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jueves, 27 de septiembre de 2012

Boltxe Kolektiboa | Gudari Eguna 2012


Hemos recibido este comunicado de Boltxe Kolektiboa por correo electrónico:

Ez zaituztegu ahaztuko!!!
Euskal Herria se encuentra ante un nuevo Gudari Eguna, un día que nunca se ha pensado como una festividad, sino un día en el que se muestra la fuerza del pueblo vasco por continuar su lucha, por avanzar hacia la total liberación, conjuntamente con sus gudaris. Un día de recuerdo de todos los gudaris muertos en su lucha por la independencia y el socialismo de Euskal Herria, pero también de todas las personas que durante décadas han sido detenidas, torturadas, encarceladas, han tenido que alejarse de sus seres queridos por la persecución de los cuerpos de represión españoles y franceses. Un recuerdo que debe fortalecernos y ayudarnos a avanzar por el camino trazado por todos ellos. Camino complicado, lleno de dificultades, pero que como ha demostrado la historia es posible sortear todas estas dificultades si trabajamos con el pueblo, sin apartarnos de él, si se sabe analizar las situaciones concretas en las que se encuentra, aprendiendo de todas las experiencias de otros pueblos, pero sin copiarlas, aplicándolas a las características de la lucha del pueblo vasco, de las necesidades concretas en cada momento. De ese modo, la lucha por la independencia y el socialismo en Euskal Herria podrá servir a otros pueblos, pues una de sus características es su internacionalismo.
Este será el segundo Gudari Eguna en el que el accionar armado de una de las partes enfrentadas, ETA, dejó de oírse. Hasta el momento de tomar esa decisión, las autoridades españolas siempre habían dicho que nada sería posible si la voz de las armas de una parte del conflicto no se callaba, pero después del silencio de las armas de ETA ¿han cambiado realmente las cosas? 
En estos dos años hemos visto que el Estado español ha ido pidiendo cada vez más cosas, elevando continuamente el listón. Cada vez que la Izquierda Abertzale ha dado un paso hacia adelante, el Estado español (y el francés, claro está), ha pedido algo más. Esta actitud nos ha ido demostrando que en realidad el Estado español, independientemente del partido que haya ganado las elecciones y esté en el poder, no quiere realmente buscar una solución al conflicto. Lo que quieren en realidad los dos Estados es que el pueblo vasco deje de luchar, quieren que la Izquierda Abertzale desaparezca (podrían aceptar una Izquierda Abertzale descafeinada), que Euskal Herria desaparezca. 
No es cierto que el conflicto se haya acabado, continuamos sufriendo la opresión de los Estados español y francés, sobre todo ahora en estos momentos de crisis, en los que sus burguesías nos arrastran en su locura por salvar el sistema capitalista, oprimiendo todavía más a nuestro pueblo. 
¿Se puede decir que la violencia ya no existe en Euskal Herria, como algunas voces nos repiten continuamente? No, eso es completamente falso, continúa la violencia de la otra parte, la violencia primera no ha decretado ningún alto el fuego y continúa atacando al pueblo vasco: las detenciones de militantes vascos está al orden del día, las torturas también, los juicios farsa lo mismo, en las cárceles la situación de nuestros presos y presas cada vez está más deteriorada. Y no sólo eso, la escalada represiva continua criminalizando incluso la solidaridad con los prisioneros y prisioneras políticas. ¿Quieren con eso que los olvidemos? El pueblo vasco nunca ha olvidado a los que luchan por su libertad ni lo hará nunca.
Ahora intentan, no sólo los españoles, sino también los vascos vendidos al poder español reescribir la historia.
El domingo 16 de septiembre, el presidente del PNV y candidato de dicho partido a la lehendakaritza de Gasteiz (no olvidemos que Euskal Herria continúa dividida y que hay una lehendakari navarra, en este caso de UPN, Yolanda Barcina) mandaba el mensaje a EH Bildu de que «no deben de caer en el olvido el dolor causado pese al nuevo tiempo». Estos señores olvidan todo el mal causado por organizaciones terroristas como la Triple A, el Batallón Vasco Español, los Comandos Antimarxistas, los GAL y un largo etcétera que han costado decenas de vidas y a los que nunca no sólo no se les ha molestado sino que por el contrario se le ha pagado bien por sus servicios prestados. Olvidan las decenas de miles de personas que de forma sistemática han sido detenidas, torturadas, asesinadas, encarceladas, condenadas...  Así mismo, qué decir de esos mal llamados médicos y forenses que ante las muestras de torturas han mirado a otro lado e incluso han colaborado para que se realicen. La Iglesia romana apostólica y católica española, legitimadora de la limpieza política durante el franquismo y valedora del nacionalismo machista y expansionista español, que ante toda la violencia desplegada en Euskal Herria, únicamente tiene reproches y exigencias para el más débil y nunca para los ejecutores del Estado.
