticia» la decisión del Gobierno de Sánchez y acusó al de Urkullu de defender con su actitud «el interés patronal por encima de la salud de la ciudadanía». Asegura estar también preocupado por la recuperación económica, pero insiste en que ahora «es prioritario evitar el ‘coma sanitario’ (hoy ya una realidad), por delante de un hipotético ‘coma económico’».Por su parte, la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, advirtió de que el sindicato «vigilará» la interpretación que haga la patronal del decreto que paraliza las actividades no esenciales, con el fin de que «no se abran resquicios a las excepciones».El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, señaló que «todos» comparten la preocupación por la industria vasca, pero aseguró que ve «muy crispados» a Confebask cuando «decenas de miles de comerciantes y hosteleros» ya se han visto obligados a dejar de trabajar. Recordó que «aquí se ha mandado a casa a decenas de miles de comerciantes y hosteleros. Y parece que no forman parte de nuestro tejido económico».Pese a todos los debates y tras la jornada de «moratoria» de ayer, a partir de hoy solo los empleados «esenciales» podrán salir de casa para trabajar.
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