Lakua no ha dudado en mostrar su rostro más represivo escudado en la impunidad que le otorga un estado español que ve con muy buenos ojos que los jeltzales les hagan el trabajo sucio. La misma semana que la Ertzaintza ha cargado con todo en contra de manifestantes en Donostia el Tribunal Supremo le hacia saber a los padres de Iñigo Cabacas que en el caso de su hijo asesinado por ese mismo cuerpo policíaco ellos simplemente no iban a encontrar justicia dentro del ámbito territorial del reino español.
En ese contexto compartimos con ustedes esta entrevista a una de las víctimas del terrorismo de estado jeltzale, misma que ha sido publicada por Naiz:
«Estas pelotas hacen daño ¡y nos las están lanzando a civiles desarmados!»
Nahuel Gómez Rodríguez es el joven al que un pelotazo de la Ertzaintza rompió la mandíbula este miércoles. Ya en casa, ha explicado a NAIZ en detalle como ocurrió, cuando iba a casa por el Boulevard, fuera de los incidentes. Denunciará la agresión, aunque sin demasiadas expectativas.
Ramón SolaNo es fácil asimilar lo que le ocurrió hace apenas 60 horas, pero una vez en casa Nahuel Gómez cuenta a NAIZ con serenidad y en detalle el motivo por el que ahora convalece con la mandíbula rota. Más que rabia, se notan las ganas de dar a difundir este caso inaceptable y sin embargo normalizado en la versión oficial del «tirar a dar» y «entra dentro del procedimiento».
Se trata de un joven de 24 años nacido en Mendoza (Argentina) pero que vive en Euskal Herria desde que tenía tres y habla euskara con fluidez. La entrevista original está en el audio adjunto.
¿Cómo se encuentra? ¿La mandíbula está rota?
Salí ayer del hospital [por el viernes]. Me operaron el mismo día, el cuerpo ha tolerado bien los medicamentos y los médicos me han dicho que todo está bien y que estaba preparado para volver a casa. Tengo la mandíbula rota, sí. Creo que en la operación me pusieron dos placas metálicas.
¿Fue por un pelotazo?
Sí, sí. Estaban cargando. Yo me dí la vuelta, no sé si por desgracia o por suerte, he comentado esto con amigos y conocidos. Seguramente fue por suerte. Si me hubiera pegado en el cuello por detrás, no sé cómo hubiera acabado, igual me hubiese quedado ahí. Me dio en el lado izquierdo.
¿A cuántos metros estaban los ertzainas, pudo verlo?
Todo pasó muy rápido. Yo iba caminando por el Boulevard, a coger el autobús 13 para ir a casa, vivo en Ategorrieta. Al otro lado ví a un conocido con su perro, me junté con él y dijimos ‘no es plan estar aquí con el perro, vamos andando hacia casa’. Empezamos a andar juntos hacia el María Cristina.
No notaba dolor pero sí un pitido fuerte en el oído izquierdo, y pensaba que igual se me habría caído algún diente. Mi amigo fue quien más se alarmó y me dijo ‘vamos a la Casa de Socorro’. Estaba sangrando mucho, mucho. Yo estaba empeñando en ir a casa, pero al final le hice caso. Y no, no era cosa de un diente.
¿Fue consciente en el momento de que se trataba de un pelotazo?
No, no, yo estaba en shock. Fuimos a la Casa de Socorro de la calle Bengoetxea primero, y de ahí al hospital. Llamaron a un taxi y luego a una ambulancia. En cuanto lo vieron por encima, los médicos dijeron ‘uy, uy, uy’. Yo notaba todos los dientes de la izquierda muy pegados, se me había desplazado todo. Piensan que no me quedaran secuelas, que dentro de un mes, poco a poco, podré hablar normal y comer normal. De momento tengo que beber solo líquidos fríos con una pajita.
¿Ha podido escuchar el audio en que un ertzaina anima a ‘tirar a dar’?
Sí, claro que sí. En el hospital me han pasado artículos, ese audio de ‘tirar a dar, ¿vale?’... ¿Qué siento? En el momento una gran rabia, también impotencia. Y más aún leyendo esos artículos... ¿Cómo era? Cabacas. Y esa chica de Bilbo, Anne. A decir verdad, yo no estoy en ese mundo de la política, no me empapo mucho, vivo mi vida, trabajo... Pero después de conocer todas estas historias y ver cómo quedan libres sin cargos, he sentido una gran rabia. Voy a poner una denuncia aunque no tengo ninguna esperanza realmente. Pero lo denunciaré, eso seguro.
¿Y ha conocido las declaraciones del viceconsejero indicando que esto entra dentro de los protocolos, al parecer porque entienden que estas pelotas no hacen daño?
Sí, he leído algo así, que las pelotas de foam no son como las de goma. Bueno, creo que ha quedado claro que hacen daño y que son peligrosas. Joder, ¡y nos las están lanzando a civiles que estamos desarmados!
¿Ha tenido algún contacto luego con algún responsable oficial? ¿Le han dicho algo, alguna explicación?
Antes de darme el alta en el hospital vinieron tres personas. No eran ertzainas. Con sus preguntas parecía que estaban buscando si mentía en algo. No, yo cuento la verdad y luego ya tendrán sus grabaciones y demás. Me dijeron que para poner la denuncia era mejor el lunes, no el fin de semana, y que estará allí alguno de ellos tres. Me pareció una actuación profesional y con buena voluntad, igual sirve para algo.
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