Declaraciones de este tipo no sorprenden en boca del representante del PNV, puesto que este partido ha estado siempre al servicio del Estado invasor, intentando algunas veces jugar a una falsa neutralidad (eso que está tan de moda, ni con los unos ni con los otros, ¡cómo si se pudiera ser neutral en la lucha de un pueblo por su superviviencia!), sacando las consignas independentistas, criticando a los Estados opresores de boca para afuera cuando se acercan las elecciones, para olvidar todo lo que han dicho en cuanto las papeletas han sido depositadas en las urnas y volver a ser los perritos falderos del Estado español. A lo largo de su historia nunca han estado al lado de las miles de personas que han sufrido la violencia del Estado, y no sólo eso, sino que han ayudado directamente en esa violencia contra el pueblo vasco y en concreto contra los gudaris vascos.
El gobierno español se descolgaba hace unos días con un plan, que no es nuevo, ya hace algún tiempo se intentó, para el retorno de los militantes de ETA que tuvieran cuentas pendientes con la «justicia» española. El plan es sencillo, la persona huida, a causa de la represión, vuelve a España, se presenta a las autoridades españolas y confiesa si ha hecho alguna actividad delictiva, desde el punto de los españoles, ¡claro está! y entonces los jueces españoles, en total independencia (ya conocemos su «independencia»), deciden si ingresa en la cárcel o por el contrario se va para su casa.
Es normal que el Estado español intente encarcelar a todas las personas que han huido y si se presentan por ellas mismas, mejor. Pero que alguien en Euskal Herria sea capaz de decir que este plan debe estudiarse es cuando menos sonrojante. Como decíamos más arriba, la violencia no ha acabado. No hay una situación en la que las causas del conflicto se estén solucionando. 
Esta legislatura de Francisco López no acaba como nos venden los partidos españoles y autonomistas sin víctimas por la violencia política, porque sin ir más lejos, tenemos el caso del seguidor del Athetic Iñigo Cabacas, muerto tras una salvaje carga de la policía autonómica en la zona de la herriko de Indautxu en Bilbo e ignorada y olvidada por dichos partidos «democráticos». ¿¡Eso no es violencia!?
No hay que olvidar las decenas de trabajadores que han muerto en accidentes de trabajo, los miles de trabajadores y trabajadoras que están en una situación de máxima pobreza por las medidas que el Gobierno vasco conjuntamente con el Estado opresor han tomado en contra de las clases trabajadoras vascas. La situación de desespero en la que se encuentra la juventud vasca, las personas mayores con esas pensiones de hambre... ¡Eso también es violencia! Lo mismo que el ataque al euskara, a la cultura, a la identidad del pueblo vasco.
Esos hacedores de falsas paces se olvidan que uno de los puntos fundamentales en lo que llaman «proceso de normalización» sigue siendo el desmantelamiento de las estructuras de guerra que tanto los Estados español como francés han establecido durante décadas en Euskal Herria, tienen que abandonar Euskal Herria todos aquellos que vinieron a hacer la guerra, sobra la Guardia Civil, la Policía Nacional, los ejércitos francés y español, así como los varios servicios de inteligencia que actúan por aquí, debe disolverse la Ertzaintza para que deje de ser una policía política y se pueda abrir un debate en torno al modelo de policía que pueda necesitar el pueblo así como se debieran desmilitarizar y depurar el resto de cuerpos policiales del país.
