La libertad de expresión, como tal, no existe en el estado español y para desgracia, mucho menos en la parte peninsular de Euskal Herria actualmente bajo el yugo del anacrónico imperialismo madrileño -el no nacionalismo le dicen algunos autores-.
Para muestra, el proceso que se ha emprendido en contra de quienes el pasado 12 de octubre llevaron a cabo una performance dentro del proceso de resignificación de esa fecha, misma que para los españoles significa celebrar sin ningún tipo de análisis ético el exterminio de millones de personas en el continente americano.
Aquí la información que nos provee Naiz como parte del seguimiento al tema:
Unas 2.000 personas arropan en Iruñea a los procesados por «decapitar» a Colón y el Rey
Bajo el lema «Eroriko da!», unas 2.000 personas han marchado en Iruñea denunciando el proceso abierto en la Audiencia Nacional por la teatralización del derribo de estatuas de Colón y el monarca español el pasado 12 de octubre.La manifestación, que debido a las medidas sanitarias ha consistido en tres larguísimas filas que han llegado a ocupar toda la largura de la Avenida del Ejército, partió desde Antoniutti y ha finalizado en el paseo Sarasate, donde había un escenario compuesto por gigantescos paneles con los rostros boca abajo de Franco y sus sucesores (el rey fugado y el actual).
Durante la marcha, con nutrida presencia de ikurriñas y banderas navarras sin la corona, se han lanzado consignas en favor de la independencia y contra la monarquía. Los organizadores estiman una participación superior a las 2.000 personas.
Kizkitza Gil de San Vicente ha lanzado un discurso en euskara y castellano en el que ha afirmado que «denunciar la monarquía es denunciar ese sistema supremacista Español, que sacraliza la unidad de España y reprime, como nosotras y nosotros sabemos, cualquier transformación social y profundización democrática».
Además, ha manifestado que «el verdadero delito, nuestro pecado original, es nuestra determinación para demoler el propio Régimen y sustituirlo, para construir un nuevo orden de cosas, para construir la democracia y la justicia social en todos los territorios de Euskal Herria, para superar la unidad indivisible del reino español e impulsar un proceso que de soberanía a los pueblos y sitúe Navarra y los demás territorios vascos mirando al futuro».
El origen de la protesta es el procesamiento de 12 jóvenes en la Audiencia Nacional por haber organizado un acto de denuncia y anticolonialista el 12 de octubre. Ese día, se colocaron unas figuras del rey español actual y de Cristóbal Colón que luego fueron derribadas tirando de ellas con una cuerda. Al caer, los muñecos perdieron la cabeza. Se les procesa por un delito contra la corona.
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