La baza de la izquierda abertzale para los próximos años es, como lo ha sido siempre, la riqueza de las personas que la forman, todas pueden y deben aportar ideas para la consecución de los objetivos fijados, es decir, la independencia y el socialismo. Pero en dicho camino, hemos de ser conscientes de no caer ni en personalismos ni en dogmatismos. Debemos tener muy claro cuales son los objetivos que nos unen a todos y todas en un proyecto común y sobre todo, quienes no son, ni van a ser nunca, nuestros amigos. Tenemos que saber distinguir entre nuestros enemigos y nuestros amigos. Entre nuestros amigos los habrá para todo el camino, los que nos acompañarán hasta la consecución del socialismo, y los habrá que sólo nos acompañarán un tramo del camino. Porque en la lucha de un pueblo no todo es negro o blanco, hay infinidad de grises que debemos saber utilizar para ponerlas al servicio del pueblo. 
Debemos tener claro que el reformismo asoma sus orejas en cuanto se le deja y eso nos obliga a llevar la batalla a todos los niveles, no debemos dejar ni un resquicio abierto para que se cuele, debemos plantarle cara continuamente. A pesar de las diferencias que existan, debemos saber trabajar conjuntamente con personas y sectores con los que no estamos de acuerdo al cien por cien. Cada persona debe tener la posibilidad de dar lo mejor de sí, sin vetos ni amiguismos, de tal manera, que el conjunto del trabajo ayude a avanzar en la dirección que el pueblo vasco necesita, en la dirección correcta. ¿Cómo saber cual es la dirección correcta? A través del debate en las organizaciones del movimiento popular vasco, llevando ese debate a la práctica de tal manera que teoría y práctica vayan siempre unidas en un todo para posteriormente analizar lo realizado y corregirlo, de manera que el proceso revolucionario siga siempre en ascenso. No debemos tener miedo a equivocarnos, porque eso es normal, si actuamos es muy posible que lo hagamos, el problema no es equivocarse, el problema es no ser capaces de analizar lo hecho, ver en qué nos hemos equivocado, analizarlo y corregirlo. No debe abandonarse nunca el debate porque pensemos que es inútil. La manera de avanzar es la lucha de ideas, porque si dejamos que ideas reformistas o cortoplacista se instalen definitivamente será un retroceso enorme, hemos de darles batalla en todo momento. El Pueblo Trabajador Vasco debe ser consciente de que la lucha de clases no es algo que enfrenta únicamente a la burguesía con la clase trabajadora, como algo ajeno a él. Dentro de él existe la lucha de clases a todos los niveles, y por supuesto que dentro de sus organizaciones también se da. Hemos de ser conscientes de eso para saber rebatir las ideas y las prácticas que van en contra de sus intereses.
No olvidemos que PP y PSOE (también PSF y UMP) siempre trabajan en la misma dirección, con los mismos objetivos y con unos medios económicos y humanos enormes, y por mucho que nos repitan que quieren acabar con la violencia, eso no es cierto, quieren acabar con la violencia del pueblo oprimido, no con la suya propia. Su objetivo es la desaparición de la lucha por la liberación nacional y la transformación social que defiende la Izquierda Abertzale. Y es que si Euskal Herria avanza, muere España, dado que los dos proyectos son incompatibles en el tiempo y en el espacio. Abetzalismo euskaldun contra nacionalismo español. Y una cosa está clara, es imposible servir a los dos.
Por último recordar a los gudaris que fueron ejecutados aquel 27 de septiembre de 1975 y a los que han dado y continúan dando su vida por la libertad de Euskal Herria.
Recordar igualmente que el mismo día que el fascismo español acabó con la vida de Txiki y de Otaegi, asesinó a tres comunistas españoles. Éstos que luchaban por la república socialista española, Txiki y Otaegi por la república socialista vasca, y todos luchaban para acabar con el tirano Franco y sus adláteres. Todos ellos fueron fusilados y así continuó el régimen franquista, como había comenzado, con la eliminación física de los revolucionarios.
La república socialista vasca por la que lucharon y murieron Txiki y Otaegi, es la mayor aportación solidaria e internacionalista que Euskal Herria puede hacer al proyecto comunista mundial. El día que nuestro país sea un Estado revolucionario y comience su andadura en la construcción del socialismo y el comunismo, al mismo tiempo que nos liberamos, estaremos dando pasos en la liberación de la humanidad para acabar con la explotación del ser humano por el ser humano y la derrota definitiva del capitalismo, origen de la actual opresión de clase, de género y nacional.

Boltxe kolektiboa
27 de septiembre de 2012



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